Fotos del pueblo de Teruel con 16 habitantes que sobrevive en su propio desierto
Este es uno de los pueblos más pequeños de Aragón, que destaca por su gran interés paisajístico, arqueológico y minero. Su casco urbano se encuentra estratégicamente ubicado en la ladera de un montículo, ofreciendo unas vistas espectaculares del pequeño valle y la laguna desecada que lo rodea. La única vegetación que ha podido crecer con los fuertes vientos del valle del Jiloca son plantas de enebro y sabinas rastreras, un entorno natural que es, sin duda, uno de los principales atractivos de la zona, con numerosos barrancos de rodeno que albergan valiosos restos arqueológicos de diferentes épocas. Forma parte del conocido como paisaje del Rodeno, unas formaciones de piedras rojas, compuestas de arcilla, y de rocas de arenisca compactas; y es el lugar perfecto para aquellos que buscan una escapada tranquila y serena en medio de la naturaleza