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Estudio del Riacho El Porteño, recurso clave para el desarrollo agrícola y ganadero en la provincia de Formosa

En conmemoración del Día Mundial del Agua, técnicos del INTA comparten detalles sobre el estudio del Riacho El Porteño y su potencial productivo. Buscan entender su funcionamiento hidrológico para impulsar un desarrollo agrícola-ganadero sostenible. La colaboración interinstitucional y una gestión eficiente del agua son cruciales en este proyecto.


El INTA en la provincia de Formosa, en colaboración con organismos estatales provinciales, investiga el potencial productivo del Riacho El Porteño. Esta cuenca, estratégica debido a su ubicación en una de las regiones con variada actividad agropecuaria, se encuentra en proceso de estudio y análisis para comprender funcionamiento hidrológico. El trabajo en articulación y la colaboración interinstitucional tienen como objetivo maximizar el conocimiento y el desarrollo agropecuario en esta zona, así como gestionar de manera óptima los recursos hídricos disponibles.
El Riacho El Porteño es un curso de agua permanente que fluye sobre el abanico aluvial del Río Pilcomayo, específicamente sobre el antiguo Estero Patiño. Actualmente, se alimenta del Bañado La Estrella, aguas debajo de la Ruta provincial N° 28, pasando por la Laguna Salada y sigue su curso paralelo a la Ruta nacional N° 86 hasta unirse con el Pilcomayo Inferior.
Según expusieron los técnicos del INTA, este estudio se origina como respuesta a las demandas locales, sobre las restricciones de uso del agua en determinados momentos del año. Dichas restricciones son principalmente causadas por las variaciones en la calidad del agua y la intermitencia de los escurrimientos, lo que representa una dificultad para los productores rurales de la zona la programación de riego para algunos cultivos y la continuidad del ciclo completo de ganadería.
El INTA en Formosa, desplegado en sus distintas unidades en territorio a través de agencias de extensión, estaciones experimentales, laboratorio y área de investigación para la agricultura familiar, realizan tareas de monitoreo en diez puntos estratégicos a escala de cuenca. El objetivo de esto es lograr construir un modelo conceptual de funcionamiento.
El equipo de trabajo del INTA Formosa está integrado por Eduardo Alberto, Efraín Adorno, Juan José Pérez, Arauco Schifman, Rolando Aguirre y Mabel Amarilla.


Sitios de Muestreo y Desafíos Hidrológicos en el Riacho El Porteño.
Los extensionistas e investigadores del INTA en Formosa seleccionaron cuidadosamente los sitios de muestreo a lo largo de varios tramos en el estudio del Riacho El Porteño, abarcando la Ruta N° 26, Ruta N° 24, Bifurcación Pavao-Porteño, Unión Escuela, Cruce Cogoik, General Belgrano y Laguna Naineck. Cada uno de estos tramos presenta características adecuadas para la vigilancia hidrológica e hidráulica. Los parámetros físico-químicos analizados incluyen conductividad, sólidos disueltos, carbonatos, sulfatos, cloruros y la presencia de arsénico. La frecuencia de análisis se ajusta según la evolución de los niveles hidrométricos y caudales pasantes.
Los interrogantes que buscan responder ¿cómo son los ciclos en cuanto a cantidad y calidad de agua?, ¿Cuál es su evolución a lo largo de la cuenca? ¿cuáles son los efectos a escala intrapredial, del manejo y administración del recurso con la actual infraestructura hídro-vial instalada?, ¿Según los tipos y grado de salinidad, que cultivos podemos implementar? ¿Conviene almacenar agua en reservorios en épocas de baja salinidad, para aprovecharla luego en cultivos cuando son requeridos? ¿Cómo asegurar el abrevado animal a lo largo de todo el año, como superar los momentos de estiaje y altas concentraciones de sales?

Para los profesionales, para analizar la sustentabilidad del riacho El Porteño, es necesario evaluarlo desde el punto de vista sistémico, en el que se involucran otros recursos como pueden ser la calidad de los suelos, el monte nativo, las pasturas y la propia agricultura, donde es clave el trabajo interdisciplinario que están llevando adelante.
En más de 300 kilómetros de recorrido de Oeste a Este, pasando por los departamentos de Patiño, Pilaga y Pilcomayo, el riacho transita sobre viejos paleocauces, lagunas y esteros interconectados. Donde las lluvias locales aportan en determinados momentos importantes volúmenes de agua y provocan reducción de la conductividad en dichos espejos de agua. Ante esta situación, el equipo de trabajo investiga la viabilidad de utilizar esta agua para actividades agropecuarias, especialmente para fines de riego.
Por último, el equipo técnico menciona que la propuesta involucra el manejo intrapredial del agua, proyectando infraestructura adecuada para las aspiraciones del sector, completando el paquete tecnológico con toda la oferta técnica en horticultura, granja, fruticultura, pasturas, ganado mayo y menor, entre otras.

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