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N° 3 – mayo-junio 2019
Noticiario Mensual
Colectivo de Estudios Históricos de la
Región de Coquimbo
PRESENTACIÓN
Estimados(as) amigas y amigos. Con fecha 14 de mayo fue puesto en vigencia el plan de trabajo ideado por el
colectivo para ser llevado a cabo durante el periodo marzo 2019 - marzo 2020. En esta orientación de propósitos
se recogen las inquietudes por ir cumpliendo metas acordes a la paulatina necesidad de alcanzar la madurez
como novel institución que aún somos. El citado plan anual consta de sietes puntos los que, expuestos de
manera sucinta, dan cuenta del interés por mantener los principios que en su momento sustentaron la creación
del colectivo, lo cual es posible apreciar según la expresión literal de los mismos:
Mejoramiento de la gestión en el propósito de aumentar el ingreso de socios.
Presentación de proyectos de manera diligente y oportuna a fondos concursables.
Realización de programas de capacitación interna mediante la realización de talleres con presentación de
ponencias de los socios investigadores respecto a avances de investigación, propuestas de investigación,
discusión de algún tema de investigación en particular, etc.
Desarrollar actividades de extensión dirigida a la comunidad regional con la entrega de charlas, talleres,
conversatorios, asesorías, etc.
Participación en reuniones de las especialidades que distinguen al colectivo, es decir, lingüística,
arqueología, historia, gestión cultural, etnografía, folclore.
Fortalecimiento de imagen en las redes sociales, visibilizando nuestro accionar, especialmente en la edición
de “El Chasqui” como noticiero mensual.
Programación de salidas a terreno con fines de estudios y acercamiento a otras realidades regionales.
Los editores
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NOTICIAS Y ACTIVIDADES
Primer Taller de Avances en Investigaciones del
Colectivo de Estudios Históricos de la Región de Coquimbo
Tal como ha sido aprobado en el plan de trabajo 2019-2020 del colectivo, el día 17 de mayo de 2019 se realizó el
primero de varios talleres cuyo objetivo es presentar ponencias sobre investigaciones en curso, incluido aspectos de
proyectos en distintas etapas de desarrollo, en pro de intercambiar conocimientos entre los socios del colectivo, como
también de abrir dicha iniciativa a la participación de organizaciones comunitarias.
Se agradece la gestión del socio Herman Carvajal por conseguir la sala de sesiones del Departamento de Artes y
Letras de la Universidad de La Serena, sede Colina El Pino, con lo cual, en un grato ambiente hubo intercambios de
opiniones desde las 19.00 a las 21.00 horas, exponiéndose cinco temas actuando como moderadores de la mesa los
socios Scott Heidmiller y Gastón Castillo Contador:
1.-Hildo Pinilla: “Historia de La Cantera-Pan de Azúcar”: Habiendo publicado el año 2014 el libro “Tierras
Blancas. Historia de una comunidad del norte infinito”, el autor prosigue con sus proyectos de trabajar en las
vivencias ancestrales de los sectores en torno a Coquimbo donde aún se palpa y saborea la ensoñadora ruralidad1.
2.-Francisco Fernández: “Alimentación en La Serena durante el siglo XIX”: F. Fernández encuadra sus estudios
en la novedosa línea de trabajar con colecciones de restos óseos de animales domésticos registradas en basurales de
origen históricos de La Serena, los mismos que pocos años atrás eran simplemente desechados como bienes de interés
patrimonial. El caudal de información respecto al tema de la alimentación en tiempos coloniales y republicanos
contribuirá a remediar el sesgo que hasta entonces se había mantenido en relación a los resultados obtenidos acerca
de la dieta en tiempos precolombinos.
3.-Herman Carvajal: “Origen y significado del nombre Coquimbo”: De tiempo en tiempo este tema cobra
relevancia porque las propuestas explicativas sobre la etimología del término Coquimbo siempre dejan alguna puerta
abierta a nuevas discusiones. Desde su perspectiva de versado lingüista en toponimia de las regiones de Atacama y
Coquimbo, Carvajal entrega su parecer, explorando las versiones sobre el particular y, a la vez, deja asentado lo que
a su juicio se acerca más a la realidad de acuerdo al propósito de quienes, en su lengua materna, bautizaron a un río,
una bahía y a una comarca con el nombre que perdura a través de los siglos2.
4.-Gastón Castillo G.: “Changos al sur de Paposo”: Se explora el curso de los acontecimientos ocurridos desde el
extremo norte de la provincia de Copiapó a un vasto territorio de ahí al sur, teniendo como punto de partida Paposo,
donde los genetistas han demostrado una relación entre los actuales pescadores, herederos de los tiempos changos,
con la tradición arqueológica costera basada en el desarrollo de la “cultura Chinchorro” ¿Qué sucedió con el
problema chango de Paposo al sur?, es la pregunta que orienta la búsqueda de respuestas en estas circunstancias3.
5.-Frank Vicencio: “Aproximación al patrimonio industrial en la Región de Coquimbo”: Invitándonos a
renovar el interés por la protección de los recursos culturales que nos rodean, mediante la exposición de 10 lugares
que según su punto de vista merecen ser ejemplos de una puesta en valor del patrimonio industrial en nuestra región,
junto con iniciar un novedoso camino en la investigación histórica local, el autor además hace un llamado a mirar
Ver acápite “Contribuciones” en este número.
Ibídem.
3
Ponencia que será publicada en la edición de El Chasqui N° 4.
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una vez más aquello que está ante nuestros ojos, pero que, con dejo de indolencia, suele considerarse simplemente
en calidad de “ruinas”.
Preparativos con la búsqueda de los papeles para tomar notas, pantalla lista y cafecito indispensable. A continuación,
Francisco Fernández entrega sus avances en conocimientos sobre la alimentación en La Serena durante el siglo XIX. Junto a
Hildo Pinilla, a la derecha de ambas fotos, dos damas, parientes de Hildo quienes gentilmente nos acompañaron y a quienes
se agradece su participación en el camino de hacer público experiencias como estas.
Participación en la celebración del Día del Patrimonio Cultural.
Respondiendo a una gentil invitación, el domingo 26 de
mayo de 2019 nos cupo participar en la celebración del Día
del Patrimonio Cultural, acto realizado en el Regimiento de
Infantería Nº 21 «Coquimbo». Contando con la
colaboración de los socios Francisco Aspe, Julio Cortés,
Frank Vicencio, Ana Araya, Gastón Castillo Contador y
Gastón Castillo Gómez, el colectivo formó parte de un
stand informativo atendiendo consultas del público en un
horario de dos turnos.
