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José Joaquín Salazar Franco<br />

(Cheguaco)<br />

LEYENDAS Y CREENCIAS<br />

MARGARITEÑAS<br />

Tacarigua de Margarita<br />

1996


ADVERTENCIA<br />

Estamos convencidos de que el volumen de "MITOS Y CREENCIAS<br />

MARGARITEÑAS" como el de "CONSEJAS Y LEYENDAS MARGARITEÑAS", que<br />

publicamos anteriormente, no fueron suficientes para recoger todo ese cúmulo de<br />

material que nos ha dejado disperso la gran sabiduría popular, y de allí que hayamos<br />

preparado este nuevo volumen, con temas similares o parecidos a los anteriores y al<br />

cual, sólo por darle un nombre, lo hemos denominado "LEYENDAS Y CREENCIAS<br />

MARGARITEÑAS", a sabiendas que tampoco con el agotaremos el tema, pero que<br />

nos servirán para demostrar al mundo que esta Ínsula es poseedora de una cultura<br />

milenaria, transmitida de generación en generación en forma oral y la cual estuvo muy<br />

bien cimentada en el corazón de nuestra gente, hasta que las transculturaciones<br />

incontroladas se fueron encargando de menoscabarla o desarticularla.<br />

Para la concretización de¡ nombre de este volumen: "LEYENDAS Y CREENCIAS<br />

MARGARITEÑAS", nos seguimos basando en lo que nos define el "Pequeño<br />

Larousse Ilustrado" acerca del significado de estos vocablos, como también en el<br />

contenido que las grandes mayorías populares le han venido asignando a los mismos,<br />

a través del tiempo; sin que en ningún momento hayamos pensado en hacerlo<br />

sugestivo para obligarlo a leer, convencidos como estamos de que es acertada la<br />

sentencia tradicional que nos asegura: "que nada obligado es bueno".<br />

Lo que si queremos también con esto, es, simple y llanamente, aliviarnos un<br />

poco el trabajo de seguir repitiendo, a viva voz, lo que hemos escuchado y dicho<br />

infinidad de veces, durante la cantidad de años que nos ha tocado vivir, codeándonos<br />

con lo más puro y genuino de nuestro ancestro, como son las auténticas corrientes<br />

populares, de quienes nos hemos nutrido en más de una ocasión.<br />

Lo más que aspiramos de todo corazón, es que este volumen, tenga, cuando<br />

menos, la misma surte que tuvieron los anteriores, para con ese aliciente. continuar<br />

moldeando cuartillas y aumentando nuestra bibliografía costumbrista.<br />

El Autor.


Los dibujos temáticos son de Carlos Stohr, pintor popular de Margarita, de quien<br />

se expresa el autor:<br />

" Un día, del cual no importa el nombre ni la fecha, arribó a Margarita Carlos<br />

Stohr, trotamundos y divertido como él solo, en funciones de placer cuando esto no<br />

era todavía Zona Franca ni Puerto Libre, ni siquiera se hablaba de Turismo, se prendó<br />

de las bellezas naturales de la isla maravillosa, de la cordialidad y campechanería de<br />

su gente, de lo saludable de su clima y del inmenso azul de su cielo y de su mar,<br />

conoció de sus mitos, de sus creencias, de sus consejas y de sus leyendas, se<br />

adaptó a las costumbres tradicionales, se compenetró con su folklore y con sus<br />

cantos populares, al extremo de llevar muchas de estas manifestaciones, no sólo a<br />

las letras de molde, sino también al lienzo, en dibujos y acuarelas, construyó casa de<br />

habitación en la comunidad de " El Agua", se acogió a la sociedad tacarigüera y se ha<br />

convertido en uno de los más consecuentes defensores del patrimonio cultural isleño.<br />

De allí que Carlos Stohr lo tengamos como un margariteño más, con los<br />

reconocimientos y distinciones a que se ha hecho merecedor".


DEDICATORIA:<br />

A todas y cada una de las personas<br />

que en las distintas ciudades, pueblos<br />

y sitios de Margarita, cordialmente<br />

me suministraron datos para la<br />

elaboración de estos trabajos.


EL ORIGEN DEL MUNDO<br />

Tomado de las más ingénuas creencias del pueblo:<br />

El padre Dios formó al Sol y a la Tierra.<br />

El Sol era la luz y la Tierra era sombra.<br />

El sol y la tierra engendraron al Amanecer y al Atardecer.<br />

El Amanecer y el Atardecer engendraron a la Mañana al Mediodía y a la Noche.


La Mañana engendró a los ríos, a los mares y a los lagos.<br />

El Mediodía engendró al calor o candela y al viento.<br />

La noche engendró a la Luna, a las Estrellas y a los Cometas.<br />

Los Ríos, los Mares y los Lagos engendraron a los Peces.<br />

El calor o candela y el viento engendraron a las nubes.<br />

La Luna, las Estrellas y los Cometas engendraron al Firmamento.<br />

El Firmamento engendró a las constelaciones.<br />

La tempestad engendró a la Lluvia, a los relámpagos, a los truenos y a los rayos.<br />

Las constelaciones engendraron al silencio y a la calma.<br />

Las lluvias engendraron a los árboles.<br />

Los relámpagos engendraron a la electricidad.<br />

Los truenos engendraron al ruido.<br />

los rayos engendraron a las minas.<br />

Los peces salieron de las aguas y engendraron a los animales de lo seco.<br />

Los animales de los seco engendraron a las personas.<br />

Las personas son los últimos engendros del mundo y acabarán con él.<br />

Así está escrito:<br />

¡ Voz del pueblo voz de Dios!


EL ORIGEN DE LA CANDELA<br />

La candela es de Dios; eso no lo puede negar nadie que tenga uso de razón.<br />

Dios hizo la candela para servicio de la humanidad, es decir, de sus criaturas,<br />

pero el Diablo por envidioso de la empezó a quitar para hacer con ella lo que le daba<br />

la gana.<br />

Lo primero que hizo el Diablo con la candela fue a calentar las quintas pailas del<br />

infierno para bailar dentro de ellas con todos los diablitos y diablitas, y demás<br />

condenados que fueran para allá, por malos y requetemalos en la tierra.


Cuando Dios se dio cuenta que el Diablo le estaba quitando la candela y<br />

sabiendo lo maluco que era ese bicho, y que podía hasta quemar el mundo si se lo<br />

proponía, buscó por todas partes donde esconderla y no encontró nada mejor y más<br />

seguro que el corazón de las piedras duras y zuás, allí la metió sin pensarlo dos<br />

veces.<br />

Pero ese mismo Dios, que es el único que tiene poderes para resolver todas las<br />

cosas y hasta vencer al mismo Diablo dotó a las criaturas, -para quienes había hecho<br />

la candela-, de un medio especial capaz de que la pudieran conseguir cuando la<br />

necesitaran y les creó la mente y la imaginación.<br />

De allí que la gente cuando tuvieron necesidad de la candela para calentarse un<br />

poco y preservarse de¡ frío, o cocinar sus alimentos para no seguir comiéndoselos<br />

crudo como los animales, porque ya el mismo Dios les había ordenado que dejaran de<br />

ser animales, echaron a andar por todo el mundo buscando como obtener la candela,<br />

hasta que la encontraron frotando o dándole golpes a unas piedras con otras.<br />

Se dice también, que Dios por su propia cuenta dejó rodar una piedra de las<br />

partes más altas a fin que chocara con otra que estaba más baja y se desprendiera<br />

automáticamente la candela para que la gente la viera y se interesaran en recogerla.<br />

Por eso es que se asegura, que el mundo se envolverá en llamaradas, cuando<br />

la gente deje de confiar en Dios Todopoderoso y éste como castigo, permita que el<br />

Diablo se adueñe definitivamente de la candela.


EL ORIGEN DE LOS CARIBES<br />

Cuando yo era muchacho, me contaba mi abuela Chica Franco, quien murió<br />

casi a los cien años y la mayor parte de su vida la pasó ejerciendo el oficio de<br />

caminanta (mujer que iba por distintos sitios a pie vendiendo productos del campo o<br />

del mar) y quien fue hija de Teodora Núñez, también caminanta y de los Núñez de El<br />

Portachuelo de Tacarigua, de la misma cepa de los de Palguarime y El Poblado; que<br />

ella escuchaba relatar a sus antepasados, que los primeros pobladores de Margarita<br />

fueron los Gueicos o Guaicos, gente muy buena, noble y trabajadora, y que a sus<br />

princesas o guarichas las llamaban Guaicoras. Que una vez una Guaicora virgen se<br />

empreñó sin haber tenido contacto con varón de este mundo. Que cuando se lo<br />

comunicó a sus familiares todos dudaron de lo que estaba diciendo y la sometieron a<br />

escarnios y a privaciones y la amenazaron con quemarla viva. Que ante sus lágrimas<br />

y sus súplicas suspendieron la pena y reunieron las juntas de ancianos y de ancianas<br />

y estas empezaron a comunicarse con el padre Sol y con la madre Luna, hasta que<br />

por medio de¡ mensajero Viento tuvieron la revelación de que estaba preñada de<br />

Mandinga, el más malo de los siete diablos, amo de¡ ruido y creador de las tinieblas.<br />

Que siguiendo el mandato de sus Dioses, esperaron las nueve Lunas que ordena la<br />

preñez y al término de ellas, en una mañana de truenos y relámpagos vieron<br />

presentarse el parto. Que la pobre Guaicora parió un monstruo nunca visto por ojos<br />

de gentes y que por su causa entregó su alma al más allá. Que todos los que tenían<br />

uso de razón contribuyeron con una "estilla" para quemar el monstruo y santificar la<br />

Isla.


Que cuando ya estaba bien quemadito y carne y leña formaban una sola<br />

ceniza, se presentó a distancia un enorme remolino, de los llamados mandinga, el<br />

cual, vino dando vueltas y vueltas y más vueltas y requetevueltas hasta caer sobre la<br />

ceniza que levantó por lo más altísimos elementos hasta que ojos humanos dejaron<br />

de mirarlas. Que después de algún tiempo fueron bajando las cenizas y donde quiera<br />

que cayeron, los indios se fueron haciendo malos, sanguinarios y aventureros y por<br />

eso los otros indios los fueron llamando Caribes, que era como decir tocados de<br />

Mandinga, el Diablo más malo de todos los Diablos. Que por muchas generaciones<br />

ambos grupos vivieron separados y sin comunicarse, pero que con el tiempo fueron<br />

poco a poco uniéndose y dando origen a una nueva raza que empezó a conocerse<br />

como "Guaiquerices" que equivalía a cruzadas o "entrevaraos". Que estos<br />

Guaiquerices heredaron lo bueno de los Guaicos y lo aventurero de los Caribes,<br />

dominaron la Isla y se regaron por muchas partes de la Costafirme.<br />

Una historia, aunque no igual, pero parecida, se la he oído narrar en los últimos<br />

tiempos al Profesor Jesús Manuel Subero, quien dice habérsela escuchado al célebre<br />

"Manote", último piache Guaiquerí que vivió en la Isla de Margarita.


EL ORIGEN DE GUAICOS Y GUAIQUERIES<br />

Según las más viejas creencias, que se remontan a siglos y más siglos, los<br />

Guaicos fueron los Guaicos y los Guaiqueríes son los Guaiqueríes.<br />

Los Guaicos fueron primero y los Guaiqueríes fueron después.<br />

Los Guaiqueríes son "entreveraos", es decir: formados de Guaicos y de Caribes,<br />

con sangre de unos y otros.<br />

Los Caribes fueron engendrados sin querer, por hembra Guaica y el espíritu<br />

perverso de Mandinga.<br />

Los Guaicos fueron hijos del padre del Sol y de la madre Luna.<br />

Los primeros Guaicos vinieron del cielo, traídos en alas de su pariente del<br />

viento, y cayeron como gotas de lluvia dentro de las aguas saladas de la mar.


En el fondo de la mar se reconfortaron y se agigantaron, y cuando salieron a<br />

flote ya estaban aclimatados y buscaron la tierra para mejor vivir.<br />

Los Guaicos después de andar y desandar errantes por uno y otro lado se<br />

aposentaron definitivamente en la Paraguachoa milenaria, porque encontraron en ella:<br />

tierras pródigas y exuberantes, playas benignas y mares riquísimos, donde laborar y<br />

multiplicarse.<br />

Los Guaicos obtuvieron la luminosidad o claridad mental del padre Sol, La<br />

inquietud y las quisquillosidad de la madre Luna, la destreza y sagacidad de su<br />

pariente el viento, y se dotaron de la fortaleza y perseverancia de las aguas de la mar<br />

que los acogió en su seno.<br />

Por eso los Guaicos fueron buenos, sagaces, valientes, diestros, estrategas,<br />

generosos, nobles y aventureros.<br />

Los Guaiqueríes heredaron mucho de sus antepasados los Guaicos y muy poco<br />

de los Caribes perniciosos.<br />

!Menos mal!...


EL ORIGEN DE LA LOZA<br />

El Cercado es quizás uno de los pueblos más viejos de Margarita.<br />

Muchísimo más viejo que la llegada de los españoles. Primero se le llamó<br />

Guaitoroco. Después "Pueblo de Olleros" y más tarde El Cercado.<br />

En el pueblo de El Cercado, desde los tiempos más remotos han trabajado el<br />

barro para hacer la loza, llamada también cerámica.<br />

Se cuenta que los primeros pobladores carecían de ollas donde cocinar y no<br />

comían sino frutas y asados. Las piedras les resultaban duras para labrarlas y<br />

pesadas para el fuego, y los envases de taparo no tenían la resistencia necesaria<br />

para soportar el calor. A cada momento se lamentaban de su tragedia y le pedían a<br />

sus Dioses que les proporcionaran las maneras de hacer envases para cocinar. Hasta<br />

les ofrecían sacrificios humanos con tal de conseguirlo.


Se dice que una doncella que ya estaba preparada para el sacrificio, tuvo en<br />

sueño una revelación que le decía: "que tomaran el ejemplo de los "yares", avispitas<br />

del monte que elaboraban cazuelitas y tinajitas para anidarse y guarecer sus críos".<br />

Desde ese momento empezaron a amasar el barro y a imitar a los "yares",<br />

elaborando piezas de mayor tamaño; pero no podían cocinar nada en ellas porque se<br />

les destrozaban en el primer intento. Idearon ponerlas al Sol por varios días y aunque<br />

consiguieron mayor consistencia tampoco les fue lo suficiente para lo que aspiraban.<br />

Entonces decidieron someterlas al fuego y lograron una resistencia aceptable.<br />

Al caer de una tarde, la más anciana del lugar, escuchó una voz celestial que le<br />

anunciaba: "que ya el milagro estaba consumado y que no era necesario el sacrificio<br />

de sangre humana porque los Dioses no lo permitirían. Alborozados le dieron libertad<br />

a la doncella cautiva y comenzaron a fabricar piezas de todas formas y tamaños, no<br />

sólo para su utilería sino para negociar con otros pueblos de la Isla y hasta de<br />

regiones lejanas.<br />

Desde entonces se estableció en El Cercado, la artesanía del barro, que ha<br />

recorrido a muchos pueblos y ciudades, dándole fama y prestigio a la comunidad que<br />

las produce.


EL ORIGEN DE LAS MARAS<br />

El tejido de las maras no es invento de mortales. Se dice que cuando<br />

Paraguachoa no había sido pisada por planta extraña, vivía entre Guay-Atamo y<br />

Guacuco-Patar una doncella que había nacido en una noche de truenos y de<br />

relámpagos y que todos por cariño se habían acostumbrado a llamarla Ara-Aña-Mara.<br />

Que había crecido como la flor silvestre y recibía constantes mensajes de¡ Sol, de la<br />

Luna y del Viento, que transmitía sin dilación hasta todos los suyos.<br />

Que todos la querían porque vivía en una conjunción de paz y santidad y salían<br />

de sus manos los más finos encajes para adornar altares y sepulcros.<br />

Que estuvo entre los suyos hasta que en una tarde a la hora del Véspero se encentró<br />

en la montaña y ojos humanos no volvieron a mirar su regreso. Por muchos Soles y<br />

por muchas Lunas estuvieron llorándola y aunque las lágrimas aumentaron las aguas<br />

y humedecieron los suelos no consiguieron volverla a contemplar.


Pasado mucho tiempo, una mujer longeva y su nietico imberbe, vieron entre el<br />

ramaje frondoso de un olivo la silueta de Ara-Aña-Mara, que flotaba en el aire y con<br />

trenzas celestes iba tejiendo un paño nunca visto. La noticia voló como clarinada.<br />

todos empezaron a correr hacia el sitio y a imitar el tejido, no con trenzas celestes<br />

porque no las tenían, sino con bejucos, cortezas y raíces del monte. Cuando se<br />

percataron todos movían sus manos y tenían un nuevo arte. Hacían objetos que les<br />

facilitaban la conducción de los productos del mar y de la tierra. Y poco a poco se<br />

fueron dando cuenta que era Ara-Aña-Mara que había sido enviada por sus padres a<br />

proteger los suyos para que hicieran más liviana y llevadera la vida.<br />

Desde entonces se cimentó la artesanía de las maras de Atamo y Sabana de<br />

Guacuco.


