Hola, Soy Macareno y fui elegido para representar a todas las personas que se unieron a la Campaña Semillas para la Escuela 2020. El equipo de Raíces Profundas decidió realizar la actividad en tres lugares del país, en el Tolima (Vereda el Hobo – Municipio de San Luis) en el Meta (Veredas Campo Hermoso, el Retiro, el Morichal, la Orquídea, Delicias y Montebello) y en el Guaviare (Veredas Lejanías y la Fundación). Además, la actividad nos permitió apoyar otras iniciativas que promueven la educación, como el proyecto BiblioFlor en el Tolima (Vereda la Flor – Municipio de San Luis) y la Campaña “Manitas Unidas” liderada por el colegio Nueva Colombia, que buscaba entregar 300 cartucheras para los niños y niñas del Colegio Confederación Brisas del Diamante en Bogotá (Barrio Manitas – Ciudad Bolívar).
La actividad inició desde el mes de noviembre de 2019, con el lanzamiento de la campaña. Una de las estrategias fue la venta de 220 calendarios, con los que se compraron útiles escolares y se contribuyó con los gastos que ésta actividad requerían para ser desarrollada. También, muchas personas se sumaron con la donación de útiles escolares nuevos, juegos didácticos y otros artículos, los cuales ayudaron a fortalecer los kits escolares.
En el mes de diciembre nos encontramos con muchas personas, visitamos sus oficinas, sus trabajos y algunas de sus casas. En la tarde del 27 de diciembre, se realizó la primera entrega en la vereda el Hobo. Asistieron a la actividad 11 padres de familia con sus niños, todos jugamos un buen rato, reímos de las caídas, comimos helado con galletas Wafer y entregamos 15 maletas con los útiles a los niños y niñas en edad escolar y 5 juegos didácticos a niños en etapa preescolar. Al siguiente día visitamos la Finca Katanga, e hicimos la entrega de un juego de ajedrez y una colección de libros de Elmo para el proyecto BiblioFlor.
Después de las festividades, reiniciamos las actividades en mes de enero de 2020, vendimos los últimos calendarios, recibimos más útiles escolares y organizamos muy bien las cosas para realizar un gran envío. Se empacó todo en 12 cajas y se habló con el dueño del camión, Don Cesar, quien autorizó al conductor, José Castañeda a llevar las cajas. El vehículo tenía rotas algunas de sus hojas de la transmisión trasera, pero fueron reparadas rápidamente. Me tomé la foto con Don José, y le di mucho ánimo, porque debía conducir durante 24 horas hasta llegar a la Macarena por tierra, pasando por el Tolima, Huila, Caquetá hasta para llegar al Meta. Efectivamente, en horas de la tarde del 18 de enero, nos llamaron y nos dijeron que todo había llegado bien a la Macarena, y que nuestro aliado en la campaña, John Fredy Mora, de Cristales Aventura Tours tenía todo en su casa.
Mientras tanto en Bogotá, nos reunimos con la Directora del Colegio Nueva Colombia y con una de sus profes, para hacerle entrega de 200 borradores y 280 tajalápices para ayudar a completar la campaña “Manitas Unidas”.
El martes 28 de enero nos levantamos muy temprano, a las 3:30 am, para viajar en bus hasta Villavicencio. Sobre las 10:00 de la mañana, nos subimos en una avioneta de cinco pasajeros !Logramos llegar sanos y salvos antes del medio día!
En la tarde, desempacamos todo lo que teníamos en las 12 cajas con Idaly (la esposa de John) formamos una gran montaña de útiles, y se organizaron 176 kits escolares. También, teníamos sacos y medias nuevas, pinzas para extender los uniformes del colegio y unos implementos para las escuelas. Eso nos puso muy contentos, pero, tuvimos una gran dificultad, y es que los profesores de las escuelas no estaban contratados aún. Las clases tenían que haber comenzado el 20 de enero, sin embargo, no fue así. Eso nos obligó a cambiar de planes. Entonces, al otro día John Fredy y su hermana Zulma Mora, se pusieron en la tarea de llamar a los presidentes de las juntas de acción comunal de las ocho veredas seleccionadas. La idea era que ellos debían comunicar la información por todo el sector “Como si fuera un chisme” y que los niños llegaran a la escuela al siguiente día y así podernos encontrar con ellos.
