Un «sinsentido» paisajístico y medioambiental en Somiedo

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Lago del Valle, en Somiedo, Asturias
Lago del Valle, en Somiedo, Asturias

Ecologistas y expertos universitarios creen que la obra del mirador supone una «apuesta por un turismo masificado» para el concejo. «Al final puedes acabar matando a la gallina de los huevos de oro», lamentan

05 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto López Fernández es representante de las asociaciones ecologistas en la Junta del Parque Natural de Somiedo. Si bien apunta que el proyecto de mirador de la Farrapona «no va a afectar enormemente a ninguna especie» desde la perspectiva medioambiental, si cree que «desde un punto de vista paisajístico y de impacto visual no tiene sentido». En efecto, el lugar en el que va a emplazarse «ya es un mirador natural». «Aquí nadie nos pregunta nada, este tipo de proyectos nos los encontramos ya hechos», indica.

Cree que «si quieres instalar un panel informativo estupendo, pero con un par de paneles tampoco se explica la geología de Somiedo». A su juicio se trata de un proyecto que supone una «apuesta por un turismo masificado», cuando en la zona no se invierte en cuestiones como la «mejora de la etnografía, que se caen los teitos y no les hacen caso».

Asimismo alerta de que «no existen programas de educación ambiental». Considera desalentador que se gaste «esa cantidad de dinero en el mirador, cuando no hay un proyecto de investigación serio desde que se inauguró el parque».

Nieve en Somiedo
Nieve en Somiedo AYUNTAMIENTO DE SOMIEDO

«Ese dinero que se va a invertir, o mejor dicho una décima parte, podría emplearse para contratar un geólogo que todo el año ofreciese visitas guiadas que tuviesen impacto, y eso sí fijaría población y desestacionalizaría el turismo», concluye.

«Hay riesgo de matar la gallina de los huevos de oro»

Alfredo Ojanguren es profesor de Zoología en la Universidad de Oviedo y representante de la institución en el Parque Natural. También es miembro de Geotrupes, grupo conservacionista cuyo objetivo es que las decisiones de conservación «se basen en ciencia y no en ocurrencias».

Como «opinión personal» alejada de lo académico le parece que «poner un mirador en un sitio guapísimo que es un mirador per se, no estoy muy seguro de que haga falta». Por otro lado, desde una perspectiva más técnica se refiere al «muy importante impacto inducido» que genera este proyecto.

Estima que el mirador, «por el hecho de estar ahí va a atraer un tipo de turismo de masas, no de calidad». «¿Vamos a instalar baños allí, bares, maquinitas para jugar, puestos…?», se cuestiona. Desde su punto de vista esta idea, que en septiembre será una realidad, «es un error». Recuerda, asimismo, que en el área circundante hay «zonas de osos», cuya presencia no es muy compatible con las obras y la presencia masiva de turistas en temporada alta.

«Mi sensación es que la idea es generar cuanto más mejor», indica Ojanguren. No duda en afirmar que el turismo es «un recurso importante» para Somiedo, pero con el efecto de esta clase de infraestructuras «al final puedes acabar matando a la gallina de los huevos de oro». «No tengo duda de que esos pasos que se dan no se pueden retroceder», concluye.

Una «brutal» sangría demográfica que no cesa

Xosé Alba, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, es conocedor de la realidad del Parque Natural y ha realizado diferentes trabajos y publicaciones sobre el desarrollo local del concejo y su necesario equilibrio con la naturaleza, el paisaje y el valor etnográfico.

Cree que en Somiedo es «brutal» la sangría demográfica sufrida. Una merma que «se frenó durante la primera etapa del Parque, pero hay una caída poblacional drástica este siglo, desde 2005 concretamente». Con los datos en la mano recuerda que se ha perdido «casi un tercio de los habitantes en media generación, lo que rompe esa contención del declive». Durante los años noventa «se había taponado, no totalmente, la sangría», pero la tendencia mantenida durante tres lustros es, a su juicio, «preocupante».