EL ORIGEN DE LOS MAPIRES<br />

Arimacoa era una india ensoñadora. La más ensoñadora de todas las indias de<br />

la época del plenilunio. De la noche a la mañana se convirtió en la madre de la<br />

destreza o de las habilidades. Sus dominios fueron tan grandes que ocuparon toda la<br />

parte Norte de la Paraguachoa. Su morada estaba al pie de una montaña y muy cerca<br />

de la orilla del mar.<br />

De allí que sus colores favoritos eran el verde y el azul. Su símbolo principal la<br />

Carana o Palmera de monte.<br />

Enseñó a los suyos a entrelazar los gajos de la palma o cogollo recién abierto<br />

de las caranas cortadas en menguante, secadas con los rayos del Sol del mediodía y<br />

blanqueadas con el sereno de las noches veraniegas. Pacientemente fue diciendo<br />

como se hacían los manares para cernir la catebía; como se elaboraban los manires<br />

y los mapires para prensar la yuca rallada y extraerle la catara, y como se fabricaban<br />

los macutos para cargar desde las distancias, las cosas más diversas.<br />

Manares, manires, mapires y macutos ponían a funcionar la destreza<br />

inigualable de sus dedos largos y secos como las patas de las arañas tejedoras.


Una noche de fiesta, cuando la Luna enseñaba la fase de su Cuarto<br />

Menguante, Arimacoa entregó su alma al creador de todas las especies. Su cuerpo<br />

fue envuelto en caranas recién cortadas y ataviado con manares, manires, mapires y<br />

macutos y entregado a la tierra de donde había venido.<br />

Nadie supo como, ni cuando ni donde obtuvo el secreto de la destreza de sus<br />

manos, pero enseñó a los suyos la artesanía de la carana o palmera de monte.<br />

Los manares, los macutos y los manires la lloraron al ir desapareciendo, pero<br />

los mapires la añoran cada vez van logrando traspasar la barrea del tiempo...


ORIGEN DE LOS CHINCHORROS<br />

Allá por los años lejísimos; cuando el mundo por mandato de Dios se hizo trizas<br />

y uno de ellos se transformó en la tierra de los primeros Guaicos, que se tornó fértil y<br />

empezó a poblarse de gente habilidosa. Tamoco, el amo de los siete fríos y de las<br />

cosechas prodigiosas, fue el encargado de vigilar desde lo alto, los predios de<br />

Arimacoa.


Iba de pitache en pitache haciendo amistad con sus parientes Cupey,<br />

Guaitoroco, Moreche y Kajambo, hasta terminar su recorrido, amparado por las luces<br />

del Sol o de la Luna.<br />

Su morada la tenía donde las brisas del Norte se sentían más deliciosas. Con<br />

las guindas de güire, de tagua y de copey, y los bejucos de querere y las conchas de<br />

las matas correosas, hacía sus hamacas para dormir la siesta. Nadie más hábil para<br />

imitar a los chochos y a las pespeces hasta en su columpiar entre las ramas en sus<br />

nidos colgantes. Decía que de estos animalitos había aprendido la misteriosa forma<br />

de hacer sus camastros de vaivenes.<br />

En las noches serenas soñaba con sus antepasados, que le insinuaban como<br />

perfeccionar su invento. Del algodón silvestre empezó a tejer hebras y más hebras y a<br />

entrelazarlas con arte y con paciencia hasta conseguir elaborar más suave y cómodo<br />

su paño de dormir. Le fue adaptando soportes cabezales que llamó maniguetas y<br />

adornos laterales que denominó flecos. Enseñó a los de su región a elaborar el tejido<br />

cada vez más perfecto. Desde entonces todos sus descendientes de la llanada del<br />

Norte, siguieron realizando el tejido de la primitiva prenda.<br />

Con el andar M tiempo a los descarralados, -de malla o de cairel-, se les llamó<br />

chinchorros, por creerse que eran la mapa para anidas a las impertinentes chinchitas<br />

de los montes.


EL ORIGEN DE PARAGUACHI<br />

Paraguachí: nombre de un pueblo.<br />

Paraguachí: nombre de una región.<br />

Paraguachí: capital del Municipio Antolín del Campo, anteriormente parte del<br />

Distrito Arismendi del Estado Nueva Esparta.<br />

Paraguachí: denominación que se daba primitivamente a todo el valle que iba a<br />

terminar en la ensenada por donde desembarcó el "Tirano Aguirre" y sus marañones.<br />

Paraguachí: para los que han ido a la escuela o han leído libros de historia<br />

margariteña, significaba, en el habla guaiquerí "Abundancia de langostas”


Paraguachí: para mucha gente del pueblo que sólo han venido escuchando la<br />

lección oral transmitida de generación en generación, fue la primera expresión oída<br />

por los españoles al pisar la playa de las langostas; cuando los nativos, recelosos y<br />

asombrados, corrían despavoridos gritando: "paraguachí - paraguachí - paraguachí".<br />

Paraguachí: para algunos otros, ilustrados o no, Paraguachí o simplemente<br />

Guachí, era el nombre de un cacique aborigen establecido en esas regiones, donde<br />

dejó enraizado su nombre para la posteridad.<br />

A Paraguachí, se le ha cambiado oficialmente el nombre dos veces: primero, por<br />

el de San José y después, por el de La Plaza, pero ninguno de los dos se pudo<br />

perennizar.<br />

En Margarita no se les dice a los nativos o habitantes de Paraguachí:<br />

paraguachiences, paraguachieños ni paraguachieros, sino normal y corrientemente,<br />

"paraguaneros".<br />

Paraguachí; sigue siendo uno de los valles más fértiles y productivos de<br />

Margarita.<br />

Paraguachí: expresión que debe conservarse pura, como homenaje a nuestros<br />

antepasados.


LA HISTORIA DEL SERRUCHO<br />

El serrucho es uno de los instrumentos cortantes más viejos en el mundo. Pero<br />

nunca más viejo que el machete; pues se tiene entendido que la labranza fue primero<br />

y después la carpintería.<br />

Se cuenta que cuando Dios hizo al hombre y a su compañera y les dio uso de<br />

razón, les fue proporcionando todos los medios para que subsistieran. Les presentó<br />

las frutas, las raíces y las cañas dulces: las frutas para que las comieran maduras; las<br />

raíces, asadas y sancochadas, y las cañas dulces, como mejor les parecieran, y les<br />

puso en la mente, como hacer el machete para que cortara unas y otras.<br />

El hombre con el machete fabricó el trapiche para exprimir las cañas dulces y<br />

aprovechar más y mejor su jugo o guarapo.<br />

El hombre y su compañera vivieron felices mientras no apareció el Diablo, que<br />

los fue tentando para que hicieran cosas malas. Pero Dios siempre cuidaba a sus<br />

criaturas, a pesar de que cuando se descuidaba caían en la tentación que el Diablo<br />

les tramaba.<br />

El primer trapiche que fabricó el hombre fue de una sola palanca y el Diablo se<br />

lo aprovechaba para, en cualquier descuido, molerle las cañas y beberle el guarapo.<br />

El hombre no encontraba que inventar para deshacerse M Diablo. Pero Dios,<br />

que siempre lo protegía, le ordenó que le aumentara la espiga a la masa de¡ centro, y<br />

le tendiera de la punta dos palancas y se las aguantara con un travesaño para que el<br />

Diablo se ahuyentara, por temor a la cruz que iba a quedar formada.<br />

El hombre lo hizo tal y cual Dios se lo había ordenado.<br />

Cuando el Diablo regresó a beber el guarapo, no pudo entrar porque miró la<br />

cruz en el trapiche. De lejos se puso a gritarle al hombre que rompiera ese bicho y lo<br />

pusiera como estaba que era mejor y más liviano, tanto para él como para el burrito<br />

que lo ayudaba. Pero el hombre no le hizo caso.<br />

El Diablo de la rabia que cogió tomo el machete que Dios le había<br />

proporcionado al hombre y le fue rompiendo el filo, dejándole una gran cantidad de<br />

dientes de todos los tamaños y luego se perdió dando alaridos.<br />

El hombre que pacientemente lo estuvo observando a distancia, cogió el<br />

machete y después de contemplarlo largamente, lo fue rozando por sobre la madera,<br />

percatándose que así cortaba más y mejor. Entonces le dio las gracias al Diablo<br />

riéndose de él a carcajadas.<br />

Y de allí nació, precisamente, el serrucho.


EL SOL DE LOS NIÑOS DE ANTES<br />

Para los niños margariteños de¡ tiempo de antes, sobre todos para los<br />

campesinitos, pobres y sin preparación, el Sol era una gran lámpara sujeta a la<br />

primera capa del cielo; hecha por el Dios Todopoderoso y conducida por el mismo<br />

Dios todos los días, de Naciente a Poniente, para que alumbrara la Tierra, la purificara<br />

con su luminaria y le diera el calor necesario para que pudieran vivir en ella las<br />

personas, las plantas y los animales.<br />

Según la misma creencia, esa gran lámpara era encendida todas las mañanas,<br />

sobre las aguas del mar, por el mismo Dios con todo su poder y conducida con sus<br />

propias manos de un extremo a otro hasta que la apagaba en la tardecita entre las<br />

aguas del mar.<br />

El calor de la luz del Sol se sentía con menor furor durante las primeras y las<br />

últimas horas del día porque eran cuando sus rayos caían del soslayo sobre la Tierra.<br />

Después de Dios. sólo las nubes y la lluvia tenían el poder de calmarle el furor al<br />

Sol.


El regreso del Sol lo hacía el mismo Dios durante las noches, conduciéndolo<br />

bien apagado para que nadie pudiera mirarlo y asombrarse con el porque iba sin luz y<br />

sin reflejos.<br />

Quién acertara a mirar el Sol durante el recorrido de la noche, de la impresión<br />

que recibía, estaba expuesto a volverse loco y a no recobrar el conocimiento más<br />

nunca.<br />

Se aseguraba que el Sol duraría haciendo su recorrido diario hasta que la gente<br />

fuera buena y creyente, pero el día que se convirtieran el malos y desobedientes a los<br />

mandatos del Dios Todopoderoso, este como castigo dejaría de prender la luz del Sol<br />

para que el mundo se fuera acabando lentamente sin que nada ni nadie pudiera<br />

evitarlo.<br />

Para los niños de ahora el Sol tiene otro significado.


LOS AMORES DEL SOL Y LA LUNA<br />

Cuando papá Dios estaba creando al mundo, hizo la tierra y las estrellas y vio<br />

que algo le faltaba y formó el Sol y le dio vida y le ordenó que alumbrara por todas<br />

partes.<br />

Mucho tiempo estuvo el Sol alumbrado a la tierra a todas horas, pero papá Dios<br />

se dio cuenta que lo hacía con desgano. Comprendió que el Sol no estaba a gusto por<br />

su soledad y decidió formarle algo que le hiciera compañía y le diera alegría.<br />

Entonces, con un pedazo de Sol, papá Dios formó a la Luna y le dio vida y se la<br />

puso al costado y eso bastó para que el Sol se sintiera a gusto y siguiera junto con la<br />

Luna alumbrando cada vez más alegre y más risueño.


En una ocasión, la Luna orgullosa, arrogante y presumida quiso alumbrar más<br />

que el Sol y este se enojó tanto que la llamo al orden y le pidió que fuera más<br />

prudente y más condescendiente y menos descarada y que tomara en cuenta que<br />

papá Dios la había formado con lo que a él le había quitado y le había dado vida pero<br />

para que como parte de su ser, fuera su compañera y le obedeciera y no para que<br />

hiciera lo que a ella le viniera en ganas.<br />

La Luna faramallera y presuntuosa no quiso obedecer ni aceptar los consejos<br />

del Sol y le dijo que ella era libre y podía hacer lo que le placía y desde entonces se<br />

entabló una lucha entre el Sol consejero y la Luna desobediente.<br />

El Sol nuevamente trató de convencerla y de persuadirla diciéndole que papá<br />

Dios la había formado para que le hiciera compañía y no para lo que ella quisiera<br />

hacer, pero la Luna ensoberbecida no quiso entrar en razón.<br />

De allí que el Sol, no encontrando más que hacer y como para castigarle la<br />

infamia, le fue arrebatando poco a poco los rayos que papá Dios le había quitado a él<br />

para dárselos a ella y la fue dejando casi sin reflejos.<br />

La Luna viéndose opaca lloró desesperadamente e imploró al Sol que le<br />

devolviera su luminosidad pero el Sol se negó rotundamente.<br />

Así fue como empezó el rompimiento entre el Sol y la Luna y uno quedó<br />

alumbrando el día con todo su esplendor y la otra la noche con escasos reflejos.


EL LUCERO DE LA MAÑANA<br />

No hay quién no conozca el Lucero de la Mañana.<br />

No hay quién no sepa que el Lucero de la Mañana es el último que se apaga en<br />

la bóveda celeste.<br />

Lo que si desconoce mucha gente, es la causa por la cual el Lucero de la<br />

Mañana es el último que se apaga, y es lo que queremos contarles ahora, tal y cual<br />

nos las han contado personas que saben más que nosotros, porque supieron ponerle<br />

atención a todo lo que dijeron sus antecesores.<br />

Se dice que cuando papá Dios empezó a formar el mundo e hizo al Sol y a la<br />

Luna para que se acompañaran mutuamente, les formó también un lucerito para que<br />

les sirviera de escolta; pero cuando el Sol y la Luna comenzaron sus amoríos,<br />

decidieron transformar el lucerito, de escolta en padrino, y desde entonces el lucerito<br />

se convirtió en un fielísimo guardián, oficio que desempeñaba con el más grande de<br />

los contentos.<br />

Así anduvieron por tiempos y más tiempos hasta que el Sol disgustado con la<br />

Luna, por sus continuas desobediencias y entrometimientos, resolvió separarse<br />

definitivamente de ella y hasta despojarla de la luminosidad que papá Dios le había<br />

pedido que le concediera.


Entonces el lucerito compadecido de lo que le estaba pasando a la pobre Luna,<br />

resolvió quedarse con ella para servirle de consuelo aunque fuese andando siempre a<br />

su lado, así se burlaran de él los demás luceros de¡ firmamento.<br />

De allí que esa es la causa por la cual el Lucero de la Mañana es el último que<br />

se apaga o lo que es lo mismo, el último que se queda con sus ojos abiertos, afín de<br />

poderle avisar a la Luna el regreso del Sol, para que se esconda aunque sea entre los<br />

nubarrones o se tire entre las aguas de la mar y evite el castigo de¡ implacable<br />

enemigo.<br />

Y es por ese motivo que se le conoce como lucero de la Mañana; pero como<br />

aquí en margarita no hay a lo que no le pongan apodos, al Lucero de la Mañana, lo<br />

han dado en llamar "El Arepero", porque era el que le servia de guía o de reloj a las<br />

mujeres que se levantaban tempraneras a elaborar las sabrosísimas y populares<br />

arepas.


LA TROMPETA DE SAN JERONIMO<br />

San Jerónimo es un Santo y es un Ángel.<br />

San Jerónimo es un Ángel porque Dios le puso alas para que pudiera volar.<br />

San Jerónimo viste una túnica color de cielo y unas botas color de armiño. luce<br />

una cabellera tinta y de su cuello pende un collar de perlas santificadas.<br />

San Jerónimo tiene todos los poderes que Dios le dio.<br />

Los poderes de San Jerónimo son los de andar y desandar todo el mundo,<br />

siempre por los elementos, anotando todo lo bueno y todo lo malo para decírselo a<br />

Dios.<br />

San Jerónimo carga en una mano una trompeta maravillosa y en la otra unos<br />

papeles sagrados que sólo él y Dios los saben entender.<br />

La trompeta de San Jerónimo es refulgente, larguísima y con tres bocas.<br />

Con una anuncia las cosas buenas, con otra las cosas regulares y con la otra<br />

las cosas malas.<br />

El toque de las cosas buenas es alegrísimo.<br />

El toque de las cosas regulares es medio alegre y medio triste.<br />

El toque de las cosas malas es triste y melancólico.


Sólo en las noches totalmente serenas puede escucharse la trompeta de San<br />

Jerónimo.<br />

Son muy pocos los que han tenido el don celestial de escuchar los toques de la<br />

trompeta de San Jerónimo.<br />

San Jerónimo nunca ha dado el último de sus toques.<br />

Cuando San Jerónimo del último de sus toques, el mundo se acabará.<br />

Empezará a arder por el Naciente. El Sol y la Luna se mirarán juntos como dos<br />

pelotas de fuego; se ocultarán las estrellas, se rasgará el cielo en pedazos, habrá un<br />

ruido infernal y terminará en un abrir y cerrar de ojos todo signo de vida. No quedará<br />

piedra sobre piedra, ni un alma para contar el cuento, porque a las tres veces no hay<br />

perdón.<br />

Y como esta escrito: el mundo se acabó primero en viento, después en agua y<br />

ahora se acabará en candela.<br />

!Ave María purísima sin pecado original concebida!.....


