Villano Antillano: Todos a mi alrededor trataban de impedir mi transición

Villana Santiago Pacheco, mejor conocida como Villano Antillano, es la artista de música urbana que abre el camino a una nueva era para la industria.
Villana Santiago Pacheco Villano Antillano artista de música urbana
Villana Santiago PachecoSteph Segarra

Villano Antillano es un nombre que nos hace pensar en las una y mil veces nos contaron el cuento de hadas en donde nos enfocamos en la vida del personaje principal y sentenciamos al villano de la historia sin preguntarnos cómo terminó ahí. Eso nos hace crecer con un arquetipo que nos dice dónde enfocar nuestra atención, orillando a las minorías a no ser visibles y estigmatizando a esas figuras que se salen de los estándares de la sociedad.

Siglos de historia y documentación nos muestran esa mirada inquisidora en escenarios, sociedades donde las mujeres que ejercen su libertad e individualidad, son vistas de forma diferente, desde las brujas a activistas contemporáneas. Hasta ahora, en años más recientes y con especial enfoque a las mujeres trans, dicha perspectiva y modo de pensar comienza a gesticular un cambio; en él se muestra que tal vez no sea tan malo vivir a contracorriente, ejerciendo esa libertad, que ser ‘la villana’, en realidad tiene poco o nada de malo. Ese es el mensaje de Villana Santiago Pacheco (su nombre de pila), conocida ante sus fans y en las plataformas musicales como Villano Antillano, la artista urbana con raíces puertorriqueñas que está conquistando la industria musical.

Villano AntillanoSteph Segarra

‘La libertad antagoniza’, dice Villana al explicarnos lo que realmente significa el nombre que lleva al escenario.‘El sistema no existe para que tú puedas vivir de una manera libre o que realmente sigas, hagas y decidas lo que tú quieres vivir… Yo pienso que siempre supe que transicionar me iba a antagonizar porque todos a mi alrededor llevaban toda la vida tratando de impedirlo’, recuerda brevemente. ‘Las personas que incluso piensas que son la que más te quieren y que siempre van a apoyarte, son las primeras en disuadirte. Incluso mis papás, no pienso que lo hacían con mala intención, pero saben que el mundo está hecho para destruirnos, y eso les da miedo. Es difícil criar una chamaquite con tanto amor, ver su esencia y saber que alguien pueda estar en contra de eso’.

A sabiendas de que iba en contra de las manecillas del reloj, Villana cuenta cómo ha sido su experiencia transicionando y creciendo en Puerto Rico: ‘Ha sido muy difícil, a veces imposible. No fue posible hasta que yo tuve 25 años, con eso lo digo todo. No era seguro sencillamente. Desde muy temprano en mi vida lo supe, recuerdo que me dije: ‘debo esconder esto porque me va a causar demasiado sufrimiento, problemas y me va a poner en peligro’. Yo pienso que la vida nos obliga a ser creativas en cómo escondernos y también en cómo dejarlo salir. Lamentablemente yo me tardé y fue porque intenté mucho estar del otro lado, pero simplemente no era yo’.

Villana, de artista detrás de Villano Antillano.Steph Segarra

Para las personas trans, este viaje no se vive de una sola forma; además tiene muchos caminos para recorrer: cada individuo es distinto y como muchas narrativas, casi nunca son lineales. El proceso de autoexploración y autoanálisis es similar a la creación de una pieza de arte; se trata de cincelar con mucho amor y precisión una nueva realidad en la que te construyes a ti misma de la manera más auténtica posible. Esto no fue extraño para Villana, quien comenzó ese viaje en su niñez. ‘Desde los cinco o seis años yo lo sabía. Me acostaba por las noches y rezaba: ‘Papá Dios, cuando yo me levante en la mañana, quiero ser una nena’, eso no era y no es visto como ‘normal’, pero yo vivía en un ambiente hostil, uno que aún se percibe en el mundo. En ese entonces era en mi microambiente, que es Puerto Rico, en donde yo vivo y sobrevivo. Vivía bajo la tutela de mis papás, quiénes no me entendían, porque tampoco recibieron las herramientas para poder criar a una nena trans’.