Desde el oriente el sol nos despertó por la ventana y nos impulsó a cumplir nuestra misión. A las 7:30 am del jueves estaba pronosticada nuestra salida, sin embargo, la camioneta no encendió. Llamamos a los mecánicos de cabecera, quienes nos informaron que había una falla en la batería. John Fredy, llamó a Don Selman Roa (Un amigo) y juntos hicieron un puente entre las baterías y luego de casi dos horas de retraso, por fin arrancamos. Preocupados porque existía la posibilidad de no encontrar niños, viajamos por un camino de piedra y con mucho polvo. Nos encontramos con un trancón de vaquitas, una manada de monos ardilla y con los hermosos parajes selváticos de la Orinoquia, hasta llegar a nuestra primera escuela en la vereda Campo Hermoso. La líder comunitaria, Doña Marcela, avisó a los niños, quienes nos recibieron muy bien y nos entendieron al explicarles que tuvimos una falla con la batería de “Blaze” así se llamaba la camioneta en la que viajabamos. Jugamos y entregamos los primeros kits, una señora nos vio sedientos y nos dijo: ¿Quieren gaseosa? Y en coro dijimos ¡Sí!. Mientras tanto, un par de niños llegaron a caballo, luego de más de dos horas de camino, les dimos sus útiles y una sonrisa se dibujó en sus rostros.
Con mucha alegría nos subimos a la camioneta para continuar el recorrido, pero cuando íbamos a arrancar, no encendió. Empujamos la camioneta, pero no arrancó, ya que era automática. Entonces, para poder iniciar el motor, uno de los padres de familia nos auxilió y nos prestó una batería de un panel solar que pesaba 5 arrobas y “bingo”. Le ayudamos a llevar la batería hasta la casa y con una sonrisa arrancamos a la segunda escuela. Ahora, “No podíamos dejar que Blaze se apagara”
Llegamos a la vereda el Retiro, les entregamos los útiles escolares a los niños y niñas, pero, una de ellas no estaba segura de recibir el kit, porque nos dijo que no quería seguir estudiando. Hablé con ella un rato, y le dije lo importante que era estudiar y recibió el kit. Estamos seguros que se va a motivar aún más, cuando estrene sus cuadernos, los colores y cuando encuentre en su cartuchera muchos motivos para seguir construyendo sus sueños.
Regresamos a Campo Hermoso y nos dijeron que tomáramos un sendero por donde sólo pasan personas a caballo, ganado y motocicletas. Sin embargo, Blaze se hizo el angosto y pasamos con dificultad por lugares muy estrechos. Llegamos a un punto en donde el camino se dividía en dos. ¿Izquierda o derecha?, pero ¿Recuerdan los niños que llegaron tarde a caballo? nos alcanzaron y nos dijeron que era por la izquierda hasta llegar a una puerta de madera. Al llegar a ese punto, la carretera mejoró un poco y llegamos a la escuela ubicada en la vereda el Morichal.
Los niños y algunos padres de familia nos estaban esperando, Blaze, se quedó encendido. Les dijimos a todos que nos acompañaran a la cancha. Un niño llevaba una botella con guarapo y una mamá le dijo que lo dejara en la sombra, porque se iba a enfuertar más. El niño hizo caso, y jugamos un buen rato. Entregamos los kits en las maletas de color rosado y azul que fueron donadas por el profesor Jorge López y por la empresa Nómada Outdoor.
Sobre las 3:00 pm, nos despedimos y salimos rumbo a la escuela de Montebello, pasamos un puente y comenzamos a escuchar un sonido extraño en el motor, un olor a aceite quemado nos preocupó, abrimos el capó, y el radiador no tenía agua. Entonces, decidimos apagar la camioneta. Fuimos a conseguir agua a un riachuelo, y algunos niños y padres nos alcanzaron en la carretera para auxiliarnos; ¿Recuerdan al niño que tenía la botella con el guarapo?. Él decidió regalarnos el recipiente para cargar agua, también nos dijo que en su casa había una batería de un panel solar, la cual nos podía servir, pero en ese momento otra persona llegó en nuestro auxilio. Intentamos varias veces, pero Blaze, no encendió. Estuvimos a 20 minutos de llegar a la escuela, pero con gran tristeza, no pudimos hacerlo.