EL DIABLO EN MARGARITA<br />

En la Isla de Margarita hay Diablos por todas partes. En el mar y en la tierra y<br />

hasta en la boca de la gente. Los hay de todos los tamaños: grandes, medianos y<br />

pequeños. Se encuentran en las calles, en los conucos, en las casas, en los barcos y<br />

aunque muchos lo pongan en duda, hasta dentro de las Iglesias. lo mientan a toda<br />

hora y en todos los sitios y quizás por eso es que a los margariteños, fuera de la Isla<br />

los llaman "hijos er'diablo".<br />

El Diablo en Margarita lo pintan con cara y brazos de mono, colmillos de<br />

verraco, orejas de burro, rabo de toro, uñas largas y ganchudas, cachos enormes en<br />

la frente, cuerpo de gente pero peludo y patas larguísimas y canillonas, terminadas en<br />

pezuñas como cabra, capaz de resistir el calor más intenso y bailar entre la candela.<br />

Se asegura que el Diablo vive en las "quintas pailas de¡ Infierno" de donde sale<br />

para andar y desandar por todas partes, metiéndose y entremetiéndose en todo y<br />

tentando a las criaturas para que cometan cosas malas.


Se dice que el Diablo fue un ángel de la Corte Celestial de Dios, que se reveló<br />

contra éste, quién lo maldijo y lo expulsó de su Santo Reino y Gloria para que vagara<br />

por todo el mundo y no pudiera vivir sino entre las fogaradas de azufre de los<br />

Infiernos. Desde entonces el Diablo le cogió pavor a la cruz que no la puede ver "ni<br />

formada ni pintada".<br />

Para contrarrestar los poderes del Diablo se recomienda creer mucho en Dios y<br />

en el Espíritu Santo, en María Santísima y en todos los Santos y Santas del cielo y<br />

ser bueno de alma y corazón.<br />

En Margarita también se le da al Diablo otros nombres, como: Diantre,<br />

Pecadomalo, Mandinga, Demonio, Uñón, Bichofeo y Satanás; y cuando el tiempo está<br />

malo se atribuye a que es porque el Diablo anda suelto.<br />

Después de Dios el único que pudo vencer al Diablo fue San Miguel Arcángel,<br />

quién lo tumbó con un golpe de cruz, lo puso abajo, le colocó un pie en el pescuezo,<br />

lo hizo abrir la boca y sacar la lengua, despabilar los ojos, afligírsele la cara,<br />

ensuciarse de ñoña y pedirle perdón.


LAS BOLAS DE FUEGO<br />

Las bolas de fuego eran pelotas de candela, grandes y redondas, que en las<br />

noches oscuras pasaban por los elementos. A las pequeñitas no las llamaban bolas<br />

de fuego, sino simplemente pajuelas.<br />

Cuando niños veíamos pasar las bolas de fuego por todas las direcciones: hacia<br />

el Norte, hacia el Sur, hacia el Naciente y hacia el Poniente. Tan pronto las<br />

mirábamos como tan pronto desaparecían, porque la velocidad que llevaban era<br />

grandísima.<br />

Las viejas al mirar las bolas de fuego se persignaban y obligaban a los demás a<br />

que se hicieran, cuando menos, la señal de la cruz.<br />

Al pasar las bolas de fuego todas las personas que acertaban a mirarlas se<br />

alarmaban, y decían a un mismo tiempo, como en una letanía: "Ave María Purísima<br />

sin pecado original concebida" y repetían por un largo rato una y otra vez: "en la mar y<br />

no en la tierra, en la mar y no en la tierra, en la mar y no en la tierra"...


Se comentaba que las bolas de fuego eran pedazos de candelas que el mismo<br />

Diablo en persona arrojaba desde los Infiernos para acabar con el mundo de Dios y<br />

que si las bolas de fuego acertaban a caer en la tierra todo ardería en un santiamén<br />

como paja retostada, y por eso la gente, la mandaban a la mar.<br />

También se aseguraba que las bolas de fuego eran el alma del Tirano Aguirre<br />

que en penas recorría todo el mundo para asustar a los mortales.<br />

La mayoría de las personas sostenían, que las bolas de fuego al caer en la mar,<br />

se apagaban, pero dejaban escuchar, hasta en las partes más distantes, un estruendo<br />

grandísimo y aterrador, como el que desprenden los truenos a tempestades.<br />

Mientras que otros se limitaban a predecir que tiempos de bolas de fuego eran<br />

tiempos malos, en todas las formas y de todas las maneras.<br />

A las bolas de fuego, parece que ahora les dan otros nombres...


EL CAMINO DE LA GLORIA Y EL CAMINO DEL INFIERNO<br />

Los mitos y las creencias margariteñas, con el andar del tiempo, se han ido<br />

extinguiendo paulatinamente, pro con todo y eso, quedan tantos y tan variados, que al<br />

ponernos a recogerlos nos da la impresión de que no vamos a tener tiempo de<br />

seleccionar, ni siquiera los más popularizados.<br />

Los viejos creían mucho en el camino de la Gloria y en el camino del Infierno.<br />

Aseguraban que ambos existían y que no eran simples cachos de camino, ni<br />

invenciones de herejes para engañar a inocentes.<br />

De unos a otros se trasmitían de generación en generación, lo que habían<br />

aprendido de sus padres y de sus abuelos, o lo que habían oído decir a otras<br />

personas.<br />

Los ancianos corroboraban sus dichos con una seguridad insoslayable, como si<br />

hubieran sido testigos de los hechos, aunque dejaban escapar una ligera<br />

incertidumbre al manifestar: que eso lo habían escuchado decir a sus antepasados,<br />

de quienes no se podía dudar, porque habían estado más cerca de los hechos y de<br />

sus orígenes.<br />

- De que el camino de la gloria y el camino del Infierno existen, existen; eso no lo<br />

puede negar nadie - , decían. - Muchos son los que en un abrir y cerrar de ojos han<br />

ido al otro mundo y los han visto; han trajinado por ellos y han venido a dar<br />

explicaciones necesarias de como son - .


- Algunos lo han hecho simplemente en espíritu. Otros en sueños. Otros con<br />

revelaciones o hablando directamente con personas de brío, nacidas con el don de<br />

conversar con los del más allá del mundo terrenal.<br />

- Ha habido también quienes regresaron del otro mundo, tras de haber vuelto en<br />

sí de una pataletera y al término de una largo rato sin respiración y sin pulso. Y lo<br />

hicieron, porque no los necesitaban o porque los habían llamado equivocadamente.<br />

La manera más característica de describir el camino de la Gloria y el camino de¡<br />

Infierno, era entrelazando los dedos de las manos y diciendo:<br />

- Vean pues, Dios nos da para todo. Hasta en el cuerpo nos ha puesto conque<br />

dar los ejemplos. El de arriba, por donde quedan levantados la mayor parte de los<br />

dedos, es el camino de¡ Infierno: con sus pedreguyeros y espineros, sus<br />

empalizadas, sus altibajos y recovecos, que son las penalidades ; por ahí pasan los<br />

diablos y sus secuaces, y los que han sido perversos y malos en la tierra. El otro, o<br />

sea el que queda entre las palmas de las manos, es el camino de la Gloria que como<br />

se ve, es más liso y pasajero, menos pedregoso y con pocos inconvenientes; por el<br />

pasan los santos y santas, ángeles y arcángeles y todos los que han sido buenos de<br />

verdad, aquí en la tierra.<br />

Así indicaban los viejos, con toda la ingenuidad que les caracterizaba, la<br />

existencia M camino de la Gloria y del camino del Infierno.<br />

No sabemos porque lo hacían así, ni porque lo creían, pero si sabemos que más<br />

de uno y en diferentes ocasiones, lo describían de esa manera...


EL ALMA DE CANCHUNCHÚ<br />

Ayer soñé con Canchunchú... Soñé que venía bajando, con sus pies de ninfa<br />

reconfortada y su perfume de azahares recién abiertos, por sobre las aguas cristalinas<br />

de un riachuelo de ensueños. Que era encantadora, escultural y esbelta como las<br />

palmeras de sus montes sagrados. Con los ojos saltones y la melena tinta<br />

desprendiendo una musicalidad angelical al vaivén de la brisa mañanera. Que traía<br />

racimos sazonados de frutos escogidos y mil flores silvestres que adornaban su<br />

bronceado cuerpo. Que no necesitaba esconder nada porque la lujuria, la morbosidad<br />

y el erotismo no tenían asidero en su reino de gloria.


Soñé que me decía en un lenguaje raro que ella misma me enseño a traducir:<br />

"Nací en estos encantadores bajos de El Tamoco santificados por el Dios Arimacoa,<br />

padre de la fertilidad, antes de que el conquistador foráneo posara sus dilatadas botas<br />

sobre el vientre fecundo de la madre Paraguachoa y mancillara nuestra virginidad.<br />

Vivíamos en sana paz, predicábamos el amor, la concordia y la confraternidad. Allí en<br />

el mismo sitio santificado por los huesos de nuestros antepasados, donde<br />

construyeron el templo del Dios Todopoderoso que aceptamos entre temor y halagos,<br />

pero que no nos arrepentimos porque Dios siempre es bello, es hermoso y es grande,<br />

teníamos nuestro santuario, donde adorábamos la clara luz del día con su irradiante<br />

foco caminante y la luna cambiante de las noches tranquilas, y contábamos nuestras<br />

cuitas al mensajero viento y oíamos latir el corazón M mundo en las aguas saladas<br />

del mar que nos unía a los hermanos de los ríos, de las llanuras y de los altos<br />

páramos. Allí en ese mismo sitio veníamos enterrando los corazones que dejaban de<br />

latir por mandato del creador de la vida; búscalos y encontrarás vestigios de ellos sin<br />

que mucho te maltrates tus manos ni enturbies tu conciencia, y entonces quedarás<br />

convencido de la revelación de los muertos"...


EL ESPANTO DE LOS HATOS<br />

Quién se ponga a recoger mitos y creencias en Margarita no acabará nunca. En<br />

cada ciudad, en cada pueblo, en cada caserío, en cada barrio por pequeño que sea,<br />

hay por montones. Se consiguen en las veredas, en los conucos, en las playas, en los<br />

recodos de los caminos, por los cerros y en las llanadas.<br />

Se dice que en el camino que está entre Altagracia (antiguamente Los Hatos) y<br />

Pedrogonzález, salía un espanto con un tizón y un gato. Que lo veían hasta de<br />

cerquita. Que observaban cuando el tizón se movía. caminaba, marcaba círculos,<br />

curvas y rectas en el aire. Que escuchaban cuando el gato maullaba. Que lo sentían<br />

cuando corría y lo veían cuando saltaba y se perdía entre los matorrales.<br />

La aparición se le atribuía a espíritus condenados. A almas en penas. A gente<br />

que no pudieron llegar al cielo. Se hacían miles y miles de comentarios. Pero se<br />

aseguraba que lo de¡ espanto era verdad.<br />

Se comentaba que en épocas muy remotas, precisamente cuando los españoles<br />

empezaron a adueñarse de estas tierras, hubo un señor apellidado Suárez, que le<br />

hizo grandes servicios al Rey con sus bienes y su persona. Que el Rey resolvió<br />

pagarle esos servicios con los parajes realengos existentes entre las playas de Las<br />

Arenas, Caribe, La Galera y las márgenes del "río grande".


Que ese señor plantó hatos de chivos, de borregos y de reses en esos parajes.<br />

Que tuvo casa en Los Hatos y en Pedrogonzález que ya empezaba a poblarse. Que<br />

acostumbraba ir de un punto a otro en las horas de la noche, a pie, sin farol,<br />

acompañado solamente de un tizón y un enorme gato que le había llegado a la casa y<br />

no le perdía pisada.<br />

Se rumoraba que en uno de esos viajes consiguió misteriosamente la muerte.<br />

Que sus únicos testigos fueron el gato y el tizón. Que los zamuros hicieron un festín<br />

con sus despojos mortales y no hubo quien le diera cristiana sepultura ni siquiera a<br />

sus huesos que durante muchísimo tiempo estuvieron blanqueando sobre la flor de<br />

la<br />

tierra. Que por lo tanto su alma quedó vagando sin poder llegar a la presencia de<br />

Dios.<br />

De allí que se presumía desde tiempos inmemorables , que ese era el espanto<br />

de Los Hatos; y eran muchas las personas que aseguraban haber visto en las noches<br />

oscuras el hombre, el tizón y el gato«, y que sabían que se trataba de un espanto<br />

porque no había a quien no se le engrifara el pelo cuando lo observaban.


EL LEÑADOR SIN CABEZA<br />

El Portachuelo de Tacarigua siempre es noticia. Lo fue, los es y por lo que<br />

vemos lo seguirá siendo. Así le hayan ensanchado la vía, se la hayan modernizado y<br />

hayan acabado con el túnel vegetal que poseía, siempre hablan de los fantasmas y<br />

aparecidos del Portachuelo de Tacarigua.<br />

Lo del leñador sin cabeza, es un cuento de nunca acabar. Se dice que se le<br />

escucha al campanear del machete, el destrozo de las ramas, el crujir de los troncos<br />

al caer y hasta el zumbar de los palos tirados hacia un sitio determinado, y de pronto,<br />

cuando menos lo esperan, la presencia de¡ hombre con el haz de la leña acuesta y el<br />

cole-gallo, veces en la mano derecha y veces en la mano izquierda.<br />

Unos comentan que es negro, alto y musculosos. Otros que es bajito y<br />

rechoncho, o lo que es lo mismo, regordete; mientras que otros aseguran que es<br />

medio indiao, bajito y flaco, pero muy cargador. No tiene sitio, ni día ni hora segura<br />

para salir, ni lo hace tampoco con mucha frecuencia. Primero lo miraban por la<br />

carretera vieja, en las curvas cerradas o por los repechos, cuesta arriba o cuesta<br />

abajo. Bien de la "banda allá" o de la "banda acá". Ahora se pasó para la carretera<br />

asfaltada. Es decir, que está apareciendo nuevamente. Lo que si es verdad es que<br />

todo el mundo asegura, que no le han podido ver la cabeza. Bien porque no la tiene o<br />

porque la oculta debajo del enorme haz de leña que moviliza.


El leñador del Portachuelo en tan antiguo, que algunos viejos afirman, no sólo<br />

que lo miraron, sino que hasta se lo escuchaban mencionar a sus padres y a sus<br />

abuelos y a muchas personas más. Ahora, cuando ya está por terminar el siglo de las<br />

luces, algunos individuos dignos de toda credibilidad, si es que no se han contagiado<br />

con el mentir, juran y perjuran, haberlo visto y hasta escuchado todas sus travesuras,<br />

bellaquerías y marramuncias.<br />

En lo que si coinciden todos los que dicen haberlo visto, o escuchado el<br />

comentario, es que las horas predilectas para las apariciones, son las primeras de¡<br />

anochecer y las del amanecer, sobretodo en las de luna "medio entoldada" y que<br />

nadie se a atrevido acercársele, porque despide un fogaje infernal y un olor azufrado.<br />

Pero hay muchos que se atrevan a ripostar, que lo de¡ muerto leñador de¡<br />

Portachuelo, no son otras cosas sino ilusiones ópticas de los que viven acompañados<br />

por el nerviosismo y que por lo tanto, al Portachuelo de Tacarigua, no hay que temerle<br />

ni tenerle recelo o lo que es lo mismo, miedo, ni de día ni de noche.<br />

Puedan que sean cuentos o cachos de camino, pero lo de¡ muerto leñador de¡<br />

Portachuelo sigue tan campante como en los tiempos de "María Castaña", y hay de<br />

quienes se arriesguen, aunque sea por juguete, contrariar su existencia.


LA APARICION DE MANDINGA<br />

Tacarigüita demográficamente es un pueblito demasiado pequeño, o como<br />

dijéramos en una ocasión: "es la más diminuta de las Tacariguas de Margarita",<br />

remontada hacia la cuesta del llamado Portachuelo, desde donde da la impresión al<br />

viajero de ser la perenne vigilante de sus hermanas más desarrolladas.<br />

Tacarigüita se ha hecho famosa popularmente, no sólo por las peleas de¡<br />

Portachuelo en la época de la Independencia y en las contiendas civiles, ni por su<br />

exuberante vegetación y abundante agricultura, ni por la benignidad de su clima, ni<br />

por la campachanería de sus habitantes, ni por el culto tradicional al Dulce Corazón<br />

de María Santísima o "Virgen de papaché", sino por la serie de fantasmas y<br />

aparecidos que se atribuyen rondar por sus predios, entre los cuales sobresalen: el<br />

conejo brujo, el carro fantasmal del Portachuelo, la dama de las curvas, el leñador sin<br />

cabeza, la chinigua, el muerto cazador, la gallina sacada, la puerca parida, el caballo<br />

desbocado y la aparición de "mandinga" o el mismito Diablo, como suelen decir<br />

algunos.


En Tacarigüita es muy frecuente observar los valores, volantines o papagayos<br />

que tratan de poner en el aire los muchachos en la época de la cuaresma, no tomar la<br />

dirección Oeste, Sur, como es lo más frecuente en otras partes, sino hacia el Norte y<br />

al Este, lo que da pie a la gente para decir, que es la mano perversa de¡ Diablo que<br />

los guía hacia esos rumbos. Igualmente, cuando se presentan las "calderetas" o<br />

remolinos que van como una trompa rebasando con todas las hojarascas, ramas y<br />

hasta los sembradíos menores para llevárselos hacia los elementos; los más<br />

supersticiosos imploran a viva voz al Todopoderoso, para que les aleje a "mandinga"<br />

de esos ¡ares y se los ponga lejos, pero bien lejos, de donde nunca más pueda volver.<br />

Para ellos "mandinga" no es otra cosa sino el mismo Diablo que se presenta en esas<br />

manifestaciones para condenarlos y de paso arruinar sus pertenencias,<br />

especialmente sus sementeras.<br />

Los "Mandingas" son muy frecuentes en Tacarigüita, quizás por la velocidad<br />

desproporcionada que toma el viento al salir por la llamada "Boca del Portachuelo" y<br />

chocar violentamente contra las colinitas que bordean el pequeño caserío. De todas<br />

maneras, la mayoría de los residentes, no creen que son fenómenos naturales sino<br />

apariciones que envuelven misterios del más allá, y por eso al observarlos dicen, sin<br />

mayores rodeos, que son la aparición de "mandinga" o del Diablo en figura de<br />

remolino.<br />

Todavía a estas alturas del siglo XX, hay mucha gente que cree ciegamente en<br />

los fantasmas y aparecidos, y nada ni nadie de este mundo los hace pensar de otra<br />

manera.


