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El debut del canterano: El cielo de Luna

El padre del canterano afirma que el debut de Marcos «fue el momento que llevaba toda su vida esperando». «Quiere ser el lateral derecho del Zaragoza durante muchos años», asegura

Juan, padre de Marcos, con la camiseta con la que debutó su hijo el pasado sábado.

Juan, padre de Marcos, con la camiseta con la que debutó su hijo el pasado sábado. / ANDREEA VORNICU

Jorge Oto

Jorge Oto

El 15 de octubre de 2022 quedará para siempre en la memoria de Marcos Luna, el último cachorro en incorporarse a la manada. Corría el minuto 85 del encuentro del pasado sábado cuando Carcedo ordenó la entrada al campo del canterano en sustitución de Gámez. Había llegado el momento que llevaba toda su vida esperando. A los 19 años, Luna debutaba con el primer equipo del Zaragoza junto al gran capitán, Alberto Zapater, autor del tanto de la victoria poco después. El más veterano apadrinando el bautismo oficial del recién llegado. Cosas del destino.

Ahí estaba Marcos, un chico recién salido del juvenil que de niño soñaba con ser futbolista. «Fue increíble. Ha mamado esto desde pequeño y es incluso más zaragocista que yo, así que se puede imaginar el orgullo que siento», apunta Juan, su padre, que, como siempre que su hijo va convocado, esperaba desde la grada la llegada del día soñado. «Es la guinda al trabajo de un chico humilde y, sobre todo, muy zaragocista que quiere ser futbolista», resume.

El abrazo con su hijo, ya en la calle una vez concluido el choque, fue eterno. Su madre, Pilar, y otros familiares y amigos compartieron también un momento inolvidable. «No soy de lágrima fácil pero me emocioné mucho cuando le di ese abrazo tan especial. Nos quedamos sin palabras. Había llegado ese día que tanto tiempo llevaba esperando y la ilusión de su vida. Marcos lo había conseguido y solo acerté a pedirle que siguiera adelante y advertirle que lo difícil no es llegar, sino mantenerse», subraya su padre, que llegó a jugar, en los 90, tres temporadas en el filial zaragocista bajo la batuta de Chirri o Manolo Nieves. «Llevo al Zaragoza muy dentro de mí y recordaré toda mi vida ese momento en el que Marcos salta al campo junto a Zapater, un futbolista que lo ha sido todo en el Zaragoza, el gran capitán. La guinda fue que ambos participaron en la jugada del gol».

Luna, durante el partido del pasado sábado ante el Villarreal B.

Luna, durante el partido del pasado sábado ante el Villarreal B. / REAL ZARAGOZA

Marcos, de la misma hornada que Carbonell (Teruel), Mateo (Manchester United) o Alastuey (Nápoles) y que en juveniles dio la tarde al azulgrana Balde, creció en el Santo Domingo Juventud, donde ya soñaba con jugar en La Romareda. El sábado, la realidad lo superó todo. «Su ilusión ha sido siempre ser futbolista y vestir la camiseta del Zaragoza y se ha ganado a pulso lo que está logrando a base de trabajo duro. Sabía que esta oportunidad iba a llegar y es una recompensa para él y para el gran trabajo que se hace en la Ciudad Deportiva», subraya su padre, que, eso sí, reclama que el sueño no quede aquí. «Marcos tiene muy claro que quiere ser el lateral derecho del Zaragoza por muchos años y es muy vehemente y no escatimará esfuerzos para ello», asegura. 

Por eso, el interés de Barcelona, en cadetes, o más recientemente del Atlético de Madrid, no fue especialmente seductor. «Él quiere quedarse aquí y desarrollarse como futbolista en el Zaragoza», añade Juan, que reconoce cierto «miedo» al estancamiento. «Tiene posibilidades y está capacitado para jugar más en el primer equipo, aunque necesita continuidad y que realmente se confíe en él, pero si el entrenador no lo ve con ese potencial a corto plazo, lo mejor sería darle minutos y que jugara en el filial, donde también hay un muy buen entrenador en una categoría fuerte», indica Juan. «Si le dieran continuidad saldríamos de dudas. Si apuestan por él estoy seguro de que puede ser el lateral derecho del Zaragoza durante muchos años», sostiene.

El canterano, en su primer partido en La Romareda, a los 8 años, cuando jugaba en el Santo Domingo Juventud.

El canterano, en su primer partido en La Romareda, a los 8 años, cuando jugaba en el Santo Domingo Juventud. / SERVICIO ESPECIAL

Marcos, que ha renovado hasta 2024 y cuya cláusula de rescisión asciende a 1,5 millones de euros, es un «loco del fútbol», admite su padre. «Lo ve todo, desde la Premier a Segunda RFEF. De hecho, muchas veces le tengo que decir que salga un poco a la calle porque se lo traga todo. Le puedes preguntar por cualquier jugador de cualquier categoría, aunque no tiene grandes referentes ni ídolos o al menos no me lo ha contado. El fútbol le encanta hasta niveles insospechados, aunque le apasiona el deporte en general: los coches, las motos… absolutamente todo». 

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