El tramo medio del río Turia discurre por la comarca de Los Serranos, caracterizada por profundos y estrechos desfiladeros. En algunas terrazas fluviales se construyeron azudes que permitieron el riego de alguna vega, lo que posibilitó el establecimiento de algunas poblaciones ribereñas, como es el caso de Chulilla. El término municipal de Chulilla posee una extensión de 63 km2. El río Turia penetra por su sector noroccidental, por el denominado Estrecho de los Cinglos, donde forma una profunda hoz entre los montes de la Carrasquilla y la Pedriza. El núcleo urbano de Chulilla se asienta en una ladera de la margen izquierda del Turia, al abrigo de una muela coronada por su castillo. Es un emplazamiento estratégico, desde donde se domina el paso entre el llano de Villar al norte y el cauce del río al sur.

La incisión fluvial del Turia como elemento modelador del paisaje

En Chulilla podemos distinguir varios sectores si consideramos su orografía. Los principales son el septentrional, que pertenece a la llanura cuaternaria de Villar (partida de Vanacloig); el central, que abarca los congostos del río Turia; y la hoya donde se sitúa el casco urbano antiguo y el barrio residencial de la Ermita. El perfil topográfico nos muestra un relieve montañoso e intrincado, con múltiples barrancos. Las alturas no superan los 650 m, aunque existen algunas zonas muy abruptas y escarpadas. Los montes más elevados son La Pedriza (628 m), Covarchos (588 m), La Punta (560 m) y La Bandera (552 m).

Desde el punto de vista geológico nos encontramos en el sector suroccidental del dominio ibérico, constituido por una serie de anticlinales y sinclinales de dirección NO-SE. Se caracteriza por una intensa tectónica de plegamiento y fractura. Predominan los materiales calizos mesozoicos, de época jurásica y cretácica. La configuración de la red fluvial del río Turia encaja profundamente al cortar las duras calizas, modelando congostos de paredes muy altas, que serpentean entre cañones de cinglos. Estas hoces se inician en el extremo meridional de la fosa de Loriguilla, en el Estrecho de los Cinglos y discurren durante unos 4 km hasta Los Calderones, en las inmediaciones de la población de Chulilla, lugar desde donde el río vuelve a abrirse en una vega más extensa. En esta garganta hay que destacar el Salto de Chulilla u Hoz de la Punta, tajo muy estrecho en el que el cauce pasa por un cortado de 160 m de altura y sólo 10 m de anchura. Este tramo se puede visitar mediante un recorrido de senderos, apoyado por puentes colgantes de gran interés.

El Paraje Natural Municipal de Los Calderones fue declarado en 2007. Se localiza en Chulilla y está formado por los cañones del río Turia y montañas adyacentes, desde el pie de la presa del pantano de Loriguilla hasta el barranco de Falfiguera. Tiene una superficie de 538,05 ha. La flora posee un alto valor ecológico en Chulilla. Se distinguen tres tipos de comunidades vegetales: el bosque de ribera en galería en torno a los ejes fluviales, con sauces (Salix babylonica), chopos (Populus alba), tamarindos (Tamarindus indica) y algún pino blanco (Pinus monticola) en las zonas más alejadas del agua; las plantas rupícolas situadas en los paredones rocosos de los desfiladeros; y la vegetación que ocupa terrenos forestales, donde el estrato arbóreo está bastante disperso, por lo que predominan los pinos carrascos (Pinus halepensis), además de matorrales termo-mediterráneos como la coscoja (Quercus coccifera) y el lentisco (Pistacia lentiscus).

Destaca la diversidad de la fauna en el término de Chulilla y su entorno. Existen especies rupícolas que nidifican en las paredes rocosas de los cañones, como el cuervo (Corvus corax), el vencejo real (Apus melba), el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y numerosas especies de murciélagos fisurícolas. También está presente el águila-azor perdicera (Hieraaetus fasciatus) y el arrendajo (Garrulus glandarius). En el ecosistema ripario también existen numerosos anfibios como la rana común (Pelophylax perezi) y el galápago leproso (Mauremys leprosa). Aún existen algunos ejemplares de nutria (Lutra lutra), aunque se encuentran en peligro de extinción. Entre los peces destaca la madrilla del Turia (Parachondrostoma turiensis).

