Vuelve Ella baila sola: así fue su ruptura 'anunciada' y así viven Marta y Marilia 20 años después

El dúo reaparecerá el jueves en El Hormiguero y darán su primer concierto juntas este verano en Starlite después de su separación en 2001.

Marilia y Marta formaron Ella baila sola en 1996.

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Lo echamos a suertes se convirtió en uno de los hits más tarareados a mediados de los años noventa. Los rostros de Marta y Marilia, siempre pegadas a sus guitarras y sentadas en un taburete a la hora de subirse a un escenario, eran habituales en los programas musicales de la época. Pero un buen día, en octubre de 2001, Ella baila sola anunciaron que se separaban y, según las crónicas de esos años, las diferencias personales entre las dos cantautoras fueron el comienzo del fin de uno de los dúos más populares. Ahora, veinte años después de esa sonada ruptura, Ella baila sola regresará con una agenda de conciertos que arrancará el próximo 18 de julio en el Festival Starlite de Marbella.

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Esta vuelta ha provocado una ola nostálgica entre aquellos que vivieron su adolescencia escuchando ese Lo echamos a suertes o Amores de barra en los locales de moda de toda España. Su primera aparición pública tras dos décadas distanciadas será este jueves en El Hormiguero, donde probablemente contarán los motivos que las llevaron a romper el dúo musical y por qué ahora han decidido lanzarse juntas de nuevo a la carretera. Marta Botía Alonso y Marilia Andrés Casares se conocen desde que eran adolescentes. Una amiga en común las presentó mientras cursaban COU en el madrileño colegio bilingüe San Agustín, ubicado en la calle Padre Damián.

Marta (46) -la componente de cabello rubio- es hija de un publicista y de una directiva de Iberia y se crió en el barrio de Lavapiés. La música siempre estuvo en su vida desde muy pequeña. Por su parte, Marilia (46) -la componente morena- nació en Cuenca pero muy joven se mudó a la capital con su familia. Su bisabuelo, Julio Casares Sánchez, fue un conocido música y creador del primer diccionario ideológico de la lengua española. Su tío, Cristián Casares Fernández–Alvés, se dedicaba al mundo del espectáculo y el teatro y con el paso de los años ayudaría a su sobrina y a Marta con algunas canciones de Ella baila sola. Marilia tenía una vena creativa desde niña y siempre le gustaba escribir y dibujar. Con apenas once años compuso su primera canción.

Cuando Marta y Marilia se conocieron tenían 17 años y en ese momento empezaron a cantar juntas de manera informal. Marilia empezó a estudiar Derecho y Marketing pero poco después decidió dejar la carrera para dedicarse por completo a su gran pasión, la música. Las dos amigas se integraron a un grupo de rock en el que ellas hacían los coros y poco después formaron su propia banda a la que llamaron The Just, con la que cantaban canciones en inglés. Un día de 1994, mientras estaban ensayando y probando nuevos temas en el parque de El Retiro, conocieron a Javier Álvarez, uno de los cantautores más populares de los noventa. Él les aconsejó que trataran de ponerse en contacto con el productor Gonzalo Benavides. Con Álvarez como intermediario, Benavides vio al dúo en una de sus actuaciones en el local Harp, situado en el barrio de Malasaña, en el que los domingos había actuaciones de nuevos artistas y cantantes amateurs.

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Armonías perfectas y letras feministas

El productor se queda prendado de las voces dulces, las armonías perfectamente empastadas y las letras sencillas y pegadizas pero ya entonces con un punto de empoderamiento femenino de Marta y Marilia y les propone grabar una maqueta. En 1996 surgía Ella baila sola (el nombre fue sugerido por una amiga inspirándose en la canción They dance alone de Sting) y lanzaba el primer sencillo de su carrera, Lo echamos a suertes, con el que lograron un gran éxito tanto en España como en Latinoamérica. El tema se mantuvo en el número uno de Los 40 durante varias semanas y con la salida de su primer disco, llamado también Ella baila sola, el dúo empezó a hacer conciertos en pequeñas salas por todo el país.

En ese álbum se incluían otros ‘temazos’ aún recordados como Amores de barra, Por ti o Cuando los sapos bailen flamenco, y vendieron de él un millón de copias en España y medio millón en Latinoamérica, siendo uno de los tres discos más vendidos del 96. Tras una extensa gira, en el verano de 1998 sacaron al mercado su segundo disco, E.B.S, que aunque no tuvo el tirón del primero, siguió funcionando bien entre sus fans más fieles. Luego llegó el tercer álbum en 2000, titulado Marta & Marilia, con el que volvieron a dar en el clavo con el single Cómo repartimos los amigos, que rápidamente fue número uno y que les hizo estar nominadas a los Grammy Latino en 2001. Pero las alegrías que les dio la música no pudieron con las diferencias personales que llevaban un tiempo acechando al dúo.

