Trujillo Suárez, el Eibar-Real Zaragoza y los peligros latentes

Daniel Trujillo Suárez, árbitro canario del Comité de Tenerife, será el encargado de dirigir el Eibar-Real Zaragoza de la jornada 26 en el estadio de Ipurúa este domingo, 11 de febrero, de 2024. 

Nada anormal, en un principio. El juez deportivo insular es un clásico de Segunda, tanto que está a punto de la retirada, pues el pasado 15 de enero cumplió ya los 41 años (no es un dato menor). Ha vivido dos etapas largas en la categoría de plata, con un breve paso por Primera División, a la que ascendió en su día (2016) y en la que solo se sujetó dos campañas, para descender en 2018. Era 2009, aún con el Real Zaragoza en la élite, cuando Trujillo ya pitaba partidos profesionales en esta división. 

El tinerfeño llega a esta importante cita de Ipurúa con un antecedente próximo en el tiempo de esos que suelen dejar marcas, recuerdos, activaciones cerebrales especiales. Y, por aquí, ya sí es motivo de información. Porque el año pasado, Trujillo Suárez dirigió este mismo duelo, en La Romareda, entre eibarreses y zaragocistas. Una tarde anormal, que acabó 0-0 en plena fase de onoperancia y hundimiento del equipo que aún dirigía Juan Carlos Carcedo, que pasó a los anales de la historia negativa del Real Zaragoza al ser un duelo en el que los blanquillos no pudieron superar a un rival que acabó jugando con 9 futbolistas durante los 20 últimos minutos del choque y que ya jugó con 10, en inferioridad, desde el minuto 40 (más de medio partido, por lo tanto).

Ese día, Trujillo se encontró con un partido brusco. Con un Eibar torpe en acciones flagrantes, que proporcionó decisiones drásticas del árbitro. Expulsó en el referido minuto 40 al central portugués Venancio, por agredir un minuto antes a Vada mientras se iba a lanzar una falta sobre el área vasca. Y en el 76 fue Javi Muñoz, medio centro eibarrés, el que vio la tarjeta roja tras una entrada muy subida de tono a Fuentes.

Le tocó a Trujillo uno de esos días feos para los árbitros. También sacó a amarillas a los azulgranas Tejero, Berrocal, Arbilla, Imanol, Matheus Pereira, Nolaskoain, Rober y Blanco Leschuk (la de este, era otra roja flagrante, pero le debió parecer demasiado al canario seguir mermando al Eibar en un episodio tan extraño como tuvo lugar en esa fecha).

Muchos de los protagonistas de aquello van a volverse a ver en Ipurúa este domingo. No hay resquemores por esto. De hecho, ya se jugó el duelo de la primera vuelta, otra vez en La Romareda (el de la remontada del Eibar, del 2-0 al 2-3), y el juego transcurrió dentro de la máxima deportividad y sin ninguna cicatriz abierta. 

Pero que, en el caso de este domingo, el árbitro sí que sea el mismo, es algo que añade gotas de cicuta a la mezcla. El ser humano tiene memoria. Como muchos otros seres vivos de la naturaleza. Y muchas veces, reacciones futuras dependen de las señales dejadas por el pasado. Trujillo está ante una prueba de conducta personal de esas que los psicólogos miran con lupa.

Al hilo de esta premisa, el Eibar no ha logrado ganar con Trujillo desde lo de Zaragoza (ese día, insisto, empató 0-0 con un mérito enorme, en inferioridad numérica palmaria). También el año pasado, el colegiado canario estuvo en Ipurúa en otro 0-0, en un Eibar-Andorra (donde los andorranos acabaron con 10 por expulsión de Molina en el minuto 60). Y, en esta temporada, Trujillo ha dirigido 3 partidos al Eibar y... perdió 0-1 en su campo ante el Leganés -la única derrota del curso como local-; empató 1-1 ante el Huesca, también en Ipurúa; y perdió 1-0 hace dos meses en Alcorcón, su último patinazo. 

Con el Real Zaragoza, el de Santa Cruz de Tenerife repitió el año pasado una vez más en La Romareda y se dio un nuevo 0-0, meses más tarde en la visita del Burgos. Y, en la campaña actual... va a ser la primera vez que se cruce en el camino de los aragoneses.