Evolución histórica, poblamiento y una economía basada en el agua

La villa de Chulilla está localizada en un territorio organizado históricamente por el río Turia, hecho que marca su evolución. La elección del asentamiento obedece a factores estratégicos. Existen vestigios en el término de asentamientos humanos desde el periodo epipaleolítico (3500-2000 a. C.), como lo atestiguan las pinturas rupestres halladas en 1998 en dos abrigos del barranco de la Falfiguera. Han sido declaradas BIC y son figuras de carácter zoomórfico y antropomórfico en diferentes grupos. Existen varios poblados iberos pertenecientes a la Edad del Bronce (El Castillo, El Frailecico) y a la Edad del Hierro (La Atalayuela, Monte del Castillo, El Castellar, Pico de los Serranos, Pelma y Corral de Ajaud). Con la romanización algunos de estos poblados se abandonaron y otros bajaron al llano. La raíz del topónimo Chulilla es claramente preislámica. Proviene de Iulella, de probable origen romano, que posteriormente pasó a denominarse Julayla o Xulella en época islámica, y después Xullella y Chullella, hasta llegar a la forma actual.

La estructura territorial islámica se forma por el carácter de autarquía y aislamiento, lo que deriva en el distrito dependiente del hisn de Julayla, que disponía de un castillo. El rey almohade Abu Zayd entrega el castillo y la villa al obispado de Segorbe en 1236. Tras la conquista cristiana de 1238 el rey Jaume I la dona a Pere Escrivà en 1248. En 1274 se constituye la Baronía de Chulilla sobre el distrito musulmán original y se dona al Cabildo y Obispado de Valencia, y desde el año 1300 se incluyen en ella los territorios de Losa del Obispo y Villar del Arzobispo. Hasta 1331 la población era mayoritariamente musulmana, pero acaban sufriendo la expulsión por parte de Alfonso IV el Benigno. En 1340 Pere IV concede la Carta de Población a 100 pobladores cristianos procedentes de Teruel y Lleida principalmente. Ya en el siglo XIX el castillo fue ocupado por tropas carlistas, pero fue reconquistado por el ejército isabelino.

El origen de la villa de Chulilla se halla en su castillo, fortaleza de origen musulmán, probablemente del siglo XII, ubicada en el cerro homónimo. A sus pies se ha ido extendiendo el núcleo de población. Su posición estratégica constituye un factor de localización, pues domina el valle del Turia. Sólo está amurallada la parte que corresponde a la villa, ya que el resto del promontorio está defendido por escarpes verticales que imposibilitan el acceso. Está formado por un recinto amurallado, de trazado irregular, adaptado a las sinuosidades del terreno. Ha sido transformado en varias ocasiones y conserva la puerta de acceso, una torre barbacana, un bastión circular y el recinto señorial con torre. En el siglo XVI se utilizó como cárcel para eclesiásticos. Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1981 y Bien de Interés cultural (BIC) en 1985.

El núcleo urbano de Chulilla se sitúa sobre una ladera a la solana de la Muela del Castillo, en la margen izquierda del río Turia. Las edificaciones conservan la primitiva trama urbana musulmana, con callejuelas estrechas, irregulares y empinadas, condicionadas por las curvas de nivel. Son habituales los ensanchamientos y las placetas, así como las calles que conectan perpendicularmente y con gran desnivel unas con otras, a veces de forma escalonada. Además del núcleo urbano más antiguo existen otros asentamientos posteriores, como el barrio de la Ermita, o más recientemente la urbanización de Santa Bárbara.

La Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles está localizada en el núcleo urbano original y fue construida entre los siglos XVI y XVII sobre la antigua mezquita. Es de estilo barroco. Su nave era rectangular, aunque después se le añadió una capilla y en el siglo XVIII el campanario. Ha sido declarada como Bien de Relevancia Local (BRL), lo mismo que las ermitas de Santa Bárbara y San Josepe. La primera es un edificio gótico construido en 1364, que dispone de una sola nave con arcos de medio punto y ojivales. La de San Josepe se realizó en 1662 y consta de una nave única con arcos de medio punto y bóveda de cañón. Se accede desde la calle Arrabal.

Las actividades económicas del municipio de Chulilla han estado y están ligadas estrechamente con el recurso agua. Los habitantes de las alquerías de época islámica ya formaron un sistema de regadío a partir de un azud ubicado en el Charco Azul. Las estrechas terrazas en el cauce del Turia han permitido la creación de una fértil vega que sirve para el abastecimiento de los habitantes, pese a que la orografía no sea muy propicia para la irrigación. El sistema de regadío de los Huertos, Vallfiguera, Larilla, Borche y Rinconada avena las partidas citadas en la margen derecha del Turia. Por la margen izquierda discurren las acequias de Tras Castillo, Par de Molinos, Maté, Arca Mayor, Mira Arriba y Mira Abajo. En origen se abastecía del Azud del Charco Azul, pero en la actualidad toma el agua del Canal de la Hidroeléctrica (1923). La distribución del agua en las diferentes partidas se hacía por tandas de siete días. También se aprovechaba la fuerza motriz del agua para la producción de energía hidroeléctrica y para la molturación del grano mediante molinos harineros. Existían dos centrales hidroeléctricas y seis molinos harineros.

