Un mar de sonrisas

Leo Cortijo
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El CRA Miguel de Cervantes –que aglutina a Carboneras de Guadazaón, Cardenete, Villar del Humo y Cañada del Hoyo– desarrolla el proyecto 'Un mes, un motivo', un interesante programa de actividades para potenciar el desarrollo emocional de los niños.

Un mar de sonrisas

Algo se cuece en el Colegio Rural Agrupado Miguel de Cervantes. Los niños de Carboneras de Guadazaón, Cardenete, Villar del Humo y Cañada del Hoyo acuden todos los días a clase, si cabe, con una sonrisa más grande en su rostro. Los 87 alumnos que constituyen este CRA participan en un singular y atractivo programa llamado 'Un mes, un motivo'. Una novedosa idea que partió del equipo de orientación y apoyo del centro y que está cosechando unos resultados muy positivos en el, de momento, poco tiempo de implantación. Aunque la actividad promete ir más allá de este curso si los resultados son tan satisfactorios como hasta ahora.

El punto de partida es bien sencillo. Cada mes se dedica a un tema central coincidiendo con la celebración de un día universal de importante calado. En noviembre, sin ir más lejos, todo gira en torno a los derechos de los más pequeños merced al Día del Niño, que se conmemora este sábado. Todavía restan muchos meses para terminar el curso, pero el calendario ya está fijado y, de esta forma, en diciembre tratarán el tema de la discapacidad; en enero, la paz; en febrero, la concienciación sobre el cáncer; en marzo, el papel de la mujer; en abril, la importancia de los libros; en mayo, internet y la seguridad en las redes sociales; y en junio, el medio ambiente. 

Las actividades que se realizan, de «sensibilización y concienciación» en torno al tema central, se adaptan en función de la edad de los niños y se jalonan a lo largo del horario lectivo teniendo en cuenta también las asignaturas en las que se imparten, para que guarden relación con ellas. Así lo explica Mamen Ruiz, orientadora educativa del CRA Miguel de Cervantes y alma máter del proyecto. El objetivo es tender a una «educación integral basada en la inclusión», explica. Un «aprendizaje totalmente significativo» que va más allá de los contenidos que ya encuentran en las materias de las que reciben clase, como un «complemento perfecto» que les ayude a «crecer no solo en lo académico, sino también en lo personal».

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Ruiz hace hincapié en que «los conocimientos académicos también tienen que ir acorde con los conocimientos a nivel emocional», y que no puede producirse una asincronía entre un apartado y el otro. «Más todavía» –añade– «cuando el último año y medio venimos de una pandemia en la que las sonrisas de los niños no han sido las mismas que en un momento normal». De hecho, este tipo de actividades, que van más allá de lo cotidiano, «les permiten abrirse y hablar con naturalidad y espontaneidad». Algo «fundamental» en el desarrollo de cualquier pequeño, no solo para poder expresar sus sentimientos y pensamientos, sino también en su relación con los demás. Un buen ejemplo de ello es el 'banco de la sonrisa', donde los niños que han reñido por la circunstancia que sea, exponen sus dos puntos de vista, llegan a un acuerdo y recogen una carita sonriente para hacer las paces.

La orientadora educativa del CRA Miguel de Cervantes destaca la «implicación y cooperación» no solo de los alumnos de Infantil y Primaria que participan en la actividad, que están «encantados», así como del profesorado, «a los que también nos viene bien emocionalmente» después de lo que han pasado por el coronavirus, sino al conjunto de la comunidad educativa. Ruiz destaca que querían darle «visibilidad» a la actividad a todos los niveles, y que por ello se hace también partícipe a los padres de los niños, pues también les hacen llegar fotografías y vídeos para ver la evolución de los trabajos.

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'Un mes, un motivo' es la muestra perfecta de que la escuela rural está muy viva y que es una plataforma ideal para formar personas. Desde el pueblo más pequeñito, al mundo entero. Como debe ser.