Cerro Carrecastro, entre Tordesillas y Velilla

Sendero

El páramo de los Torozos se deshace por el sur al intentar llegar a Tordesillas. Sí, se deshace en tres cerros aislados ya del páramo: Valdelamadre, Carrescastro y San Juan, este último junto a Villavieja del Cerro. Unos pocos kilómetros más abajo, el Duero corta definitivamente las estribaciones de esta paramera, si bien seguirá un poco más hacia el oeste, con los últimos cerros de Tiedra, Casasola y Pedrosa. Se trata, pues, de un paisaje distinto con elevaciones aisladas, después de cientos de kilómetros cuadrados de puro ras.

El cerro Carrecastro o Carricastro tiene una posición privilegiada –como también el de San Juan, si bien éste más pequeño- y por eso se asentó sobre él un poblado prerromano; se han encontrado puñales y hachas de de la Edad del Bronce que podemos ver en el museo arqueológico provincial. Ahora hay una torre de vigilancia contra incendios forestales.

Velilla
Velilla

Este cerro esconde una reciente sorpresa: alguien –un tordesillano, al parecer aficionado al senderismo y a la montaña- ha trazado un sendero que rodea la cima del cerro. Curiosamente, el Carrecastro tiene una especie de plataforma diseñada unos 15 o 20 metros por debajo de casi todo el canto. No sé si se preparó para facilitar los trabajos de repoblación con el pino o es anterior. Pero lo cierto es que ahí está. Algunas flechas amarillas, hitos como los que señalan caminos de montaña, hileras de piedras, e incluso escalones impiden que nos desviemos del camino. Todo un trabajo de ingeniería menor que se agradece, sobre todo cuando vas por primera vez.

Por la línea roja discurre el sendero
Por la línea roja discurre el sendero

De manera que se va dando la vuelta al cerro por la parte más alta de la ladera -la varga- con lo que resulta un paisaje dominador e impresionante. Además de distinguir Villavieja, Velilla, Matilla, Pedroso de la Abadesa, San Miguel del Pino o Tordesillas a vista de pájaro, se contempla la cadena de cerros en los que termina el páramo de los Torozos, la terraza de la orilla izquierda del Duero con las torres de Serrada, Matapozuelos, Ventosa de la Cuesta, Pozaldez, Rodilana, los antiguos cauces del Adaja y Voltoya, el cerro de la Cuesta en Olmedo, la inmensa llanura del Duero… Vamos, que merece la pena dar un paseo por aquí aunque sólo sea por disfrutar de este panorama circular.

Matilla de los Caños
Matilla de los Caños

El recorrido completo es de algo más de 3,5 km, con ligeras subidas y bajadas. La plataforma desaparece en el extremo sur del cerro, donde hay que subir hasta la cima para continuar durante unos metros al lado de la torre de vigilancia y del vértice geodésico. Al Este pasa la cañada real leonesa, al oeste cruza la carretera de Tordesillas a Velilla y al norte la de esta localidad a Matilla. El acceso más sencillo es por esta carretera, pues de ella sale un buen camino que pasa junto a unas naves ganaderas para subir al cerro. También se puede acceder por el depósito de agua del Este e incluso por un sendero pindio que sale cruzando una cinta de Pinal al sur; éste se toma por un camino que viene de la carretera de Tordesillas.

El cerro de San Juan. Delante, Villavieja
El cerro de San Juan. Delante, Villavieja

Lo suyo es hacer el recorrido caminando, para ir contemplando el paisaje al ritmo adecuado. Además, en el tramo más al sur habría que llevar la bici al hombro.

Hito
Hito

Fuentes en Torozos

En verano hay que beber abundantemente cuando salimos a dar una vuelta en bici. Lo normal es llevar algún bidón de agua u otro líquido y, a la vez, repostar en el camino ya sea en fuentes, ya en bares. Bares hay en casi todos los pueblos, al igual que fuentes. Pero éstas, además, abundan en el campo, razón por la cual podemos beber agua en muchos puntos de nuestro trayecto si lo planificamos adecuadamente.

Hoy daremos una vuelta por las fuentes de las estribaciones suroccidentales del páramo de los Torozos. Y debemos empezar  sabeiendo que este páramo es como un gran embalse que recoge aguas en las épocas lluviosas para soltarla, mediante fuentes y manantiales, a lo largo de todo el año. Ciertamente que muchas fuentes tradicionales hoy se encuentran secas, debido a la explotación de los acuíferos. Pero todavía quedan otras.

En Matilla de los Caños vemos una amplia y noble fuente con dos magníficos caños… ¡secos! Pero si –cerca de esa fuente que da apellido a Matilla- tomamos una pista que sale hacia el norte e, inmediatamente, nos desviamos a la derecha antes de una nave, resulta que llegamos después de recorrer unos 500 metros a la fuente de Carralate, que todavía ofrece un humilde chorro de excelente agua. Lo mejor de esta fuente –siendo buena el agua- es su situación. Se encuentra no en un vallejo, sino en plena la ladera del páramo, abierta hacia el valle del Duero, sin casi árboles u accidentes que nos impidan la contemplación de un amplísimo horizonte … Como el camino acaba en la misma fuente, no podemos seguir adelante salvo que –con la bici de la mano- subamos andando hasta tomar un camino ya en la planicie paramera.

Carralate

En la misma Velilla, también en la cuesta del páramo, tenemos dos simpáticas fuentes: fuente la Poza, junto a la carretera de Tordesillas y la del Caño, que da un poquito de caudal al arroyo de la Reguera. La primera es sobre todo pastoril a juzgar por los de abrevaderos, comederos y restos de otras piedras ganaderas -donde se los pastores preparaban potingues– que vemos en las cercanías. La del Caño es la típica fuente de pueblo: el caño, el abrevadero para el ganado y la artesa para las lavanderas. Está en un simpático y fresco lugar, arropada por una alameda.

Del Caño (Velilla)

Si desde Velilla nos acercamos a Berceruelo, nos encontramos con el manantial del Almedro y la fuente de los Curas, muy próximas las dos, en el arroyo Zorita. Hay que bajar al mismo arroyo y buscar las fuentes, si queremos dar con ellas. Es un tranquilo lugar hundido en el páramo.

Aquí debemos citar la famosísima fuente Bercero, en el término de Castrodeza y junto a la carretera de Bercero (de ahí el nombre). Siempre que pasemos por allí seguro que encontraremos a alguien llenando garrafas o bidones para llevárselos a casa y así no tener que beber agua del grifo. Tiene excelentes propiedades digestivas y contra las piedras, según los usuarios.

La Trillona

Y, ya en Bercero, hemos de acercarnos a la fuente de la Trillona, junto a un camino que discurre junto al arroyo y la ladera del páramo. Es amplia, de piedra y nos recuerda la fuente de Matilla, si bien el panorama que nos ofrece –mirando al Este- es de amplios horizontes.

Estas son algunas fuentes que hemos visto en esta zona. Otras no las hemos podido ver porque han desaparecido como la de Carramonte o la del Cárcavo, o bien su caudal ha sido capturado para abastecimiento de la población, como la de Valcuevo. Pero en artículos siguientes hablaremos de otras zonas y de sus manantiales.