Los componentes del grupo 'Marea'. (Foto: Fernando Lezaun)

Actualizado viernes 04/05/2007 19:33 (CET)

MADRID.- Los últimos representantes del llamado 'rock' urbano llegan sobrados: "En los 70 mandaban los 'Leño'; en los 80, 'Barricada'; en los 90, 'Extremoduro'; y en el 2000, 'Marea'".

'Las aceras están llenas de piojos', quinto disco de Marea, devuelve a la actualidad un estilo cimentado en la poesía barriobajera, la mala vida y el rock duro carpetovetónico. "Salir, beber, el rollo de siempre", que cantara Extremoduro.

Y es que, como reconocen, lo suyo no es innovar. Eso sí, han sido los únicos en recoger el testigo que soltó Robe Iniesta (Extremoduro) hace varios años. Por ello, heredaron su sonido y, también, su legión de fans, a juzgar por las crecientes ventas de anteriores álbumes: 'Besos de perro' (2002), el tercero de su carrera, llegó a disco de oro, mientras que '28.000 puñaladas' (2004) fue platino.

La historia de la banda comienza en 1997 en Berriozar, un pueblo de las afueras de Pamplona, cuando 'Kutxi' Romero empieza a fichar al resto de componentes del grupo, como recuerda el batería Alen Ayerdi: "Llamó a colegas con los que se sentía a gusto, como 'El Piñas' (Edu Beaumont, bajo), César (Ramallo, guitarra), Kolibrí (David Díaz, guitarra) y yo".

"Desde el primer ensayo, en que sacamos la canción 'Trasegando', nos pusimos como objetivo tocar en directo y editar un disco, cosa que finalmente conseguimos en 1999 con 'La patera'", añade.

De currar de peones en la construcción, los 'Marea' pasaron a fichar por una multinacional, ser expulsados de ésta, sacar con el sello navarro 'Gor' su segundo disco, 'Revolcón' (2000), y acabar de explotar en Dro-Warner con 'Besos de perro'.

"Sin embargo, nuestro sistema de trabajo sigue siendo el mismo ahora, que vendemos 80.000 copias, que cuando empezamos. Nos juntamos en la bajera (el sótano de su casa, donde tienen instalado el estudio) a componer hasta que salgan los temas".

En este proceso tiene una especial importancia 'Kutxi' Romero, que termina de darle a 'Marea' su sello característico con su voz rasgada y sus letras: canciones de amor, principalmente, con un toque de poesía sucia.

Así se puede comprobar en los temas de su nuevo disco, como 'Entre hormigones'. ("Entre hormigones me verás, entre lunas de alquitrán / entre sus pezones tiesos, / con las persianas 'levantás', que a la puta oscuridad le sobran besos") y 'Por cuatro perras' ("Si no es suficiente nos pondremos a despulgarnos/ que sean pa los cochinos nuestras liendres miguitas de pan / se comerán los cerdos los sueños que no tuve, / que tuvieron ganas de follarse hasta las nubes").

El cantante, que ha publicado el libro de poesía 'León manso come mierda', no quiere ir de fino. "Algunas letras son un poco escatológicas, pero es que sólo me interesa lo tangible, lo que veo, lo que toco. No creo en nada, ni siquiera en dentro de 10 minutos. Tengo muy poca imaginación. Eso y que, más que navarros, somos 'naburros'", remata riéndose.

'Kutxi' dice que, por esas razones, evita los temas sociales y políticos. "No me desenvuelvo bien en ese terreno y la política no es lo mío. El que tenga tienda, que la atienda". Así que deja a otros la guerra de las ideas y él se lanza a disfrazarse de bandolero con los suyos en plan Curro Jiménez, para defender los fueros del rock español.

A pesar de imágenes como ésta y de las referencias rústicas, 'Marea' no se consideran especialmente campestres. "Es cierto que la mitad vivimos fuera de la ciudad, pero nuestro rollo es más de barrio, de callejear e ir por los bares", puntualiza Alen.

'Rock' de barrio

En un país en el que las masas proletarias abrazaron el 'heavy 'sin pasar por el 'rock’n roll', el 'rock' urbano cumplió un papel evangelizador. A pesar de estar condenado al ostracismo por parte de los medios generalistas, este género ha creado fenómenos superventas a lo largo de tres décadas.

Y hasta hoy, baste con ver el éxito de 'Fito y Fitipaldis': más de 250.000 ejemplares vendidos de 'Por la boca vive el pez' y la gira de más éxito de la temporada (30.000 entradas agotadas en Madrid en diciembre, por ejemplo). Lo mismo se podría decir del 'Viña Rock', uno de los festivales más multitudinarios de España.

Incluso las viejas glorias siguen manteniendo su dominio. 'Extremoduro', para muchos el principal representante del estilo, aún despierta el interés del público, como se pudo comprobar en el reciente lanzamiento de su sello 'Muxik'.

'Barricada' comienza precisamente esta semana una gira que celebra sus 25 años de (saludable) vida, con sello de correos conmemorativo y todo. Rosendo continúa en la brecha y el próximo 29 de mayo publicará su nuevo disco, 'El endémico embustero y el incauto pertinaz'. Y 'Reincidentes' y 'Boikot' siguen alargando su gira conjunta, 'Ni un paso atrás'. A 'Marea' le toca, pues, el papel de aportar sangre joven a este universo de greñas y guitarras.

Su público es esencialmente joven, pero no es aún una de esas bandas conocidas por el gran público. Esto puede deberse a la falta de interés de ciertos medios, pero también a la propia política de 'Marea'. "Tampoco hemos querido promocionarnos mucho", señala 'Kolibrí'.

"La gente de la calle a la que le gusta el 'rock' sabe quién es 'Marea' y no pretendemos nada más. Consideramos que la televisión está dominada por la vulgaridad y no queremos entrar ahí", añade Alen. 'Kutxi' va más lejos: "Es un nido de anormales. Siempre nos hemos negado a salir. Cuando nos entrevista la revista 'Heavy Rock' sabemos que hablan de 'rock', y no de fontanería".

Ésa es, más o menos, la idea que subyace en el título y la portada del nuevo disco. "Lo de 'Las aceras están llenas de piojos' quiere decir que tienes que tener la cabeza limpia por dentro para que no te ataquen las liendres. Por muy elegante que vayas, estás rodeado de cerdos y buitres por todas partes".

Cuestión de peso

Llegados al tema de las comparaciones con 'Extremoduro', que algunos consideran más que odiosas, el grupo reconoce que "al César, lo que es del César", en palabras de 'Kolibrí': "Es la música que hemos mamado". En lo espiritual, aún le queda mucho a 'Kutxi' para llegar a los niveles 'destroyer' de Robe Iniesta. O no.

Según cuenta el cantante en su web, durante 2005 su afición a la bebida hizo peligrar el desarrollo de la gira, como se pudo comprobar en su concierto de Lleida: "Tengo difusos recuerdos. Recuerdo tirarme al público; dado que la media de edad y peso de las personas que acuden a nuestros conciertos es de 16 años y 50 kilos, y que yo mido metro ochenta y peso 110, pues imagínate: la hostia contra el suelo fue brutal".

Tras aquel incidente, el grupo se lo tomó con más calma y dedicó dos años a la composición de este nuevo disco sin imponerse ninguna disciplina. Con energías renovadas, ahora inician una gira que puede ser crucial para su consagración como los nuevos reyes del 'rock' español.