Mataró-Barcelona, 175 años de un viaje que ha cambiado todo

El primer ‘camino de hierro’

Al cabo de 175 años de la puesta en servicio del primer ‘camino de hierro’ de la península ibérica, el tren se reafirma como un modo de transporte eficiente y eje vertebrador de los territorios a los que sirve

Tren conmemorativo de los 175 años de la estación de MATARÓ

Tren conmemorativo por los 175 años Mataró-Barcelona llegando a la estación de Mataró 

RENFE

Tener o no tener tren, esa es la cuestión... ahora que se impone descarbonizar la movilidad y también a mediados del siglo XIX, cuando las alternativas eran la diligencia y la tartana. Barcelona, Mataró y los municipios costeros de en medio, que fueron los primeros de la península ibérica en tener acceso al ferrocarril, 175 años después se siguen beneficiando del transporte terrestre más eficaz y sostenible en cuyo entorno se articula una de las comarcas más dinámicas de Catalunya. 

Hay un cierto componente de azar en que el tren Barcelona-Mataró fuera el pionero. Desde 1829 el Gobierno español había otorgado varias licencias para construir “caminos de hierro” como los que ya tenían Inglaterra, Francia y la isla de Cuba, entre otros, pero ningún promotor había salido adelante. En esa época el Estado facilitaba la gestión de expropiaciones y otorgaba concesiones, mientras que todo lo demás quedaba en manos de los emprendedores. Y el más tenaz de todos fue el empresario indiano mataronense Miquel Biada i Bunyol, aliado con el financiero Josep Maria Roca y otros patricios catalanes e ingleses. 

La línea R1 de Rodalies de Catalunya operada por Renfe es la que tiene más demanda de toda la red

La línea R1 de Rodalies de Catalunya operada por Renfe es la que tiene más demanda de toda la red

RENFE

Biada tuvo que vencer dificultades de todo tipo para sacar adelante el proyecto de su Companyia dels Camins de Ferro de Barcelona a Mataró. Pero contó con la geografía como aliada: la plataforma para los carriles y travesías podía habilitarse en paralelo a la costa a lo largo de 28,4 kilómetros siguiendo el Camí Ral (luego N-II), un trazado de mínima pendiente y en gran parte de dominio público en el que las únicas obras de envergadura serían el túnel bajo la colina de Montgat –desde entonces llamada Muntanya Foradada– y un puente de madera de 317 m sobre el Besòs.

Corredor de comunicación

El Maresme se confirmaba así como corredor preferente de comunicación entre el llano de Barcelona y el norte del país. Si los romanos habían hecho pasar la Vía Augusta –más o menos por donde transcurre la autopista C-32– para movilizar rápidamente las legiones, el tren se ofrece como instrumento acelerador de la economía industrial. La emergente burguesía confía en ello para desplazar deprisa y a bajo precio las materias primas y los productos manufacturados. Más tarde le servirá para colonizar bonitos enclaves de vacaciones, como atestiguan las vistosas torres de veraneo esparcidas a lo largo de los pueblos del Maresme, y atraer mano de obra. 

El poderoso binomio industria-ferrocarril explica las sucesivas oleadas migratorias que han transformado la demografía del Maresme. Las más notables se sitúan a mediados del siglo XX, en las que se instalan miles de personas procedentes de regiones españolas como Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía, y a principios de este siglo, cuando los protagonistas procedían sobre todo de fuera de España. De hecho siguen llegando: el saldo de Mataró con el extranjero es de más de 8.000 habitantes ganados en los últimos cuatro años, con países como Marruecos, Colombia, Argentina y Senegal como principales emisores, según apunta el estudio de población que elabora el Servicio de Estrategia y Gobernanza del Ayuntamiento de Mataró. 

El Arc Metropolità es la alianza de nueve ciudades medianas para hacerse escuchar en la planificación estratégica. Todas tienen tren

La Mataró que el 28 de octubre de 1848 recibió con entusiasmo el primer tren de vapor procedente de Barcelona, era una ciudad de unos 14.000 habitantes; el último padrón arroja la cifra de 129.892, con un crecimiento del 23% desde 2000 gracias a los saldos migratorios positivos. Este dinamismo demográfico, que también es económico, es típico de la segunda corona metropolitana, un territorio en el que reside el 38% de la población y el 10% del tejido industrial, que destaca por su crecimiento y que desde 2021 cuenta con una voz propia : el Arc Metropolità, la alianza de nueve ciudades medianas —Mataró entre ellas— unidas para hacerse oír en los asuntos de planificación estratégica. Las nueve, por cierto, son ciudades con tren. 

Paradójicamente, la línea Barcelona-Mataró se mantiene muy parecida a la original en el recorrido (prácticamente sólo ha variado la entrada y salida de Barcelona, que desde 1989 se realiza por el túnel de Aragó y no por el Poblenou), pero su explotación se ha revolucionado para multiplicar su capacidad, seguridad, velocidad, confort y por tanto el potencial vertebrador del territorio al que da servicio. Así, la actual línea R1 de Rodalies de Catalunya operada por Renfe se ha convertido en la de mayor demanda de la red.

Tecnología y cobertura

La línea comenzó en 1848 con seis trenes diarios en cada sentido, que tardaban una hora en realizar el trayecto completo, con paradas en Badalona, Masnou, Premià y Vilassar. Gracias a la duplicación de vías, ejecutada entre 1901 y 1905, la sucesiva aplicación de mejoras tecnológicas y la adopción del material móvil más moderno, la R1 de Rodalies de Catalunya ofrece un centenar de trenes diarios por sentido que cubren en 35 minutos el mismo trayecto pero con cinco paradas más: Sant Adrià de Besòs, Montgat, Montgat Nord, Ocata (temporalmente anulada por obras) y Cabrera de Mar / Vilassar de Mar. Todo esto es de algún modo la herencia del visionario Miquel Biada y el trasfondo de las celebraciones de estos días en torno al 175 aniversario de la inauguración de la línea, que su promotor no pudo estrenar porque había muerto unos meses antes. 

A Biada se le recuerda de forma permanente en el Cercle Històric que lleva su nombre, creado en el 2004. También le homenajea un instituto de educación secundaria mataronense, al igual que un puñado de calles en localidades como Mataró, Argentona, Cabrera, Pinar y San Fost. Desde 1998, además, está presente en las Fiestas de las Santas a través de la figura del enano Biada, creación del artista Sergio Laniado que representa el busto del emprendedor con un tren en la cabeza, para que no haya confusión posible.

Los 40 años del Desvetllament Bellugós coinciden con los 175 de la inauguración del ferrocarril

Los 40 años del Desvetllament Bellugós coinciden con los 175 de la inauguración del ferrocarril

AJUNTAMENT DE MATARÓ
La estación de Mataró en octubre de 1948, a la llegada del tren del centenario en la conmemoración del primer ferrocarril que circuló en la península.

La estación de Mataró en octubre de 1948, a la llegada del tren del centenario en la conmemoración del primer ferrocarril que circuló en la península.

Fotografia de José Caballé. Archivo ADIF. Archivo Histórico Ferroviario (AHF).
175 anys del tren barcelona mataró 
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