El regreso de Paulo Londra a la escena urbana

Tras derrocar el silencio, regresa con todo el ímpetu y la fortaleza de saber que se esperan grandes cosas de él. Platicamos con el artista argentino sobre el dolor, la libertad y el éxito.
Paulo Londra escribiendo sentado sobre silla y escritorio
“Mi sueño es hacer música hasta que me muera, porque, la verdad, es que nada me da tanta felicidad como eso”. Eugenio Mazzinghi

“Para ser un buen artista hay que tener un corazón que haya sufrido mucho”, asegura Paulo Londra. La frase la escuchó en alguna serie de anime —es fan de este género de animación japonesa— que hoy no logra recordar, pero se identifica mucho con esa idea. “Me gusta el dolor en las canciones. No sé si he sufrido tanto (ríe), pero sí sé que todos hemos sentido dolor, que mucha gente lo oculta y eso no es bueno”, afirma. “Cuando hago una canción, me meto en el papel y esa sensibilidad uno la siente”. Los números y la euforia alrededor de su figura no mienten, sin duda, estamos frente a uno de los líderes de una generación que ha crecido con el trap, el hip hop y la fiesta plasmados en su ADN. El fenómeno Paulo Londra tuvo su génesis en aquellas míticas batallas de freestyle —cuando el artista tenía apenas 13 años— que encumbraron a todos estos nuevos héroes urbanos con su magia y que hoy habitan en un lugar privilegiado: el del gusto de las juventudes que han hecho del perreo y el romance el combo inseparable de nuestros tiempos.

El conflicto con la industria 

“Estoy muy bendecido. Todo pasó en el momento y lugar correctos porque Argentina es una cuna de talento".Eugenio Mazzinghi

Este apóstol de los nuevos sonidos que mueven al mundo, debutó en 2017 con “Relax”, su primer éxito. Pronto, comenzó a desmarcarse de la mayoría de sus contemporáneos gracias a temas como “Solo pienso en ti” y “Adán y Eva”, pero también por sus colaboraciones con Becky G y con el influyente productor Timbaland —entre muchos otros trabajos en conjunto— y a sus récords millonarios de seguidores y de reproducciones en Spotify y YouTube. Desafortunadamente, el argentino también se enfrentó al lado oscuro de la industria musical y un conflicto contractual con su anterior casa productora lo mantuvo alejado de la producción más de dos años. Hoy, liberado y renovado, ha regresado con sencillos como “Plan A”,  “Noche de novela” (en colaboración con el británico Ed Sheeran) y “Nublado” —canción con un sonido de punk-rock inesperado—. “Siento que el ser humano se mueve por lo que desea”, me cuenta Paulo tranquilamente desde su hogar en Córdoba, Argentina, mientras le da un sorbo a su mate y juguetea con sus cuatro acompañantes caninos —Bonito, Reina, Patito y Witu— en el jardín. “Más que una carga, el éxito es una bendición y hay que tener los pantalones bien puestos para cumplir con esta misión que Dios le da a uno”, afirma. El joven astro nacido en la primavera del 98 no estaba tan preocupado de no poder regresar, pues estaba convencido de que era cuestión de tiempo: “Desde que dejé la facultad de Derecho, decidí que iba a hacer música por el resto de mi vida, no importaba cómo. Hace mucho que no me subo al escenario y estoy ansioso por ello”, sentencia. Pero, sí, para el artista dejar una carrera tradicional fue complicado. “Pensaba que vivir de la música era imposible. En Argentina no había mucha gente que lo hubiera logrado y menos con lo que traíamos nosotros. Me sentía fuerte haciendo hip hop, pero en reguetón no había experimentado”, reconoce. La espera ha sido larga, pero su regreso viene acompañado de hambre de triunfo: “Mucha, tengo la misma hambre que antes”, advierte.

