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Sorprendentes imágenes de una Tarragona desaparecida

Una colección de ocho libros con postales antiguas de TGN incluye espectaculares imágenes de las playas, el Serrallo, el Port...

29 junio 2023 22:46 | Actualizado a 02 julio 2023 07:00
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Una hilera de barcas varadas en el Serrallo ante las casas de los pescadores, ahora con los bajos reconvertidos en restaurantes. Un millar de soldados, con los fusiles al hombro, a punto de ser embarcados en agosto de 1921 para el matadero que fue la Guerra de África. O una apenas reconocible playa de la Arrabassada con su mítico chiringuito y casa de baños, La Estrella. La colección de ocho libros Tarragona, segle XX a través de les postals recopila también espectaculares imágenes de las playas, el Serrallo y el Port de la ciudad.

Hace quince días, el ‘Diari’ le dedicó una primera entrega a las postales ‘urbanas’, las que recorrían en instantáneas desde los mil rincones de la catedral a sorprendentes detalles de la Rambla Nova y el Balcó, pasando por las calles del casco antiguo y la ampliación de Tarragona fuera de las murallas. Sin olvidar a los propios tarraconenses durante la práctica de diversos deportes, divirtiéndose en las fiestas populares o mostrando su religiosidad en Semana Santa. Hoy publicamos la segunda y última entrega, centrada únicamente en las instantáneas ‘marinas’.

Los autores de esa colección, que puede consultarse en la biblioteca Pública de Tarragona, son Jaume Benages y Rafael Calle. Merece la pena acercarse a la Biblioteca y disfrutar de las postales recopiladas que rememoran una Tarragona ya extinta.

Tal como se apuntó en la pelacanyes publicada el 18 de junio, los ocho libros sumergen en la nostalgia. El actual director de Càritas Catalunya, Francesc Roig, destaca en el prólogo al tomo III, el dedicado al casco antiguo: «Las postales (del libro) reflejan un pedazo extraordinario de vida tarraconense en el periodo de los últimos cien años. ¡Cuántas cosas han quedado atrás! ¡Cuántos hechos históricos nos llegan borrosos actualmente y en cambio marcaron enormemente la vida de la ciudad hace años! El reloj no tiene freno y, queramos o no, las personas somos fabricantes de pretéritos quizá porque el presente no existe y, si existe, es como el agua que se nos escapa entre las manos. Por esto la fotografía es el único y último reducto que nos mantiene vivos sobre el presente».

$!El penal que había en el Amfiteatre y la casa de baños también desaparecida. Foto: ‘Tarragona, segle xx a través de les postals’

Los ocho libros, el primero de los cuales se publicó en 1989, cumplen perfectamente esa función de recordar el pasado para vivir con orgullo nuestro presente. Concretamente se titulan Rambla Nova i Passeig del Balcó; La Marina. Serrallo, Port i Platges; Casc Antic; L’esport 1890-1965; Fora muralla 1890-1960; Festes Populars 1898-1974; La Catedral 1892-1964 y Temps era temps 1892-1975, este último una recopilación de los siete anteriores, pero con imágenes nuevas.

Los libros nacieron de la pasión por las postales de Benages y Calle. Cada domingo acudían al mercadillo de la catedral en busca de alguna postal desconocida. Decidieron recopilarlas en libros y contaron con la ayuda de Josep-Pau Virgili i Sanromà, el famoso impresor y bibliófilo pelacanyes, más conocido como l’Avi Virgili.

Virgili les explicó decenas de detalles de las imágenes y quiénes eran las personas que salían en las mismas. La contribución de Virgili a rescatar la historia de la ciudad, entre otros muchos méritos, le valió el Diploma dels Serveis Distingits del Ayuntamiento de Tarragona (1973), el nombramiento como Tarragoní Fidel (1978) y la Creu de Sant Jordi (1991).

La colaboración de Benages y Lacalle con Virgili duró hasta el fallecimiento de éste en abril de 1993. Hay que recordar la dedicatoria de ambos autores a Virgili. En el tomo 6, el de Festes Populars 1898-1974, escriben: «El Sr. Josep Pau Virgili i Sanromà nos dejó. Pero no nos dejó huérfanos. Su memoria, sus consejos, su tenacidad, su amor por la ciudad, han enriquecido a los que tuvimos la suerte de conocerlos y nos han enseñado mucho. Por tanto el mejor reconocimiento será ahora y siempre para él».

