Declararon “Bien Histórico Nacional” al Colegio San Miguel de Stefenelli

A partir de un proyecto presentado por la diputada nacional María Emilia Soria, el antiguo edificio del Colegio San Miguel fue declarado “Bien Histórico Nacional”.

La novedad será oficializada el próximo lunes 6 de marzo, a las 13.30, junto con el inicio del ciclo lectivo 2017, en la sede del tradicional predio, ubicado en la zona de Stefenelli (Ruta 22 y Carlos Pellegrini). Allí se celebrará la declaración otorgada por el Congreso nacional mediante Ley 27.292, en un evento organizado por la Institución Salesiana Beato Ceferino Namuncurá de los Salesianos de Don Bosco.

El Colegio San Miguel es mucho más que un edificio antiguo, constituye un verdadero monumento que narra por sí mismo la historia viva del esfuerzo, el coraje y la perseverancia de quienes apostaron por la educación y el conocimiento como medios para alcanzar el progreso de nuestro país, haciendo frente a todas las adversidades que la Patagonia les imponía en aquella época”, destacó la diputada.

Según se indicó, se trata del primer reconocimiento nacional a este antiguo edificio que simboliza la importancia histórica de la obra salesiana en la región.

La decisión, afirmaron, implica que el Estado nacional asegura una garantía de custodia y preservación, así como una mejor accesibilidad a créditos de fomento para la conservación del edificio.

“En un informe elevado al Congreso de la Nación en 1888 sobre la obra que se proponía llevar a cabo a partir del pequeño establecimiento educativo que se había levantado 11 años antes, el padre Alejandro Stefenelli destaca la necesidad de contar con una escuela agrícola que dé respuesta a la necesidad de formar jóvenes comprometidos con el futuro de la región, fuertemente vinculada a la agroindustria y la fruticultura”, recordaron en el comunicado de anuncio.

“Fue así como Stefenelli dio inicio a las obras que permitieron el nacimiento del histórico edificio que hoy conocemos como “Colegio San Miguel”, en homenaje al primer sucesor de Don Bosco, y que pasara a ser la primer escuela agrícola en su tipo en Argentina”, concluye el texto conmemorativo.


stefenelli

El coronel Lorenzo Vintter consagró el lugar del primer emplazamiento que tuvo Roca, en 1879, en la zona que hoy conocemos como Stefenelli. Duró apenas dos décadas, ya que en 1899 una inmensa crecida del río Negro arrasó con las edificaciones y la colonia se trasladó al lugar en que se encuentra actualmente la ciudad. La única construcción que sobrevivió al ímpetu del agua fue el Colegio San Miguel, que dirigía el salesiano Alejandro Stefenelli. El sacerdote se negó a abandonar el lugar, a pesar del consejo de Vintter, y con el tiempo comenzaron a establecerse otros colonos en la zona. La influencia y el legado del salesiano siguen vigentes fuertemente en nuestros días, sobre todo en un poderoso sentido de pertenencia de los vecinos con el barrio. Más que barrio de la ciudad, los habitantes sienten a Stefenelli como un pueblo aparte. Es el barrio más grande y se encuentra en el extremo sureste del trazado urbano. El sector total que comprende se extiende desde la calle Jujuy hasta la Alvear (de oeste a este), y desde la calle Rochdale hasta la Rembrandt (de norte a sur). Dentro de su territorio hay una multitud de mercados, quioscos y almacenes; un destacamento policial; varias escuelas; una capilla y el Santuario María Auxiliadora (frente a la Ruta 22); incontables chacras; y una riqueza arquitectónica clave para el desarrollo histórico de la ciudad y la zona. La concentración urbana de la zona está al norte del distrito y llega hasta la Ruta 22. Al pasar la carretera se ingresa al casco viejo, la porción denominada, justamente, “Pueblo Viejo”. La calle Vintter (que pasa a llamarse Carlos Pellegrini al cruzar la ruta) es la gran vía conductora hacia la zona antigua. Allí se encuentran casas de muchos años, entre edificios históricos como el lugar de la primera escuela, el primer club y el monumento a la primera fundación. Las casas se concentran tímidamente en un par de manzanas que están por delante de la plaza Villegas, y después todo es una gran chacra, con casas quintas y viviendas individuales. Los habitantes de Stefenelli no dicen “vamos al centro” sino “vamos a Roca”. No sería errado asumir que son el grupo de vecinos con el sentido de pertenencia más férreo respecto a su barrio. Llevan en las venas la herencia de los colonos que se instalaron allí junto a aquel gran salesiano, y le dieron forma a una tierra que costó hacer generosa. Los vecinos son también gente mucho más de campo que de ciudad, y eso se nota en la confianza que transmiten y el buen trato con el que suelen dirigirse a todo el mundo.

El monumento que recuerda la fundación de la ciudad en 1879, en la plaza Villegas.


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