Fredy se fue con un señor a llamar a la Macarena para que nos auxiliaran, mientras tanto, nos quedamos llenando el radiador con el agua de la quebrada. Con las pocas personas que pasaban hacia la vereda, les mandábamos razón a los niños que no podríamos llegar y que se fueran para sus casas. Después de dos horas, Zulma y John Jairo, llegaron en moto y atrás de ellos, otra camioneta conducida por el señor Gaviria.
Sobre las 5:00 de la tarde, hicieron el puente con las baterias para que Blaze encendiera. Iniciamos el regreso cansados, frustrados porque no pudimos cumplirles a los niños y preocupados por el estado de la camioneta. Después de muchas paradas, porque teníamos que llenar el radiador con agua constantemente, llegamos a la Macarena y apagamos a Blaze. Ahora no solo era el problema de la batería, también botaba agua por debajo. Entonces, la jornada de entrega del siguiente día, tuvo que ser aplazada.
El viernes John Fredy se fue temprano al pueblo para estar pendiente de las reparaciones. Mientras tanto Zulma, llamó a las juntas de acción comunal para avisarles que íbamos al siguiente día. Y yo, Macareno, me quedé estudiando sobre las aves de la Macarena y organizando los kits para las otras escuelas junto a Liliana y Juan Carlos.
Madrugamos el sábado y superados los problemas mecánicos, comenzamos nuestra ruta con destino a la escuela de la vereda Lejanías, la cual pertenece al departamento del Guaviare, pero administrativamente funciona en la Macarena. En esta ocasión nos acompañó Idaly, la esposa de John Fredy y su hijo Patrick. El recorrido transcurría en normalidad, pero faltando cerca de 6 kilómetros la vía estaba encharcada y con lodo, porque el día anterior, en ese sector había llovido muy fuerte. Con tranquilidad comenzamos a pasar los tramos de manera deslizante, y cuando íbamos a pasar por un gran charco ¡nos quedamos enterrados! Pero John Fredy tenía un “As bajo la manga”, un winche (Un rollo con una pita gruesa de metal). Por fortuna, en ese momento muchas personas que iban en moto nos ayudaron a amarrar el winche a un puente hecho con troncos y salimos.
Continuamos el camino pero más adelante otras personas estaban enterradas, los ayudamos a salir con el winche y luego de kilómetro y medio aproximadamente, llegamos a la escuela. Nos esperaban los niños con algunos padres de familia que estaban podando la cancha “para cuando llegue el profe se motive a quedarse con nosotros todo el año”, dijo el presidente de la junta. John Fredy se echó la caja al hombro y mientras hablábamos con los niños, fuimos entregando los kits, los sacos nuevos y las medias que donaron en el Casino Central de Suboficiales de la Fuerza Aérea Colombiana. Al entregar uno de los sacos, un niño con mucha alegría dijo: “Ya tengo saco para salir a ordeñar temprano en las mañanas”. Dejamos los kits al presidente de la junta para que los entregara a los niños que no estaban, incluyendo los elementos para la escuela y cuando íbamos saliendo nos dijo: “Gracias por acordarse de nosotros”. Con un gran nudo en la garganta, nos fuimos del hermoso encuentro.
Para poder llegar a la siguiente escuela, debíamos pasar por el mismo lugar en donde habíamos salido victoriosos, pero nuevamente nos enterramos, y ahora estábamos solos. Sacamos el winche, lo amarramos a unos troncos que estaban en el piso y el carro los arrastró, no bastó que Juan Carlos se pusiera encima de los grandes palos. John Fredy encontró un árbol cortado y le amarramos el winche, para poder salir. Embarrados y con afán llegamos a la Escuela de la vereda la Fundación, en donde los niños nos esperaban a la sombra de un gran árbol muy alegres. Jugamos y las mamás con entusiasmo también participaron. Ellas quedaron encargadas de entregar los kits a los niños que no pudieron estar.