‘Yo me tuve que ir, coger mundo y luego, cuando ya tenía unos cinco o seis años viviendo sola, fue cuando me adentré a lo que significa la transición. Incluso a los 17 años tuve un lapso donde pensé que iba a hacerlo, pero no fue así. A esa edad, por simplemente decir que era una persona que le atraían todos los sexos y que el género no era algo tan importante para mí, me botaron de mi casa; se me acabó el mundo. Pensé; si yo digo que soy trans hasta ahí llegué, no me puedo imaginar que más me pudiera pasar. Eso me detuvo’, detalla. En ese mismo lapso de tiempo, Villana vivió la adversidad de la realidad del mundo, orillándola como a muchas otras mujeres trans a incursionar a ese trabajo relacionado a la lujuria para sobrevivir, un factor que luego la ayudaría a entenderse mejor a sí misma: ‘Creo que entendí más al hombre. Conocí de cerca a hombres magníficos como otros que eran terribles como persona, otras personas muy nobles y muy buenas. Pero el verles tan de cerca yo entendí: ‘Yo no sé qué sea eso, pero estoy segura de que yo no soy eso’.

La realidad de Villano Antillano

A los 25 años, la puertorriqueña tuvo una experiencia que la cambiaría y que por fin la motivaría a seguir su realidad: ‘Creo que los psicodélicos hicieron mucho por mi salud mental. Me fueron quitando muchos bloqueos que tenía, y empecé a ver todas las preguntas que tenía en mi cabeza desde otra luz. Y creo que me di cuenta de que muchas de las cosas que me hacían la persona que era, simplemente eran una respuesta al trauma. También conocer gente trans enteramente me cambió la vida. Yo no sabía que eso era una posibilidad, yo sabía lo que sentía desde chiquita, pero no sabía que había la manera de hacerlo (transicionar) o que existía el vocabulario para explorarlo. El conocimiento me cambió todo, el conocimiento es poder’, señaló.

Dentro de los ídolos de la caribeña se encuentran Nicki Minaj e Ivy Queen por ser mujeres talentosas y de personalidades dominantes que gravitan entre sus energías masculinas y femeninas, pero también nos confiesa quién a nivel personal ha tenido influencia sobre ella y su herencia caribeña ‘Yo tengo 5 hermanas, entonces eso era lo único que yo veía y no conocía otra cosa, pero tuve muchas luces en mi camino. Yo vengo del caribe, acá la gente hace unos papelones que no te puedo explicar. Tengo tres abuelas, porque mis papás se divorciaron y rehicieron sus vidas. La Mamá de mi papi (mi padrastro) es mi abuela, y no me pueden decir lo contrario ni a ella ni a mí. El hecho de tenerlas y recibir tanto amor y tanta luz, y sobre todo lecciones de vida de mujeres que para sus tiempos fueron rompedoras, como también de mi mamá que para mí es algo sagrado. Es una de las mujeres más inteligentes que conozco y tiene esa mirada que nomas de verla sabes que no puedes jugar con ella. Esas conductas yo las heredé’.

Villano AntillanoSteph Segarra

Después de tres años de transición y a sus 28 años Villana se ha posicionado como una figura protagónica de la música urbana que es abiertamente trans y esa representación la ha llevado a reconocer la responsabilidad que tiene sobre ella: ‘Es una responsabilidad, pero también trato de que no sea. En mi experiencia personal, yo al final del día solo soy una chamaca que hace música y es buena en lo que hace y punto. Pero cuando un fan conecta conmigo no es igual que cuando conecta con un artista cis-hetero.

Hay tantas cosas que no están a nuestro alcance, que cuando un fan desde las infancias, me abrazan y hay lloriqueos, se trata de un chamaquite queer enteramente, en un país en donde no entienden un carajo, y ese chamaquite está a mil años luz más adelante y lamentablemente se encuentra en un entorno en donde no se le ve, no se le valida, no se le da absolutamente nada. Cuando lo que hago les llega, es un sentimiento de reconocimiento.’ Analiza. ‘Es un factor ineludible. Se nos ha demonizado un montón a tal nivel que ni siquiera hay medicamentos para terapia de reemplazo hormonal que sean específicamente para eso. Todo lo que tenemos son otros productos que se han ido descubriendo por otros motivos, que sirven para transicionar. La mayor parte del tiempo a lo que se han dedicado es a ignorarnos, cuando no están ocupados tratando de cazarnos’.

