Víctimas del despojo y la violencia, la comunidad de Caspalá hoy inicia la marcha a la capital jujeña

Ponderado como uno de los pueblos más bellos del mundo, Caspalá se ha convertido en otro trofeo de Gerardo Morales, la construcción de una escuela en el predio de la cancha comunitaria sin consultar a la comunidad kolla hizo que el pueblo se manifestara en su contra, volviéndose en las nuevas víctimas del despojo y la violencia por parte del Ejecutivo, situación que visibilizarán a partir de hoy a través de una marcha en los valles orientales.

Todo se inició hace 3 meses, exactamente el 18 de noviembre del año pasado, cuando la comunidad se convocó para defender la cancha que con esfuerzo levantó, ante la noticia que se iba a construir una escuela. La respuesta del gobierno provincial fue enviar efectivos de la policía para reprimir la protesta. Todo ello en connivencia con el comisionado municipal, Natividad Apaza.

Caspalá fue la réplica de lo ocurrido en Campo Verde: una cancha levantada por la propia comunidad y que el gobierno jujeño se apropia, sin realizar ninguna consulta. En el caso de Caspalá, se suma la violación de los derechos indígenas consagrados constitucionalmente.

A partir de ese momento, el pequeño pueblo de Valle Grande se encuentra sitiado. “Se ha instalado un sitio policial en todo el Pueblo seguido de continuas maniobras violentas de hostigamiento y persecución, entre otros procederes ilegales. Tratos crueles e inhumanos”, denunció la comunidad kolla.

“Hemos realizado todo tipo de denuncias ante las mismas instituciones estatales que diariamente violan nuestros derechos. Por supuesto, sin resultado alguno”, detallaron en un comunicado, en el cual además señalan que la marcha es “en señal de protesta”.

La manifestación tendrá como escenario los valles orientales, iniciándose en Caspalá, el itinerario incluye las localidades de Santa Ana, Valle Colorado, Valle Grande, Pampichuela, San Francisco, Libertador General San Martín para concluir en la capital jujeña “con la ilusión de que el Pueblo jujeño y argentino escuche todas las injusticias contra nuestras familias indígenas. Con la esperanza de que los funcionarios estatales reflexionen y ya no nos hagan más daños. Como siempre, nuestra protesta será en Paz”, expresaron.

Para la comunidad, desde aquel 18 de noviembre, el Estado provincial impuso “un cierto terrorismo de Estado” para lograr construir la escuela secundaria en el lugar donde se encontraba la cancha de fútbol, a lo que luego le sumaron “un centro de la cultura o algo así”.

“El Gobernador ha tomado por asalto nuestra Cancha de deportes y espacio cultural y social para ‘construir la escuela secundaria’. Es un espacio de uso común y comunitario que pertenece a una de las familias de la Comunidad de Caspalá. El Gobierno ha usurpado para dejarnos sin un espacio de deportes a la comunidad”, indicaron en el documento, donde además señalaron otros puntos del conflicto.

“El Gobernador Morales, la Legislatura y la Justicia han expropiado y tomado por asalto un lote de la familia Cruz-Chapor para erigir una cancha de fútbol. Han destruido y saqueado sus sembrados y zonas de pastajes familiares, han derribado árboles autóctonos (cermonia). Y pretenden expulsar a la calle una familia con siete hijos (tres de ellos menores). Esos niños indígenas viven atemorizados en lo poco que les queda”.

“Tercero, sin escuchar las advertencias y las súplicas de la Comunidad de Caspalá, los operarios de Morales –a sabiendas- destruyeron un Antigal (lugar sagrado). En donde, ahora, para disimular su inoperancia, los funcionarios intentan hacer un centro de interpretación de la cultura en dicho lugar. Una vez más, sin respetar los derechos de la Comunidad, sin respetar el derecho a la identidad y el derecho a la espiritualidad”.

“Cuarto, todas estas maniobras han sido apoyadas por los distintos Ministerios (Educación, Cultura, Seguridad, Salud) de la Provincia de Jujuy y, especialmente, la Comisión Municipal de Caspalá. Así, muchos indígenas sufren la persecución y hostigamiento diarios (sumarios, sanciones, despidos, despojos) de dichas instituciones”.

Ante el conflicto desatado por la construcción del colegio, la comunidad ya existía una solución y era hacer la obra en el lote que el Estado provincial le había otorgado en 2015 a la Comisión Municipal para tal fin. “El Gobernador, sin explicitar razones, se rehúsa a construir la escuela secundaria en dicho lote”, subrayaron.

“No era necesario tomar por la violencia tierra ajena al Estado para construir una escuela. No era necesario destruir nuestra cancha de deportes para erigir una escuela. No era necesario expropiar tierras a una familia indígena para hacer una cancha de fútbol. Menos aún un centro de cultura o lo que se pretenda”, apuntaron desde la comunidad.

Y cuestionaron “¿Por qué tanta violencia, entonces? Es algo que todavía no comprendemos. Tal vez, el interés en nuestros territorios indígenas no sea solo una escuela o una cancha de fútbol. Tal vez haya otros intereses” y apuntaron “como el negocio del turismo y el saqueo de los recursos naturales (uranio, oro, hierro, cobre, petróleo, gas). Tal vez toda esta violencia sea un preludio de despojos, usurpaciones y violencias futuras. La codicia del Estado Jujeño por los bienes ajenos no parece terminar todavía en nuestro territorio de Caspalá”.