Pendón del colectivo a la vista, se repartieron dípticos
explicativos sobre la historia, propósitos y afanes del
colectivo por crecer en sus objetivos, exhibiendo
también los números 1 y 2 de “El Chasqui”, incluida información de cómo bajar este medio de difusión de la
página web en que se encuentra. Mucha conversación nacida del interés de los visitantes y amables invitaciones
a que nos conocieran como institución dedicada al estudio de temas sobre la región de Coquimbo en el plano del
patrimonio cultural, marcó la tónica de un día en que nos honró haber participado.
De izquierda a derecha, los socios presentes en la difusión
del colectivo Gastón Castillo Gómez, G. Castillo Contador,
Julio Cortés, Francisco Aspe y Frank Vicencio L.
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Gastón Castillo Contador en plena actividad de atención de público.
Ceremonia de presentación del libro “Entre vuelos y pájaros. Estudios Históricos y
Lingüísticos sobre el Limarí. Homenaje a Guillermo Pizarro Vega”
Hugo Pizarro Rojas y Gastón Castillo Gómez
interviniendo en la ceremonia, según lo establecido en el
programa de la Corporación Municipal de Ovalle.
El día 13 de junio de 2019 fue el punto culmine de una actividad
en que los socios Herman Carvajal y Gastón Castillo (editores
científicos), junto con el historiador Patricio Cerda, fueron los
impulsores para -mediante la publicación de un libro- rendir un
homenaje al fallecido escritor y amigo ovallino Guillermo
Pizarro Vega (Q.E.P.D.). Varios meses transcurrieron en idear
contenido, extender invitación a otros investigadores, pensar en
el formato, título y otros detalles propios de un cometido como
el señalado; como así también llegar a buen puerto gracias al
apoyo brindado por la Ilustre Municipalidad de Ovalle a través
de la Corporación Cultural de este municipio, contando con la
especial presencia de la esposa de Guillermo Pizarro, señora
María Loreto Rojas y de su hijo Hugo Pizarro Rojas.
En nombre del colectivo asistió a la presentación de la obra
“Entre vuelos y pájaros. Estudios Históricos y Lingüísticos sobre el Limarí. Homenaje a Guillermo Pizarro Vega”,
una delegación formada por los socios Herman Carvajal, Francisco Aspe, Hildo Pinilla y Gastón Castillo Gómez,
siendo recibidos por los señores Ifman Huerta Saavedra y
Sergio Peña Álvarez, Director Ejecutivo y Coordinador de
Patrimonio e Identidad de la Corporación Cultural,
respectivamente.
Además de Herman Carvajal y Gastón Castillo estuvieron
presentes los autores de artículos, Sres. Jorge Pinto,
Patricio Cerda y Luis Guerrero.
Teniendo como escenario el Foyer del Teatro Municipal de
Ovalle, se dio inicia a la ceremonia con las palabras del
señor Ifman Huerta en nombre del presidente de la
Corporación, alcalde Claudio Rentería Larrondo, seguido
de emotivas palabras brindadas por la Sra. María Loreto Hugo Pizarro R. y su madre, María Loreto Rojas, franqueados
Rojas, culminado el acto de homenaje con las por los socios del colectivo Hildo Pinilla, Herman Carvajal
intervenciones de Hugo Pizarro, refiriéndose el primero a (mostrando un ejemplar del libro homenaje) y Gastón Castillo.
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la obra de su padre y los deseos por entregar a la comunidad la numerosa documentación que ha quedado en el tintero
y posteriormente Gastón Castillo se sumergió en detalles de cómo se concretó la elaboración del libro, sin olvidar el
agradable intermedio musical brindado por dos jóvenes músicos y los parabienes en medio del coctel de despedida.
Por último, cabe señalar el contenido del libro mencionado:
Carlos Ruiz R., “La obra de Guillermo Pizarro y su contribución al conocimiento de nuestras raíces e identidad”.
Luis Guerrero R., “Una aproximación etnolingüística a la antroponimia indígena del valle del Limarí”.
Herman Carvajal L., “Toponimia indígena del valle del Limarí”.
Gastón Castillo G., “Repartos, matrículas, expedientes: comunidades indígenas en la terratenencia española del
Limarí colonial”.
Patricio Cerda C., “Formación de la sociedad colonial en el valle del Limarí 1700 – 1818”.
Monserrat Arre M., “Amos y esclavos en tierras del Limarí: un estudio de genealogías cruzadas”.
Jorge Pinto R., “Un informe, una visita y reminiscencias relativas al departamento de Ovalle. 1887 -1930”.
Charla sobre la Cultura Diaguita
Herman Carvajal fue invitado por el Colegio
Albert Einstein de La Serena a impartir una
charla sobre la Cultura Diaguita, llevándose a
cabo esta actividad el día 25 de junio recién
pasado, contando con la colaboración de Gastón
Castillo. La charla fue dividida en dos partes.
En su calidad de lingüista, H. Carvajal
interactuó con el alumnado del curso de
“Séptimo Pasteur” y con la profesora de arte del
mismo, señora Yelica Caric Pujados, respecto a
la toponimia indígena del valle de Elqui y otros
lugares de la región de Coquimbo, poniendo
énfasis en la representatividad del topónimo
aludido, en términos de la geografía donde
habitó la población indígena en tiempos del
dominio inca. Por su parte, Castillo hizo
mención a la arqueología de la cultura Diaguita
mediante una combinada exposición de
imágenes conjugando dibujos que idealizan la
vida de los Diaguitas en tiempos precolombinos
y fotografías reales de su materialidad más
significativa (cerámica, metalurgia, medios de
navegación y pesca, etc.).
Con actividades de esta naturaleza se va Herman Carvajal exponiendo a los alumnos detalles sobre la toponimia
indígena del valle de Elqui, incluido el nombre de Coquimbo, en el
cumpliendo el propósito de tender puentes contexto del desarrollo del pueblo Diaguita.
hacia la comunidad, toda vez que el plan 20192020 señala como un acto prioritario generar acercamientos a colegios, juntas de vecinos, clubes deportivos u
otras organizaciones de base y de bien público que requieran de nuestra asistencia en temas de orden patrimonial.
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CONTRIBUCIONES
HISTORIA DE PAN DE AZÚCAR. LOCALIDAD CAMPESINA DE COQUIMBO4.
