Joomla Monster Education Template

El fin de semana más cercano al 25 de abril se celebran las fiestas más importantes de nuestro pueblo en honor a nuestro patrón San Marcos Evangelista.

Comienzan el viernes con la quema de una gran hoguera o luminaria en la Plaza, repique de campanas y lanzamiento de cohetes. Posteriormente se invita a todos los asistentes a degustar patatas asadas y cuerva del santo que se ha elaborado esa misma tarde. El sábado el acto más destacable es la celebración del baile a cargo de una gran orquesta en el Salón municipal de las antiguas escuelas hasta altas horas de la madrugada.

Al día siguiente, domingo, a primera hora de la mañana tiene lugar una diana floreada a cargo de los músicos por las calles del pueblo, después se oficia una misa en honor al Santo Patrón y concluida ésta se lleva al Santo en romería desde la Iglesia Parroquial hasta el paraje de la "Cruz de San Marcos", acompañados por la banda de música. Una vez allí se procede a bendecir los campos por nuestro párroco, después se realiza la subasta de los rollos del Santo, donados por los particulares. Continúa la fiesta durante toda la mañana con bailes amenizados por la banda musical y se invita a todos, lugareños y visitantes, a beber la cuerva del Santo y a comer las magdalenas y los ricos rollos del santo. A las 3 de la tarde regresa el Santo a la población, que es bailado al compás de la música por los romeros, y llegando a la entrada del pueblo se produce el encuentro entre San Marcos y San Marquillos (anterior imagen, más pequeña que la actual, que se llevaba en romería a la Cruz), siendo bailados ambos al son de los acordes musicales por las calles del pueblo hasta su entrada en la Iglesia entre vivas y repique de campanas.

Las fiestas concluyen el lunes por la tarde, con las competiciones de truque y secansa por parejas en el Hogar del Jubilado y con la chocolatada elaborada por las mujeres de la localidad.

A mediados del mes de mayo, normalmente en sábado, se celebran la fiestas de San Isidro Labrador, patrón de los agricultores. Se celebra una misa en su honor y al concluir ésta se traslada su imagen al monte, concretamente al paraje conocido como el Pinar de San Isidro, donde se invita a los romeros a los típicos "torraos" y a la cuerva del Santo, pasando el día entre amigos, comiendo y bebiendo.

Al caer la tarde regresa el Santo a la Iglesia entre lanzamiento de cohetes y repiques de campanas.

Celebradas a mediados del mes de agosto, tienen lugar las fiestas de verano en nuestra localidad, mas conocidas popularmente como la "Fiesta del Turista". En ella y durante varios días se combinan el entretenimiento, la diversión y el jolgorio para toda la población tanto propia como visitante que durante estos días nos acompaña.

Tienen lugar actividades infantiles de todo tipo (concursos de pintura, campeonatos de natación, carreras de bicicletas y de sacos), así como competiciones para todos los públicos que van desde campeonatos de dardos, tirachinas, frontenis, parchís y petanca.

También destacan la representaciones teatrales o actuaciones de zarzuela.

Y por supuesto todas las noches verbena amenizada por una gran orquesta en la plaza del pueblo, finalizando la fiesta con una gran gazpachada en los jardines del Ayuntamiento, a la que todos están invitados.

ORÍGENES

Montalvos era conocido en el pasado con el nombre de Casas de Montalvos, que así es como aparece, durante el siglo XVIII en las Relaciones conocidas como "Catastro del Marqués de la Ensenada", durante el reinado de Carlos III, en el año 1752.

Quizás sean estas la primeras referencias históricas detalladas de nuestro pueblo entonces núcleo jurisdiccional dependiente de la Villa de La Roda, aunque falta por investigar otros documentos anteriores a esa fecha, especialmente las Relaciones Topográficas de Felipe II.

En el Archivo Histórico Diocesano de nuestra provincia, se conservan manuscritos de nuestra Parroquia de la Purísima Concepción, patrona de Montalvos, a partir del año 1687, consistente en el libro primero de matrimonios que comienza en ese año.

Podemos, por tanto aventurar, que desde el siglo XVII ya existía un núcleo poblacional consolidado en lo que hoy es Montalvos, dotado de su propio templo y cementerio anejo; y con seguridad, el lugar ya estaría habitado con bastante anterioridad a esa fecha, lo que situaría en el siglo XV o XVI el origen de nuestro pueblo.

Es difícil explicar cuál pudo ser el motivo que llevase a los primeros pobladores a asentarse en nuestra localidad. Tal vez su origen esté relacionado con la lejanía en la que quedaban estos parajes, dados los medios de transporte de la época, respecto del centro poblacional que constituía, y todavía lo sigue siendo, el municipio de La Roda. Pensemos que Montalvos se localiza en la periferia de su término, colindante con el de La Gineta.

