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Cinco parajes únicos de León que tienes que conocer

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Estar en Babia. Este es uno de los planes. Otro es visitar la alucinante cueva de Valporquero. Al fresco, entre pastos y montañas, y por territorios que son reserva de la biosfera. León tiene mucho que descubrir. Estas rutas son la prueba.

Reserva de la biosfera de los Valles de Omaña y Luna.
Reserva de la biosfera de los Valles de Omaña y Luna.

Oxigenar el cuerpo, despejar la mente, huir de las olas de calor... León es naturaleza en estado puro. Un rincón poco explorado de nuestra geografía que suma hasta siete reservas de la Biosfera. Estas son cinco propuestas para vivir un verano en verde.

Los Argüellos

La acción del agua ha gestado aquí algunas de las hoces más renombradas de la provincia, como las de Vegacervera y Valdeteja, así como un complejo subterráneo que tiene su máximo exponente en la cueva de Valporquero, una auténtica obra de arte geológica del subsuelo.

También es digna de admirar la cueva de Llamazares, con un camino senderista de 1 km -desde la recepción a la entrada de la cueva- y un recorrido interior de 700 metros. En esta reserva de la Biosfera, una de las rutas más recomendables es la de Matallana de Torío a Vegacervera, cruzando el macizo calcáreo y accediendo a los puertos de la cordillera Cantábrica con sus bosques y pastizales.

Las hoces de Vegacervera.
Las hoces de Vegacervera.

Reserva del Alto Bernesga

El río Bernesga articula esta reserva integrada por los municipios de La Pola de Gordón y Villamanín, valles de la montaña leonesa central, con bosques de hayas y encinas. A nivel senderista son especialmente recomendables la Ruta del Pico Fontañán, que conserva en su cima restos de trincheras y un búnker antiaéreo de la Guerra Civil española, señalizada desde La Pola de Gordón; el Faedo de Ciñera, espectacular bosque de hayas; y las hoces del Villar.

La Colegiata de Santa María de Arbas.
La Colegiata de Santa María de Arbas.

Antes de cruzar el famoso puerto de Pajares, que delimita León y Asturias, con sus espectaculares vistas, hay que detenerse en la Colegiata de Santa María de Arbas del Puerto, justo a los pies del mismo, declarada Monumento Nacional en 1931 y uno de los ejemplos más representativos del románico rural leonés.

Los valles de Omaña y Luna

Abarca un amplio territorio que marca la transición entre las cumbres de la Cordillera Cantábrica, de clara influencia atlántica, y los páramos meridionales, de carácter mediterráneo. Los ríos Omaña y Luna vertebran el territorio antes de unir sus aguas para conformar el Órbigo.

El valle de Omaña.
El valle de Omaña.

En el Valle de Omaña podemos escoger la Ruta de La Magdalena a Las Omañas, que permite admirar uno de los más bellos valles de noroeste leonés y el que mejor conserva su sabor tradicional, con lugares como Riello, la ermita de Pandorado y El castillo. A destacar también el tramo circular por los abedulares de Murias de Paredes, unos de los más extensos de España.

Y en el Valle de Luna, la Ruta de Los Barrios de Luna a Riolago de Babia, por la que descubrir el sabinar de Mirantes de Luna, el más occidental de toda Europa y una auténtica reliquia de bosque más propio de otras latitudes.

La comarca de Babia

Agrupa los municipios de Cabrillanes y San Emiliano y destaca por sus elevadas cumbres, amplios pastizales y el macizo de Ubiña, una de las mayores cotas calcáreas de la Cantábrica Leonesa. Babia es conocida también por una expresión muy popular -'estar en Babia' -sinónimo de distraído y ausente; tal era la sensación de desconexión de la realeza y clases altas que acudían allí como lugar de reposo.

A nivel patrimonial, atesora uno de los conjuntos rurales leoneses más impresionantes: el Conjunto Histórico-Artístico de Riolago de Babia, con sus casas blasonadas exhibiendo escudos de armas, los palacios y también las casas tradicionales construidas de piedra. Una tierra de pastores trashumantes con otra leyenda: la de que Babieca, el caballo del Cid, era originario de estas montañas.

Valle de Laciana

El más occidental de los valles cantábricos leoneses. Un territorio montañoso avenado por el río Sil, que se precipita con energía hacia El Bierzo, y con una importante cuenca carbonífera, Villablino. Precisamente la Ruta de Villablino a La Cuneta es la que mejor aúna toda la esencia del valle.

El centro de Interpretación del Urogallo.
El centro de Interpretación del Urogallo.

En ella es de obligada visita el Centro de Interpretación del Urogallo, en Caboalles de Arriba, para descubrir esta emblemática especie de ave y también la vida tradicional, con especial atención a las Brañas, donde el ganado aprovecha los pastos de puerto tardíos en época estival. En Sosas de Laciana se conserva una lechería hidráulica donde se transformaba la leche obtenida precisamente en sus brañas, en mantequilla.

| Más información en leon.es

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