Hildo Pinilla5
El problema del estudio nace de la necesidad de buscar respuesta a la pregunta: ¿Cómo se ha configurado el desarrollo
Histórico y Social de la localidad de Pan de Azúcar?
El Objetivo General de esta investigación es Visibilizar y poner en Valor el Desarrollo Histórico y Social de Pan de
Azúcar, destacando su protagonismo individual y colectivo, el fortalecimiento de su identidad y esencia nortina en
la Comuna y Región de Coquimbo.
Como una forma de hacer operativo el proceso de estudio de la localidad de Pan de Azúcar se asumieron los
siguientes Objetivos Específicos:
1.- Compartir con la comunidad regional una publicación que permita transferir los resultados del trabajo
desarrollado, en el cual se visibilice y sitúe en justicia y valor la Historia de la localidad de Pan de Azúcar, destacando
su aporte en el progreso y desarrollo de la Comuna y Región de Coquimbo.
2.- Reconocer y valorar en la localidad de Pan de Azúcar, sus personajes e instituciones, destacando sus obras como
aportes al Patrimonio Regional, Historia e Identidad Cultural y Social de Coquimbo.
Resumen
Este trabajo pretende visibilizar y poner en valor el desarrollo histórico y social de la localidad de Pan de Azúcar, su
protagonismo individual y colectivo como aporte sustantivo a la comuna y Región de Coquimbo, colaborando,
vivenciando y fortaleciendo su identidad y pertenencia nortina.
Esta localidad tiene en su génesis lo rural y la ruralidad campesina. Su naturaleza y territorio incluye además
potencialidad minera en los cerros aledaños, crianza de ganado menor, por ello en este proceso histórico y social
cobra sentido y vivencia la encomienda, las mercedes de tierras, la hacienda, el fundo, la estancia, la reforma agraria,
el asentamiento agrícola, la parcelación y las nuevas proyecciones sociales.
El 17 de marzo de 1795, los hermanos Heuland, hacen referencia específica a la localidad y al cerro aludido como
Pan de Azúcar (Axúcar) en su viaje a Punitaqui, hoy identificado como Cerro de La Virgen y Cerro Pan de Azúcar;
cuyas coordenadas GPS son Latitud: -29.9833 y Longitud: -71.2833.
Oficialmente se reconoce a Pan de Azúcar como subdelegación del Departamento de Coquimbo mediante el Decreto
Supremo N° 185 de fecha 31 de octubre de 1866. Confirmado por ley de Municipalidades del 22 de diciembre de
1891 (Decreto S/N), como la 5° Subdelegación de Pan de Azúcar, la 6° de Tambillo y la 7° de Andacollo.
4 Resumen de ponencia presentada primer taller de avances en investigaciones del Colectivo de Estudios Históricos de la Región de
Coquimbo.
5 Ingeniero en Ejecución en Mecánica, Magister en Estudios Latinoamericanos e Investigador en Cultura Campesina.
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Personajes e Imágenes de Pan de Azúcar
Don Fernando Segundo Gómez Pizarro. Habitante de la
localidad de Cerrillos. Su experiencia personal es reflejo de
la identidad en el desarrollo de Pan de Azúcar.
Don Pedro Hernán García Ruiz, personaje de
Tambillos. Refranero y hablante en jerigonza.
Dirigentes de la Liga independiente de fútbol de Pan
de Azúcar. De izquierda a derecha los señores Luís
Juica, Director de Organización; Eloy Castillo,
Vicepresidente; Jaime Castillo Aliaga, Presidente; Juan
Toro Avilés, Secretario; Cristian Galleguillos,
Director; Manuel Muñoz, Tesorero.
8
Antigua estación de ferrocarriles de Cerrillos de Pan de
Azúcar.
Frontis de la hermosa Hacienda Corazón de María.
Remembranzas de pasadas décadas de productividad.
Escuela de Tambillos. Entre el ayer y hoy de la ruralidad
coquimbana.
Ruinas del puente aledaño a lo que fue la
Estación Andacollo.
9
¿CUÁL ES EL LUGAR DE NUESTRA REGIÓN QUE
ORIGINARIAMENTE FUE LLAMADO “COQUIMBO”?6
Herman Carvajal Lazo7
En nuestros intentos por dilucidar el significado lingüístico del topónimo “Coquimbo”, forzosamente tenemos que
plantearnos la interrogante del título. Si logramos precisar el sitio que por vez primera llevó el nombre que nos
preocupa, la posibilidad de acceder a un significado plausible se acrecienta notablemente.
Dos son las lenguas amerindias que disputan la convicción de que “Coquimbo” sea un nombre perteneciente a alguna
de estas lenguas: la quechua o la mapuche (mapudungún). Ambas lenguas se caracterizan por denominar sus
topónimos destacando características morfogeográficas de los sitios bautizados.
Yendo a la pregunta inicial, debemos convenir en que los lugares que disputan la primacía de constituir el sitio
originario tildado como “Coquimbo” son tres:
1. El pueblo indígena llamado Coquimbo, residencia del representante Inca con sus tropas y mitimaes
(aproximadamente en Altovalsol actual, al lado norte del río).
2. La dualidad río-valle de Coquimbo (desde la confluencia de los actuales Río Claro y Río Turbio, en
Rivadavia, hasta la desembocadura del río en el Pacífico, junto a La Serena.
3. El casco antiguo de la ciudad de La Serena (tal vez ampliado con la inclusión del arrabal de La Chimba
que se extendía hasta la calle Amunátegui actual)8.
La proposición etimológica de Asta-Buruaga9 de que Coquimbo signifique “tambo de plata” inclina -en principiola balanza hacia el pueblo incaico de Coquimbo (la residencia del curaca),
“El valle de este río estaba poblado, á la llegada de los españoles, por indios de la antigua
raza peruana, dependientes de los incas (véase Tequirque); y se le conocía con el nombre
de Cuquimpu, tal vez alterado de Cullquitampu, que en quichua significa tambo ó estación de
plata, y corrompido por los españoles después en Coquimbo”10.
“hipótesis que podría tener algún fundamento si se acepta que los incas conocieron los
minerales de plata que estaban al norte de la bahía, donde más tarde se descubrió el mineral
de Arquero. Si así hubiera ocurrido, es lógico pensar que al valle se le llamara tambo de plata,
porque además de ser un lugar apto para el descanso, habría tenido una riqueza minera que
permitía identificarlo”11
6
Ponencia presentada primer taller de avances en investigaciones del Colectivo de Estudios Históricos de la Región de Coquimbo.
