El obispo Arturo Pablo Ros se lleva "el afecto" de los valencianos a Santander

Nacido en Vinalesa hace 59 años, es nieto de un beato mártir de la Guerra Civil, y trabajó en la banca antes de cantar misa

En sus 30 años de sacerdote, los últimos 7 de ellos de prelado auxiliar, ha sido párroco en Torrent, el Cabanyal y Requena

El arzobispo de València, Enrique Benavent, fecilita a Arturo Ros por su nombramiento como obispo de Santander.

El arzobispo de València, Enrique Benavent, fecilita a Arturo Ros por su nombramiento como obispo de Santander. / Francisco Calabuig

Rafel Montaner

Rafel Montaner

El nuevo obispo de Santander, el actual obispo auxiliar de Valencia desde 2016, Arturo Pablo Ros, de 59 años de edad. Nacido en Vinalesa en 1964, trabajó en el sector de la banca, y posteriormente ingresó en el seminario mayor de Valencia.

En sus primeras palabras tras anunciarse su nombramiento como nuevo obispo de Santander, Ros, ha afirmado sentirse "entre agradecido e interiormente confuso, porque estoy en un momento que no es que no esperara, pero es sorprendente, y al mismo tiempo muy agradecido por la confianza de la Iglesia ha depositado en mi persona y dispuesto a servirla y entregarme totalmente".

"Es verdad que yo estuve en Santander de seminarista, hace muchos años. La información que me llega es que es una tierra preciosa, geográficamente de una gran belleza, buena gente, noble, cántabra. También me hablan muy bien de las delicias gastronómicas que es importante para alegrar el paladar. Pero sobre todo que es una Iglesia viva a la que me incorporo y a la que quiero acompañar ofreciéndole lo mejor que pueda de mi vida", ha añadido

Siete años como obispo auxiliar de Valencia

En 2016 el papa Francisco le nombró obispo auxiliar de Valencia y recibió la ordenación episcopal ese mismo año. Es además presidente de la subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Ros sucederá así en la diócesis de Santander al obispo Manuel Sánchez Monge, cuya renuncia presentó en 2022, como establece el Código de Derecho Canónico al cumplir los 75 años de edad.

El nombramiento ha sido comunicado este martes por el Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, en el Palacio Arzobispal, tras el rezo del Ángelus, a la Curia diocesana.

El arzobispo Benavent aplaude al obispo Ros tras hacer público esta mañana su nombramiento por el papa como titular de la diócesis de Santander.

El arzobispo Benavent aplaude al obispo Ros tras hacer público esta mañana su nombramiento por el papa como titular de la diócesis de Santander. / Francisco Calabuig

Para el arzobispo Benavent "es una alegría que un obispo auxiliar haya sido promovido como obispo titular de una diócesis importante como es Santander. Don Arturo ha hecho grandes servicios a esta diócesis en los distintos cargos que ha tenido como vicario, párroco, formador del seminario, vicario episcopal, obispo auxiliar... Por tanto, evidentemente vamos a sentir como un vacío que se nos queda, pero nos alegramos también de que el Santo Padre se haya fijado en él y le haya confiado esta responsabilidad al servicio de la Iglesia, que también es un trabajo y una responsabilidad al servicio de la Iglesia de toda España. Por eso le agradecemos su trabajo aquí en la diócesis y le felicitamos por el gesto de confianza que el Santo Padre ha tenido con él".

Fue párroco en Torrent, el Cabanyal y Requena

El nuevo obispo de Santander completó los estudios filosóficos y teológicos en la Facultad de Teología S. Vicente Ferrer (1987-1993) y es licenciado en Teología. Fue ordenado sacerdote en 1993. Ha desarrollado su ministerio sacerdotal en la diócesis de Valencia donde desempeñó los siguientes cargos: vicario parroquial de La Asunción, en Torrent (1993-1996); párroco de S. Vicente Ferrer y de Ntra. Sra. de la Buena Guía, ambas en el barrio del Cabanyal de València, además de consiliario diocesano de Cursillos de Cristiandad (1996-2000); miembro del Consejo Presbiteral (1998-2003); formador del seminario mayor de Valencia (2000-2005); párroco de Requena (2006-2016); y vicario episcopal de la Vicaría V (Llíria-Requena-Ademuz), (2010-2016).

Dice que a Santander se lleva "todo de València, porque es mi vida, es mi historia, mi familia, mi diócesis y en ella, contando los años de obispo, he sido 30 años cura". "Me llevo muchas cosas, pero sobre todo el afecto de la gente. El pueblo de Dios, las mujeres, los hombres, los jóvenes y los niños, los mayores, me han dado tanto, me han regalado tanto... Ellos me han sostenido en el ministerio, sin ellos no hubiese sido capaz de hacer todo lo que he tenido que hacer y eso siempre lo llevaré en el corazón".

Ros ha recibido esta mañana en el Palacio Arzobispal multiples y emotivas felicitaciones por su nombramiento como obispo de Santander.

Ros ha recibido esta mañana en el Palacio Arzobispal multiples y emotivas felicitaciones por su nombramiento como obispo de Santander. / Francisco Calabuig

Preguntado por cuál es la impronta que le gustaría dejar en el Obispado de Santander, Ros ha respondido: "Soy un apasionado de Jesucristo Nuestro Señor y el Evangelio, quiero vivirlo y anunciarlo como lo hacía él. Por ello pienso que en estos tiempos complicados lo adecuado es una pastoral sencilla, estar con la gente, acompañarla, animarla, cuidarla, darles ganas de vivir. Ese es mi propósito, mucho más no sé hacer".

"Apresuraros a perdonar"

Es nieto del beato mártir Arturo Ros Montalt, asesinado en agosto de 1936 en el Camino de Moncada durante la persecución a la Iglesia durante la Guerra Civil. "Apresuraos a perdonar", las últimas palabras de su abuelo a su mujer y sus seis hijos, es el lema que eligió como prelado cuando el papa Francisco le nombró obispo auxiliar de Valencia el 27 de junio de 2016, asignándole la sede titular de Ursona (Osuna, Ursonen(sis) –España-, que tenía como metropolitana a Sevilla).

Cuando fue nombrado obispo auxiliar de Valencia, el entonces arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, le asignó, entre sus competencias, la Vicaría General para el laicado, familia, vida, pastoral de la caridad y la evangelización de la juventud.

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