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Una separación anunciada

Según se rumoreaba en ese momento, ni siquiera coincidieron en el estudio para grabar su último disco y tampoco lo hicieron para las fotos de la portada. Además, se decía que prácticamente no se dirigían la palabra, que viajaban en vagones separados y que ni siquiera compartían camerino en los conciertos o actuaciones. Pocos meses después de esa nominación, en octubre de 2001, Ella baila sola ponía punto y final a su historia con un disco recopilatorio. A partir de ese momento, Marta y Marilia intentaron seguir sus carreras en solitario.

“Desde el primer disco la gente nos ha estado preguntando cuándo nos íbamos a separar. Yo creo que eso es algo que flota en el aire porque suele ser lo que normalmente sucede a los grupos, así que todo el mundo lo está esperando. La música es algo muy subjetivo que te acaba pidiendo que te expreses al cien por cien. Estamos ahora cerrando una etapa en la que hemos defendido cada uno de nuestros tres discos con uñas y dientes”, decía Marta en la rueda de prensa en la que anunciaron la separación. “Yo, de hecho, ya estoy metida en el estudio 46 horas al día, preparando las canciones de lo que va a ser mi nuevo disco, que va a ser más rockero, más desmelenado, con más saltos por el escenario. No quiero parar de ninguna manera, porque lo que más me gusta es componer, estar en el estudio y en el escenario. Todo lo bueno y lo malo que implica la música, que es siempre un reto y una aventura”, añadía Marta.

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Marilia: yoga, meditación y dos discos en solitario

“Yo no me quiero precipitar porque no lo veo necesario. Entro en una etapa de reflexión en la que me apetece mucho desarrollar proyectos relacionados con la música, pero también alejados de ella”, explicaba Marilia en 2001. Y tardó tiempo en volver a crear sus propias canciones. Marilia colaboró en 2004 en el disco contra la violencia de género Hay que volver a empezar con una versión de Yo no soy esa de Mari Trini y no fue hasta 2012 cuando volvimos a escucharla en su primer proyecto en solitario titulado Subir una montaña, que autoeditó de forma independiente con su propio sello discográfico.

Con él hizo una gira con conciertos por salas españolas e incluso en algunas de Londres y en México (en 2015). Después participó en algunos conciertos en festivales y en algunos eventos benéficos. En marzo de 2017 presentaba su último disco, Infinito, con un concierto en la mítica sala Galileo de Madrid. Aficionada al yoga y la meditación, Marilia contaba hace unos meses en Abc que lo sucedido en el último año la ha llevado a olvidar rencores y a vivir sus días con más amor y paz interior.

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Marta: dos hijos y nuevas compañeras de EBS

Marta Botía sacó Cumplir lo prometido en 2002, disco que contó con colaboraciones de Antonio Vega o Enrique Bunbury, buen amigo de la cantante, y más de 13 años después lanzó Martamente. En esos años en los que no sacó ninguna canción en solitario, participó en la banda sonora de Ellas & Magia de Disney y hasta hizo un pequeño papel en la película Pobre Juventud, de Miguel Jiménez. Fue en septiembre de 2009 cuando Botía trató de regresar a la escena con Ella baila sola (aunque lo llamaron EBS)... pero sin Marilia como compañera de aventuras.

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Contó con Rocío Pavón como parte del dúo y juntas lanzaron un disco, Despierta, con la colaboración de Gonzalo Benavides, el productor que les había dado su primera oportunidad en 1996. “Os quiero anunciar que por obra y arte de Rocío Pavón y nuestro mánager Gonzalo Benavides, esta mañana Rocío ha decidido acabar con nuestro grupo Ella Baila Sola”, anunciaba en marzo de 2013 la propia Marta. Más tarde volvió a cantar los temas del grupo junto a otra acompañante, María del Mar García, con la que lanzó Imanes en la nevera (2019) y luego probó suerte de nuevo con Ella baila sola y una cuarta compañera, Virginia Mos, con la que grabó un disco en marzo de 2019. Durante 13 años, Marta vivió en Nueva York con su marido -del que actualmente está separada- y sus dos hijos.