El río fue utilizado, además, como vía de comunicación en el transporte de maderas desde Moya y la Serranía conquense hasta Valencia. El abundante caudal que portaba el Turia, al no existir ningún embalse aguas arriba en esa época, dificultaba su tarea, sobre todo en el estrecho del Salto de Chulilla, donde era frecuente que los troncos se obstruyeran formando diques. En ese caso los gancheros tenían que descolgarse para eliminar su acumulación o dinamitar el atasco, con grave riesgo para su integridad física.

El manantial de Fuencaliente se aprovechó para el establecimiento de un balneario de aguas termales, creado en 1886. Sus aguas mineromedicinales sulfatocálcicas están indicadas para los procesos reumatológicos y para afecciones respiratorias y dermatológicas. El agua del manantial surge a una temperatura constante de 23?C. En la actualidad el establecimiento permanece cerrado.

Las actividades turísticas en Chulilla y el embalse de Loriguilla

Existen numerosos atractivos turísticos en Chulilla que combinan el uso recreativo y el disfrute de la naturaleza. Además de las hoces del Turia existen cuevas como las del Gollisno o El Tesoro, pinturas rupestres en el barranco de Falfiguera, rutas senderistas y abundantes vías de escalada. Existe una densa red de senderos locales y de pequeño recorrido, que permite acceder a los parajes más destacados. Se han construido puentes colgantes que atraviesan el Turia, como en la ruta de los Pantaneros, que es el recorrido que efectuaban los trabajadores que construyeron la presa del embalse de Loriguilla. Las vías de escalada existentes en Chulilla son famosas por su diversidad y nivel de dificultad. Hay catalogados más de 15 sectores en el municipio, con más de 500 vías, algunas de ellas consideradas como las más exigentes de España. Se localizan en la zona del Charco Azul, la Muela del Castillo, el Balneario y en ambas orillas del río Turia.

Con la construcción del embalse de Loriguilla en 1967 los núcleos urbanos de Domeño y Loriguilla tuvieron que abandonarse, y su población fue desplazada a otros enclaves. Loriguilla se trasladó en 1968 a la Masía del Conde en el Pla de Quart (junto a Riba-roja de Túria), mientras que Domeño fue a la Masía del Carril en Llíría a principio de los años 80. En Loriguilla se ha conservado parte del núcleo urbano, como la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Además se ha construido un complejo turístico que rememora una parte de las estructuras urbanas antiguas.

El proyecto original para la edificación de un embalse en Loriguilla es de 1928, aunque no fue hasta 1955 cuando se aprueba su construcción, con un nuevo diseño de mayor capacidad. De los 21 hm3 previstos inicialmente se pasó a los 70,9 hm3 actuales. Se localiza en el límite entre los términos de Loriguilla y Chulilla. El pantano posee 8 km de cola y 35 km de perímetro. Ocupa una lámina de agua de 347 ha y su cuenca de recepción es de 516 km2. La presa es de tipo gravedad de hormigón en masa, con una planta curva de 400 m de radio. Su altura sobre cimientos es de 79 m y tiene una longitud de coronación de 198 m. Su finalidad es servir de contraembalse a la presa de Benagéber y laminar las avenidas. Se utiliza para el riego de la vega del Turia y el abastecimiento de agua para la ciudad de Valencia. También se emplea para la producción de energía hidroeléctrica, merced a la central de 10,40 MW instalada al pie de la presa.

Se pueden realizar diversas actividades turísticas en el pantano. Se ha instalado un embarcadero y una rampa de acceso a la altura del núcleo urbano de Loriguilla, para favorecer la navegación recreativa. Las embarcaciones están permitidas, por lo que pueden utilizarse piraguas y kayaks. El embalse es uno de los destinos preferidos y de referencia para los aficionados a la pesca, puesto que alberga una destacada riqueza piscícola. Las principales especies son la carpa (Cyprinus carpio), el lucio (Exos lucius), el barbo (Barbus barbus), el black bass o perca americana (Micropterus salmoides), incluida su subespecie floridanus, y el alburno (Alburnus alburnus).

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