LA DAMA DE LAS CURVAS<br />

No nos estamos refiriendo a las curvas anatómicas que se destacan en los<br />

cuerpos bien formados y que se acentúan con el más estilizado caminar,. sino a las<br />

variantes del famoso "Portachuelo de Tacarigua", tanto en el pasado repleto de<br />

misterios como en el presente lleno de imprecisiones.<br />

Se cuenta que de antaño, cuando la vía era bastante angosta y en muchos<br />

trechos tenebrosa debido al túnel vegetal, la gente que se desplazaba desde La<br />

Asunción o que remontaba de Tacarigua, se juntaban en el "Quebrahacho" de La<br />

Otrabanda y en "El Portal de Bernarda", en Tacarigüita, respectivamente, para pasar<br />

el Portachuelo, por temor a los fantasmas y aparecidos que se presentaban a<br />

cualquiera hora de la noche, para alterar los ánimos hasta de los más<br />

"embraguetados", y que una de estas apariciones, era "la dama de las curvas".


De esta enigmática dama, se aseguraba que en más de una ocasión, se<br />

presentó a apuestos caballeros pidiéndoles el favor de que la condujeran en el anca<br />

de su cabalgadura, para tramontar la empinada cuesta, y que en muchas ocasiones<br />

se bajo, sin mediar más palabras, donde a ella mejor le pareció, mientras que a otros,<br />

se les desaparecía misteriosamente, sin saber como ni cuando, dejando en el<br />

ambiente el "asombramiento" de los animales y una gran incertidumbre, que daba a<br />

pensar, que no era mujer de este mundo.<br />

También se dice, que desplazadas las bestias por los automóviles, a más de un<br />

conductor, les pidió una "chivita" por sentirse cansada, pero se les desaparecía M<br />

vehículo, en un abrir y cerrar de ojos; mientras que con otros se bajaba<br />

tranquilamente en la primera casa que al paso conseguían y ni corta ni perezosa, se<br />

despedía con la mayor naturalidad del mundo, al extremo de que un serio profesional,<br />

que la condujo una noche de invierno, le brindó una chaqueta de cuadritos, única en<br />

su estilo, para que amparara las gotas de lluvia que empezaban a caer con mucha<br />

persistencia, pero que al otro día estuvo a punto de desmayarse, cuando supo, que<br />

durante la noche allí no había llegado ninguna dama y la chaqueta había aparecido<br />

como por arte de magia, en el mismito sitio donde la estaba mirando.<br />

Últimamente se ha generalizado el comentario, que hace poco tiempo, un señor<br />

entrado en años, que regresaba de Porlamar, como a las nueve de la noche, en<br />

compañía de su pequeña hija, compadecidos de la jovencita, que pasadas las casas<br />

de La Otrabanda, pedía cola hasta la bajada de Tacarigua, la metieron en el asiento<br />

trasero de¡ automóvil, pero que se iban a morir de¡ nerviosismo, cuando llegados al<br />

sitio que les había indicado, no la encontraron por ninguna parte, ni tampoco la<br />

habían sentido bajarse. Lo que mueve a pensar, que "la dama de las curvas del<br />

Portachuelo de Tacarigua", se mudó para la carretera nueva.


EL CUERO SECO Y EL JINETE SIN CABEZA<br />

Las noches margariteñas no eran todas de embrujos, de ensueños y<br />

recogimiento, muchas veces eran de terror y de miedo, de intranquilidad y de<br />

angustias, de zozobras y de incertidumbres. Los alborotos de las gallinas, los llantos<br />

de los perros, los cantos de las pavitas y de los moriquites y los graznidos de las<br />

guáralas y de los chaures eran generadores de pavor.<br />

El paso de¡ cuero seco y del jinete sin cabeza al filo de la medianoche, era la<br />

tormenta más grande y la pesadilla más horripilante. Oraciones, plegarias, reliquias,<br />

escapularios, y amuletos salían a relucir como medios de salvación, había quienes<br />

hablaban y gesticulaban dentro de los aposentos para darse ánimo y echárselas de<br />

maracones o guapos, mientras que el corazón se les quería salir por la boca. A la<br />

mayoría se les engrifaban los pelos y le maraqueaban las quijadas y hasta les<br />

brotaban fiebres nerviosas.


Se aseguraba que el ruido ensordecedor del cuero seco en las noches serenas,<br />

no era una fantasía más, sino una auténtica realidad, que tenía toda la verdad del<br />

mundo. Que era una penitencia que el Tirano Aguirre pagaba por sus desmanes,<br />

desafueros y atrocidades cometidas en la tierra y por las cuales todo el mundo le tuvo<br />

odio y miedo. Que el cuero iba amarrado a la cola de un caballo infernal que botaba<br />

fuego hasta por la boca, los oídos y los ojos, y relinchaba y caracoleaba como cosa<br />

del otro mundo, y que sobre el caballo iba el jinete sin cabeza. Que ese jinete no era<br />

otro sino el propio Tirano Aguirre que buscaba desesperadamente su cabeza para<br />

colocársela y poder llegar a la presencia de Dios, - porque el Tirano Aguirre había<br />

entrado sin cabeza al Infierno, tal y como lo enterraron, debido a que en un descuido<br />

se la quitaron de un sablazo y la frieron en aceite y la colgaron a la vera de un camino<br />

para escarmiento de todos los malos -.<br />

Nadie de este mundo se atrevía, ni por un pienso, a asomar ni siquiera la punta<br />

de la nariz hacia la calle, al escuchar el ruido del cuero seco y el relinchar y caracolear<br />

del caballo del jinete sin cabeza, para no mirar el espanto del Tirano Aguirre y morirse<br />

del susto y para complemento, condenado a las quintas pailas del Infierno.


LOS BRUJOS Y LAS BRUJAS EN MARGARITA<br />

Margarita era una región muy frecuentada por los brujos y las brujas.<br />

Especialmente la brujas.<br />

Se dice que los brujos y brujas en Margarita existían desde que el mundo es<br />

mundo, o a mejor decir, desde la época de los indios.<br />

También se comenta que "la mapa" para los brujos y brujas en Margarita era en<br />

la playa de El Tirano. Que allí había hasta una cueva que los recogía a montones, y a<br />

donde iban a llevar a cabo sus prácticas maléficas.<br />

Los brujos y brujas en Margarita hacían contacto con el "Pecado Malo" y por eso<br />

se transformaban en lo que a ellos les daba la gana: como culebras, cabras, venados,<br />

burros, pájaros y en cuanto más había sobre la tierra. Así mismo tenían el poder de<br />

meterle a cualquiera criatura entre el "buche", un sapo, un chivo, un conejo, un<br />

cachicamo, un cochino o lo que mejor les pareciera.<br />

Las brujas en Margarita también eran voladoras. Lo hacían montadas en una<br />

escoba o en una caña negra con cogollo y todo. - La caña negra es trozona. Su<br />

guarapo no es bueno y hasta es fiebrosa, porque es caña de brujas. Se siembran<br />

pocas cepas únicamente para mantener contentas a las brujas y evitar que les echen<br />

daño a los conuqueros.<br />

Las brujas volaban durante las noches de medialuna. Pasaban veloces como el<br />

viento. Casi no se podían mirar. Pero en muchas ocasiones quienes las conocían las<br />

divisaban como unos punticos de candela por los elementos. Es decir, como unas<br />

pajuelas o unos cocuyos.


Las brujas durante las noches se metían en las casas y les chupaban la sangre<br />

a las mujeres, especialmente a las jovencitas. Se sabía que eran ellas porque les<br />

dejaban los moraderos. Los trapos negros en los dormitorios, y las matas de sábila<br />

colgadas en las puertas y ventanas, las cruces de palma bendita puesta en las<br />

paredes y los palos de piñón cortados el Viernes Santo y guindados en el techo, eran<br />

los únicos que podían contrarrestar las entradas de las brujas.<br />

Las brujas tenían el don de poderse poner chiquitas para pasar sin dificultades<br />

por las rendijas, por las bocallaves y hasta por los claros por donde sólo podían entrar<br />

el Sol y el viento.<br />

A las brujas grandes, solamente podían herirlas con balas benditas o en cruces<br />

y a las pequeñas ahuyentarlas con salmuera ensalmada.<br />

La gente para preservarse de las brujas mandaban a preparar sus reliquias y<br />

andaban con ellas todo el tiempo terciadas y bien seguras debajo de los sobacos.<br />

Ahora hay muy pocas brujas en Margarita...


LA VENADA CHOLONA<br />

En toda la Isla de margarita se comenta que por los lados de El Valle de Pedro<br />

González, se aparecía con mucha frecuencia una venada grande y cholona que se<br />

burlaba de todos los cazadores y hasta de los perros más veloces y amaestrados que<br />

le echaban a perseguirla.<br />

Que le decían cholona porque las dos patas traseras no parecían terminadas en<br />

cascos sino más bien en unas cholas, y que en las velaciones de nuestros muertos de<br />

lo primero que se hablaba era de la fulana venada cholona y de los que la habían<br />

tirado y no la habían podido pegar.<br />

Que así estuvo haciendo de las suyas la mentada venada, hasta que se<br />

apareció un señor que se sabía mucho de oraciones de todas clases y no<br />

desamparaba un par de reliquias trinitarias que en sus andanzas de marino había<br />

logrado conseguir, y se propuso acabar con el animal a como diera lugar.<br />

Que en una madrugadita clara, le metió dos balas ensaimadas a una escopeta<br />

morocha que tenía y en el primer momento que se le presentó la bicha, sin muchos<br />

rodeos ni composturas y sin siquiera apuntarla bien, le acomodó un tiro y eso bastó<br />

para que el animal echara a correr y a correr y a correr y él a perseguirla y perseguirla<br />

y perseguirla por los rastros de sangre que iba dejando, hasta que llegó a una casa y<br />

se encontró con su comadre que estaba sangrando abundantemente por una herida


muy profunda, que según ella acababa de recibir en el conuco con una estaca de<br />

guatapanare.<br />

Entonces él la compadeció y le contó lo de la venada cholona y ella echó a llorar<br />

desconsoladamente, tapándose la cara con las manos. La noticia fue corriendo de<br />

boca en boca por toda Margarita, como reguero de pólvora, pero desde ese momento<br />

no volvió a aparecerse más la venada cholona ni el señor quiso seguir utilizando las<br />

balas ensaimadas.


EL LANGOLANGO<br />

De que existe el Langolango, existe...<br />

Eso no lo puede negar nadie. El que lo niega es porque es demás de incrédulo<br />

o porque está loco de perinola.<br />

El Langolango es el propio espíritu de las aguas saladas. Es el señor misterioso<br />

de los mares. Es el más endemoniado furor de todas las especies marinas.<br />

El Langolango emerge de las profundidades de las aguas cada vez que le viene<br />

en ganas o cuando ve que tiene necesidad de proteger sus intereses profanos por los<br />

mortales. Su presencia es precedida por un tenue: "Iangolangooó - langolangooó "<br />

que se desliza por sobre las olas del mar.<br />

Dicen los que lo han visto, que Langolango es agigantado, descomunal,<br />

desgarbado, peludo y bronceado como los primeros pobladores de la tierra. Que tiene<br />

cabeza de pájaro algunas veces, otras de pez y otras de gente, según la<br />

conveniencia. Que se desplaza con la velocidad del pensamiento y que por eso lo<br />

pueden mirar aquí, allí y más allá, casi al mismo tiempo.<br />

Al Langolango no le puede ver todo el mundo, sino solamente los que nacen<br />

con el privilegio natural de observar las cosas misteriosas de acá y del más allá.<br />

El Langolango en algunos momentos es bueno e inofensivo y no hace males a<br />

nadie, pero en otras se enfurece y destruye trenes, hunde barcos y tiende a destrozar<br />

todo lo que se le interpone en su camino. Los marinos lo conocen y le zumban objetos<br />

diversos para que sacie su ira, se desvíe y vuelva a las profundidades donde tiene su<br />

eterna morada.


No hay marino que no conozca o cuando menos haya escuchado hablar a sus<br />

mayores bien o mal del Langolango. Se dice que los pájaros se alborotan, los peces<br />

fluyen en cardúmenes y vienen a estrellarse contra la playa, las aguas se encrespan y<br />

hasta los manglares se estremecen como movidos por una tempestad cada vez que<br />

aparece el Langolango.<br />

También se dice que si una doncella lo mira por dos veces, es porque la quiere<br />

arrastrar hacia su ser para hacerla su novia y desposarse con ella.<br />

No hay quien no le tenga pavor al Langolango: el misterioso ser de las aguas de<br />

la mar, el terror de todos los marinos y la eterna pesadilla de las doncellas playeras.


EL PAJARO BRUJO<br />

Se cuenta que en la Isla de Margarita, hace muchísimos pero muchísimos años,<br />

existió una muchacha pobre, pero linda como una diosa, que tenía un novio<br />

procedente de una familia muy presumida y quisquillosa y que por esa razón la madre<br />

de¡ novio no gustaba de la muchacha, o lo que es mejor decir, "no la podía ver ni<br />

escrita ni pintada", y que a dicha muchacha le salía por todas partes y a cualquier<br />

hora de¡ día o de la noche, un pájaro raro, nunca visto por esos contornos, que la<br />

mantenía acoquinada y no la dejaba vivir.<br />

Que al maldito pájaro no le valía que lo espantara ni que le tirara a matar con lo<br />

que tuviera a la mano, porque nada le temía ni siquiera lo tocaba con cosa de este<br />

mundo que le zumbara, aunque muy cerquita lo tuviera.<br />

Que la gente empezó a sospechar que podía ser un duende enamorado o<br />

espíritu infernal, que se convertía en pájaro para perseguirla mejor hasta saciar sus<br />

ansias de atemorizarla y reírse de ella, a más no poder buscando enloquecerla para<br />

hacerla suya.


Que el novio, que se estaba iniciando en las prácticas de brujería, se propuso<br />

acabar con el maldito pájaro y un día se valió de sus mañas y empezó a perseguirlo<br />

con una cruz de palma bendita y un palo de piñón, y a cuerearlo, hasta lograr que se<br />

volara pero con una pata quebrada.<br />

Que cual no sería la sorpresa del novio, cuando al llegar a su casa encontró a la<br />

madre en una cama con una pierna quebrada más o menos por el mismito puesto por<br />

donde él se la había quebrado al pájaro.<br />

Que del viaje se avergonzó tanto que no volvió más a la casa de la muchacha<br />

pero tampoco siguió las prácticas de la brujería.


LA CULEBRA MELENUDA<br />

En la Isla de Margarita se escuchaba hablar por todas partes de "la culebra<br />

melenuda".<br />

Se asegura que había una vez un hombre que en su conuco se le presentaba<br />

una culebra nunca vista, la cual hasta melena tenía y que no lo dejaba ni trabajar por<br />

el pavor que le causaba.<br />

Que el hombre le contó a todo el mundo lo que le estaba sucediendo y hasta al<br />

cura del pueblo se lo confesó más de una vez. Que ha dicho hombre le echaron<br />

escapularios y le terciaron reliquias ensaimadas, que de nada le valieron.<br />

Que así estuvo sufriendo amargamente hasta que se le presentó, como<br />

mandado del propio Dios, un desconocido que al enterarse de lo que le estaba<br />

pasando y de la consternación en que se mantenía, le preparó un machete de esos<br />

llamados "cola de gallo", se lo amoló bien amoladito como para cortar hasta un pelo<br />

en el aire y le dijo, que cuando mirara al animal le tirara, sin ningún temor, un tajo pero<br />

"chaflaneado" hacia la cabeza.<br />

Que el hombre llevó a cabo el mandato con mucha precaución, logrando<br />

quitarle únicamente la melena al animal, a ras de su cuero, porque se le deslizó por<br />

entre las hojarascas, sin poder asegurarla bien.<br />

Que después del hecho, con susto y todo, se fue a su casa y al estar<br />

contándole todo lo sucedido a su mujer y a sus hijos, se dio cuenta de que la suegra<br />

tenía la cabeza amarrada; cosa no muy usual en ella, y sin más comentarios le<br />

arrebató el pañuelo y le puso la descubierto la cabeza pelada tal y cual se la había<br />

dejado a la culebra. Que del viaje la suegra se fue de la casa para siempre y la<br />

culebra no se le presentó más nunca.


