History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 173

Contrariando, al parecer, el natural suceder hermético de los fenómenos de las sombras, según los mitos aborígenes, el padre de Aillaquillén parecía haberse instalado en las entrañas del Quitralpillán, convertido ya en uno de los tantos dioses protectores del Mallolafquén. Pero a veces abandonaba su morada “y sobrenadando en el mar de nubes que solía en volver la cima del volcán, contemplaba, desde las ventanas azules del infinito, las hermosísimas campiñas que fueran teatro de sus hazañas legendarias…” Y así vigilante desde su atalaya celeste, cuando Quitralcura observaba que los indígenas se entregaban a la ociosidad y el vicio, hacia desatar las furias internas , aprisionadas en el seno ígneo de la montaña, que “sacudían con bruscos estremecimientos las tierras del Mallolafquén, arrojando sobre los campos y las aldeas un torrente de lodo abrasador y hacía caer sobre las poblaciones atemorizadas una lluvia de cascajo y cenizas, mientras una espesa columna de humo ennegrecido, retorciéndose en siniestras espirales, enceguecía al Sol”. Pero una noche en que Quitralcura rondaba por los aledaños de la ruca de Aillaquillén, pudo oír claramente las palabras de algunos indios que le revelaron que Nahuelhual, un porfiado pretendiente de su hija, planeaba el rapto de la joven, despechado porque ésta no aceptaba sus requerimientos. Por lo mismo, ella estaba siempre rodeada de una guardia poderosa que la defendería hasta la muerte. El momento era decisivo. Los raptores esperaban la orden, una señal del jefe indígena, para proceder… Y fue entonces cuando los hombres de Nahuelhual atacaron, con muchas precauciones, naturalmente, para no causar el menor rasguño a la codiciada Hija de las nueve Lunas… Más, cuado los guerreros de ambos 173