Profesor de Castellano. Magíster en Lingüística. Ex profesor e investigador en su especialidad en la Universidad de La Serena. Ha
publicado varios trabajos, entre ellos: “Algunas referencias sobre la lengua de los Diaguitas chilenos”. LOGOS, 1, pp. Universidad de La
Serena, 1989, Vicuña y la toponimia del valle de Elqui (1993), Ovalle y la toponimia indígena del Limarí (1998).
8
Descartamos de este listado a la ciudad-puerto de Coquimbo, puesto que su nombre es posterior a los tres sitios que mencionamos. De
hecho, Coquimbo (puerto) tomó su nombre de Coquimbo (ciudad de La Serena), como lo comprueba la Historia.
9
Asta-Buruaga y Cienfuegos, Francisco, Diccionario Geográfico de la República de Chile, N. York-D.Appleton y Compañía, 29 edición,
1899, s.v. Coquimbo (Río).
10
Op. Cit., s.v. “Coquimbo”.
11
Pinto Rodríguez, Jorge, “El Puerto de Coquimbo Durante la Colonia (1544-1810)”. En Coquimbo, Historia e Identidad, 8000ac-2015
Patricio Cerda Carrillo & Celso López San Francisco, Directores-Editores, Coquimbo, 2016, (69-90), pág. 77-78. Y en Pinto, Jorge, La Serena
Colonial, Ediciones Universitarias de Valparaíso, U. Católica de Valparaíso, 1983, pág.83.
7
10
Asta-Buruaga debió partir de “kukimpu”. De allí dedujo que el primer formante era “kuki” (el que derivó de
“khullki”) y el segundo formante sería “-mpu”, el que supuso sería la terminación de “tampu”12. Y de “khullkitampu”,
por contracción, o corrupción (como dice Asta-Buruaga), o técnicamente por síncopa, se llega a “kukimpu”
(“Coquimbo”). El quechua clásico sólo posee tres vocales: a-i-u. Por un proceso de hispanización la “u” suele caer
en el ámbito de la “o” y la “i” en el de la “e”.
Otro significado que se postula para “Coquimbo” es ‘tambo del agua’13.
“Sobre el sitio de La Serena, llamada indistintamente Coquimbo por los cronistas, o figurando
esta ciudad, al igual que las otras, se trazó sobre el antiguo poblado de origen incaico: “tambo
del agua” o “Coquimbo”, por los restos que aún quedan al revisarse los límites de la ciudad en
1556”14.
Tendríamos que convenir en que también esta acepción se enmarca en la posibilidad o vertiente quechua por la
mención de tambo, vocablo inserto en la tradición inca. No obstante, la remisión al punto originario que se llamó
“Coquimbo” se complejiza notablemente en razón de la multiplicidad de sitios a los que podría convenirles esta
etimología. Le conviene a “Coquimbo”, la residencia del curaca, por ser un sitio adyacente al río. Pero lo mismo es
válido para el casco antiguo de la ciudad de La Serena; aún más: La Serena (con la denominación prehispana y
colonial de “Coquimbo”) se encuentra flanqueada por el río Coquimbo y por el agua que fluía por la Quebrada de
San Francisco (la Alameda actual). Sin contar con la presencia cercana del mar. También le vendría bien al
Coquimbo-puerto, por la alusión al agua, pero se debilita la tesis porque no hay constancia de que haya sido un
tambo.
Ahora bien, considerando esta hipótesis, desde el punto de vista lingüístico el vocablo “Coquimbo” (o cuquimpu)
debería reflejar en sus formantes la doble alusión, tanto al “agua” como al “tambo”. Habría que descartar el análisis
de Asta-Buruaga, que hace el corte en ‘cuqui’ y ‘-mpu’, porque nos llevaría de nuevo al significado ya analizado de
‘tambo de plata’. La segmentación tendría que ser ‘cu’ más ‘quimpu’. ‘Cu’ (o ‘co’) sería ‘agua’ y ‘quimpu’, ‘tambo’.
Pero “co” no es agua en quechua, ni tampoco aparece en algún diccionario quechua-español la palabra “quimpu”.
¿Y si fuese un vocablo mapuche? Por de pronto, “co” significa ‘agua’ en esta lengua. Pero ‘quimpu’ no significa
‘tambo’. Provendría de un verbo mapudungún que significa “trozar”, “convertir algo en pedazos”15. Así es que
Coquimbo significaría ‘trozo de agua’. Obsérvese lo impropio de calificar a un río como un “trozo” o “pedazo” de
algo. Forzando un acomodo, podría definirse como “hilillo de agua”. Y todavía habría que justificar la inusual
posición en mapuche del formante ‘co’ como inicial de palabra.
La variante moluche propuesta por Pedro León Gallo, ‘lugar de aguas tranquilas’, no se sostiene ni documental ni
lingüísticamente. No siendo el primer sitio llamado Coquimbo no procede explicar la etimología acudiendo a las
características positivas de la bahía (‘lugar de aguas tranquilas’).
“El origen del nombre Coquimbo es indígena, de aquellos indómitos Moluches (jente de guerra)
que, ignorándose su procedencia, poblaban el territorio de Chile, desde Copiapó a Chiloé.
12
Esta es nuestra principal restricción para adscribirnos a cabalidad a esta etimología: nos parece sumamente improbable que el
diccionarista pueda inferir de tres fonemas (-mpu) con certeza la presencia de la voz “tampu”.
13
Osvaldo Cáceres González, “Las ciudades fundadas por Pedro de Valdivia” (1989) en Cartas de don Pedro de Valdivia. Quinto Centenario,
Extremadura Enclave 92, Editorial Andrés Bello. Editorial Lumen, 1991. Pág. 228).
14
Op. Cit., pág. 228.
15
En efecto, el diccionario de Augusta registra la voz 'Ko' (s. el agua), y 'Kümpu/n', (despedazar algo, hacerlo trozos). Augusta, Fray José
de, Diccionario Araucano-español y español-Araucano, Tomo I: Araucano-español. Padre Las Casas, Imprenta y Editorial San Francisco,
1966. s.v. ko y kümpu/n.
11
Coquimbo significa “lugar de aguas tranquilas”, y, en realidad, que este significado
corresponde fiel y exactamente a las características de nuestra bahía, cuyo mar no se altera
jamás”16 .