EL CONEJO BRUJO<br />

Margarita es un arsenal de mitos y creencias. Por donde quiera se habla de<br />

brujas voladoras y de animales brujos.<br />

Se cuenta del conejo que se burlaba de todo el mundo. Que hasta los<br />

cazadores más famosos se reía en sus propios cachetes y a los perros se les<br />

escabullaba dejándolos con la boca abierta y los colmillos afilados.<br />

Que lo disparaban y caía muertecito y cuando lo iban a recoger se salía de entre<br />

las manos de la gente.<br />

Que le ponían lazos de todas clases y tamaños y lo escuchaban chillar como si<br />

estaba cogido y cuando lo iban a buscar encontraban el lazo sin nada.<br />

Que ya que todo el mundo le tenía recelo al fulano conejo, porque decían que<br />

no era ser de este mundo sino el mismo Diablo disfrazado de animal.


Que en cierta ocasión hasta un carro le pasó por encima y lo despaturró, le saco<br />

el tripero y el chofer se bajó, lo recogió y lo metió en el baúl y cuando llegó a su casa<br />

muy contento le dijo a su mujer que le iba a hacer un sancochito porque le traía un<br />

conejo que había matado con el carro y al abrir el baúl se quedo perplejo porque no<br />

encontró ni rastro del bicho.<br />

Que hubo un señor que agarró una escopeta morocha que tenía y le metió dos<br />

balas preparadas contra brujerías y cuando se presentó el conejo le metió dos tiros y<br />

se los pegó por la cabeza y después de muerto lo cogió y lo zampó dentro de un saco<br />

grueso que llevaba, le amarró bien amarrada la boca y le dijo: "ahora si te fuñistes<br />

conejo del demonio porque de aquí no te saca ni el mismo Diablo que venga de los<br />

Infiernos" y se echó su saco al hombro muy confiado y cuando iba llegando a su casa<br />

sintió que el saco se le ponía livianito y miró hacia atrás y lo que vio fue el conejo<br />

"añingotao", que con las patas delanteras se limpiaba los ojos y echaba a correr<br />

diciendo: "cuas, cuas, cuas, cuas, los vientos me "honraras" pero carne de conejo no<br />

comerás... cuas ... cuas... cuas... y se perdía en las distancias.


LA CUEVA DEL PIACHE<br />

En la Isla de Margarita existen muchas cuevas. Una de las más famosas es la<br />

llamada Cueva del Piache. La Cueva del Piache ocupa la parte superior de una colina<br />

de vegetación embreñosa que se encuentra al Sureste de El Valle del Espíritu Santo o<br />

de La Margarita. Es de formación rocosa y casi no se han ocupado de explorarla. Se<br />

ve claramente del pueblo y es habitada por alimañas y murciélagos.<br />

A la Cueva del Piache se le atribuyen infinidad de misterios. Algunas personas<br />

dicen que es la boca de una caverna que va al mar. Otros aseguran que era un<br />

santuario guaiquerí donde los piaches iban con frecuencia a aislarse del mundo de los<br />

vivos para invocar a sus dioses, hacerles ofrendas y comunicarse con los espíritus de<br />

sus antepasados, a fin de llevar a cabo predicciones y efectuar curaciones.


Que además, iban a "enfatuar" el agua y el aire para que se fueran muriendo<br />

lentamente los españoles que no aceptaban sus creencias ni se las dejaban practicar<br />

en paz. También se comenta con mucha frecuencia que en dicha cueva se le<br />

apareció la Virgen del Valle a unos guaiqueríes de Para-guarime o el Poblado.<br />

La historia relata que cuando el comienzo del adoctrinamiento español, un cura,<br />

para congraciarse con los indios y reducirlos mansamente a la nueva fe, les hizo ver:<br />

que la Virgen del Valle era de ellos, no porque se la habían encontrado sino porque se<br />

las había enviado Dios para que los protegiera, y se las puso en la Cueva del Piache<br />

para que ellos y no otros pudieran conseguirla. Los indios sorprendidos aceptaron la<br />

aseveración y empezaron a adorar a la Virgen.<br />

También se comenta, que después de todo esto, la Cueva fue escogida como<br />

morada por la Santa Paraulata, divinidad isleña, dizque todavía no autorizada por Dios<br />

para ocupar sitio en las iglesias. Que por lo tanto, a Santa Paraulata sólo la pueden<br />

ver los niños y los adultos limpios de pecados mortales y los escogidos por el<br />

Todopoderoso para hacerlo.<br />

Al cerro donde está la Cueva, también lo han venido llamando tradicionalmente<br />

“Cerro del Piache”...


LA PIEDRA AHOGADA<br />

En las cercanías del El Tirano, Isla de margarita, existe una piedra que algunas<br />

veces está por debajo de¡ agua y otras por encima. La mayoría de la gente la conocen<br />

como la piedra ahogada y aseguran que su nombre se debe a que en unas<br />

oportunidades está al descubierto y otras no, y muchos la tienen como simple punto<br />

referencial.<br />

Los más viejos dicen que esa piedra tiene su historia. Que su historia es triste y<br />

asombrosa. Que no es lo que algunos se creen: una simple piedra. Que es la cabeza<br />

de una niña india. De una guaicora, que en tiempos antiquísimos desobedeció a los<br />

requerimientos de su pobre madre para que no se metiera en el agua en un día de<br />

guardar. En una hora pesada. Cuando las pavitas habían cantado. Las guáralas<br />

habían formado su alharaca. El Sol se había enturbiado y la Luna pretendía taparse la<br />

cara con un manto negro.<br />

Que la madre deprimida en los más profundo de su corazón por la<br />

desobediencia, no le quedó otro camino que maldecirla y dejársela al espíritu de las<br />

aguas, para que se la tragara y poder tratar de salvar el resto de la familia que por su<br />

culpa estaban a punto de caer en pecado. Que la niña, sorda y muda a los<br />

requerimientos de la madre, cuando ya vio que el mar la consumía y le era imposible<br />

su regreso, trató de lanzar un grito para clamar a sus dioses compasión, pero sólo<br />

consiguió quedarse con la boca abierta porque ya había sido condenada por el<br />

Espíritu de¡ Mar a convertirse en piedra.


Que la misteriosa piedra fue revestida de poderes sobrenaturales, que la hacen<br />

tener dominio a muchas millas sobre las aguas de¡ mar y por lo tanto, de tiempo en<br />

tiempo. la han visto atraer hacia su enorme boca, como un potente imán, a más de un<br />

mortal desobediente que ha caído en su radio de acción.<br />

La historia de la piedra ahogada ha venido pasando de generación en<br />

generación en forma oral. Muchos la creen y otros no. Pero allí está la piedra a la<br />

vista de propios y extraños.


LA CUEVA DE LA BRUJA<br />

"La Cueva de la Bruja" existe en El Tirano, Isla de Margarita. Está al pie de un<br />

cerro. En la orilla del mar. El agua le entra bruscamente provocando un ruido<br />

aterrador. Con el constante salpicar se forma una llovizna permanente y se refleja un<br />

arco iris: El Arco Iris de los Dioses.<br />

Se dice que la cueva va de un sitio a otro de la playa. Es decir, de el Tirano a<br />

Manzanillo. Nadie la ha explorado totalmente. Dentro se encontraba una playita digna<br />

de admiración. Refugio de mozalbetes.<br />

Se dice que la Cueva de la Bruja era un santuario de la época de los<br />

guaiqueríes. Que el nombre le viene desde tiempos inmemoriales. Porque era<br />

habitada por una bruja. Mujer que tenía contacto con el Pecado Malo y hacían<br />

prácticas dañinas. Que hasta ella acudían sus compinches y los amigos de hacerle<br />

males a los demás.


Que esta mujer no quiso acogerse a las creencias venidas de allende de los<br />

mares. Que se opuso en todo momento a abjurar a sus credos y a dejar las prácticas<br />

de hechicerías. Y para evitar que los españoles la agarraran y la hicieran purgar sus<br />

pecados, se volvió pez raro y negro. Que muchas personas han logrado mirar el<br />

animal. Que cuando llega a la puerta de la cueva hace muchos movimientos como<br />

ceremoniosos o rituales y se desliza en ella. Pero cuando tratan de buscarlo dentro no<br />

lo consiguen por ninguna parte.<br />

Que le han tendido trampas y más trampas de todas las especies pero en<br />

ninguna ha caído. Que ni arpones. ni anzuelos ni redes logran hacerle nada. Que en<br />

la cueva también habitan murciélagos y otros animales feos, de los que al parecer son<br />

utilizados para las brujerías.<br />

A medida que la gente fue dejando de creer en los brujos. A medida que la<br />

gente fue creyendo más en Dios. El pez negro se fue alejando, al extremo que casi ya<br />

no se volvió a ver. Pero la cueva continua. Los pescadores la visitan. Los bañistas se<br />

acercan a ella. Los muchachos ya no le tienen pavor como en los tiempos de antes.<br />

En épocas de recluta muchos jóvenes preferían esconderse en ella a todo<br />

riesgo, antes que caer en manos de sus perseguidores.


EL CANTO DEL CHAURE<br />

Margarita es una región saturada de supersticiones. La mayoría provienen de<br />

los primitivos pobladores guaiqueríes. Se cree en todo. El Chaure es uno de sus<br />

oráculos. El Chaure es un ave de rapiña, color negruzco con pintas blancas, cabezón,<br />

con uñas y alas muy largas. De la misma familia de¡ gavilán y del caricare. Se dice<br />

que tiene poderes sobrenaturales. Que hace contacto con el diablo y de allí que todas<br />

sus incursiones sean nocturnas. Su canto es más bien un graznido fuerte y largo que<br />

suena como chuas - chuas -chuas - chuasss... Atemoriza al escucharlo. Las gallinas<br />

son las presas más apetecidas para su alimentación. Los criadores para protegerlas<br />

las acostumbran a dormir en árboles de follaje frondoso y enmarañado o las encierran<br />

en gallineros.<br />

El Chaure es un ave del mal agüero. Cuando canta indica desgracia. Tres<br />

cantos seguidos por sobre una casa a cualquier hora de la noche, es señal de muerte<br />

cuando menos de un pariente o de un amigo íntimo. Los tres cantos repetidos, en<br />

horas tempranas, anuncian discordia, peleas o chismes familiares; pero si son por la<br />

madrugada indican preñez de una joven meritoria, en el barrio o en la calle más<br />

cercana al canto. Muchas personas al escuchar al chaure se persignan se<br />

encomiendan a Dios y se acurrucan en sus dormitorios, se hacen las dormidas o se<br />

tapan los oídos para no percibir los recados del maligno.


La insistencia del canto continuo del Chaure, por todo el pueblo, sin hora y sin<br />

sitio fijos, es anuncio de sequías, de hambrunas, de pestes y de todo lo malo que<br />

pueda haber sobre la tierra, y para paliar, contrarrestar o desvirtuar esos anuncios<br />

maléficos del chaure, las personas más animosas prenden velas benditas en los<br />

altares caseros y elevan súplicas dentro de los corrales al Divino Señor y a todos los<br />

Santos y hasta degüellan gallinas blancas y las dejan al descubierto en un sitio<br />

alejado por si acaso es ávido de sangre que está y su canto no es sino burlón o<br />

fantasioso.<br />

También se escucha a algunas rezanderas, cuando el chaure canta, musitar en<br />

forma de conjuro expresiones como estas: "Anda al Diablo con tu canto animal<br />

maldito. Anda al Demonio con tus anuncios bicho feo. Anda al Infierno con tus<br />

predicciones ave de mal agüero. Que tus malos presagios se insuelvan en tí mismo,<br />

pájaro dañino. Sólo Dios y María Santísima y todos los Santos y Santas sean con<br />

nosotros, a quien encomendamos cuerpo y alma. Amén". Todo esto acompañado de<br />

gestos enérgicos y de cruces trazadas en el aire.<br />

Para los creyentes, el chaure es el más pérfido de todos los pájaros agoreros.


EL LLANTO DE PERROS<br />

"Más triste que un llanto de perros a media noche"...<br />

En la Isla de Margarita, ese dicho es tan popular y tan viejo, que no está al<br />

alcance de todos los habitantes saber su significado o su legítima procedencia.<br />

Lo que si es seguro, es que no hay nada más sobresaltante para la gente<br />

ingenua, que los lamentos de los perros en el silencio de la media noche.


Para algunos, los perros lloran por hambre o porque las pulgas los acoquinan y<br />

los incomodan, o porque personas bellacas los molestan en las noches de medialuna:<br />

bajando la cabeza hasta el pecho, metiendo los brazos por entre las piernas y<br />

caminando en dirección contraria, para que los crean espantos y se asusten.<br />

Para otros, los perros lloran porque ven desandes o ánimas en penas y ellos le<br />

tienen pavor a los seres ultramundanos.<br />

También hay quienes digan, que los perros lloran desconsoladamente, desde<br />

que el mundo es mundo, cuando se entolda la Luna, porque creen que el cielo se está<br />

desprendiendo y les va a caer encima; igualmente, que cuando lo hacen a plena luz<br />

del Sol, es porque presientes tragedias o desastres.<br />

Las más de las veces, los perros, para llorar se agachan o se sientan sobre sus<br />

patas traseras, estiran el pescuezo más de lo conveniente y empinan el hocico en<br />

dirección al cielo, como para advertirles a lo que miran, que ya están resignados a los<br />

que les venga o acontezca.<br />

Se asegura asimismo, que los que quieren ver lo que los perros miran cuando<br />

están llorando, no tienen otra cosa que hacer, sino pasar su mano izquierda por los<br />

ojos de¡ perro y restregársela de los suyos, mientras invocan en forma de murmullo,<br />

las siguientes palabras: "La vista del perro sea mi vista. Los ojos del perro sean mis<br />

ojos. Las lágrimas del perro sean mis lágrimas. La mirada de perro sea mirada". Y<br />

como por arte de magia, en un santiamén queda hecho el milagro.<br />

Pero también se dice, que los que han logrado ver lo que los perros miran<br />

cuando están llorando, han quedado tan fuertemente escarmentados, que no han<br />

tenido voluntad de intentarlo por segunda vez, ni siquiera por rasqueras o simple<br />

mojiganga, y menos aún, valor de repetir lo que lograron ver.<br />

No hay que confundir el ladrar de los perros, con sus verdaderos llantos, ni<br />

mucho menos con los lamentos producidos por los golpes accidentales o traicioneros<br />

que reciben.


DE LOS CANTOS GALLINAS<br />

En la Isla de Margarita los cantos de gallinas son pronosticadores de una serie<br />

de circunstancias reales o irreales, que por vivir arraigados en las creencias de¡<br />

pueblo jamás han tendido a desactualizarse.<br />

Los cantos de gallinas sirven para anunciar cuando sueltan las "posturas" o<br />

huevos, que obligan a los dueños a salir presurosos a buscarlos antes que sean presa<br />

fácil de los mapurites o de los perros realengos, o se los paropien indebidamente<br />

manos malacostumbradas.


Sirven también los cantos de gallinas, para presagiar tragedias entre amigos,<br />

vecinos, familiares o simples miembros de la parentela.<br />

Cuando a altas horas de la noche cantan o se alborotan las gallinas, formando<br />

una alharaca de "padre y señor nuestro", indica que están viendo espantos, desandes<br />

o visiones rodando por los alrededores o simplemente almas en penas que purgan<br />

condenas celestiales o pagan penitencia.<br />

Cuando el canto o alboroto ¡o forman las gallinas, más o menos, entre cuatro y<br />

cinco de la mañana, se asegura que están anunciando la muerte de una niña adulta o<br />

de un varón casto, o sea, de gente de edad propicia, que no ha tenido relaciones<br />

sexuales, o lo que es lo mismo, que no han hecho lo que Dios manda; mientras que si<br />

el canto lo llevan a cabo por las tardes, antes o después de subirse a los dormideros,<br />

presúmese que el difunto será angelito o adolescente todavía. Pero si el canto es en<br />

alguna de las otras horas del día, mientras el Sol alumbra con la más radiante de las<br />

claridades, es evidente demostración de que la alegría tocará las puertas en el más<br />

breve tiempo.<br />

Por otro lado, cuando en vez de cantar, lloran las gallinas, es decir, dejan<br />

escapar, sin signo alguno de cacareo, una especie de chirrido largo, suave, finísimo y<br />

fluido, algo parecido al de las "chicharras" veraneras", en cualquier hora del día o de<br />

la noche que lo hagan, es presunción de mal agüero traído hasta este mundo por<br />

espíritus infernales o burlones, y por lo tanto no es recomendado espantar o<br />

"acurrizar" a las lloronas, hasta tanto no terminen de descargar su diabólico mensaje y<br />

se liberen de cuanto mal tenían por dentro, para después tratar de contrarrestarlo, con<br />

el rociamiento de agua bendita o de salmuera hierviente, por todos los huecos y<br />

recovecos.<br />

Los cantos alborotados de las gallinas grifas, es decir, de las cubiertas de<br />

plumas erizadas, son indicadores de los merodeos de¡ "pecado malo", "uñón" o<br />

Diablo, por las cercanías, y a estas si es conveniente espantarlas tan pronto como<br />

entonan el canto, para que se lleven con su música a otra parte, el "bicho feo" o "rabo<br />

largo" que las incita al canto.<br />

Los cantos de las "gallinetas" o "macaguas" y los de las "piroquitas", también<br />

tienen los mismos significados que los de sus parientes grandes, al igual que de los<br />

gallos al hacerlo en forma de ligeros cacareos.<br />

Cuando las gallinas cantan como gallos, cunde el mayor de los pavores, porque<br />

se cree que traen en un sólo mandato, todos los malos agüeros y maletías de¡ mundo,<br />

para sus propios dueños, y no queda otra cosa que hacer, sino exterminarlas<br />

inmediatamente con candela, para que el fuego se encargue de purificar todo lo malo<br />

que traían en sus entrañas.<br />

Los cantos de las cluecas o "culecas", se les tiene como simples borracheras o<br />

cosas pasajeras y por lo tanto no se les toma en cuenta conformándose con burlarse<br />

de ellas, llamándolas una y más veces: embusteras, embusteras, embusteras.


