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Velilla de Ebro

Tras las huellas del Imperio Romano

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A 50 kilómetros de Zaragoza, en la margen izquierda del río Ebro, se ubica la localidad de Velilla de Ebro. En su casco urbano, de trazado musulmán, sobresale la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (siglos XVI-XVII), con su esbelta torre mudéjar. Otro rincón pintoresco es el conjunto hidráulico, ya en las afueras, formado por un lavadero, molino harinero y norial de doble rueda. Este conjunto acaba de ser restaurado y es uno de los más interesantes de la comarca. Para contemplar una buena perspectiva de todo el entorno lo mejor es ascender hasta el Mirador de San Nicolás: desde aquí veremos los meandros y las huertas que se extienden junto al Ebro con la estepa desértica como telón de fondo. En este mirador natural se sitúa una ermita de origen románico, aunque restaurada en siglos posteriores, de cuya espadaña colgaba la conocida como Campana del Milagro, protagonista de una leyenda muy arraigada en el lugar.

Pero el gran tesoro histórico de Velilla de Ebro se encuentra en el yacimiento romano de Lépida-Celsa, el primer asentamiento romano del Valle del Ebro. Celsa fue la principal ciudad del valle antes de la fundación de Caesaraugusta, la actual Zaragoza. Con una extensión de más 44 hectáreas, las excavaciones han sacado a la luz bronces, esculturas, monedas, piezas de orfebrería, calles y casas, tabernas, un pequeño mercado, un restaurante ('popina'), la panadería ('pistrinum'), villas romanas como la Casa de los Delfines o la Casa de Hércules, templos, el teatro, el foro, termas, necrópolis y otros edificios públicos. Desde hace varios años, la localidad celebra el primer fin de semana de junio la Fiesta de las Nonas de Junio, una recreación histórica que nos traslada a aquella época romana.

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