Como lo hemos planteado desde el principio en este paper es el primer lugar que se denominó “Coquimbo” el
que nos va a arrojar las pistas de su etimología (“Coquimbo”, la residencia del curaca, al lado norte del río). Desde
allí el nombre pasaría a denominar al valle y al río que lo riega, y desde aquí a darle nombre al sitio de La Serena.
De La Serena (nombrada en casi toda la Colonia como “Coquimbo”) “saltó” el nombre al surtidero, rada y después
puerto de Coquimbo. El nombre de “Coquimbo” ha sido la denominación, además, del Corregimiento, del Cabildo,
de la Intendencia, de la provincia, del Departamento, de la Gobernación, de la Asamblea Provincial, del Municipio,
de la Comuna, y desde 1975 es el nombre de nuestra Región de Coquimbo.
La Serena, junio del 2019.
16
Gallo, Pedro León, “Guía Comercial de Coquimbo”, Imp. y Encuadernación “La Favorita”, Álvarez Hnos.., Coquimbo, 1919, pág. 87.
12
CRÓNICA
QUEBRADA HONDA: MEMORIAS DE MINEROS Y ESTANCIEROS
EN PARAJES COMUNITARIOS DE LA COSTA COQUIMBANA.
Gastón Castillo Gómez17 y Julio Cortés Miranda.18
Por años, la dedicación a desentrañar páginas de la historia de Quebrada Honda, esencialmente desde el punto de
vista de una minería entroncada en el lugar desde tiempos coloniales, ha sido mérito de Julio Cortés 19. Por eso se
agradece la invitación de mi amigo para profundizar en la hondura tanto geográfica como cultural de este vallecillo
que, por lo general y a la vera del raudo tráfago vehicular por la vecina y vertiginosa cinta asfaltada 20, se asoma en
tintes pardos y verdosos culebreando secamente por la estrechura y el pálido peñascal hacia la playa de Caleta de
Los Hornos.
Quebrada Honda se encuentra ubicada en la Comuna de La Higuera, Región de Coquimbo (Lat. 29°36’ y Long.
71°12’). Desde la vertiente cultural tiene una larga historia cuyos hitos están saliendo a luz mediante un proyecto de
investigación donde los antecedentes hasta ahora conocidos indican que tempranamente estas tierras quedan fuera
del sistema de encomiendas y se disgregan en estancias desde su nacimiento hasta el mar; por ejemplo, El Toro,
Corral de Piedra, El Maray, Quebrada Honda, Los Hornos; heredades propicias para el desarrollo de actividades
agro-ganaderas de subsistencia, especialmente crianza de caprinos y bovinos, complementarias a economías de
mayor sustento como es el caso del valle de Elqui.
Decisivo para perfilar el derrotero histórico del lugar fue la llegada a La Serena de La Compañía de Jesús, religiosos
que alrededor de 1678 inician la compra de tierras en forma directa y/o por medio del remate. Por eso:
“...así es como la estancia de la Punta (del Teatino) perteneciente a los Cortés y Riberos, pasa a
poder de los jesuitas junto con la estancia del Arrayán y la estancia de Buenos Aires ubicada al norte
de La Serena” 21.
Se adquieren también las estancias vecinas de Los Hornos y Quebrada Honda, y así se va configurando un amplio
dominio de tierras ubicadas al norte de Punta de Teatinos dedicadas especialmente a la crianza de ganado menor.
Estos antecedentes vienen a calzar con lo que dice la tradición oral en cuanto a que los lugares que nos preocupan
pertenecieron a esta orden religiosa. A poco andar, en 1688, el padre Antonio Alemán, Procurador de la Provincia
de Chile de la Compañía de Jesús, procede a vender un “pedazo de sierra” a Bernabé López, señalándose:
“...que es de este dicho colegio que comienza desde quebrada onda que fue antiguamente fundición
de Doña Magdalena Zabala hasta la quebrada y un potrero que está arriba de dicha quebrada” 22
Por estar esta porción de terreno a trasmano y no servir a los propósitos económicos de la Orden, el padre Alemán
justifica:
“...que asi las vendo por no haber servido ni serviría al dicho colegio de ninguna obligación por su distancia y
sólo se aprovechan de dichas tierras los que pasan al Perú, sus tropas de mulas y por quedarle al colegio
bastante para cuanto quisiese tener ganado mayor y menor pues comienzan desde la chacra de la Chimba y
corren hasta dicha quebrada honda, en que entran las tierras de la Punta, Ulpuchina, Chachinas, Romeral,
Arrayan, quebrada onda y asimismo tiene dicho colegio el asiento de los Hornos...” 23
17
Arqueólogo especialista en culturas prehispánicas de Atacama y Coquimbo.
Investigador de historia local con especialidad en documentación sobre minería colonial.
19
“Historia a la vera del camino. Apuntes para construir la historia de Quebrada Honda”, Julio Cortés M. (Ms).
20
Ruta 5.
21
Cortés, Hernán. 1984.- “Constitución de la propiedad agraria de la Compañía de Jesús en el Corregimiento de Coquimbo”. (Ms.) Facultad
de Filosofía, Humanidades y Educación. Universidad de Chile. La Serena.
22
Cortés, Hernán. Ibid.
23
Cortés, Hernán. Ibidem.
18
13
1.-Estado actual de la iglesia local, ubicada en la propiedad de la Familia Godoy Pizarro,
estancia El Maray, vecina por el este a la comunidad de Q. Honda. Dataría aproximadamente
del año 1860. 2.-Fiesta religiosa de El Maray en honor a la virgen del Carmen. 18 de enero de
2006.
De todas maneras, se continúa disponiendo de vastedades de tierras más a la mano de la urbe serenense, escenario
que, no obstante, la aridez reinante, alberga crianza de ganado mayor y menor desde Punta de Teatinos, hasta
Quebrada Honda y sectores aledaños como Juan Soldado, Robledo, Aguadas de Zeledón, Brillador y el Romerillo.
Como típica tierra de secano, es posible pensar que la ganadería menor persistió en medio de los acostumbrados
períodos de sequías que caracterizan al medio semiárido chileno, ya que la crianza de cabras, más que una agricultura
de quebradas, ha sido el complemento económico ideal para familias que rasguñan el sustento en parajes de dura
topografía, entre ellos quienes escudriñan la tierra con combos, palas y barrenos.
