Sílvia Pérez Cruz invita al público a repensar su estilo de vida

La etiqueta de concierto dramatizado no le hace justicia a Género imposible, espectáculo con el que Sílvia Pérez Cruz lleva más de un año de gira y en el que combina música y poesía.
Sílvia Prez Cruz invita al público a repensar su estilo de vida
Alex Rademakers

Lo interesante de una artista como Sílvia Pérez Cruz (Palafrugell, 1983) es que puede salir dos veces de gira con el mismo trabajo y que ambas experiencias resulten completamente diferentes. Tras presentar Farsa en formato musical con su banda, la cantautora y actriz catalana se dio cuenta de que en la gestación de su último álbum habían confluido tantos y tan inclasificables artistas con un pensamiento poético común que a sus canciones aún les quedaba camino por recorrer más allá de lo estrictamente musical. Fruto de su inquietud —en los últimos años ha escrito para cine, teatro, danza, poesía o cine de animación— surge este espectáculo de “género líquido” en el que la artista explora diferentes disciplinas hasta dar con un sendero escénico propio. El resultado es una oda al movimiento slow que lo mismo podría encajar en el Sónar que en el Festival de Aviñón.

En Género imposible, que puede verse en las Naves del Español en Madrid del 16 al 18 de septiembre, el espectador es un intruso que irrumpe sin permiso en un momento íntimo de creación. En el centro de la escena, una caja de madera re- pleta de instrumentos hace las veces de escenario, refugio de montaña, estudio de grabación o todas las anteriores a la vez. Un espacio cálido y acogedor que la cantante despliega ante el espectador con delicadeza en cada una de sus canciones. “Si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro”, dice. Un recorrido entre la música, la poesía, la performance y la instalación artística que no es otra cosa que una invitación a bajar el ritmo, escuchar las gotas de lluvia caer sobre las hojas o las olas del mar romper contra las rocas.

‘Slow Life’

Aunque aparezca sola en el escenario, Pérez Cruz ha contado con Pablo Messiez en la dramaturgia y Elena Córdoba en la coreografía para dar forma a un espectáculo que quiere que nos tomemos la vida con más calma. 

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