Un curioso museo en este pueblo de Albacete

Conocemos el museo del envase de Villalgordo del Júcar

En Villalgordo del Júcar podemos disfrutar, desde 2009, del Museo del envase. Una muestra en la que podemos encontrar todo tipo de envases, mientras damos un paseo entrañable por nuestra memoria.

La gran pasión de Pedro Pablo Correas por los envases terminó convirtiéndose en un auténtico museo. Y es que, el museo del envase de Villalgordo del Júcar nació de la mano de este coleccionista que ha estado reuniendo estas joyas durante una gran parte de su vida. Pedro Pablo nos cuenta que “los envases siempre me habían llamado mucho la atención.  Me gustaba leer lo que ponía, ver la evolución de los diseños, los logotipos, los distintos tipos de letra que utilizaban, y en general todo lo referente a la publicidad. Recuerdo decirle a mi mujer, Evelia, lo bonicos que me parecían los botes de aceitunas, y mi deseo de coleccionarlos, aunque en un principio pensó que eran tontunas mías”.

Local de bodas, donde está ubicado el museo / Foto cedida

El comienzo de la colección

De este modo, a principios de los 2000, Pedro Pablo comenzó a coleccionar envases. “Empecé con unos botes de tabaco de chapa muy antiguos que me regaló Antonio Sastre, un tío de Evelia, que sabía que me gustaban mucho las antigüedades. En ese momento se me encendió la bombilla, y decidí iniciar mi colección de envases. Empecé a buscar por ahí y pedí la colaboración de amigos y familia, y unos meses después, a modo de prueba, monté una pequeña exposición de envases en las fiestas del pueblo, en un local que me prestó la parroquia. Una muestra en la que pude reunir unos 100 envases”, indica. 

Museo del envase / Foto cedida

La reacción del pueblo ante la exposición fue tan buena, que “me animé a seguir buscando cosas para mi colección. Empecé a visitar mercadillos, a intercambiar piezas con otros coleccionistas, y a pasarme por escombreras por si encontraba algo. Además, cuando me enteraba de que iban a tirar cosas en alguna casa vieja, me pasaba por allí para ver si encontraba alguna botella interesante, o cualquier cosa que yo pudiera aprovechar. Muchos vecinos también me traían cosas para mi colección, y poco a poco fui llenando mi casa de envases antiguos”, señala.

Pedro Pablo Correas / Foto cedida

En 2009 nace ‘El Museo del Envase’

Ante la necesidad de buscar un sitio para ir almacenando todos los envases, surgió la idea de montar un museo. “A Evelia le correspondió un local en herencia, y pensamos que sería el sitio ideal para exponer todo lo que había ido recopilando durante todo este tiempo, y así ofrecer un nuevo aliciente a la gente que visitaba nuestro pueblo. El local había sido un local de bodas, y luego se convirtió en una discoteca que se llamó ‘Arco Iris’, que estuvo funcionando desde 1977 hasta 1992. Como llevaba 17 años cerrada, el local estaba un poco abandonado, así que hicimos una pequeña remodelación, y en 2009 puse en marcha el museo con las 3000 piezas que había recopilado hasta el momento”, revela. 

Museo del envase / Foto cedida

La apertura del museo tuvo mucho éxito en la localidad. El coleccionista pone de relieve que “la gente se sorprendía mucho de ver tantos envases antiguos y cotidianos, y todos muy bien cuidados y organizados. Me gusta dejar las piezas curiosas y preparadas para su exposición. No hay que olvidar que son muy antiguas, por lo que hay que limpiarlas bien, sacarle brillo a las de cristal, engrasar los envases de metal para que no se oxiden, y hasta hacer una pequeña restauración si alguna pieza lo necesita”.

Museo del envase / Foto cedida

Más de 10.500 envases

Recorrer este museo es, además de un placer para la vista, una buena manera de hacer un repaso por la historia de lo cotidiano. Envases de refrescos como ‘Mirinda’, ‘Nik’ o ‘Dux’, tambores de detergente ‘Dash’, o ‘Colon’, las famosas cajas del ‘Cola Cao’, botellas de perfumes, de cremas, cajas de galletas, botes de aceitunas, de pimentón, o cajas de aceite, son algunas de las reliquias que podemos encontrar en este singular museo. Cada envase tiene su pequeña historia, por lo que es, y por los recuerdos que despierta. Tras 14 años en funcionamiento, en la actualidad el museo cuenta con más de 10.500 envases. En las distintas secciones se pueden ver la evolución de los envases, reflejo de la época en que se fabricaron. Correas subraya que “lo más bonito del museo es que evoca recuerdos de infancia. Hay envases que han cambiado con el paso del tiempo, e incluso algunos productos que ya ni existen. Por ejemplo, antes había unas 5.500 marcas de gaseosa en España, de las cuales han desaparecido la mayoría. Era rara la localidad que no tenía una fábrica de gaseosa, y sin embargo, ahora solo quedan ‘La Casera’, ‘La Pitusa,  ‘La Revoltosa’, y poco más”. 

Museo del envase / Foto cedida

Un proyecto personal, con financiación propia

El museo es un proyecto personal de Pedro Pablo Correas. “Me enriquece culturalmente el hecho de tener este museo, porque he aprendido mucho sobre el uso de los envases que se utilizaban antiguamente, su evolución, y un montón de historias que no conocería si no lo hubiera puesto en marcha. La verdad es que me siento muy satisfecho de haberlo hecho, de compartir con la gente estas historias, y también de que me las cuenten, para descubrir la utilización de esos objetos en su día. Además, es también enriquecedor que venga gente de distintos puntos de España a verlo, y hasta gente del extranjero”, concluye. Este museo es uno de los pocos museos dedicados al envase que se puede visitar en el mundo, y el único que tenemos en España. Tenemos la suerte de tenerlo en nuestra provincia, en Villalgordo del Júcar, gracias a la pasión de Pedro Pablo Correas. 

Modesto Colorado

Comunicador y cantante de Albacete. Más de 20 años de experiencia en medios de comunicación, especializado en información y reportajes de ámbito cultural.
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