Cree que «el nuevo mirador puede atraer visitantes, que ya han sido excesivos en el pico de la temporada estos últimos años. Lo que necesita Somiedo es desestacionalizar, y me temo que no sea el mejor instrumento para lograrlo».

Vista del Valle de Somiedo
Vista del Valle de Somiedo Annaïs Pascual | EFE

Desde su punto de vista esta infraestructura turística es más que probable «que refuerce la tendencia», es decir, «muchísima gente que no encuentra dónde aparcar en La Farrapona en agosto y aledaños y un flujo muy pequeño entre octubre y Semana Santa». De hecho, apunta que muchos negocios «cierran más de medio año. Vueltas ciclistas, miradores espectaculares y cosas por el estilo activan a un público generalista, que se mueve en las vacaciones veraniegas». Xosé Alba cree que hay «medios y canales más selectivos para lograr que la falta de actividad de muchos meses se atenúe, aunque no existan soluciones mágicas».

Considera que, si no se ha hecho ya, «podría aplicarse el método coste-beneficio» y tener en cuenta el coste de oportunidad para poner en relación el objetivo, si el instrumento puede contribuir al mismo y a qué coste.

Respecto a si habría alternativas para el uso de 180.000  euros, teniendo en cuenta la dificultad de aplicar fondos, estima que «es difícil, sobre todo si hay que aplicarlos con rapidez, Pero situémonos en el territorio, pensemos que el valle de Saliencia, al que mira la estructura de la que hablamos, tiene una pésima conexión de telefonía e Internet».

Para el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo «solucionar ese tema supondría que los turistas pudiesen conectarse a una web con su móvil y tener toda la información del mundo sobre el recurso natural paisaje, geológico y no geológico, en un parque, con absoluta desmaterialización, bastaría un simple código QR». Con conexión a Internet en el valle de Saliencia los vecinos «dispondrían de una mejor comunicación, la actuación  sería más sostenible y priorizaría el auténtico valor, el mirador es a la geología de Somiedo lo que un marco a un cuadro de Velázquez».

Sobre la dificultad de mantener un turismo equilibrado, recuperar los oficios y usos tradicionales del territorio, apostar por la producción agroalimentaria local de calidad, defender y revalorizar el patrimonio etnográfico y, a la vez, defender la riqueza natural de un entorno como este, Xosé Alba estima que «todo esto es posible, aunque difícil, exige cooperación, tiempo, análisis y, aun así, no está garantizado el éxito». «Durante la primera época del parque, algo que he estudiado profundamente, se dieron algunas de estas tendencias, surgieron negocios, se restauraron casas de teito de escoba en Veigas, se evitaron deterioros ambientales... pero, sobre todo, se mejoró en renta y se tuvo una dinámica demográfica mejor que los concejos del entorno, algo que ahora no sucede», apunta.

Estratos de nubes bajas. Valle del Lago, Parque Natural de Somiedo)
Estratos de nubes bajas. Valle del Lago, Parque Natural de Somiedo) Javier Martínez de Orueta

Alba cree que  «existe una inercia» a la hora de seguir considerando a Somiedo como una referencia en la compatibilidad de la mejora económica y objetivos ambientales. No obstante siente «mucho tener que decir que los datos contradicen esa idea». Desde el análisis socioeconómico, indica que, en primer lugar, Somiedo ha perdido «nada menos que 18 puestos en la clasificación de los 78 concejos asturianos en la renta disponible ajustada neta por habitante desde 2002 a 2018», de acuerdo con los datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Demográficos e industriales (SADEI). En segundo lugar, apunta que «la pérdida poblacional ha sido de casi un tercio en lo que va de siglo».

Considera que la rotundidad de estos datos «es absoluta». «En tercer lugar, no está claro que haya consensos, como sí hubo en los inicios y durante la década de 1990. Me ha sorprendido la contestación al mirador, y por parte de personas que viven del turismo ¿se ha consensuado el Plan de Desarrollo Sostenible? Es un requisito elemental, la gobernanza es básica para el desarrollo», concluye.