En la madrugada del 1 de septiembre de 1978 la Vírgen se manifestó en La Araucanía, esta vez en Boroa, una pequeña localidad cercana a Nueva Imperial
La nota publicada en La Tercera y firmada por el periodista Juan José Faúndez, relataba que setenta alumnas y dos religiosas fueron testigos por 30 minutos, de la aparición de un extraño ser de apariencia humana y envuelto en una luz blanca y brillante, que no tardaron en identificar como la “Virgen de Fátima”.
La primera en ver a la entidad fue la alumna Rebeca Cheuquepil, de 15 años, que cursaba octavo básico.
“Aquella madrugada del viernes (1 de septiembre) no podía dormir. No sé qué me pasaba. De improviso miré por la ventana y vi sobre unos aromos, como dentro de una luz brillosa, blanca, muy potente, la imagen de la Virgen de Fátima. Estaba a menos de 30 metros, sobre la cabeza tenía una corona de estrellas y el corazón le sangraba”, comentó Rebeca que luego, despertó a sus compañeras.
Esta aparición se sucede por dos días en el colegio religioso y queda constancia de ello en los matutinos de la época, que los relatan en detalle.
Sí quiere saber más sobre este caso le recomiendo el libro: “OVNIs en Chile” del periodista e investigador Patricio Abusleme Hoffman.
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