Ahora, se veía una nube de polvo en la carretera. Íbamos muy rápido para llegar a la escuela de la Vereda la Orquídea ubicada en el Meta. Cuando llegamos, los niños estaban participando de una actividad cultural. Les contamos el motivo de nuestra visita y les entregamos con gran alegría los kits. Pudimos compartir con ellos y continuar el camino a las Delicias, una de las escuelas a la que no pudimos llegar el día que nos varamos. Para llegar a este sitio, debíamos regresar a la Macarena porque teníamos que tomar otra ruta.
Llegamos a la Escuela de la Vereda las Delicias sobre las cinco de la tarde. Sólo estaba el personero, y nos comentó que los niños, niñas y padres nos habían esperado por dos horas. Perdimos mucho tiempo desenterrándonos. Fue muy difícil para nosotros entender esta situación, pero los problemas mecánicos y lo difícil del terreno nos obligaron a parar en varias oportunidades. Debíamos llegar a Monte Bello y si en las Delicias ya no estaban los niños, mucho menos en la otra vereda. Por segunda vez no pudimos ir. Pero siempre habrá una solución. El personero de esta vereda quedó con la lista de los niños a quienes se les debía entregar los kits, se comprometió a hacerlo y… ¡lo hizo!
Con relación a la escuela Monte Bello, John Fredy, Zulma e Idaly, se van a reunir con el profesor cuando llegue, para hacer la entrega de los kits en la vereda. Los juegos didácticos, van a ser entregados por el equipo de Raíces Profundas en el mes de marzo, ya que visitarán la Macarena nuevamente.
Son muchas las sensaciones que se viven en Semillas para la Escuela, primero ver la motivación de las personas comprando el calendario, o donándonos útiles, juegos y en ocasiones aportando con dinero. Segundo, todas las personas que se suman a la tarea, los transportadores, nuestros aliados en los territorios, a quienes nos encontramos en el camino o quienes nos ayudan para poder llegar a lugares cuando estamos en problemas. El equipo de Raíces Profundas regresó a Bogotá, luego de seis días de labores en la campaña, y yo, Macareno, su embajador de ustedes en la Macarena – Meta, decidí quedarme con alguien muy especial. En la vereda Lejanías, escogí a Karen, una niña que siempre estaba con una sonrisa y quien se comprometió a motivar a todos los niños de la escuela, a estudiar y así llegar a ser profesionales y poder contribuir con el desarrollo de ésta hermosa región.
Muchas gracias a todas las personas que adquirieron el calendario Raíces Profundas 2020, esperamos que lo estén rayando y planeando sus sueños para éste año. A Jhon Cruz, Omar Amaya y a Wilson Torres, éste último del municipio del Cocuy – Boyacá, por ayudarnos a impulsar la campaña en sus equipos de trabajo y aliados estratégicos. También, a todas las personas que donaron útiles escolares, libros, diccionarios y juegos. A quienes hicieron donaciones económicas, las cuales fueron muy importantes en la ejecución de la actividad. Al Club Dominar 400 Bogotá, a los trabajadores de Booköhotel, el Casino Central de Suboficiales de la Fuerza Aérea Colombiana y a Nómada CI.
Finalmente, muchas gracias a John Fredy Mora, Zulma Mora, Idaly Orduz y John Jairo Restrepo, que pertenecen a la familia de Cristales Aventura Tours, nuestros aliados en la Macarena – Meta, y quienes siempre se caracterizan por ser personas comprometidas con el desarrollo del municipio, promoviendo el turismo con responsabilidad social, por tratar de ir siempre al límite y porque ellos nos mostraron la otra cara de este hermoso lugar.
Con mucho cariño, Macareno.
Si quieres ver los vídeos de ésta aventura, puedes ingresar a los siguientes links:
Vaquitas en la carretera: https://youtu.be/Pr7aeBQ01VE
Macareno Varado en la Orinoquía: https://www.youtube.com/watch?v=hb0JgNHIuAo
Atardecer con Macareno: https://www.youtube.com/watch?v=xjwoR1AB2xQ
Sacando a Blaze del barro: https://www.youtube.com/watch?v=9NCWxFjEwCA
El nuevo hogar de Macareno: https://youtu.be/6f2OjsQqJ_Q