A propósito, es a inicios del siglo XVIII que en Quebrada Honda comienzan a perfilarse las actividades que la
hicieron conocida como uno de los centros mineros más importantes del Corregimiento de Coquimbo, trabajándose
el mineral del mismo nombre, el cual, de acuerdo al Empadronamiento General del año 1738 24, contaba con una
población de 29 personas, especialmente mineros, barreteros y apires. Por su parte, la estancia Quebrada Honda era
ocupada y beneficiada por los hermanos Justo y Pedro Marín, quienes la arrendaban a la viuda Teresa Sandón, y que
según el empadronamiento eran dueños de 100 vacas, 200 ovejas, 200 cabras, 8 caballos y 30 yeguas.
Mediante avanza el siglo XVIII las actividades mineras se amplían gracias al descubrimiento de las minas de oro de
El Potrero, El Toro y Diaguito25, cuyos productos, de acuerdo a Vicuña Mackenna, eran trasladados a La Serena para
su molienda y procesamiento26, notándose en este aspecto la relevancia alcanzada por arrieros capacitados para
sortear con sus tropas las dificultades de una ruta ostentosamente llamada “Camino del Rey”, a pesar que aquello no
pasaba de ser una simple huella.
Posterior a 1788, año en que Antonio Martínez de Matta informa sobre los minerales existentes en el reino de Chile,
sólo se mencionan Quebrada Honda y El Potrero27. A fines de este siglo también concluye la explotación de los
minerales auríferos que dieron fama al sector. Es así como en un documento de 1798, emitido por Miguel Riveros
Aguirre sobre “el real de La Serena”, en cuanto número y clase de minas en labor y abandonadas, sus productos
anuales y propietarios de las mismas, se menciona solamente laboreos en Talca, Andacollo y Quebrada Honda,
acotándose que:
24
Empadronamiento General del año 1738. Archivo Nacional. Real Audiencia. Vol. 666, pieza 2, Fjs. 9-83v.
Diaguito, durante el siglo XIX se reconoce como un ingenio de fundición de cobre perteneciente a don Joaquín Edwards y de acuerdo al
censo de 1854 contaba con una población total de 89 personas (Archivo Nacional, Intendencia de Coquimbo, Vol. 306)
26
Vicuña Mackenna, B. 1969. La Edad del Oro en Chile: 135. Edit. Fco. de Aguirre. Buenos Aires. Argentina.
27
Martínez de Matta, Antonio. 1788. Noticias de las principales minas conocidas en el Reino de Chile, sacadas de la visita general que se
hizo de ellas el año 1788. Revista Chilena de Historia y Geografía N° 111. 1948: 274-291. Soc. Chilena de Hist. y Geogr. Santiago.
25
14
“siendo evidente, que estos dos últimos minerales son los que hoy sobstienen el Partido, estando las
mas dellas en poder de sujetos de escaso ánimo y estrechados con muy cortos socorros” 28.
Noticias acerca de poco empeño y escasez de recursos por parte de los mineros también alimentan hipótesis que se
trabajan respecto al decaimiento de las faenas extractivas en Q. Honda, sumando a ello el deterioro por antigüedad
en la infraestructura de los piques, anegamiento de las minas, encarecimiento en los costos de explotación y traslado
del mineral a La Serena, además del bajo precio que afectó al valor del oro a fines de siglo XVIII.
No obstante, en el curso del siglo XIX se desarrollan varios trabajos de carácter minero y metalúrgico al interior de
Quebrada Honda. También florecieron labores agrícolas y ganaderas, emergiendo numerosos signos de
asentamientos humanos cuyos vestigios se pueden observar no sólo en el cauce central de la quebrada sino también
en sus tributarios y rincones esparcidos especialmente por el lado sur del área que nos ocupa.
Con el inicio de la explotación de los minerales de cobre en La Higuera hacia 184029, sumado al aumento del precio
internacional del cobre, se observa una dinámica que no sólo renovó el desarrollo de la minería y metalurgia local,
expandiendo la bonanza hacia complejos aledaños, incluido Q. Honda, contando por esas fechas con una pequeña
población cuyo mayor número de habitantes se concentraba en el pueblo que hasta hoy perdura, antaño avistado por
el sabio Ignacio Domeyko en su viaje a Copiapó en 1840:
“En este valle, a una milla del mar, se ven algunas casitas blancas a la sombra de higueras y chozas
de pastores con cercados para cabras, un arroyuelo, al que debe la vida este pequeño oasis no llega
hasta el mar sino que, cerca de él, penetra en los bancales de arena y grava que cubren el fondo de
todo este valle, otrora sin duda lecho de un gran río” 30.
Junto al desarrollo de varios minerales de cobre y en menor medida de oro y plata, tuvo lugar una importante actividad
metalurgista, levantándose ingenios cupríferos en El Maray, El Daín, Diaguito, Corral de Piedra y El Toro. El Maray
ya funcionaba en 184031 y, de acuerdo al censo de población de 1854, allí habitaban 61 personas, 89 en Diaguito, 22
en Corral de Piedra y 22 en El Toro32.
Un componente relevante para los propósitos metalurgistas fueron los marayes, los cuales se distribuyen en varios
puntos de la quebrada, identificándose también un tipo de trapiche “seco”, a fuerza humana o animal, que no requiere
de agua corriente para su funcionamiento. Existen evidencias que ambas tecnologías han sido usadas hasta la década
de 1990.
Tratándose de economías frágiles o de subsistencia, producto de las variaciones que tuvo el mercado del cobre en el
siglo XIX, se produjeron sustanciales cambios en el modo de vida de los pobladores de Q. Honda. Es así como de
una base agroganadera que se había instalado en tiempos mejores, varió a minera/ganadera y a ganadera/pescadora,
situación supeditada no sólo al vaivén del mercado, sino también a los efectos climáticos, ya que la circularidad entre
las sequías y “los años buenos” han sido relevantes en el devenir de los pobladores del lugar.
28
Archivo Nacional, Tribunal de Minería. Vol. 8, fj. 52. Estos minerales fueron procesados en los marayes y hornos que hubo en el sector
denominado “Barranca del Mar” y que actualmente alberga al Parque Pedro de Valdivia.
29
En el informe de 1788 Martínez de Matta se refiere al mineral de La Higuera como “abandonado, hay en él muchas vetas de cobre
todavía intactas”. (“Noticias de las principales minas conocidas en el Reino de Chile, sacadas de la visita general que se hizo de ellas en
1788”. RCHHG N° 111. 1948:274-291. Santiago.).