Benages es autor o coautor, contando los ocho de postales, de un total de 17 libros, entre ellos un referente mundial en numismática (Ancient coinage of the Iberian Peninsula). Más allá de la numismática sus libros son L’Abans Tarragona. Recull gràfic 1863-1967, Tarragona Panoràmica (junto a Jaume Fontanet y al que el ‘Diari’ le dedicó una pelacanyes el 17 de abril de 2022) y 100 anys de Tennis a Tarragona (junto a Enric Pujol).

$!El antiguo edificio del Nàutic, destrozado por una riada en 1930. Foto: ‘Tarragona, segle xx a través de les postals’

Sobre numismática ha escrito Les monedes de Tarragona; Corpus de les monedes visigodes de Tarragona, Leovigild-Àkila II, 575-714; Les monedes de Vespasià de la Província Tarraconensis; Ancient coinage of the Iberian Peninsula; Diàlegs de monedes, medalles i anàlegs de Tarragona (los cinco editados por la Societat Catalana d’Estudis Numismàtics-IEC) y Diàlegs de monedes i medalles de Tarragona (Bibliòfils de Tarragona).

Calle es también coautor, junto a Juan Antonio Domènech, de Guia catàleg de la Postal antiga de Tarragona, la primera guía sobre postales que se publicó en España.

Entre las decenas de postales ‘marinas’ hay una especialmente impresionante. Se observan al mismo tiempo las instalaciones de una cárcel que se construyó dentro del Amfiteatre, sí, dentro, y un poco más allá una casa de baños, un edificio que se erguía en la orilla de la playa del Miracle.

Según explican Benages y Calle, la casa de baños se construyó en 1881. En 1937 fue afectada por uno de los bombardeos franquistas que sufrió Tarragona durante la Guerra Civil. Fue derribada completamente en 1941, con lo que permaneció en pie 60 años.

$!La playa de la Arrabassada y el famoso chiringuito La Estrella. Foto: ‘Tarragona, segle xx a través de les postals

Las instalaciones era muy lujosas para la época. Cada ala medía 30 metros de largo. Una era para los hombres y la otra para las mujeres. En medio había 20 cubículos para baños particulares con agua caliente. Disponía también de bar, restaurante, servicio médico y caja fuerte para guardar las pertenencias de los bañistas. En el ala femenina se colocaron unas esteras en las ventanas para evitar las miradas indiscretas.

En el penal estaban encerrados los presos que construyeron el Port de Tarragona y que redimían pena a cambio de trabajos forzados. El presidio estuvo en funcionamiento hasta 1906 cuando fue suprimido por el entonces ministro de Gobernación, Álvaro Figueroa y Torres, conde de Romanones, «a petición de las fuerzas vivas de la ciudad porque afeaba el hermoso paisaje».

Escriben Benages y Calle: «Los que se oponían (al cierre del penal) decían que la ciudad perdía una buena fuente de ingresos. Era impresionante ver a los presos con grilletes, arrastrando cadenas con un ruido estridente, camino de la cantera escoltados por un piquete». El Balcó del Mediterrani tiene esa forma tan vertical porque los presos extrajeron piedra a piedra de lo que era una pequeña montaña y la dejaron como si fuera un acantilado.

Según los datos de los autores, entre 1870 y 1880 hubo 600 presos en trabajos forzados. Finalmente el Estado decidió que los presos no rendían suficiente y decidió contratar a trabajadores ‘libres’ para continuar las obras.

¿Qué más imágenes ‘marinas’ se pueden ver? Por citar las de estas páginas, la de un restaurante que se construyó sin permiso municipal y que acabó siendo derribado. Y no, no es el Fortí. Se llamaba Carabela Roc.

También las del Moll de Costa rebolsante de actividad comercial en pleno auge de la exportación de vino. O la de la antigua sede del Nàutic, junto a la rotonda de entrada al Serrallo, destrozada por la riada del 19 de octubre de 1930.

Como señala Francesc Roig, «en conjunto, un legajo de recuerdos que la imagen fotográfica nos retorna sin trampas subjetivas. Porque recordar el pasado es no olvidarlo y, en el fondo, no olvidar es lastrar el alma con una carga de nostalgia».

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