Si eres un amante de la naturaleza y la aventura, hay un lugar en Valladolid que no puedes perderte: el páramo de las Pinzas, cerca de Curiel de Duero, Valdearcos de la Vega y Pesquera de Duero. Se trata de un impresionante espolón rocoso que se eleva sobre el valle del río Duero, ofreciendo unas vistas panorámicas de la meseta castellana y de los pueblos y viñedos que la rodean.

Las Pinzas es una formación geológica única, resultado de la erosión del agua y el viento durante millones de años. Bajo la capa superficial de piedra caliza, se encuentra una capa más blanda de yeso, que ha sido extraída por el hombre desde la antigüedad. Esto ha creado unas cuevas y oquedades que albergan restos arqueológicos y leyendas misteriosas.

Para llegar al páramo de las Pinzas, hay que seguir un sendero señalizado que parte desde la ermita de la Virgen de la Zarzuela, en Valdearcos de la Vega. El recorrido es de unos 8 kilómetros y tiene un desnivel de 110 metros. Se puede hacer a pie o en bicicleta, y se recomienda llevar agua y calzado adecuado.

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El sendero atraviesa un paisaje variado, con viñas, huertas, encinares y pinares. En el camino, se pueden ver fuentes, chozos, corralizas y otros elementos tradicionales del medio rural. Uno de los puntos más interesantes es la fuente de San Bartolomé, que mana directamente de la roca caliza y forma un pequeño circo natural.

Tras una subida por el Cortezón, se llega al pueblo de Curiel de Duero, una villa con mucha historia y patrimonio. Aquí se puede visitar el castillo, el rollo de justicia, el palacio de los Zúñiga o la iglesia de San Martín. También se puede aprovechar para degustar los vinos y la gastronomía típica de la zona.

La última parte del sendero es la más espectacular, ya que conduce al páramo de las Pinzas. Se trata de un saliente calizo rodeado de precipicios, que parece una pinza gigante sobre el valle. Desde aquí se puede contemplar una vista impresionante del río Duero, Peñafiel, Pesquera y otros pueblos ribereños. Además, se pueden observar las cuevas que hay debajo del páramo, donde se dice que vivieron ermitaños y que guardan secretos ancestrales.

Aquí tienes un vídeo donde puedes comprobar lo espectacular que es este lugar:

Estas cuevas son testigos de un pasado milenario. Bajo ellas se pueden contemplar los vestigios de antiguas civilizaciones. Algunas de ellas, como los vacceos, vivieron en el cercano poblado de Pintia, situado en la pedanía de Padilla de Duero. Otras, como los pastores de la Edad del Bronce, dejaron sus huellas en las laderas, donde se han hallado cerámicas, molinos y otros objetos.

Las Pinzas es un lugar mágico y sorprendente, que invita a disfrutar de la naturaleza y la cultura. Es una ruta ideal para hacer en familia o con amigos, y para sentir la sensación de volar sobre la meseta castellana.