Loeches
PUEBLOS MÁGICOS DEL CENTRO DE ESPAÑA
COMUNIDAD DE MADRID
La mágica historia de Loeches
Loeches, tierra de emociones y sueños que despiertan el corazón. Sus calles, impregnadas de historia, nos envuelven en un abrazo cálido y nos transportan a épocas pasadas. Sus muros, testigos de vidas vividas y anhelos compartidos, susurran historias que resuenan en el alma.
Pero la verdadera grandeza de Loeches no se limita a su patrimonio arquitectónico, sino en la fuerza de su gente. Aquí, la pasión y el compromiso son los motores que impulsan el progreso y la superación. Sus habitantes, valientes y resilientes, construyen un presente con mirada al futuro, preservando las tradiciones que los enlazan a sus raíces. En Loeches, se entrelazan los lazos de la comunidad, se tejen amistades sinceras y se alzan proyectos colectivos.
Es un lugar donde los sueños encuentran su refugio y las sonrisas se multiplican en cada esquina. Loeches, epicentro de emociones vibrantes, donde la vida se vive intensamente y el espíritu se engrandece. Por esto y mucho más, Loeches te espera. ¡Tendrás que venir!
Duquetes, bollería típica de Loeches
Mermeladas Carmelitanas
Rincones urbanos
LUGAR MÁGICO
Panteón de los Duques de Alba
Al entrar en la Iglesia del Convento de la Inmaculada Concepción de las Madres Dominicas, en el lado derecho se encuentra una hermosa reja que da paso al Panteón de la Casa de Alba, inaugurado por Jacobo Fit-James Stuart junto a la Emperatriz Eugenia de Montijo esposa de Napoleón III.
Algunos lugares que tienes que conocer…
y muchos más que puedes descubrir.
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora
En una de las zonas más elevadas se alza majestuoso el templo parroquial de Loeches, un hermoso ejemplo de construcción de estilo renacentista que data del siglo XVI, aunque la planta original se remonta al siglo XIII, cuando los cristianos repoblaron Loeches en la Edad Media. A 33 m de altura su torre otea orgullosa el horizonte lechuzo y complutense.
Tres puertas, diferentes y con personalidad propia nos invitan a adentrarnos en un espacio que aún soporta el peso del tiempo en sus columnas y arcos de medio punto. El singular chapitel de pizarra, su cúpula interior y las pechinas sobre las que esta reposaba desaparecieron en el siglo XX, dando paso a cubiertas más modernas, planas y bajas. La misma suerte corrió el pavimento y el coro, cambiados a lo largo de un pasado marcado en parte por las numerosas reformas.
Monasterio de San Ignacio Mártir
Popularmente es conocido como el Convento Chico. La iglesia, de autor desconocido, es de estilo barroco del siglo XVII. Su exterior tiene una fachada con una portada adintelada de piedra caliza blanca rematada con un frontón curvo en medio del cual se puede contemplar el escudo de Carmelo. Destaca la espadaña de ladrillo que soporta tres campanas. A los pies de su retablo, del siglo XVI encontramos un bajorrelieve de madera que representa la Última cena.
Monasterio de la Inmaculada Concepción
O Convento de las Dominicas. Fundado en 1640 por el conde-duque de Olivares, el noble contó con la asistencia de Felipe IV para levantarlo. Durante mucho tiempo guardó una gran colección de arte con cuadros de Tiziano, Tintoretto, Bassano o Rubens. Sin embargo, fueron robados por las tropas francesas durante la invasión napoleónica y actualmente se encuentran desperdigados en diferentes museos.
Junto al conjunto se levantaba el modesto palacio del Conde-duque. De él solo se conserva la portada barroca, ocupando un colegio el resto del solar. La fachada barroca de la iglesia se atribuye a Alonso Carbonell, arquitecto del palacio del Buen Retiro de Madrid. Dentro de esta construcción que ver en Loeches, en la zona del altar mayor, hay un mural contemporáneo del santanderino Fernando Calderón.
Plaza Duquesa de Alba
La Plaza Duquesa de Alba de Loeches es la plaza principal de la población por su gran interés histórico. En ella se situan Convento de las Dominicas, el Panteón de los Duques de Alba y el Convento de las Carmelitas. Es el punto de encuentro y descanso para los habitantes y visitantes de la localidad.
Loeches Historia de un pueblo mágico
Para disfrutar completamente de lo que ver en Loeches conviene conocer su pasado. La zona que ocupa la localidad fue tomada a los musulmanes en dos ocasiones. Primero, a principios del siglo XI por Alfonso VI de Castilla y un siglo después por el obispo Bernardo Jiménez de Rada.
Es tras esta segunda ocupación fue cuando surgió su nombre. Según algunos historiadores el topónimo viene del euskera: “Lo” viene de “dormir” y “etxe” de “casa”. Durante 1555 recibió el título de “villa” de la mano de Carlos V. La ruina de la hacienda regia obligó a su hijo Felipe II a vender la villa al genovés Baltasar Catanno. A su vez, este la revendería a la familia Cárdenas-Avellaneda. La hija de estos nuevos señores, Francisca de Cristo, sería la fundadora del convento de carmelitas.
Saber más sobre su historia
Loeches fue adquirido por Gaspar de Guzmán y Pimentel, el famoso conde-duque de Olivares, en 1633. El valido de Felipe IV no logró el patronazgo del mencionado monasterio carmelita. Por tanto, decidió financiar la construcción de un monasterio aún más importante enfrente del anterior. Este sería el convento de la Inmaculada Concepción, en el que se instaló una comunidad de monjas dominicas. La elección de esta orden monástica se debió a que el propio Conde-duque era descendiente de Santo Domingo de Guzmán. Diez años después Gaspar de Guzmán fue cesado como primer ministro y desterrado a Toro (Zamora), donde falleció al poco de llegar. Sus restos fueron trasladados a Loeches y sepultados en el monasterio por él fundado. Se haría lo mismo con sus descendientes hasta que la VI Conde-duquesa de Olivares se casó con el X duque de Alba. Desde el siglo XIX la Casa de Alba adoptaría también el panteón del monasterio como lugar de enterramiento familiar.
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