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Red Internacional

Trabajadoras de este sector dependiente del Ministerio de la Mujer de Córdoba denuncian que la situación laboral de hostigamiento creció desde las peleas que supieron dar hace unos años. Hay una situación de mucha precarización laboral y desfinanciamiento, donde se vulnera hasta el derecho a la protesta.

Sábado 25 de marzo de 2023 | 20:18

No es la primera vez que las trabajadoras del Polo están luchando por sus condiciones laborales. El mismo depende de la Secretaría de Lucha contra la Violencia a la Mujer y Trata de Personas y fue inaugurado el 8 de marzo del 2016, como parte de la demagogia del gobernador Schiaretti hacia las peleas del movimiento de mujeres. Un mes antes de la inauguración, Schiaretti había despedido a decenas de trabajadoras contratadas de áreas relacionadas con la mujer y la infancia.

Ese mismo año, fueron ellas quienes encabezaron la movilización del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres trabajadoras.

En octubre de 2019 junto la pelea que dieron las y los trabajadores estatales de la provincia por su regularización laboral y que denunciaban más del 40% de la planta como becarios, las trabajadoras del Polo en esas misma circunstancias hicieron punta con sus reclamos y gracias a esa lucha algunas de ellas fueron reincorporadas, pero las demandas de aumento de personal y pase a planta de quienes están precarizadas nunca fue resuelta por completo y los reclamos por aumento salarial y condiciones laborales han sido una constante que siguen aun hoy sin la respuesta efectiva por parte de la gestión de Schiaretti, ni del Ministerio de la Mujer con Claudia Martínez a la cabeza.

A este medio llegaron denuncias de las condiciones laborales en este ámbito del estado donde además de los reclamos históricos descriptos más arriba se le suman también maltrato laboral de los directivos, sobrecarga en el trabajo, hasta llegar al punto de “marcarlos” en los recibos de sueldo advirtiendo que en algún momento tomaron medidas de fuerza, derechos protegidos en el ámbito legal. “Cuando éramos fuerte a nivel reclamo, eso se fue disolviendo porque nos dividieron y hubo castigos, hubo cambios de áreas a quienes estaban al frente de la pelea y a otras les pusieron en sus recibos de sueldo que hicieron paro de tres horas quedando completamente invisibilizadas”, nos comenta Claudia, la cual utilizaremos un nombre ficticio por la exposición de su trabajo y de sus reclamos, y a esto le agrega que en la última asamblea, transcurrida hace más de un año fueron castigadas todas.

- ¿Cómo son las condiciones laborales actualmente en el polo?

Todos los sueldos son bajísimos y el polo está sufriendo un vaciamiento en donde la mayoría renuncia por maltrato y violencia institucional. La mayoría son contratadas y residentes y un pequeño porcentaje son de planta permanente. Los y las residentes, que están en una etapa de formación, antes eran becarios y en vez de pasarlos a contratados los pasaron a residentes como si recién hubiesen ingresado a estudiar.

La gestión de la directora de violencia, Julia Reartes, se caracteriza por el maltrato y la violencia institucional que ella ejerce sobre las y los trabajadores del Polo, generando esto, a la par de los sueldos bajísimos que perciben, un vaciamiento del polo debido a las renuncias y despidos a personas con carpeta médica como por ejemplo personas que sufren de Síndrome de Burnout, ya que los residentes y contratados no se les permite estar de carpeta más de un mes.

Todas las áreas están diezmadas y nos quieren obligar por medio de gritos, amenazas e insultos a atender otras áreas, por ejemplo a trata a atender a gente de “delitos sobre la integridad sexual” o “violencia de género” donde el tipo de asistencia no tiene nada que ver.

- ¿Qué políticas tuvo el gobierno provincial en este ámbito?

El departamento de trata de personas antes del ingreso de Claudia Martínez contaba con aproximadamente cuarenta y tres personas de las cuales hoy solo quedan ocho para toda la provincia (dos trabajadoras sociales, cuatro psicólogas y dos abogadas que se incorporaron después de la pandemia), por ende, el síndrome de Burnout es una enfermedad frecuente de todas las trabajadoras del polo, ya que todas las áreas se encuentran sobrecargadas de trabajo, por ejemplo las personas que atienden en la primera entrevista a las víctimas de violencia llegan a atender entre doce y catorce personas por día, la cabeza de esas personas que atienden no dan más, sumado al hostigamiento permanente que sufren de que no atienden rápido controlando número de víctimas atendidas

Martínez destruyo todo. Convirtió el polo en el “shopping de la mujer” ahora las asistencias para víctimas de violencia son virtuales o en grupo y eso hace que obviamente las victimas terminen dejando las asistencias.

- Y más específicamente, ¿Cuál es el área donde más afecta todo esto?

El área de trata es la más desvastada de todas porque tiene ocho personas para todo el país, ya que tienen que viajar fuera de la provincia y ganan menos que cualquier otra área. Ellos tienen un contrato casi de exclusividad para la provincia ya que tienen que estar disponibles las 24hs y eso nos les permite tener ningún otro tipo de trabajo porque tienen que salir a la hora que los llamen.

Les pagan menos que al resto de todos los trabajadores siendo que el peligro que corre de trata en cada operativo es todo el tiempo inminente y ni siquiera tiene autos en condiciones.

Hay tantos buenos profesionales y ponen personas maltratadoras puestas a dedo a dirigir estas áreas, cesan todos los casos y aparecen en los que salen por la tele, hacen que el maltrato institucional sea moneda corriente, todos van a trabajar con inmensa desazón siendo que son gente tan preparada y comprometida, nadie los cuida es muy triste.

-¿Hay alguna baja da de línea directa de que no puedan hacer esto público?

Hay una bajada implícita que son las amenazas de las echadas o despedidas que aparecieron estas dos últimas semanas, igual la idea es organizarse para sumarse a las asambleas con docentes y con salud.

Memorias de Marzo

En el mes de la mujer nos parece más que razonable exponer las condiciones con la cual el gobierno de la provincia maltrata a los y sobre todo las trabajadoras del polo donde su trabajo de alta complejidad, sensibilidad, contención y dedicación, sumado a la vulnerabilidad que sufrimos históricamente las mujeres, hacen de esta un área donde al igual que lo que demuestran las y los trabajadores de salud y educación en lucha, son ellas quienes terminan manteniendo estos sectores sensibles del Estado y se encuentran completamente desfinanciados, mientras el Gobernador Juan Schiaretti gasta fortunas en campaña electoral.

También se nos hace justo remarcar el rol persecutorio que el gobierno de la provincia demuestra que tiene frente a las y los trabajadores que se levantan a pelear por mejoras en sus condiciones de trabajo armando listas negras, apartando de cargos o marcándolos en los recibos de sueldo, que hacen a una práctica que nos remonta a los peores años de nuestra historia y que hoy lo repudiamos en las calles.


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