MONTALVOS EN 1752

Del análisis de las citadas Relaciones, podemos extraer numerosos datos sobre lo que entonces, en el año 1752, era la aldea de Casas de Montalvos. Sabemos que la población era de Realengo, perteneciente a la Corona y no sujeta a la jurisdicción o vasallaje de ningún Señorío. Estaba administrada por un alcalde pedáneo y un teniente de alcalde, llamados Roque del Castillo y Juan Cuartero, respectivamente.

La aldea como ya se ha dicho, pertenecía a la Villa de La Roda, entonces integrada en el Partido de San Clemente, provincia de Cuenca.

La población la constituían un total de setenta y siete moradores con sus respectivas familias, y un número similar de casas; lo que hacía un total aproximado de trescientos vecinos. La mayoría se dedicaban al trabajo y cuidado de sus haciendas, aunque también figuran jornaleros, un herrero, un carpintero y un zapatero, oficios todos ellos imprescindibles para la vida cotidiana de la época.

La tierra, toda ella de secano, se plantaba de cereales, viñas, olivares y azafrán. Se contabilizaban mil veinte almudes de segunda calidad y otros dos mil de tercera e inferiores calidades, todas ellas con alternancia de varios años de descanso tras su cultivo.

Otras actividades eran el pastoreo, la fabricación de aguardiente y la explotación de colmenas.

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN

Montalvos crecerá demográficamente a la sombra de La Roda durante el siglo XIX, merced a la roturación y puesta en cultivo de nuevas tierras. Será a mediados del siglo pasado, cuando se plantea la desvinculación del Ayuntamiento de La Roda para constituirse en población autónoma. Pero esto pertenece a otro capítulo de la historia más reciente de nuestro pueblo.

Es el único monumento histórico de la localidad, consagrada a la Virgen Purísima Concepción, patrona del pueblo. Es una construcción modesta y sencilla, sin pretensiones arquitectónicas, al estilo de las ermitas o capillas de pequeños núc leos aislados, construida con toda seguridad por los propios habitantes del lugar.

Sus orígenes, a pesar de que no existen documentos que lo prueben, se pueden fechar con toda probabilidad a inicios del siglo XVIII o quizá anterior, por ser ésa la fecha en la que comienzan los registros eclesiásticos. Es de planta rectangular, con altar mayor orientado al Este y fachada principal hacia el Sur, de gruesas paredes construidas en tapial y encaladas originalmente. En un lateral se encuentra la entrada al templo, construida con arco de medio punto en piedra de sillería con escudo muy deteriorado en la clave y molduras en las jambas. También se observan restos de pintura en algunos puntos de este arco con puerta de madera de aproximadamente medio siglo.

Adosada en un extremo, arranca la torre dividida en tres cuerpos a los pies de la iglesia, con forma troncopiramidal, fabricada en mampostería de piedras irregulares, hoy restaurada y rematada en tejado atípico a cuatro aguas.

En su interior podemos observar como elemento más destacado el artesonado en madera de su techo. Está compuesto de un armazón de gruesas vigas en sección cuadrada que cruzan la nave, uniendo las paredes transversalmente, dando solidez al edificio, y otras más livianas que soportan el tejado, en las que se apoya el entablado que da la riqueza artística al conjunto, recuerda al estilo mudéjar. En su interior podemos apreciar una figura tallada en madera de edad desconocida, que representa al niño Jesús con una esfera en su mano izquierda, conocido popularmente como el niño de la bola.

A la entrada del templo se pueden ver dos pilas bautismales talladas en piedra caliza situadas en lo que se cree son sus ubicaciones originales.

Repartidas por todo el término, su construcción tuvo lugar entre mediados del siglo XIX y principios del XX, son edificios de planta rectangular, normalmente con dos alturas, construidas en tapial y adobe con cubierta a dos aguas, reforzados en las esquinas con machones de cal y arena, patio interior en muchas de ellas y con estancias para las labores agrícolas y ganaderas. Entre ellas destacan: "Casas de la Retamosa y Bella Anita", "Casa de Olivares", "Huerta de Séneca", "Huerta Hermosa" y "Casa de Romero". Estas dos últimas aparecen citadas en la "Crónica de la provincia de Albacete", escrita por Roa Erostarbe en 1891. Apareciendo en tal obra, en el caso de la "Casa de Romero" citada, incluso antes que la existencia del actual pueblo, del cual podría ser el antecedente directo.