Lo que parecía un problema simple se tornó en una situación grave para los residentes de la calle Bolívar del barrio Altamira 1, en San Félix, ellos han tenido que vivir por más de treinta años aspirando los olores putrefactos que despiden las aguas cloacales que pasan por enfrente de su sus casas.
El problema comienza a partir de una boca de visita que colapsó en el sector Las Américas y todas las aguas nauseabundas con heces fecales circulan las 24 horas y bajan por una zanja que llega a las riberas del río Caroní. Los niños están expuestos, algunos sufren de sarna, también hongos en los pies, en tanto que otros erupciones producto de las picaduras de mosquitos.
Según, afectados esta calle se convirtió en un hervidero de enfermedades por las aguas residuales que se niegan a desaparecer. Una familia tuvo que abandonar su casa porque la quebrada pasaba por detrás de su domicilio, actualmente llega a la puerta trasera del rancho, en tanto que la maleza se adueñó de este espacio para albergar mosquitos, moscas y otros tipos de animales portadores de enfermedades.
Los vecinos en muchas oportunidades se han quejado pero sus peticiones no llegan al despacho de la alcaldía de Caroní, tampoco a Hidrobolívar, ni a la Gobernación del estado Bolívar.