Entre la historia y la fe, la felicidad que despierta cada cumpleaños.
Allí está la Estación; testimonio del pasado Ferroviario. En ella habitan duendes que van y vienen con sus sueños, expectativas, ansiedades, frustraciones. En algún lugar se agitan los pañuelos del pasado, las voces y abrazos, las expresiones de buenos augurios. Y las lágrimas por partidas y reencuentros.
Pasado ferroviario que es presente porque estación, vías, durmientes y algún vagón constituyen también un sentimiento.
Y la fe. Esa que, si mueve montañas, tal vez haga realidad que vuelva el pasado. La fe manifestada en la ermita de San Expedito. “Si vos estás a mi lado, nada puede lastimarme ni frenarme”.
Brindamos por eso ¡Feliz aniversario Monte Comán!