Además, en la “Razón de los minerales abandonados desde la ciudad de la Serena asi el Norte y Oriente hasta los deslindes del Distrito de
Coquimbo por otros rumbos”, del 28 de septiembre de 1789, se menciona para el Mineral de La Higuera, “Hay seis vetas trabajadas por
don Miguel de Aguirre que están despobladas”. (TM, Vol. 2, Fj.238).
30
Domeyko, Ignacio. 1978. “Mis Viajes. (Memorias de un exiliado)”. Tomo I: 381. Ediciones de la Universidad de Chile. Santiago.
31
Carta del administrador del ingenio, don Francisco de Paula Díaz al Intendente, fechada el 7 de septiembre de 1840. Archivo Nacional.
Intendencia de Coquimbo. Vol. 171. Comunicaciones recibidas de las Subdelegaciones, 1840-1847.
32
Censo de 1854. Archivo Nacional, Intendencia de Coquimbo, Vol. 305.
15
3.-Marayes dispuestos por si la tierra reverdece en derroteros.
Sector El Pantano en la comunidad, costado sur de la quebrada.
Vista al sureste.
En el siglo XIX se identifican los límites de propiedades particulares y la perduración de tierras de estancias. De
acuerdo a escrituras consultadas, Toro, Corral de Piedra y El Maray no han perdido una calidad de estancia derivada
a lo menos del siglo XVIII. Caso contrario, desde mediados del ‘800s Q. Honda es reconocida como “estancia
comunera”, nombre que se mantiene durante el siglo XX, consolidándose como territorio de uso pluripersonal con
la creación de la “Comunidad Agrícola de Quebrada Honda” el 30 de agosto de 1977; en ese entonces conformada
por 59 socios33. Mineros, cateadores, arrieros, cabreros, agricultores y pescadores han visto pasar cuatro siglos de
actividades tradicionales, las mismas que desde finales del ‘900s se han ido restringiendo cada vez más, aferrándose
al terruño no obstante las adversas condiciones climáticas, migración de las nuevas generaciones y la muerte de los
“viejos comuneros”.
Un vistazo arqueológico en los sequedales comunitarios del presente.
El opaco verdor de algunas laderas y de improntas agrícolas de subsistencia disfraza un tanto la sequedad reinante,
efecto que en algunos casos incita al abandono del terruño para buscar mejor fortuna en otras localidades,
especialmente en la urbe serenense. Siendo la aridez un problema consustancial en la supervivencia de los moradores,
a la versada síntesis expuesta por Julio Cortés agregaremos una información aportada por el antropólogo Carlos
Munizaga en relación a la ingeniosa y a la vez desesperada forma de enfrentar una cruenta sequía de parte de una
familia de Quebrada Honda en la década de los setentas del siglo pasado. Por ello, en la oportunidad se cuenta que
ante la carencia de agua:
“hacia la mitad de la quebrada un agricultor y sus dos hijos han abierto un par de pozos en el lecho
de la quebrada y además han excavado un túnel que atraviesa la quebrada de tal manera que
aprovechan íntegramente el agua que fluye a pocos metros del subsuelo, lo que les permite llenar un
pequeño tranque con el que mantienen una pequeña plantación
33
Comunidad que limita al N con la estancia La Higuera, al S con la quebrada y Comunidad El Chacay, al E con la Estancia El Maray y al O
con la estancia Los Hornos.
16
y riegan un sembrado de hortalizas”34.
4.-Propiedad privada al oeste de la comunidad. Como muchas otras, ha sido abandonada con el tiempo, quedando como testigo la
morada, el corral para el ganado y la redondez de un espacio para domadura. 5.-Ingentes esfuerzos para cubrir con andenes de
cultivo la abrupta ladera en el fondo de quebrada Los Panules, situándose allí el goce singular que perteneció a don Rolando
Romero, fallecido comunero de quien dimos noticias en El Chasqui N° 2.
Vivencias al ritmo de la “vuelta de los años”, “vuelta del lucero”, “turno de los años buenos”, posición del “río
Jordán”35 en la bóveda celeste, “rogativas” y de otras variadas formas en que el campesinado busca encontrar
soluciones más cosmogónicas ante la falta del vital elemento, se pueden escuchar en intercambios cara a cara con
los afectados y seguramente la tradición transmite conocimientos de profunda raigambre donde el aspecto religioso
de uno y otro tiempo es un puente alimentado por el fervor de los fieles. Digamos que la pequeña capilla levantada
en la estancia El Maray, así como la fiesta en honor a la virgen del Carmen, canalizan la necesidad de rogar por
mejores años.
En tanto, un par de grandes roqueríos suspendidos en la ladera norte de la quebrada evocan lazos con un pasado
donde se percibe la impronta indígena de plasmar imágenes en soportes rocosos, emulando lo que ha sido bautizado
etnográficamente como “imágenes votivas”, es decir, de culto, entre poblaciones andinas sobrevivientes al “proceso
de extirpación de idolatrías” impuesto por la administración española.
“Piedras Pintadas” es un calificativo asignado en la publicación de un reciente libro, estimándose “que representan
diversas actividades de pastoreo que realizaban los pueblos precolombinos a la orilla de Quebrada Honda”36, por
su parte, para los lugareños son huasos bailando cueca, no obstante que según Julio Cortés estaríamos ante escenas
de carácter históricas, plasmadas entre los siglos XVIII y XIX, donde se mezclan figuras tanto ligadas al
bandolerismo como al ámbito religioso.
“La sequía y su impacto en las poblaciones humanas de las provincias de Coquimbo y Atacama: Un enfoque ecológico”. Seminario sobre
uso de los recursos de agua en Chile (16 de junio al 1 de julio de 1972). Juan Munizaga et. al. Manuscrito de 29 páginas, sin fecha.
35
Vía Láctea.
36
“Caleta Los Hornos. Imágenes, memoria e historia”. José Aguilera Martínez, 2018. Editorial Universidad de La Serena. 179 páginas. La
Serena.
34
17
6.-Banda norte de la quebrada principal. Límites entre la estancia El Maray y la comunidad
Q. Honda. Panel con figuras subactuales.7.-Figuras que, según el parecer de Julio Cortés,
aquí se estaría retratando “una escena de abigeato” pintándose en rojo “jinetes y huasos
laceando caballos, otros como apuntando, y aves volando”, mientras que en tono negro
estaría representado un “cura misionero”.
