Urbanización San Pablo, ejemplo de tradición

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
La participación y el compromiso han sido base para que este barrio sea reconocido por su tranquilidad y ser un espacio de libre esparcimiento, alejado de problemáticas sociales.

Ubicada en la comuna Siete de Ibagué, la Urbanización San Pablo lleva más de 30 años forjando lazos de cordialidad y respeto, que han permitido a su comunidad lograr que 180 casas conformen un espacio donde reina la tranquilidad. Inicialmente fueron algunas familias que a través del Fondo Nacional del Ahorro lograron instalarse en dos manzanas, para más adelante acoger a funcionarios y pensionados del Inpec, Policía y el sector transporte.

Luego de conseguir la personería jurídica en el año 1985, los habitantes de la Urbanización se han preocupado por desarrollar actividades desde la Junta de Acción Comunal que beneficien tanto a los más pequeños, como a los jóvenes y adultos mayores que residen en sus alrededores. Según algunos de sus habitantes, el barrio a través del tiempo ha tenido siempre una excusa para reunirse y compartir las tradiciones típicas como la disciplina del deporte, pues el parque es punto de referencia para los distintos encuentros.

San Pablo colinda con barrios como Alberto Lleras, Villa Suiza, Villa Cindy, Santa Ana y está cerca al cementerio Jardines La Milagrosa, así como al Jardín de los Abuelos y algunas empresas fabricantes de alimentos y mensajería nacional que lo hacen ubicarse estratégicamente en el corredor norte de la ciudad, entendiendo que la Capital Musical se encuentra en expansión. Asimismo, la flota de transporte público es óptima, porque cuentan con diferentes rutas que los conecta con el eje comercial.

La constante gestión que realizan desde la Junta ha traído beneficios a la urbanización, por eso siempre logran celebrar fechas especiales que reúnen a sus habitantes y sacan lo mejor de sí para pasar un rato agradable; según la presidente de la JAC, Genifer Pacheco, “no pasan desapercibidos días como el de la madre, el de los niños, las fiestas decembrinas y otras que ya son tradición (...) sin embargo, podrían ser muchas más si contáramos con un espacio adecuado, como lo es un salón comunal donde se impartan talleres para varios públicos”.

 

Un sueño a corto plazo

Aunque han habido varias actividades, no han sido suficientes porque ante muchos programas que quieren ejecutarse, la comunidad ha desistido por la falta de un espacio óptimo que permita desarrollar cursos, talleres y hasta encuentros democráticos y culturales en vista que no hay una infraestructura adecuada. “Aunque hemos tenido todas las herramientas y toda la voluntad, no tenemos un sitio cubierto, un salón comunal que es indispensable (...) hemos solicitado a la Administración municipal, quien se interesó por nuestro barrio, la transformación de la cancha del parque por un coliseo cubierto que también haga de salón comunal para realizar actividades en beneficio de los niños y una cantidad considerable de adultos mayores; siempre procuramos hacerlo por ellos, manifestó Sildana Aguja, tesorera de la Junta de Acción Comunal.

Además, dentro de las gestiones, también solicitan la instalación de un parque biosaludable donde además de los niños, los adultos hagan uso de sus máquinas en pro de la salud y el buen uso del tiempo libre. Al respecto, María Jimena Gutiérrez, secretaria de la Junta contó que “ya se habló con la ingeniera encargada para concretar la asignación y podamos cambiar lo que tenemos que está en un estado regular y que a pesar de que los más pequeños vienen a divertirse, merecen mejores condiciones”.

 

Una pasión que integra

Si hay algo que identifique a la Urbanización San Pablo es el amor por el deporte, bien es sabido en sus alrededores de la pasión al microfútbol, práctica que saca lo mejor de ellos y que desde los niños y hasta los adultos, los congrega para disfrutar de jornadas llenas de alegría y diversión. Siempre hay equipos que están jugando torneos relámpago o entrenando; “hace un tiempo llevamos a cabo un campeonato que reunió a cientos de jugadores, además en tiempos de fin de año regresan personas que vivieron aquí para recordar buenos tiempos de unión”, contó la presidente de la Junta.

Y agregó: “Nosotras tenemos un equipo llamado las Sweet girls, en el que nos divertimos mucho y hemos competido en varios torneos; todas vivimos aquí en el barrio y no importa la edad sino las ganas de jugar y reunir a nuestras familias entorno al deporte”. Por eso solicitan urgentemente la gestión de la Alcaldía y el Imdri, para la adecuación del único espacio de esparcimiento.

 

Las tradiciones, un compromiso de todos

Así como el deporte es insignia en este barrio, fechas como las fiestas del folclor y la Navidad son muy importantes; para épocas de junio y julio se ha hecho una especie de ‘Sanjuanerito’ en el que las distintas manzanas se esmeran por representar cada una de las regiones del país y, desde sus stand, dar cuenta de la gastronomía y muestras artísticas. Asimismo, escogen sus propias reinas que los representan ante las demás comunas de la ciudad.

Por otra parte, el mes de diciembre se convierte en tiempo de regocijo y unión, en el que las familias presiden la novena de aguinaldos y viven momentos de creatividad. La construcción del pesebre es todo un acontecimiento así como la entrega de regalos el último día, en el que más de los 130 niños que recorren sus calles también juegan con otros que se desplazan hasta la Urbanización.

 

La suscripción No. 001

Como un grato recuerdo, Sildana Aguja contó de sus labores como asesora comercial del Diario de los tolimenses hace 25 años. “Recorrí las calles de la ciudad y fui quien vendió la suscripción No. 001 de EL NUEVO DÍA, nada más que al señor Carlos Alvarado, propietario de la cadena de supermercados Mercacentro en el punto de la 21 (...) recuerdo con mucho cariño a mis compañeros, quienes también emprendieron conmigo una bonita historia; aunque no duré mucho allí, sé que fue importante ese paso”.

Credito
ALEJANDRA CAVIEDES

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