Fundación Casa de la Paz busca repetir la experiencia en Antofagasta, ante el cierre del actual vertedero en 2015.

En el marco del trabajo que actualmente desarrolla  Fundación Casa de la Paz en Antofagasta, representantes del Sindicato de Recicladores de La Chimba, encabezados por su presidente Francisco Figueroa, llegaron hasta el vertedero El Molle, ubicado en la Región de Valparaíso, para conocer la experiencia de la Asociación de Recicladores de este lugar, quienes en los últimos seis meses han desarrollado, junto a la Fundación y la empresa Stericycle (a cargo de los trabajos), un proyecto orientado a mejorar su calidad de vida a través de la autogestión, la organización, la especialización y el desarrollo de un modelo de negocio sustentable.

El proyecto, que nació ante el inminente cierre del vertedero El Molle, se llevó a cabo gracias al apoyo de Casa de la Paz, quien, junto a la empresa, desarrolló mancomunadamente en compañía de los recicladores, un plan orientado a trabajar de manera independiente en la gestión de residuos en el sitio de disposición final. En este sentido, se espera que próximamente estos administren su propio centro de valoración, el que estará ubicado en un terreno cercano al relleno sanitario. Asimismo, actualmente se estudia la posibilidad de que los recicladores del entonces vertedero, presten  el servicio de recolección diferenciada a empresas y gestionen el funcionamiento  de Puntos Limpios en Valparaíso y Viña del Mar, entre otras iniciativas en torno a la sustentabilidad.

Rossana Canessa, Gerente Comercial de Stericycle, indicó que al minuto de concretarse la construcción del relleno sanitario, se pensó en el futuro de los recicladores y se barajaron alternativas para incluirlos en la cadena del reciclaje. “Estamos a 60 días del cierre del vertedero y hace algunos meses que ya estamos trabajando el modo de incorporar a los recicladores en la gestión de residuos”.

El proyecto ha logrado la transición del vertedero hacia relleno sanitario aplicando políticas de inclusión social efectivas. Así, el objetivo de [este, es que los propios recicladores generen  un empleo sustentable, a partir de la recolección y reciclaje de residuos domiciliarios.

La actividad tuvo como objetivo el intercambio de experiencias entre los  representantes del sindicato de La Chimba y la Agrupación de recicladores de El Molle, para que los primeros conocieran cómo se trabaja en El Molle y que estos [últimos pudieran acercarse a la realidad de sus compañeros en Antofagasta y que los representantes de La Chimba, sacasen aprendizajes y tomasen los resguardos necesarios ante el próximo cierre del vertedero y la puesta en marcha del relleno sanitario Chaqueta Blanca previsto para junio 2015.

Tal y como lo explicó Francisco Figueroa, “Nos llevamos toda esta experiencia a Antofagasta. Estamos muy agradecidos de quienes han hecho posible este viaje y esperamos que después los compañeros de El Molle puedan viajar a La Chimba y contarles su historia a todos los recicladores de Antofagasta”.

Por su parte, Mayling Yuen, Directora de proyectos en Fundación Casa de Paz aseguro que este tipo de iniciativas tardan un buen tiempo en concretarse porque necesitan del apoyo coordinado de todos los actores involucrados. “En un país con muy bajas tasas de reciclaje, es vital contar con el apoyo de estos para aumentar estos niveles. No hay que olvidar que los recicladores tienen una capacidad instalada que puede transformarse en una herramienta clave para los nuevos desafíos”.

Consultada sobre la posibilidad de replicar este tipo de iniciativas en otras regiones, Mayling Yuen se mostro absolutamente convencida de ello y enfatizó en la necesidad de ver las crisis, como instancias de oportunidad. “Es muy factible, el trabajo en vertederos es complejo, pero no por ello imposible. Es tan sencillo como subir los estándares y aprender a vivir en un país más sostenible. Así, si se instalada un relleno, también debiera crearse un centro de valorización, donde se puedan separar residuos y materializar un plan de negocios.

Respecto a la situación de los recicladores en Antofagasta, Yuen aseguró que ellos ya han participado en conversaciones con el Municipio de la región y con los recicladores para ver el modo de materializar esta situación en un proyecto. “Una iniciativa multisectorial que resuelve el conflicto que hay hoy en día y que los recicladores puedan definir sus líneas estratégicas, partiendo desde sus preocupaciones, pero que nazcan desde un proceso participativo”.

Al concluir la visita, ambos equipos de trabajo pasearon por las instalaciones del relleno sanitario El Molle, el cual es operado por la empresa Girsa, perteneciente al Grupo Stericycle, y que cuenta con 86 hectáreas destinadas a recibir en su plena operación más de 48 mil toneladas de residuos domiciliarios de las provincias de Valparaíso y San Antonio.

 Ingenieros de la Basura

Con estas palabras, miembros de la asociación de recicladores de El Molle, se refirieron a su labor desarrollada en el vertedero. Así, quienes hasta hace menos de un año parecían avergonzarse de su oficio, hoy día se enorgullecen y se muestran muy esperanzados en el futuro.

“Nosotros estamos haciendo las cosas bien, nos ha costado bastante, sobretodo organizarnos, pero de a poco nos hemos ido validando frente a nuestros compañeros y ahora, gracias al apoyo de la empresa y de Casa de la Paz, manejamos otras herramientas y hemos ido progresando”, acota Manuel Ferreira, tesorero de la directiva de la Agrupación de recicladores de El Molle.

La Agrupación, que se constituyera hace algunos meses, tiene por objetivo ordenar el trabajo de este grupo de trabajadores e integrar su labor a la cadena de reciclaje. En este sentido, uno de los principales objetivos es que los mismos recicladores, administren el próximo centro de acopio, aprendan a comercializar directamente con las empresas compradoras de residuos y que en un futuro, estos se hagan cargo de los puntos limpios que se quieren instalar en las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso.

Actualmente la Asociación de Recicladores El Molle en Valparaíso cuenta con 87 miembros (inicialmente 100, de los cuales el 65,9% tiene más de 12 años de trabajo en el vertedero), quienes trabajan en turnos; 6 días a la semana y promedio 9 horas al día.