20 días de incendios forestales: momentos e hitos que han marcado la tragedia

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El 2 de febrero se empezaron a multiplicar los incendios. Se realizaron evacuaciones en Ñuble, Biobío y La Araucanía. Hasta ahora, el fuego ha afectado 451 mil hectáreas y dejado 25 víctimas fatales.


El inicio

La tarde del jueves 2 de febrero, en medio de una alerta por altas temperaturas en la zona centro y sur del país, los incendios forestales se empezaron a multiplicar y avanzaron con alta intensidad y rapidez. En Ñuble, se evacuaron los sectores de Santa Ana de Caimaco, San Ramón y Quitrico en Quillón; Pulila, Mengol, El Guanaco, Santa Carolina, Taimo, Ninquihua y Tocotu, en Quirihue, Caranchel, Leonera, Tinajacura y la población René Schneider en Coelemu, y los sectores Doña Francisca 1, 2 y 3, en Chillán. Con el correr de las horas se fueron reportando nuevos siniestros más al sur, en varias comunas del Biobío y La Araucanía. Comenzaba así lo que se transformaría en una tragedia que lleva ya 20 días.

Estado de catástrofe

En las primeras horas de la emergencia se contabilizaban unas 69 viviendas siniestradas en Ñuble. Un contingente de autoridades de gobierno se desplazó a la zona, encabezadas por los ministros Maya Fernández, de Defensa, y Esteban Valenzuela, de Agricultura, junto al subsecretario del Interior, Manuel Monsalve. La madrugada del 3 de febrero se anunció el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe en la región. La mañana de ese día, el Presidente Gabriel Boric decidió interrumpir sus vacaciones y decretar el estado de Catástrofe también en la Región del Biobío. Al día siguiente se aplicó la misma medida en La Araucanía. A esa altura, el fuego ya había cobrado la vida de 13 personas.

Toques de queda

El miedo de vecinos a la delincuencia dificultaban las evacuaciones preventivas, los rumores de intencionalidad se acrecentaban y alcaldes y parlamentarios presionaron para que se restringiera la circulación de personas en la noche. El 8 de febrero, de visita en la devastada comuna de Santa Juana, en la Región del Biobío, el Presidente informó que aplicarían toques de queda en algunas comunas. A las 00.00 horas del viernes 10 de febrero comenzó a regir la restricción nocturna, por cinco horas, en 28 comunas: Arauco, Contulmo, Mulchén, Nacimiento, Tomé, Florida, Hualqui y Santa Juana, en Biobío, Angol, Collipulli, Curacautín, Ercilla, Los Sauces, Lumaco, Purén, Renaico, Traiguén, Victoria, Galvarino y Lautaro, en La Araucanía, y Quillón, Cobquecura, Coelemu, Ninhue, Portezuelo, Quirihue, Ránquil y Treguaco, en Ñuble.

Salvoconductos para comprar bencina

En el marco del estado de catástrofe, las medidas restrictivas involucraron la venta de combustibles. Aduciendo una “correlación” con los siniestros, el gobierno decidió restringir la compra de gasolina, diésel o parafina en bidones o tambores en regiones bajo alerta. Para adquirir y trasladar los bidones se estableció el uso de un salvoconducto, disponible a través del sitio web de comisaría virtual. Según información de Carabineros se han solicitado más de 227 mil de estos documentos.

Los aviones

El viernes 3 de febrero la ministra del Interior, Carolina Tohá, informó que se hicieron las gestiones para traer el avión Ten Tanker, un DC-10 que mide 50 metros de largo y tiene una capacidad de 36 mil litros de agua. El lunes 6 llegó a Antofagasta a cargar combustible y se dirigió luego al Aeropuerto Carriel Sur de Concepción. Allí se habilitó su base de operaciones. El 10 de febrero llegó el Aero Tanker, un modelo MD-87 con capacidad para cargar 11.300 litros de retardante que fue gestionado por la Fundación Luksic. En diciembre del año pasado, la Corporación Nacional sumó a las 52 aeronaves que el organismo contaba para el combate de siniestros, un Hércules C-130 que opera con pilotos estadounidenses. En los primeros días de la emergencia más de 120 aeronaves trabajaban en el combate aéreo del fuego. Había 14 máquinas contratadas por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), otras 37 que fueron puestas a disposición por Corma y nueve que fueron facilitadas por el Estado Mayor Conjunto.

La ayuda internacional

Desde Argentina llegaron los primeros brigadistas extranjeros a cooperar con las labores de combate al fuego, además facilitaron un helicóptero. Profesionales de España, Portugal, Francia, México, Brasil, Colombia, Venezuela y Ecuador, también se sumaron. Japón y Estados Unidos aportaron recursos, e Italia contribuyó con especialistas para las investigaciones que se desarrollan sobre el origen de los focos. En los incendios de 2017 hubo 639 brigadistas extranjeros y en esta emergencia el contingente internacional llegó a 858 personas.

El material retardante

Esta semana desde el gobierno se informó de dificultades para adquirir más material retardante, clave en el combate del fuego, por falta de stock de proveedores o deficiencia en la calidad del producto ofrecido. Se realizan gestiones para traer desde California, Estados Unidos. Este año ya se han utilizado 317 mil litros del material y el promedio en años anteriores era de 170 mil litros. Hay disponibles 115 mil.

El horror en Santa Juana

El sitio de Senapred consigna la declaración de una alerta amarilla por incendio forestal en la comuna a las 20.56 del 2 de febrero. A fines del año pasado hubo un incendio importante en la zona y su alcaldesa, Ana Albornoz, afirmó que estaba solicitando apoyo desde entonces al gobierno para enfrentar la temporada. La localidad de 13 mil habitantes se transformó en el epicentro de la tragedia. Unas 400 casas resultaron quemadas y los damnificados son más de 1.500. De acuerdo a la información de la Fiscalía, 13 personas murieron a causa del fuego en la zona.

Las víctimas

Se contabilizan 25 fallecidos en el contexto de la emergencia. La mayor parte de las víctimas se relacionan al incendio de Santa Ana, que llegó a abarcar una superficie de 85 kilómetros de extensión, involucrando a comunas como Coronel, Santa Ana y Nacimiento. Entre los fallecidos en Santa Ana figura la voluntaria de la Tercera Compañía de Bomberos de Yobilo, Yesenia Muñoz, que murió desarrollando su labor. Era “una mujer muy carismática, muy apegada a los Bomberos” destacaban cercanos a la mártir de la institución.

Otras cifras

  • 7.021 damnificados
  • 451.071 hectáreas afectadas
  • 2.019 viviendas destruidas

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