A pesar de la época en que estamos viviendo, los "cantos de gallinas", siguen<br />

teniendo vigencia en muchas partes de la Isla de Margarita.


LAS PIEDRAS DE RAYO<br />

Entre la gente margariteña, de mediano y menor nivel cultural, se creía mucho<br />

en los poderes sobrenaturales que emanaban de las llamadas "piedras de rayo".<br />

Se comentaba con muchísima insistencia, que las nubes eran vivas. Que de vez<br />

en cuando se embravecían. Que al embravecerse las nubes por las herejías que se<br />

cometían en el mundo, se formaban las tormentas. Que las tormentas o sea el<br />

montón de nubes embravecidas vomitaban los relámpagos. Que los relámpagos no<br />

eran otra cosa sino las señales de descontento del Dios de los Cielos, que vivía muy<br />

cercano a las nubes, y las gobernaba. Que en muchas ocasiones, de los relámpagos<br />

se desprendían chispazos de candela.<br />

Que a esos chispazos de candela se les daba el nombre de rayos .<br />

Que los rayos eran las saetas o látigos del Cielo. Que con esas saetas o látigos<br />

del Cielo el Todopoderoso demostraba que podía enviar el "castigo divino" o "la ira del<br />

Señor" hacia los mortales cuando quisiera. Que al esos rayos desprenderse de los<br />

relámpagos y chocar con la tierra se volvían piedras. Que esas piedras se enterraban<br />

en las entrañas de la tierra, cuando menos siete "estados" de hombre o sea siete<br />

veces el tamaño de una persona regular. Que si estos rayos caían en la mar,<br />

traspasaban las aguas sin enfriarse y siempre se enterraban los siete "estados" por<br />

debajo del fondo de la mar.<br />

Y se comentaba también, que eran siete los "estados" de hombre que se<br />

enterraban esas piedras, porque siete habían sido los lapsos de tiempo que habían<br />

necesitado Dios para la formación del mundo. Y se decía además, que esas piedras<br />

después de permanecer siete años fijas en las profundidades donde habían llegado,<br />

empezaban a desenterrarse por su propia cuenta, a razón de un "estado" por cada<br />

siete años, hasta que se ponían a flote; y que como nunca perdían los poderes que<br />

habían traído del Cielo, servían para muchas cosas buenas o malas sobre la tierra.<br />

Se aseguraba así mismo, que habían siete clases de "piedras de rayo", las rojas<br />

y las rosadas, que representaban los poderes de la Luna y tenían facultades sobre la<br />

sangre, sirviendo entre otras cosas, para parar hemorragias por grandes que fueran;<br />

las blancuzcas y las amarillentas, que representaban los poderes de¡ Sol, y tenían<br />

facultades sobre los tendones y los huesos; las azuladas y las negruzcas, que<br />

representaban los poderes del Firmamento y de las Aguas y tenían facultades sobre<br />

el sistema nervioso, y las grises, que representaban los poderes del Viento y tenían<br />

facultades sobre todos los sentidos.<br />

También se decía que cada una de esas "piedras de rayo", tenían poderes<br />

mágicos, que les permitían contrarrestar los efectos de males mundanos, como:<br />

plagas, ponzoñas, pavas, mabitas, brujerías. hechizos y malquerencias, y por esa<br />

razón, esas piedras o pedazos de ellas, debían cargarlas la gente en reliquias,<br />

escapularios, amuletos y otros objetos similares o parecidos.


En muchas ocasiones llegué a ver en poder de personas muy crédulas o<br />

supersticiosas las llamadas "piedras de rayo", casi todas eran de forma lanceadas,<br />

con no más de tres pulgadas de alto, y con una ligera semejanza a las conocidas<br />

como "coas" o "hachitas de piedra".<br />

A mi entender, esas "piedras de rayo", parecían más bien, pequeños "cantos<br />

rodados", pedazos de cuarzo, o cristal de roca, alisados por la acción de¡ tiempo y el<br />

constante rozamiento con objetos duros, o pequeñas porciones de aerolitos o<br />

meteoritos, ya que algunos presentaban en su conformación las señales<br />

características de esos últimos cuerpos.<br />

De todas maneras, para mucha gente, esas piedras que con tanto celo<br />

guardaban, eran las auténticas "piedras de rayo" y seguían creyendo ciegamente en<br />

ellas y en sus poderes sobrenaturales, y llegaban hasta asegurar que tenían más<br />

valor sagrado que las mismas "piedras del ara".


LA CULEBRA DE DOS CABEZAS<br />

No crean, "ni por un pienso", que vamos a referirnos a la muy conocida<br />

"morrona" o bachaquera, que frecuenta los parajes de Margarita y de muchas otras<br />

partes del país, y a la cual, hombres hábiles de manos expertas, se encargan de<br />

cazarla viva y meterla dentro de un frasco bocón, para echarle tanto ron fuerte como<br />

el frasco pueda resistir, a fin de que el animal se lo vaya bebiendo, y al emborracharse<br />

bien emborrachada lo vaya vomitando nuevamente dentro de¡ mismo frasco, para<br />

luego utilizarlo el curanderismo en el alivio de dolencias, en el masaje de músculos y<br />

tendones dislocados y hasta en la reparación de huesos fracturados; debido a las<br />

facultades sobrenaturales que dicen conseguir el aludido ron, mediante su paso por<br />

dentro de la barriga de animal, que tiene la virtud de sanarse rápidamente de<br />

cualquier daño o herida que se le haga con objeto cortante.


Vamos a referirnos simple y llanamente a la descomunal culebra de dos<br />

cabezas, que según las creencias de los primitivos pobladores de la Isla de los peces<br />

en abundancia, tenía su morada en las profundidades de la mar, donde ser humano<br />

no podría llegar a mancillarla ni aún observarla ojos de mortales, porque quien o<br />

quienes lo osaran, desaparecerían en un santiamén y como por arte de magias, de la<br />

faz de la tierra.<br />

Se aseguraba que la misión que los Dioses le habían encomendado al<br />

monstruoso animal del mar de los Caribes, era nada más y nada menos, la de que de<br />

cuando en cuando o de vez en vez, asomara una de sus cabezas a la<br />

desembocadura de los ríos de Costafirme, que constantemente estaban trayendo sus<br />

caudales a la mar y a medida que fuera tragando todo el líquido posible, por la otra,<br />

fuera vaciándolo sobre la tierra isleña, utilizando las cuevas o escondrijos adyacentes<br />

a las playas, de modo que siempre hubiera debajo de su suelo el agua necesaria, que<br />

fluyera espontáneamente para la salvación de sus pobladores, y que aún cuando no<br />

saliera a la superficie, porque muchas veces el padre Sol enrabietado no se lo<br />

permitiera, se pudiera, cuando menos, conseguirla haciendo excavaciones a golpes<br />

de piedras puntiagudas o de maderos fuertes, que los otros dioses amorosos y<br />

compasivos les ponían en sus manos.<br />

Así era la culebra de dos cabezas, que a través M mar, dizque se encargaba de<br />

traer el agua dulce a la Paraguachoa de los guaicos o guaiqueríes, muchísimo pero<br />

muchísimo antes de que los venidos de las lejanas tierras, pusieran sus plantas sobre<br />

ella tomándola para si e imponiéndoles sus credos y sus costumbres.


"LA CABUYA DEL AHORCAO" (AHORCADO)<br />

Otra de las creencias que estaba bastante arraigada en el sentir del margariteño<br />

era la de los poderes sobrenaturales que emanaban de "la cabuya del ahorcao"<br />

(mecate o soga del estrangulado como se le dice en otras partes).<br />

No había ciudad ni pueblo ni caserío ni sitio de la geografía margariteña donde<br />

no se hablara aunque fuera un poquito, acerca de "la cabuya del ahorcao"; ni hombre<br />

ni mujer ni niño ni niña ni viejo ni mozo que no tuviera aunque fuera una ligera<br />

referencia en relación de tan misteriosa cabuya.<br />

En todas partes se especulaba con la referida cabuya. Unos en broma, otros en<br />

serio, y otros entre chanzas y veras. La mayoría coincidían en afirmar "que le temían<br />

al muerto pero no a la cabuya porque jamás de los jamases se había escuchado decir<br />

que se habían templado dos con la misma cuerda".<br />

Se decía que cuando una persona se ahorcaba era porque el Diablo se había<br />

ensañado contra ella; que venía tentándola, es decir, espiándola, o lo que es lo<br />

mismo, siguiéndole los pasos hasta hacerle perder el juicio y obligarle a echarse la<br />

cabuya al pescuezo.<br />

Se aseguraba también, que el Diablo aunque no se le apareciera visiblemente a<br />

la persona era quien mentalmente le iba diciendo lo que tenía que hacer y<br />

facilitándole todo: que le presentaba la cabuya, le arreglaba la ahogadera, le hacía la<br />

vuelta corrediza de modo que no fallara, que le indicaba como amarrarla, como meter<br />

la cabeza, y era el que se encargaba de darle el último "tempIón" o jalón.<br />

Se comentaba que después de ahorcada la persona el Diablo seguía rodando<br />

cerca de ella a ver si podía tentar alguno más. Igualmente se decía que cuando se<br />

encontraba un ahorcado, una persona amiga o familiar cercano, antes de bajarlo,<br />

tenía que darle cuando menos siete cuerazos para que el Diablo viera que no se le<br />

tenía miedo, y después de bajado, se le tenía que largar cuando menos siete<br />

cuerazos más, en cruz y bien sonados, con la misma cabuya que se le había quitado<br />

del pescuezo, para que el Diablo se retirara sin darle tiempo de llevarse los poderes<br />

que le había puesto a la cabuya, porque el Diablo le tenía mucho, muchísimo,<br />

muchísimo miedo a la cruz debido a que con ella fue que Dios lo arrojó de los<br />

Infiernos.<br />

De allí que muchas personas inescrupulosas, especialmente los avaros y<br />

buscadores de riquezas fáciles, pensaran que esa "cabuya del ahorcao" estaba<br />

dotada de poderes ultraterrenos y que por lo tanto no se podía desperdiciar para tener<br />

por su intermedio contacto directo con el mismo Diablo, facilitador de fortunas.<br />

Entonces comenzaba la brega por su obtención ofertaban por ella todo lo que podían,<br />

la regateaban y la pujaban hasta comprarla por lo que fuera o por lo que no valiera, y<br />

en último caso se la repartían por pedacitos, empezando por la parte que había tenido<br />

contacto con el pescuezo, en la creencia de que allí era donde había quedado la<br />

mayor cantidad de fuerzas sobrenaturales o diabólicas.


La "cabuya de ahorcao" la guardaban entera o fraccionada, en baúles, maletas y<br />

petacas, la cargaban entre bolsillos, faldiqueras, fajas, portamonedas, y la metían en<br />

reliquias, amuletos y en cuantas partes pudieran, como llamadoras de fortuna. Es<br />

decir, cualquier "chispita" o pelito de "la cabuya de¡ ahorcado", valía un dineral, y a<br />

quienes se enriquecían rápidamente o tenían suerte en los negocios se les decía que<br />

había conseguido "la cabuya del ahorcao".<br />

Ahora es cuando menos se cree en los poderes de "la cabuya del ahorcao",<br />

porque parece que ha pasado de moda como muchas otras tantas cosas<br />

margariteñas.


LA ESPUELA DE LA MACAUREL<br />

El macaurel es la más grande y gruesa de las culebras o serpientes que existen<br />

en la Isla de Margarita. Puede medir hasta 4 o 5 metros de largo. Es de andar lento,<br />

muy parsimoniosos, y vive casi siempre entre los matorrales donde hay peñas y<br />

oquedades. Se mantiene comiendo gallinas, conejos y cuantos más animales<br />

encuentra por los montes donde mora. Se dice que puede comerse también hasta un<br />

novillo o una persona. La manera más propicia para conseguir su presa es utilizando<br />

la "vagiada", especie de eructo con hedor a calabaza podrida, que al expulsar por su<br />

boca, cubre varios metros a la redonda, y con lo cual tontea a los animales para hacer<br />

más fácil su captura. A los chivos, borregos, y venados se les "enrolla" como un<br />

resorte sobre el cuerpo, haciendo fuerte presión sobre ellos hasta quebrarle todos los<br />

huesos y ponerlos como un amasijo para empezar a tragárselos por las partes<br />

traseras dejando fuera la cabeza hasta que se pudre y se desprende por su cuenta.<br />

Este lapso de tiempo es conocido como "camorra" o "pudridera" y se asegura que<br />

cuando está en esas condiciones es inofensiva.<br />

El cuero de la macaurel es muy apetecido. Con el se hacen fajas para los que<br />

padecen de dolores en la cintura, y correitas para los que se les "abren" y sienten<br />

dolencias en las muñecas durante los trabajos fuertes. El aceite de la macaurel, que<br />

lo extraen de la "empella o tocino de¡ animal, puesto a derretir al calor de¡ Sol, lo<br />

utilizan para aflojar las coyunturas y toda clase de articulaciones que se hayan<br />

encogido o dislocado mediante enfermedades o accidentes. Tiene que ser aplicado<br />

por "curiosos", porque "si se pasa de la cuenta" lo más probable es que se aflojen<br />

demasiado los huesos y tendones y el paciente quede "descoyuntado" para toda la<br />

vida.<br />

Pero a pesar de todas esas utilidades, se asegura que lo más beneficiosos de la<br />

macaurel es la "espuela" que algunas tienen en la punta M rabo, y la cual se parece<br />

mucho a la que le sale a las "salamanquejas" cuando se les troza la cola y siguen<br />

viviendo. Que para conservar dicha "espuela" con todas sus facultades naturales hay<br />

que quitársela viva. Cortándosela de "un solo tajo"; cosa que es muy difícil, debido a<br />

que casi no hay machete, por amolado que esté, que pique el cuero de ese animal.<br />

Que la macaurel al desprendérsele la espuela se pone rabiosa y busca atrapar a la<br />

persona para Desmolerla y tragársela. Que la espuela desprendida brinca y salta<br />

como si fuera de azogue lo que hace más dificultosa su agarrada; y que se le tiene<br />

que pegar la mano con muchísimo cuidado porque "puya" duro y la "puyada" es<br />

mortal o cuando menos "desarmadora" del cuerpo. Se dice además, que la persona<br />

que logra conseguir una "espuela de macaurel", puede hacerse M más grande de los<br />

ensalmes, metiéndola durante siete días consecutivos, al repuntar la Luna, en un<br />

poco de chicha fuerte de maíz negro, sin dulce de ninguna clase, bebiéndose del


contenido tres tragos al desaparecer la misma Luna, untándose el resto por todo el<br />

cuerpo; haciendo igual cosa durante trece martes y trece viernes seguidos, tanto al<br />

nacer como al ponerse el Sol, y además, llevando siempre encima la dicha espuela en<br />

reliquia o en cualquier otra cosa. Eso basta y sobra para que la persona quede<br />

"cruzada" o lo que es lo mismo, libre de que le cale o le haga daño, el veneno de<br />

animales ponsoñozos de la clase y tamaño que sean. También se asegura que las<br />

virtudes de la espuela de la macaurel no se pueden pasar de una persona a otra,<br />

salvo del padre cuando esté entregado su alma a Dios, al hijo de su preferencia, y<br />

sólo hasta la tercera generación.<br />

La espuela de la macaurel es otro de los tantos mitos y creencias margariteñas<br />

que ha ido desapareciendo con el andar del tiempo.


LA PAJA DEL CARPINTERO<br />

Si nos pusiéramos a recoger uno a uno, tantos cuantos mitos y creencias se<br />

encuentran diseminados por toda la geografía margariteña, nos encontraríamos con<br />

que tendríamos que llenar innumerables cuartillas y formar extensos volúmenes sin<br />

lograr agotarlos. Entre esas cantidades mencionadas nos encontraríamos con uno<br />

muy peculiar, que se refiere a "la paja del carpintero", pero que nada tiene que ver con<br />

ninguna persona de las que se ocupan del trabajo de la madera, sino del "pájaro<br />

carpintero", que se dedica a perforar los árboles, por fuertes y centenarios que sean,<br />

para formar en ellos sus nidos y sacar su polluelos.


