La farola

Entre Genalguacil y Benarrabá se esconde uno de los charcos refrescantes más singulares de Málaga

El Charco de la Escribana del río Genal, en Benarrabá.

El Charco de la Escribana del río Genal, en Benarrabá. / malaga.es

La serranía de Ronda es un auténtico paraíso de belleza natural. Entre sus tesoros, destaca el Charco de La Escribana, un lugar bastante especial que va más allá de un simple charco. Este remanso de agua ofrece un refugio perfecto para escapar del calor veraniego, rodeado de una frondosa arboleda que crea un ambiente fresco y sombreado. El Charco de La Escribana se alimenta del caudal del río Genal, cuyas aguas fluyen desde su bonito nacimiento en Igualeja y se convierten en protagonistas en varias localidades de los alrededores. Este pequeño oasis se encuentra estratégicamente ubicado entre dos poblaciones encantadoras que son auténticas joyas de la zona: Genalguacil y Benarrabá.

Explorar este entorno natural es una experiencia única, que invita a disfrutar de la tranquilidad y la belleza de la serranía rondeña. El Charco de La Escribana es el lugar perfecto para sumergirse en aguas cristalinas y rodearse de un entorno natural espectacular, haciendo que cada visita a esta zona sea inolvidable.

La Escribana es un lugar histórico que ha servido como punto de encuentro y descanso a lo largo de los caminos agropecuarios que atravesaban esta región de Andalucía. Actualmente, se presenta como un hermoso prado con áreas de juego infantil y mesas para el descanso, pero su importancia se remonta a tiempos pasados cuando era utilizado como lugar de reposo para los viajeros y comerciantes que recorrían estas rutas.

En las festividades de San Juan, La Escribana se convierte en un punto de celebración para las poblaciones más cercanas, Benarrabá y Genalguacil. Su acceso no es complicado y cuenta con espacio de estacionamiento, aunque es fundamental tomar precauciones debido al riesgo de incendios en esta zona natural.

El paraje ofrece diferentes senderos que permiten disfrutar de una jornada en plena naturaleza junto al río Genal, un cauce de agua bastante extenso en comparación con otros ríos mediterráneos. Desemboca finalmente en el río Guadiaro, otro lugar de interés que ofrece encantadoras charcas como La Llana y La Zúa, así como el manantial de Benaoján, entre otros atractivos naturales. En definitiva, La Escribana es un lugar especial que conecta con la historia y la belleza de esta región andaluza, ideal para disfrutar de un día de campo en plena armonía con la naturaleza.

Con una marcada herencia de la época musulmana en la zona, Genalguacil y Benarrabá son dos pintorescos pueblos que no superan el millar de habitantes, y que ofrecen experiencias únicas para los visitantes. Situados en plena serranía rondeña, Benarrabá se destaca por sus diversos parajes circundantes bañados por el río Genal, ofreciendo agradables paseos en un ambiente fresco. Algunos de estos parajes tienen a La Escribana como protagonista o como lugar de paso, proporcionando un entorno natural encantador.

Por su parte, Genalguacil comparte una fisonomía similar con casas encaladas y una hermosa ubicación en la geografía serrana, pero se distingue por su compromiso con el arte. Desde hace años, el pueblo ha apostado por el arte en sus calles, convirtiéndolas en auténticas galerías al aire libre con una variada muestra de esculturas y obras de artistas locales e internacionales.

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