Toda la quebrada y sus afluentes carecen de estudios científicos avalados por rastreos sistemáticos de evidencias sobre
asentamientos previos al periodo colonial, y es a razón de datos muy generales, entregados por los lugareños, que se
conocen algunos sitios, especialmente adscritos a la Cultura de El Molle, por ejemplo:
-Potrero Chico en Estancia El Maray: Sería un sitio habitacional de no más de 10 cm de espesor con registro de
fragmentación cerámica. En superficie había una tacita transportable, hallándose también una sepultura más o menos a
1.00 m de profundidad asociada a trozos de cerámica gris pulida. Quienes hallaron los restos decidieron reenterrarlos en el mismo lugar.
-Posesión Piedras Grandes: En el sector oriente de la comunidad, junta de las quebradas Los Mineros y Quebrada
Honda. Sobre la superficie del terreno se reportan fragmentos muy delgados de vasijas gris y café pulida. Además,
como información más genérica se habla del hallazgo de piedras horadadas.
-Quebrada El Dain: al interior de la Estancia El Maray. Cerámica gris y café pulido.
-Quebrada El Talegón: Comentarios muy antiguos, no comprobados, señalan que en una bajada de quebrada
tributaria de Q. Los Mineros, hacia el nororiente de la comunidad, quedaron al descubierto “jarros y huesos
humanos”.
Como se comentó en la edición de El Chasqui N° 2, el día 13 de abril, Julio Cortés y Gastón Castillo visitaron
Quebrada Honda, internándose a poco andar por una profunda y ascendente quebrada tributaria por el norte al cauce
principal, rumbo a posesión Los Panules. Ad portas de llegar a dicha posesión, sobre un elevado plano o descanso
desde donde enseguida se debe descender para recorrer la abandonada propiedad, en una corta revisión se
descubrieron efímeras evidencias de carácter prehispánicas, puesto que sobre una superficie de tono café pálido y
entre matorrales bajos a la vera de la huella vehicular se reconocieron algunos fragmentos de cerámica café y gris
alisada de buen tratamiento, más que nada afín a la alfarería domestica de la población Molle. Así también se registró
una punta de flecha y dos posibles cuchillos de manufactura simple, más cinco lascas de tonalidades similares a los
instrumentos formatizados, es decir, de superficies café clara, completándose el trabajo con el hallazgo de placas de
chitón o apretadores y pequeños trozos de conchas de lapas (ver fotos 8, 9, 10 y 11).
Sin dudas, en lo medular los hallazgos en Quebrada Honda responden a incursiones muy propias de cazadores –
recolectores Molle en las quebradas, siendo dispersas sus huellas por estos parajes en comparación con los
asentamientos más aglutinados en valles y litoral. Respecto a la costa, aquello está comprobado por anteriores
18
investigaciones más próximas a Caleta Hornos, por ejemplo, el rescate de restos de osamentas humanas de adultos y
niños, el esqueleto de un camélido, un tembetá de tipo corto y una olla de base en pedestal37. Luego está el registro
de 11 sepulturas publicadas en la década del 70 del siglo pasado, donde el componente más conspicuo fue el hallazgo
de tembetás o adornos labiales, lo que, junto al sitio de Tilgo, fechado en 245 año d.C., permitieron que se comenzara
a hablar de la “Fase Quebrada Honda”38.
Así como fue fortuito lo anterior, de la misma manera el recorrido por la propiedad de don Rolando Romero significó
el hallazgo a la pasada de una delgada herramienta de piedra de un poco más de 50 cm de largo, hecha en roca
andesita café que presenta desbaste en los costados y aguzamiento en uno de los extremos, asomando, a raíz de este
desgaste, un tono gris contrastante con la pátina superficial. Piezas similares han sido encontradas en asentamientos
mineros Inca tales como cerro Los Puntiudos39, Los Infieles y Cerro Colorado40. Por lo tanto, estamos en presencia
de lo que, en término genérico, se ha dado en llamar “cuña de piedra”, aunque más parecen ser símil de lo que en
metal son las barretas cortas (ver fotos 12, 13 y 14).
Entonces, por una parte, los registros efectuados en la mañana del 13 de abril avizoran presencia de vestigios que
parecen adscribirse al período costero de la población Molle-en los primeros siglos de nuestra era- agregándose a las
informaciones descritas por los lugareños. Por otra, dan pábulo para pensar en la existencia de alguna mina de origen
incaico en las cercanías de posesión Los Panules. En ambos casos cabe pasar de las intenciones a la acción mediante
una prospección a fondo del terreno, claro está, explicando el propósito y solicitando los permisos correspondientes
a la Comunidad, cosa que, en tanto patrimonio comunitario, éste pueda ser protegido y puesto en valor por las
personas dueñas del bien comunero.
8.-Detalle de la superficie arqueológica en lo alto, al frente
de posesión Los Panules.
9.-Cerámica café alisada, cuyo aspecto tiene
más afinidad con la alfarería doméstica Molle.
Cornely, Francisco, 1945. “Reconocimiento arqueológico en Q. Honda”. Boletín N° 1 del Museo Arqueológico de La Serena.
Ampuero, Gonzalo, 1972-1973. “Nuevos resultados de la arqueología del Norte Chico”. Actas del VI Congreso de Arqueología Chilena.
Octubre de 1971. Universidad de Chile. Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueología. Sociedad Chilena de Arqueología. Boletín
de Prehistoria – Número Especial. Pp. 311-337.Santiago; Castillo, Gastón, Miguel Cervellino y Carlos Osorio, 2014. “El Trigo 1. Aportes para
el reconocimiento de la fase Quebrada Honda en la costa de Coquimbo”. CAP MINERÍA. Compañía Minera del Pacifico. 97 páginas. Santiago.
39
Límite entre las comunidades de Olla de Caldera con El Chacay;
40
Sector Cachiyuyo-Domeyko.
37
38
19
10.-Base escotada de una punta, dos posibles cuchillos y
cinco lascas (desechos).
11.-Material malacológico (conchas) asociado a la
cerámica y material lítico registrado en superficie.
12, 13 y 14: “Cuñas” para trabajos mineros en los tiempos de
dominio Inca. A la izquierda, de Los Panules, al centro, de Los
Puntiudos, a la derecha, de Cerro Colorado.
20
El Colectivo de Estudios Históricos de la Región de Coquimbo, fundado el 02 de febrero de 2018, reúne a un
grupo de amigos tras la meta de contribuir activamente en la difusión de conocimientos sobre el desarrollo de
la investigación histórica regional a través de talleres, jornadas, seminarios y labores de extensión hacia la
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