Se asegura que la "paja del carpintero" tiene infinidad de usos y secretos, unos<br />

más y otros menos generalizados, pero el de mayor popularidad es el relacionado con<br />

el amor, es decir, el del uso que hacen de dicha paja los miembros del sexo<br />

masculino para conquistar y hacer suyas, sin ninguna dificultad ni resistencia, a las<br />

del sexo opuesto.<br />

Se dice que para obtener "la paja del Carpintero", la persona interesada que de<br />

paso tiene que ser muy animosa, debe trasladarse a un lugar solitario y lo más<br />

distante posible de la zona donde vive, y buscar, con el mayor de los cuidados, un<br />

nido de "carpintero", donde dicho animal tenga los huevos ya al sacar o los propios<br />

"carpinteritos", y al encontrarlo, pasarse allí todo el tiempo necesario, bien sea de día<br />

o de noche, esperando que el pájaro salga por su propia voluntad del nido, y al verlo<br />

salir, coger un pedazo de hojalata, de antemano preparada, y con ella y cuatro clavos<br />

colocados en cruz, taparle bien tapado el orificio de salida. Luego, seguir esperando,<br />

con sin igual paciencia, que el pájaro regrese y se encuentre con el obstáculo que le<br />

impide entrar al nido. Entonces observarle detenidamente y con el más grande de los<br />

cuidados, las reacciones del retorno, siguiéndole todos los movimientos, hasta ver,<br />

cuando, después de algún rato, que puede ser corto o largo, llegue con una pajita en<br />

el pico y empiece a darle a la hojalata insistentemente hasta romperla, y como, hecho<br />

esto, deja caer la paja y se introduce nuevamente en el agujero.<br />

Es en ese momento, cuando la persona tiene que ingeniárselas para recoger de¡<br />

suelo la paja caída, sin que el animal se percate de su presencia, porque de hacerlo,<br />

es capaz de matarlo a picotazos; y con la dicha paja en su poder, volverse a su casa<br />

a elaborar el amuleto donde portarla, y el cual es conocido con el nombre de "aflija<br />

corazones".<br />

También se dice, que durante todo el tiempo que el animal está bregando para<br />

destapar el nido, se escuchan por todos los contornos, lamentos como de ultratumba<br />

y se presentan remolinos y ráfagas infernales y se ven cosas extrañas de diferentes<br />

clases y tamaños, todo lo cual contribuye a templar loa ánimos de¡ interesado y a<br />

darle el brío sobrenatural que debe tener todo el que pretende portar clase de<br />

amuletos.<br />

Además, se comenta, que el secreto que emana de "la paja del carpintero", no<br />

es transmisible de una persona a otra, ni por muy amigo ni familiar que sea; ni puede<br />

venderse ni negociarse de ninguna manera ni por ningún precio, porque es un don<br />

exclusivo para la persona que logra recoger dicha paja en el mismo instante en que la<br />

larga el animal, y que los aludidos secretos van mermando a medida que el portador<br />

va perdiendo su virilidad. Asimismo se asegura, que para que el amuleto contentivo<br />

de "la paja del carpintero", pueda ser efectivo, se tiene que mantener con devoción y<br />

pedirle todos los martes a las doce de la noche, en un camino en cruz y lo más


solitario posible, todo lo que se desea, porque de lo contrario, nada vale que se tenga<br />

"la paja del carpintero".<br />

LA PIEDRA DEL GUARAGUAO<br />

En la Isla de Margarita, no sólo entre la gente del pueblo, a quienes como tales,<br />

se les atribuye un bajo nivel cultura¡, sino también entre los que habitan en las<br />

ciudades y a los cuales se les considera con un grado más avanzado de capacitación,<br />

existen creencias tan arraigadas, que pocos se atreven a discutirlas, como la que se<br />

refiere a los poderes sobrenaturales que emanan de la llamada "piedra del<br />

guaraguao" o del zamuro, como también se le conoce.<br />

Cuando una persona, se destaca o viene obteniendo rápidamente lo que han<br />

dado en catalogar como suerte, tanto en el amor, como en los negocios o en<br />

cualesquiera de las otras actividades de su vida, se dice que encontró o que tiene "la<br />

piedra del guaraguao", y se tejen miles y miles de comentarios o hipótesis acerca de<br />

como y de que manera se puede llegar a conseguir esa singular joya.<br />

Se asegura que el que quiere hacerse de sea afortunada piedra, lo primero que<br />

tiene que hacer es aventurarse a visitar los lugares habitados como guaridas o<br />

refugios de esa clase de negros animales, donde según los prácticos, no es muy fácil<br />

llegar, por los escollos, que se tienen que atravesar y la fetidez insoportable que de<br />

allí emana a toda hora, capaz de marear hasta las personas de estómago más fuerte<br />

y olfato menos sensible, y buscarse con mucho cuidado un nido o "nidá" o sea una<br />

"oIaya" o "guaraguá" que esté bien "culeca" y echada sobre sus "posturas", y el<br />

viernes que corresponda precisamente a la curta semana antes de¡ Viernes Santo,<br />

quitarle muy prudentemente, cuando menos, la mitad de los huevos, sancochárselos y<br />

volvérselos a colocar, al quedar más o menos calor de sangre y hacer<br />

inmediatamente lo mismo con el resto, para que el animal no se de cuenta de la<br />

operación; dejándoselos así y volver al sitio el Viernes Santo, de modo que se esté allí<br />

a pleno mediodía, que es cuando el animal, viendo que no han sacado los huevos o lo<br />

que es lo mismo, no han nacido los animalitos, se levanta y busca una piedra, que<br />

sólo ellos tienen el don de conocer, la trae con el pico y con ella va dándole golpes a<br />

los huevos hasta que los rompe y en vista de que ninguno "desempolla", abre las alas<br />

y las sacude una y más veces, alza un poco el vuelo, da tres vueltas en redondo por<br />

sobre el nido, deja caer la piedra, lanza unos horribles graznidos y se pierde en lo<br />

infinito.<br />

Es entonces, cuando el individuo que ha tenido que estar a una distancia regular<br />

durante todo ese tiempo, y con los ojos bien abiertos, es decir bien «despabilados" o<br />

lo que es lo mismo, con ellos "más pelados que un vende prendas", y soportando<br />

todas las consecuencias que se presentan, que según no son muy buenas, ya que<br />

muchos de los que han intentado la operación, no han aguantado hasta el final ni han<br />

querido que más nunca les hablen de eso, recogen la mencionada piedra y se la traen


para su casa, a fin de cargarla como el talismán o "amuleto" que le hará venir la<br />

suerte.<br />

Hay quienes aseguran tener la nombrada piedra sin que les haya traído ni una<br />

pizca de suerte, y se calcula, que es por haberla obtenido de otra persona, con lo cual<br />

quedó sin efecto el secreto, o por que en el momento de recogerla no tuvieron la<br />

fortaleza suficiente de aguantar bien la "despabiIá" de los ojos y se equivocaron<br />

agarrando la que no usó el animal, o que los que la tienen son tan incrédulos que no<br />

hay secreto que les resulte.<br />

Muchos confunden la aludida piedra, con la semilla del "ojo de guaraguá", que<br />

no es sino la pepa de un vegetal que se encuentra silvestre en algunos lugares de la<br />

Costafirme, y la cual usan para pulirla, engastarla y llevarla como un abalorio, pero no<br />

para llamar suerte.


LAS PALOMETAS NEGRAS<br />

En la Isla de Margarita solamente se conocen dos estaciones climáticas. El<br />

Verano y el Invierno.<br />

El Verano es la época de menos lluvias y el Invierno es el de más lluvias. Las<br />

lluvias de Verano son más frecuentes durante los meses de Junio y Julio y las<br />

Invierno en Noviembre, Diciembre, Enero y Febrero.<br />

En los períodos de lluvias, tanto las tierras planas, como los cerros y las<br />

montañas, se cubren de un verdor intenso, agradable a la vista de nativos y visitantes;<br />

el clima se torna más benigno, los conucos se hacen más productivos y los mercados<br />

se llenan de frutos criollos.


Durante la frescura, se ven por donde quiera cantidades de mariposas, de<br />

diversidad de colores, formas y tamaños, que en su incesante revoletear, a diestra y<br />

siniestra, adornan el ambiente.<br />

Los margariteños, tradicionalmente llaman a las mariposas, "palometas", y los<br />

niños las cazan para jugar con ellas y formar colecciones, las más de las veces,<br />

clavadas en las paredes de bahareque, con espinas de yaque o de cardón, mientras<br />

que los adultos no las toman en cuenta ni para bien ni para mal.<br />

Pero entre todas las "palometas", hay unas que no tienen épocas fijas, que se<br />

presentan durante todo el año, y que son muy temidas por la gente. A esas se les<br />

conoce como "palometas negras".<br />

Las "palometas negras" son grandes, desproporcionadamente en relación con<br />

las demás. Pueden medir de media cuarta a un jeme, poco más o menos. Unas son<br />

retíntas como el azabache, otras medioluto y otras grises o marrones. La mayoría<br />

presentan unos círculos en las alas que semejan ojos humanos. Se cree que las<br />

"palometas" negras" son fatídicas, es decir, presagios de mal agüero, y por lo regular<br />

anuncian desgracias. En la mayoría de los casos la propia muerte.<br />

Mientras las "palometas negras" están en los campos, casi no preocupan a<br />

nadie, pasan por desapercibidas. Pero cuando se meten entre las casas, causan<br />

pavor, mucho miedo, nerviosismo, sobresalto, provocan hasta llanto y se les teme<br />

como a algo del otro mundo. Nadie se atreve a matarlas, ni siquiera a espantarlas,<br />

porque se dice que representan el alma moribunda de alguna persona familiar o<br />

amiga. Que andan anunciando luto, y castigarlas es como castigar a la misma<br />

persona que representan. Y cuando se pegan de las paredes las dejan quietas hasta<br />

que se caigan muertas o se vayan por su propia cuenta.<br />

Las "palometas negras", retíntas, color de azabache, anuncian la muerte de<br />

personas ancianas; las medioluto, las de personas de mediana edad, y las grises y<br />

marrones, las de personas jóvenes. Las muertes de niñitos son anunciadas por los<br />

"cocuyos" y no por las “palometas".<br />

Hay algunas personas que dicen conocer, en las señales que muestran las<br />

propias "palometas", cuando la muerte va ha ser de varón o de hembra.<br />

A todas las tres variedades se les dice "palometas negras", se les teme por<br />

igual, y cuando las ven, la gente reza y encomendar al cielo, el alma de los que van a<br />

morir.<br />

Como en la Isla de Margarita, casi toda la gente se consideran miembros de una<br />

misma familia o amigos cuando menos, al fallecer alguno, lo asocian con las<br />

"palometas negras" llegadas a las casas.


LA CULEBRA MAMONA<br />

Cuando en la Isla de Margarita se habla de culebras, lo primero que los<br />

ancianos recuerdan y sacan a relucir, es a la culebra "mamona" Se dice que la<br />

culebra mamona existió, que era de carne y hueso como las otras culebras; corta,<br />

rechoncha, cabezona de rabo romo y andar lento; que casi no subía a palos y que se<br />

deslizaba por sobre la tierra sin hacer ruidos.<br />

Se comenta que la culebra mamona perseguía a las mujeres paridas que se<br />

acostaban en el suelo pelado o sobre simples esteras; que no mordía ni picaba, pero<br />

que tenía la facultad de emponsoñar a la gente y dormirla. Que se iba acomodando<br />

lentamente hasta ponerse en posesión de las tetas de las mujeres. Que si la criatura<br />

dormía con la madre le iba metiendo la punta del rabo entre la boquita para que<br />

creyera que era el pezón de la teta y se quedara quietecito, mientras ella se fajaba a<br />

mamar y a mamar y a mamar hasta dejar a la madre extenuada. Que al inocente<br />

pegarse del pecho de la madre nada conseguía que sacarle porque la culebra<br />

mamona la secaba para siempre o cuando menos por muchos días. Que la criatura<br />

con lo que había chupado del rabo del animal y lambido del pezón de la madre, se iba<br />

poniendo flaquito o lo que es lo mismo, entecándose hasta que se moría tostadito.


También se asegura que las madres para librarse de las culebras mamonas<br />

recurrían a dormir en catres, chinchorros, barbacoas y soberaos. Que ponían candela<br />

en la entrada de los ranchos porque la culebra le temía a la llama. Que prendían<br />

mechurrios o faroles a sabiendas de que el animal tampoco le agradaba mucho la<br />

claridad. Que la culebra mamona fue desapareciendo a medida que la gente fueron<br />

fabricando sus casa de bahareque o de mampostería y poniéndoles puertas de<br />

madera para impedirles el paso.<br />

Nadie dice haber visto a la culebra mamona, pero muchos coinciden en aseverar<br />

que la escuchaban mentar a los más viejos. También se asegura que la culebra<br />

mamona existió en Costafirme y en Los Caños del Orinoco. Lo que si no se debe, es<br />

confundir a la culebra "mamona'' con la "morrona" o de "dos cabezas", porque son<br />

dos cosas completamente distintas.


EL MORROCOY DE SAN FRANCISCO<br />

No se trata del animalito que protegió el hermano Francisco de Asís, el monje<br />

bueno, sino de otro parecido o de su misma especie, real o imaginario, inmortalizado<br />

con el andar del tiempo.<br />

Cuentan las viejas leyendas margariteñas, que cuando Macanao empezó a<br />

poblarse, hubo un hombre que amaestró a un morrocoy para que le hiciera todas sus<br />

diligencias, en vista de la distancia que había entre los poblados y lo dificultoso que se<br />

hacía el tránsito por entre los breñales y vericuetos existentes, tanto en las fangosas<br />

épocas invernales. como en las resecas y asoladoras veraneras.<br />

Se asegura que el animal, obediente, llevaba a cabo su cometido con toda<br />

regularidad, sin que en ningún momento hubiese llegado a retardarse ni mucho<br />

menos a fallar, hasta el día en que lo mandó a buscar una partera donde primero la<br />

encontrara, porque a su compañera de vida se le estaban presentando los dolores del<br />

parto.


Pasaron las horas, los días y las noches y el animal sin regresar. el hombre<br />

creyó que se había muerto o que lo habían matado en el trayecto.<br />

El parto se hizo como pudo y el hijo que nació fue creciendo con la ayuda de<br />

Dios y de María Santísima, y escuchando de labios de su padre la triste historia del<br />

morrocoy amaestrado.<br />

Hasta que un día. el propio muchacho, que ya tenía quince años, se preparaba<br />

para echarse la cola y caminaba más que un perdido, vio entre unos distantes<br />

matorrales a un morrocoy que le causó extrañeza, y le preguntó:<br />

- Mira bicho er'Diabio, no serás tu el morrocoy que mi papá mandó a buscar la<br />

partera cuando a mi mamá se le presentaron los dolores del parto.<br />

Y cual no sería su sorpresa, cuando el animal le contestó en una forma muy<br />

despampanante:<br />

- S¡ soy pues, y mucho cuidado con molestarme, porque si me caliento me<br />

devuelvo.


EL COTOPERI DE LA OTRABANDA<br />

No hay cosa que no ocupe un lugar en el espacio. Unas con más y otras con<br />

menos méritos. Allí está como ejemplo el viejo "cotoperí" de La Otrabanda. Con su<br />

carga de años repletos de consejas y de leyendas. Con su tronco maltrecho y su<br />

ramaje destartalado desafiando las inclemencias del tiempo y las injusticias de los<br />

mortales. Como un hito antiquísimo marcando el punto donde empieza la empinada<br />

cuesta para remontar el legendario y agreste "portachuelo" Unos le dicen simplemente<br />

"el Cotoperí". Otros "el cotoperí del macho". Se dice que en sus cercanías murieron<br />

misteriosamente tres ejemplares de esa especie mientras transportaban productos de¡<br />

campo por las viejas trochas repecheras. Se habla de un "genio" que no escogía hora<br />

del día ni de la noche para allí aparecerse, y cuando menos lo esperaban, saciar sus<br />

apetencias de sangre animal. Otros hablan de la maldición de un indio en el momento<br />

de ser atropellado muy cerca de donde se encuentra el árbol, por un animal que le<br />

pareció hombre y bestia: "la venganza tendrá que venir tres veces para que el lugar<br />

pueda quedar nuevamente sagrado". !Designio de sus Dioses!. Los lamentos, las<br />

agonías y los últimos suspiros bajo su regazo, en las luchas por la Independencia y en<br />

las contiendas fraticidas. Por todas esas cosas, los pelos de la gente se engrifaban a<br />

la hora de pasar por el sitio. Las cruces se hacían una y mil veces. Las súplicas y las<br />

oraciones obraban espontáneamente. "El miedo era pánico". La valentía era cosa de<br />

honor.


Vino la primera carretera: los picos, las carretas y las chícoras rechinaban junto<br />

a sus raíces, y el , "como si en el mundo de Dios".<br />

¡Estaba conjurado!... Quedó como una patriarca señalando la primera curva de<br />

la serpenteante vía abierta para que subieran las máquinas endemoniadas. Continuó<br />

como una centinela indicando el primer desvío por el "camino viejo" para que cascos y<br />

pies, en una conjunción de lento padecer, siguieran trajinando y acortando las<br />

distancias de¡ "camino nuevo". Al principio sus frutos no eran apetecidos porque<br />

dizque estaban malditos. !El genio! !El indio!, salían a relucir de momento a momento.<br />

En algunas ocasiones se tornó estéril como para castigar a los tejedores de fantasías.<br />

En otras, sus partos eran "cetas" de buen tiempo. Una vez, un carro que bajaba se<br />

encabritó en su ruta y embistió contra el, pero no logró hacerle nada. Otra vez salía a<br />

relucir la maldición. Otra vez lo de¡ "genio". Otra vez lo del "indio". Pero la sangre ya<br />

no parecía necesaria. El conjuro estaba mediatizado.<br />

De nuevo empezaron a guarecerse en su sombra los andantes de a pie. Los<br />

pelos de la gente dejaron de erizarse. Las leyendas se fueron esfumando con el andar<br />

del tiempo. Todo ha ido desapareciendo lentamente. Pero "el viejo cotoperí de la<br />

Otrabanda" sigue impertérrito como un punto referencia¡ en el "camino viejo".


