La de Mario Soneira Iglesias, de la parroquia silledense de Fiestras, y su caballo Rufo era una historia de amor y fidelidad. Mario adquirió el animal en la feria de Sabucedo, hace ya 22 años. "Lo crié y lo domé yo mismo, porque era salvaje de todo", cuenta Mario. "Llevó la mejor vida que un caballo puede tener", recuerda. "Íbamos a todas partes juntos. Es un caballo muy famoso por todo Lalín y la comarca, y también por parte de A Estrada".

Rufo falleció el pasado domingo. "Tenía un problema de estómago, y aunque vino el veterinario y estuvo a tratamiento una temporada, y bien, finalmente murió", cuenta Mario apenado. Este animal llegó a hacer tres veces el Camino de Santiago, en dos ocasiones la Vía da Prata, y en otra de ellas el Camiño Portugués. "Era noble, era un caballo que estuvo en todos los Entroidos de Lalín y que vino al alto dos xenerais de A Bandeira en alguna ocasión también", rememora Mario.

Rufo incluso acompañaba a su dueño a tomarse vinos, y no había fiestas en las que faltase. "Era un animal como había pocos". No era un ejemplar muy grande, pero si capaz de recorrer cientos de kilómetros. "Recuerdo una vez en Portugal en la que caballos más grandes estaban ya arrodillados, pero él aguantó 100 kilómetros sin doblar". Últimamente, lo estaba montando el ahijado de Mario, "pero todo lo que aprendió se lo enseñé yo", afirma este. Recuerda como anécdota curiosa una vez en los carnavales de Silleda, en que resbaló y se cayó del caballo. Rufo se marchó, pero él le silbó y lo llamó por su nombre, y vino de nuevo junto a él.

Mario Soneira fue, junto con Carlos Seixas, uno de los fundadores de la asociación Cabaleiros do Deza. "Con él era uña y carne, lo hemos pasado muy bien juntos", cuenta Soneira. "Ayer mi ahijado (que lo montaba recientemente) estuvo todo el día llorando". El vació que deja Rufo es grande: "Es como una persona, se trata para nosotros de una pérdida muy grande", afirma Soneira. "Imagínate: lo cogí con un año y se nos fue con 22, es toda una vida juntos". El trasdezano afirma que para el, Rufo era "como de la familia". Ahora le queda el reto de superar la pérdida, pero queda el grato recuerdo de Rufo.