La Bañeza: Implacable último éxodo rural a pesar del 'baby boom' de los 60

La comarca perdió un 47% de población en el último medio siglo, sobre todo en los pueblos sin industrias ni servicios

P. J. Abajo
02/11/2021
 Actualizado a 02/11/2021
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La sangría poblacional que padecen muchas regiones de España en general y que sufre León en particular tampoco es ajena a los pueblos que conforman el Partido Judicial de La Bañeza, donde en los últimos cincuenta años han causado baja en el censo casi uno de cada dos vecinos, dejando patente que el último éxodo rural ha supuesto un importante varapalo para nuestra provincia. Eso a pesar de que tanto el municipio de La Bañeza como el de Santa María del Páramo presentan números muy positivos teniendo en cuenta los datos a cien años vista y a pesar del incremento generalizado de habitantes que se dio en muchos ayuntamientos en los años 60 y 70 con respecto a los años previos a la Guerra Civil.

Salvo las dos cabeceras de la zona antes mencionadas y cuya razón de incremento se explicará más adelante, el resto de municipios que forman esta amplia comarca jurídicamente hablando presenta números rojos en cuanto a población se refiere, con algunos datos tan catastróficos como el de Quintana y Congosto, cuyo censo ha mermado desde 1970 hasta 2020 en un 76,3 por ciento pasando de los 1.579 vecinos que tenía hace medio siglo a los 375 actuales o Destriana, donde el último medio siglo también ha sido demoledor para este municipio de la comarca de la Valduerna al haber perdido desde 1970 más de 1.200 habitantes, pasando de 1.729 al menos de medio millar que cuenta a día de hoy.

Algunos de los pueblos de la comarca bañezana han perdido en el último siglo hasta 8 de cada 10 vecinos Echando la vista atrás cien años, con los datos al comienzo de la década de los denominados «felices años veinte» sobre la mesa y los del último censo publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el Partido Judicial de La Bañeza hay varios pueblos que han perdido en este siglo a casi ocho de cada diez vecinos, siendo la mayor caída desde los años setenta hasta justo antes del comienzo de la pandemia, pues si se analizan estos datos actualizados a día de hoy, el resultado podría ser todavía bastante más trágico.

En 1920 se contabilizaban en la zona de La Bañeza 49.705 vecinos, ya concentrados sobre todo en la cabecera (4.115) aunque en ese momento suponían un 8,28 por ciento con respecto al total, frente al más del 33% que los bañezanos representan en el censo ahora. Además, en aquella época, municipios como Castrocontrigo, Soto y Riego de la Vega, San Cristóbal de la Polantera, Valdevimbre, Alija del Infantado superaban con creces los 2.000 habitantes, de los cuales en 2020 solo Soto supera los mil y el resto se alejan bastante de esa cifra.

Es especialmente llamativo el caso de San Adrián del Valle, que ha pasado de contar 730 habitantes a quedarse en 100 trasfallar la renovación agraria y el abandono del cultivo de la vid entre otros factores, con la caída de la bodega y fábrica de alcoholes que poseía a comienzos del pasado siglo. Y Castrillo de la Valduerna también es un caso llamativo por haber perdido en los últimos cien años casi el 80% de sus habitantes, desde los 745 a los 155, cifras parecidas a las que presenta La Antigua, con una caída del 76,7% tras bajar de 1.537 a 358 en un siglo, siendo relevante que a mediados del siglo XIX contaba más de 2.200 vecinos.

La Bañeza y Santa María del Páramo son los dos únicos municipios que logran un balance del censo positivo La caída de la pequeña industria de mediados del siglo XX también tiene importantes reflejos en el censo como en el caso de Castrocontrigo, que desde 1970 hasta 2020 ha perdido a más de siete de cada diez habitantes, pasando de los más de 2.400 a los 725, cifra especialmente dramática si se hace hincapie en que veinte años antes estaban censados allí 3.486 habitantes. La explicación, en el cierre de las industrias resineras que en Nogarejas y el resto de la comarca daban empleo a cientos de familias.

Algo parecido ocurre en Santa Elena de Jamuz con la pérdida de muchos alfares en Jiménez, Laguna de Negrillos, Pozuelo del Páramo o Alija del Infantado, por citar algunos ejemplos donde la población relativa en el último medio siglo ha mermado entre un 50 y un 70 por ciento a pesar de que en los años previos habían experimentado un importante crecimiento poblacional.

El baby boom

En las comarcas que forman el Partido Judicial de La Bañeza hay un fenómeno que refleja perfectamente el que se vivía en buena parte de la España de entonces. Fue el denominado ‘baby boom’ de los sesenta que en la década de 1970 hizo que el censo de las comarcas pasara de los 49.705 habitantes censados en 1920 a los 57.498 que figuraban registrados en 1970, con espectaculares incrementos como el de La Bañeza, que pasó de 4.115 a tener 9.151 y Santa María del Páramo que casi también duplicó sus cifras creciendo de 1.362 a 2.584 en medio siglo, como Pobladura de Pelayo García, que es de los que lideran en esa etapa el crecimiento poblacional, o Villazala, Laguna de Negrillos, Urdiales, Bercianos y Zotes del Páramo.

Tras haber perdido buena parte de las actividades que en los años 70 y 80 daban vida a la economía de la zona, sobre todo agrícola, ganadera y de industria, al tiempo que contribuían a asentar población, La Bañeza tiene por delante el importante reto de no seguir desangrándose día tras día por la pérdida de las fuentes de ingresos que aún le quedan y mantener su espíritu de ciudad comercial y de negocios que fue hace medio siglo. A pesar del incremento de población desde los años 70, las imágenes de algunas calles bañezanas de entonces y de la actualidad son un fiel reflejo de que muchos negocios que cerraron sus puertas no las han vuelto a abrir y una llamada de alerta a cuidar los atractivos que aún mantiene a día de hoy para evitar seguir alimentando la España Vacía.

El censo y la costumbre de comprar piso en La Bañeza "para la vejez"

Los datos del Instituto Nacional de Estadística comparando los movimientos poblacionales entre 2020, 1970 y 1920 constatan, por un lado, el éxodo hacia la cabecera comarcal movido por una mayor oferta de servicios y de oportunidades laborales, pero también por otra parte la costumbre de que muchas familias de los pueblos de la Valduerna, Valdería, Jamuz, Vega o del Páramo tenían costumbre de comprar un piso en La Bañeza «para la vejez» que aún hoy se escucha. Los años sesenta, tal y como además del censo refleja el planeamiento urbanístico de la ciudad, fueron años de grandes promociones inmobiliarias que suponían una buena oportunidad para adquirir un piso en La Bañeza para determinadas épocas aunque muchas familias siguieran residiendo en el pueblo de origen. Solo así se explica que con un censo de 9.000 vecinos se contabilizaran en ese momento alrededor de 6.000 viviendas.

La modernización de la agricultura, la clave en la zona del Páramo

Teniendo en cuenta que la mayor parte de los municipios de la comarca del Páramo Bajo han perdido población en este último medio siglo, salvo Santa María que, como cabecera de comarca ha conseguido salvar con números verdes la situación y anotar un crecimiento del 20%, es importante remarcar que esa pérdida poblacional está menos acentuada que en otras zonas del Partido Judicial de La Bañeza y que en otras comarcas de la provincia. Esto se explica, en buena medida, por el asentamiento de población que han motivado los distintos planes agrícolas que comenzaron con la llegada del agua a través del Canal del Páramo que se abrió a principios de los sesenta. Luego llegaron los programas de concentración parcelaria y de modernización del regadío que han conseguido hacer del campo una oportunidad para muchas familias.
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