El regreso de Paulo Londra

“El consejo es no tener miedo o vergüenza y ser auténtico, mostrarse como uno es”.Eugenio Mazzinghi

Su canción nueva, “Party en el barrio”, es un flamante dueto con su colega Duki —otro de los artistas que importan en el movimiento del trap de habla hispana—. “Usted no tiene ni idea de cuánto frío pasamo’. El ambiente se pone pesado, pero igual siempre nos levantamo’”, rezan las líricas que celebran este gran momento de furor tras superar los obstáculos. “Esta pequeña atención que nos han dado forjó una camaradería fuerte, somos muchos compañeros que nos apoyamos los unos a los otros, con respeto y no con mirada rara”, afirma. Sí, para Londra, una colaboración —práctica muy recurrente en el mundo urbano— es una cuestión de vibra y cercanía, y llegar a trabajar en algo con Eminem —una de sus grandes referencias— es una meta anotada. “Siento que lo que alimenta mis ganas de buscar ganar es la libertad que me dieron mis padres. Siempre que salía de casa quería regresar con una noticia grande y eso me ayudó a destacar. No sé si llamarlo autocensura, pero no me permito hacer cosas con las que me sentiría incómodo”, nos revela.  

Su popularidad, muy de la mano de las nuevas plataformas musicales, definitivamente, es producto de la modernidad: “Estoy muy bendecido. Todo pasó en el momento y lugar correctos porque Argentina es una cuna de talento. Vengo de una camada que puede improvisar cosas muy buenas en poco tiempo y no sé si sea magia, pero eso nos dio mucha escuela”, comparte el declarado fanático de Michael Jordan y los Chicago Bulls —tanto que, en su cuenta de Twitter, ostenta el nombre de El Asper Master 23, en honor al número del jersey del mítico basquetbolista—. “El Internet ha sido importante, me ayudó bastante a subir mis temas con pocos recursos y sin tanto intermediario; y, además, el mundo digital creó toda esa comunicación que hoy tenemos. Su principal problema es quienes se escudan en el anonimato. El ser humano lo usa de mala forma para criticar sin justificación y eso es malo”, asegura. “Siento que las redes nos venden una realidad falsa. Las personas sentimos dolor, cometemos errores; creo que para crecer como seres humanos te tienes que comparar únicamente contigo mismo y no con lo que se ve en la televisión o redes sociales ”.  

“Más que una carga, el éxito es una bendición y hay que tener los pantalones bien puestos para cumplir con esta misión que Dios le da a uno”.Eugenio Mazzinghi

El artista revela que sufrió bullying cuando era estudiante. ¿Fue, entonces, la música la panacea? “Recuerdo que me molestaban mucho, pero, luego, cuando me vieron haciendo lo mío, se pusieron de mi lado y eso me dio confianza. El consejo es no tener miedo o vergüenza y ser auténtico, mostrarse como uno es. Si en la escuela te ven como un tonto, no debes creer que lo eres. Uno tiene que hacer lo que le gusta y decir: ‘este soy yo y no me parezco a nada’”, zanja. Para el músico, la supremacía generacional del reguetón no ha provocado que el hip hop se desvanezca a su sombra: “No, el que busca el rap lo encuentra. En Latinoamérica es muy fuerte, aunque, tal vez, no sea lo que esté de moda en una discoteca, como el reguetón”. Aunque muchos artistas emplean su música para lanzar mensajes sociales o políticos (lo han hecho desde Nina Simone hasta John Lennon pasando por Víctor Jara y Residente) el tema político no es algo que ocupe un lugar de honor en el panorama de Paulo Londra: “Mirá que loco, nunca me había interesado la política, pero desde que me convertí en papá [es padre de dos niñas: Naomi, de dos años, y Francisca, de siete meses] me conecté con las noticias. Pero es un tema que me interesa solo para mí, no para hacer que la gente lo escuche. Para eso, yo prefiero la fantasía”, declara. “Mi sueño es hacer música hasta que me muera, porque, la verdad, es que nada me da tanta felicidad como eso”. 

El tema político no es algo que ocupe un lugar de honor en el panorama de Paulo Londra.Eugenio Mazzinghi