Para quienes no lo sepan, Villana fue la primera mujer trans en entrar en el top 50 global de Spotify en 2022, con una carrera disruptiva y súper prometedora, nos cuenta como se siente ahora con su música y qué es lo que sigue: ‘Pues siendo bien sincera, es increíblemente difícil, porque las mismas oportunidades que tienen los artistas cis, no las tengo yo. Colaborar conmigo significa algo y va más allá, pero también hay otras apuestas y puedes jugártela más seguro. Me miran como un artista que da mariconería y para colgarse del arcoíris, eso es una manera de trabajar y está bien, pero yo significo una revolución que va más allá. También si lo quieres mirar desde otro ángulo, es un poder. Significa que yo soy única.’ Con el significativo aumento de artistas trans en la industria que poco a poco comienza a meter el ritmo de su beat en la cotidianidad, ella se muestra con una mirada optimista, pero tal vez un poco incrédula, mostrando que aún falta mucho qué lograr. ‘Ahora nos estamos insertando más en estos espacios y a la fuerza los estamos ocupando, pero se aviva otra pelea, hay otra frontera por conquistar. Aunque yo quizá tenía expectativas particulares creo que me he dado cuenta de que no necesariamente van a ser así, solo por el simple hecho de ser una artista trans. Es un planteamiento misógino aún’.

La música de Villana

La música ha sido algo constante en la vida de la Villana: ‘Mi memoria musical es tan temprana’, confiesa. ‘Antes de ser creadora de música, fui amante de la música, pero hubo un antes y un después de que hice mi transición médicamente; mis emociones y sentimientos surgían diferente de una piel que se rige con estrógenos. Nació el gusto por cosas que no me gustaban antes, y que después me resultaron apetecibles. Mi registro de emociones se expandió; eso me enseñó a mí también a percibir cómo mi piel y lo que resguarda, recibe estímulos externos y data de una manera diferente, entiendo muchas cosas de otra manera. Como artista, la música nunca llegó para acercarme o alejarme de nada o como guía de mi proceso: la música trasciende eso. Fue más bien un resultado de lo que escribo ahora, que es lejano a lo que escribía antes’.

Su música se mueve entre algo que te hace bailar, te hace pensar y de alguna manera, se te impregna... como lo hace el arte. Sus canciones, La Sustancia X (álbum que liberó en 2022), las colaboraciones que ha hecho con artistas como Bizarrap, Joyce Santana o Chesca, la lista puede seguir y seguir, porque Villana llegó para quedarse, para hacer colaboraciones y al mismo tiempo, contar su historia, explorando y disfrutando cada paso de su evolución a su propio tempo: uno sin prisas.

Villana, el nombre detrás de Villano Antillano.Steph Segarra

Existe la concepción de que ser una persona públicamente trans significa lo mismo que ser activista. Con los hechos de los últimos años la situación política ha amenazado la calidad de vida de las personas trans, y ahora más que nunca, el poder de la representación es muy importante. Villana nos dice 'Yo vivo en una colonia, que no es lo mismo que un territorio.

Si esta pregunta me la hubieras hecho hace seis meses te diría: ‘I'm over it’, y que yo en verdad tengo derecho a hacer música y no preocuparme por estas cosas. Hoy no puedo decir eso porque el panorama es totalmente distinto. Toda la hostilidad y la movilización que estamos viendo en nuestra contra, que lamentablemente por más que a mí me gustaría no ser una activista y estar hablando todo el tiempo hablando de estas cosas, tengo que hacerlo porque no hay más, hay algo que lamentablemente ahora mismo viene con el territorio y debo empaparme de información para debatir cosas que no deberían de estar debatiéndose porque mi vida no es un debate'.

Para finalizar, Villano Antillano analiza el hecho de que se espere feminidad de las mujeres trans: ‘Yo pienso que cuando nos ponemos a mirar esos constructos realmente me parecen que todos salen del cristianismo, y como sociedad latina eso influye mucho. Pero ninguna de nosotras le debemos nada a nadie. Yo no me siento más ni soy más mujer cuando estoy  ‘explotada’ (en Puerto Rico, la palabra explotada, significa arreglada o maquillada), que cuando voy a echar gasolina, o si me he hormonizado o no, la imagen que tú tengas en tu cabeza de cómo se debe ver una mujer es responsabilidad tuya, no mía’, aseveró.

La Villana de la historia.Steph Segarra

Se termina esta entrevista concluyendo que Villana es una artista que no es fácil de encasillar, porque no está dispuesta a caer ni en moldes ni arquetipos, ella busca la reintertepretación esa figura que durante mucho tiempo fue la antagonista de la historia y ahora, procura que el mundo entienda su contexto, escuche su voz y haga que su historia sea parte de los nuevos cuentos, pues aquellos que nos contaron en nuestra infancia, pueden tener lecciones ya poco o nada aptas para el momento en el que vivimos, uno que necesita contemplarse con los ojos bien abiertos, entendiendo que nada es blanco ni negro: los matices de la vida están llenos de grises capaces de entretejer conocimiento y comprensión que siempre ignoramos porque se nos dijo que no deberíamos voltear a verlo. Es hora de ponerle más atención a las villanas del mundo.