EL CARRO FANTASMAL DEL<br />

PORTACHUELO DE TACARIGUA<br />

En la Isla de Margarita, todo, o cuando menos una parte del todo, tiene su<br />

vigencia. Los fantasmas y aparecidos han sido desde tiempos inmemoriales, el plato<br />

del día, aunque, por fuerza de las razón debiera ser el plato de la noche.<br />

Por los lados de Punta de Piedras, se habla del “Lango-lango"; en Macanao,<br />

"del perro que lleva más de 400 años ladrando la desaparición de su dueño"; entre<br />

Altagracia y Pedrogonzález, "del gato y el tizón de Ño Suárez"; en Pampatar, "del<br />

fantasma del bajo"; en El Tirano, "de la piedra ahogada" y "de la bruja de la cueva"; en<br />

Tacarigua, "del conejo resbaloso"; en el pueblo de Machomuerto, "del macho muerto<br />

por el Tirano Aguirre"; de duendes y chinamos, de chiniguas, de lloronas y de<br />

colmillonas, ni que decir, porque de eso se habla en toda la Isla; de los chimichimitos,<br />

no hay orilla de playa donde no los conozcan, y pare usted de contar porque a lo<br />

mejor no le va a alcanzar el tiempo para terminar.


Pero lo que si no tiene acotejo y es duro imaginarse de donde demonios viene,<br />

es lo del carro fantasmal del Portachuelo de Tacarigua. Más de una persona aseguran<br />

que lo han visto, y no embusteros o miedosos de oficio, sino gente muy pero muy<br />

serias e importantes, incapaces de embusterear o de inventar cuentos. Dicen que le<br />

escuchaban el ronronear en las curvas cerradas que antes tenía en cantidades el<br />

nombrado portachuelo. Aseguran que le veían la iluminaria claritica como la luz del<br />

día, cuando iba alumbrando los matorrales y hasta los elementos, de acuerdo con la<br />

trayectoria que seguía. Algunos más valientes manifiestan que se apartaron bien<br />

apartados cuando ya lo tenían encimita para que el bicho pasara. Otros asientan que<br />

pasó por junto a ellos como alma que lleva el diablo sin haberle escuchado ni el ruido<br />

ni muy bien poderlo ver. Otros tantos arguyen, que se quedaron esperando que<br />

pasara cuando lo divisaron y no pasó nunca. Y hay hasta quienes digan que lo<br />

agüaitaron y le<br />

pidieron una "chivita", -como se decía antes a las colas-, creyendo que era un carro<br />

de este mundo.<br />

La mayoría lo describen de color negro, como para demostrar que es infernal;<br />

con un toque de pera grande de las que hacían facúfacú, y una corneta ronca asusta<br />

muchachitos, de las que hacían agúrgura-agúrgura-agúrgura, muy propia de los<br />

carros de¡ tiempo de antes. Pero lo que si no ha habido nunca es una criatura que<br />

diga de quién sería ese carro, en que año se trambuscó en la vía de¡ portachuelo,<br />

sino simplemente que es un carro condenao y que dejará de salir, cuando termine de<br />

pagar su penitencia.<br />

De que el carro fantasmal del Portachuelo existe, existe; de que sigue saliendo,<br />

sigue saliendo, aunque hayan acabado con las curvas cerradas, hayan rectificado la<br />

vía, hayan abierto la boca hasta sus entrañas y hayan asfaltado la carretera...


EL ANIMA SOLA<br />

El "Anima Sola" tiene muchos devotos en la Isla de Margarita. No hay pueblo<br />

donde no se le menciones ni sitio donde no se le venere. Hasta gente bastante<br />

allegada a la Iglesia Católica adoran al "Anima Sola". Es una devoción viejísima y muy<br />

popularizada. Muchas personas la invocan sin conocerla. Otras lo hacen conscientes<br />

de haberla visto en una estampita donde la representan de medio cuerpo hacia arriba<br />

y entre llamaradas o ''lenguarás'' de candela. Los devotos nunca la juntan con sus<br />

demás santos y santas. La ponen sola en un adoratorio, casi siempre en un rincón,<br />

donde le prenden velas y mechas de aceite de coco. En sus días señalados, los<br />

creyentes le piden favores que consideran que otros no están en capacidad de<br />

concedérselos. Los brujos y hechiceros la utilizan para sus prácticas profanas y en<br />

otras creencias también es tomada muy en cuenta. Todas las rogativas van<br />

acompañadas de su oración. Esta tiene muchas variantes, pero la más generalizada<br />

es la siguiente:<br />

"Anima Sola, ánima de paz y guerra, ánima de mar y tierra, ánima de sol y luna,<br />

ánima de viento y calma, ánima que estás obligada con Dios a resolver los problemas<br />

de¡ mundo, ante tí yo juro y me conjuro y te imploro mi deseo de que todo lo que<br />

quiera se me cumpla. Anima la más sola de¡ Purgatorio, que todo lo ves y todo lo<br />

escuchas, yo te compadezco en tu dolor y quiero aliviarte en tus sufrimientos<br />

ofrendándote todas las obras buenas que he pasado, pase y pasaré en esta vida para<br />

que pagues tus culpas y pecados a Dios y alcances su gracia divina, esperando me<br />

concedas el beneficio de (aquí lo que se pide) y al concedérmelo cumpliré tu Santa<br />

Ley amándote por sobre todas las cosas y a su Divina Majestad misericordia infinita<br />

para mi salvación amén". Se rezan 3 Avemarías y 3 Padrenuestros gloriados con<br />

bastante fe y concentración espiritual para que la súplica pueda llegar al cielo porque<br />

de lo contrario no tendría ningún efecto y más bien podría revelarse contra él o la<br />

suplicante.


Algunos devotos del "Anima Sola" se les pregunta acerca de¡ origen de dicho culto y<br />

no saben dar razón y simplemente se limitan a responder que lo que si pueden<br />

asegurar es que es milagrosísima. Otros responden que es un espíritu desesperado<br />

condenado al Infierno, capaz de conceder todo lo que se le pida, buscando<br />

congraciarse con Dios para lograr su descanso eterno. Otros se refieren a que es el<br />

alma de un ser que vivió en el mundo sin familia. mientras que otros tantos, entran en<br />

detalles explicando que el "Anima Sola" fue una persona de cuerpo y alma, que existió<br />

en carne y hueso, sin asegurar donde ni cuando, y que cayó en pecado porque no<br />

hizo en la tierra lo que Dios manda. Que fue una mujer quisquillosa, adulante,<br />

cuentera, mezquina, avara, codiciosa, envidiosa, máula, hipócrita, intrigosa, egoísta ,<br />

y pare usted de contar, que no cumplió ni uno sólo de los mandamientos de la Ley de<br />

Cristo y que al morir y pretender entrar al Reino de los Cielos, es decir, llegar a la<br />

presencia de Dios fue expulsada por éste ordenándole purgar sus penas en el<br />

Purgatorio pero completamente sola, aislada de las demás ánimas, -de allí el origen<br />

de su nombre-, pero con la obligación de escuchar a todos los que la invocaran y<br />

ayudarle a resolver sus necesidades, intercediendo ante el mismo Diablo de los<br />

Infiernos si era posible.<br />

El "Anima Sola" volverá a la presencia de Dios todo Poderoso el día que termine<br />

de pagar su penitencia haciendo las obras que dejó de hacer mientras estuvo en la<br />

tierra y para ello tendrá que hacer un milagro mayor a la hora de cada llenante de<br />

Luna y varios menores durante los cuartos o pases y en la aparición de la Luna


Nueva; pero como son tantos los pecados de¡ género humano sobre la faz de¡ planta,<br />

porque la gente cada día se han ido alejando más de Dios y tornándose más terca,<br />

hereje y mala, el "Anima Sola" no tiene esperanzas de acabar de pagar sus culpas ni<br />

en miles y miles de años, y de allí que tendremos "anima Sola" para mucho tiempo.


LA VIRGEN DEL VALLE<br />

Y LOS CAMPESINOS MARGARITEÑOS<br />

En Margarita, la Virgen del Valle es todo amor, creencia, veneración, devoción y<br />

fe, no sólo de los marineros sino también de los labradores...<br />

A pesar de los datos suministrados por el Hermano Nectario María, por<br />

Monseñor Pibernat, por el Prof. Jesús Manuel Subero y por Charo Rosa, entre otros,<br />

en relación al culto católico de la Virgen del Valle de la Isla de margarita, que más o<br />

menos ponen en claro la verdad histórica, en la Isla hay innumerables versiones o<br />

creencias muy arraigadas, sobre todo dentro de¡ campesinado acerca de la aparición<br />

de la imagen en una cueva, a los Guaiqueríes de "El Poblado de porlamar", como<br />

mandato divino; hay quienes se atreven a asegurar, que la Virgen tiene propiedades<br />

ultraterrenales que le permiten transformarse en persona real para recorrer todos los<br />

caminos de la tierra y vigilar de cerca a los suyos.<br />

En tal sentido, se cuenta, que en tiempos de una ruindad que azotaba la región<br />

(sin precisar la fecha) y nada había que traer de los conucos a las casa, para paliar el<br />

hambre de grandes y chicos, en el "Cañón" del río de Tacarigua, una tarde, a la<br />

puesta de¡ Sol se presentó a unos labriegos una extraña mujer vestida humildemente,<br />

pero que de su cuerpo despedía un perfume de santidad y que al ser interrogada por<br />

su procedencia, sólo oíasele decir como en son de plegaria "benditos sean mis hijos,<br />

benditos sean" y continuaba sin inmutarse por el estrecho camino de la serranía, y<br />

que al otro día, al regresar a sus labranzas, para sorpresa de todos, se encontraron<br />

con que las matas de mango, estaban cargadas enormemente y desgranando frutos<br />

sazonados, que sirvieron para ayudarles a mitigar sus necesidades y las de los suyos;<br />

igualmente, que en una época de escasez de maíz, cuando el hambre amenazaba<br />

con convertirse en un azote de los moradores, los maizales, que apenas estaban<br />

empezando a "borlear", maduraron de la noche a la mañana y la amenaza de¡ hambre<br />

desapareció totalmente, así mismo, que en cierta ocasión, cuando una sementera<br />

estaba a punto de perderse, por insolación, el dueño creyente, invocó la intercesión<br />

de la Virgen del Valle y sin terminar muy bien la invocación una enorme nube se<br />

levantó y posándose sobre el predio, descargó totalmente, anegándole lo suficiente<br />

como para que se diera la cosecha, no así la del vecino incrédulo, donde no cayó ni<br />

gota.<br />

También era frecuente escuchar en boca de ancianos labradores, contar con<br />

énfasis de veracidad, que la Virgen era viva, que su rostro se transformaba de alegre<br />

en triste o viceversa, para anunciar tragedias o bonanzas; que se hacía invisible en su<br />

capilla cuando no quería que la llevasen a otra parte; que se había hecho presente en<br />

la batalla de Matasiete al lado de los patriotas y de allí el triunfo de estos; que<br />

frecuentemente visitaba los campos y las labranzas y que por lo tanto, más de una<br />

vez le habían conseguido en los pliegues de su manto, adheridos cadillos y otras


muestras vegetales, producto de sus incursiones por las llanadas y serranías,<br />

atribuyendo todas estas cosas a milagros de la Virgen.<br />

Estas pueden ser fantasías o irrealidades, provenientes de la acendrada<br />

credulidad del campesino margariteño hacia su Virgen del Valle; del amor y<br />

veneración hacia ella, pero nunca ciego fanatismo. Claro que con el andar del tiempo<br />

muchas de estas creencias se han ido esfumando, pero todavía queda mucho de la<br />

auténtica fe del labriego hacia su Virgen protectora espiritual.


LA VIRGEN DEL VALLE Y LAS<br />

QUEMAZONES CONUQUERAS<br />

Hablar en Margarita de los milagros de la Virgen del Valle es cosa para nunca<br />

acabar, porque son tantos y tan variados, que los encontramos en todas partes y en<br />

todos los sentidos, de allí que hoy escojamos dos de los relacionados con las<br />

quemazones conuqueras, para presentarlos al público lector.<br />

Se cuenta que un señor de apellido García, oriundo del Valle de Paraguachí,<br />

quien tenía una extensa y muy estimada labranza, la cual mantenía siempre bajo la<br />

protección y amparo de la Virgen del Valle, estaba una vez quemando un desmonte<br />

que había llevado a cabo muy cerca de una gran cementera de maíz completamente<br />

seca y debido a un descuido o imprevisión, se le pasó la candela, la que empujada<br />

por un fuerte viento que le vino a su favor, fue a dar hacia el maizal que empezó a<br />

arder desaforadamente. Cuando el señor García vio aquello, no le quedó otro camino<br />

que hincar rodillas en tierra y extender los brazos hacia el cielo para implorarle a la<br />

Virgen del Valle que le salvara su cosecha, al mismo tiempo que un viento contrario<br />

detenía como parte de la magia las llamas y el incendio se sofocaba sin que se<br />

ocasionaran mayores daños en el maizal.


Otro caso parecido fue el de un señor Gil, cultivador de piñas en los cerros de<br />

"La Rinconada" de Tacarigua, el cual sostenía a su familia y guardaba algún dinero<br />

con el producto de ese trabajo, y quien en un mediodía de Sol ardiente y<br />

aprovechándose de la "calma chicha" que reinaba, se propuso, junto con sus hijos, a<br />

prender fuego a unos matorrales que había desmontado y rodado hacia una<br />

quebrada, pero por imprudencia, uno de los muchachos, colocó la fogata de¡ lado<br />

contrario de donde debía hacerlo, al tiempo que un vendaval inesperado se presentó y<br />

llevaba la candela rápidamente hacia lo más poblado de¡ piñar, donde la voracidad de<br />

las llamas amenazaban con consumirlo todo en poco tiempo. Cuando el señor Gil vio<br />

la magnitud de lo que sucedía y ya casi exhausto, se hincó de rodillas a un lado de la<br />

candela, se hizo la señal de la cruz e imploró a la Virgen del Valle que le salvara su<br />

propiedad, y no había terminado muy bien su súplica, cuando las llamas fueron<br />

detenidas como por una muralla invisible y el piñar no sufrió absolutamente nada.<br />

Fueron tan excepcionales estos dos acontecimientos, que ambos se le<br />

atribuyeron a milagros de la Virgen del Valle, y como tales, recorrieron todos los<br />

caminos de la Isla en boca de propios y extraños.


LA VIRGEN DEL VALLE<br />

Y SU ORIGEN DIVINO<br />

Cada día se arraiga más y más en el alma de los margariteños la fe y la<br />

devoción en la Virgen del Valle. Cada día aumenta el número de visitantes al<br />

Santuario de la "Excelsa Patrona de los Pescadores" con el fin de observarla de cerca<br />

y cerciorarse, de si es o no verdad, todo lo que acerca de ella se dice y se asegura.<br />

Cada día se descubren nuevos datos que ponen en evidencia la verdad histórica<br />

referente a la "Virgen Marinera". Cada día historiadores y escritores se las ingenian<br />

para urgar en la fuente del saber, tratando de descubrir la verdad en relación a la<br />

"Virgen Patriota". Pero también cada día aparecen nuevas versiones relacionadas con<br />

el origen de la "Virgen del Valle de la Margarita". No hace mucho tiempo que tuve la<br />

oportunidad de conversar con unos viejos moradores de "El Valle de Pedrogonzález",<br />

pueblo ubicado al Norte de la Isla, que tuvo la dicha de entremezclar dos corrientes<br />

étnicas, la autóctona y la de allende los mares, para dar origen a un grupo humano<br />

que ha puesto muy en alto el gentilicio, y me refirieron, a manera de anécdota cargada<br />

de fe, lo siguiente: "que sus antepasados les habían contado, que la Virgen de¡ Valle<br />

era en realidad viva, porque había sido confeccionada en tierras muy lejanas y en<br />

tiempos muy remotos, por las manos santas de un hombre que tuvo la dicha de<br />

percibir una revelación divina, durante varias noches seguidas, que le anunciaba, que<br />

el había tenido el privilegio de haber sido escogido entre los mortales para elaborar<br />

una Virgen que tendría el don de llevar la fe cristiana hasta los últimos confines de¡<br />

universo, para salvar una raza humana que por ignorancia adoraban Dioses distintos.<br />

Que el escogido estuvo mucho tiempo tratando de llevar a cabo el pedimento sin<br />

poderlo lograr; por que a cada intento la revelación le decía en sueño, que no estaba<br />

perfecta la obra encomendada, hasta que fue precisamente en un día 8 de<br />

Septiembre, y de allí la fiesta en ese día, cuando, después de darle los últimos toques<br />

a la imagen modelada y decirle: -Madre de Dios, ¡Que más queréis que te haga! !Que<br />

más puede hacerte con sus manos este humilde mortal!, que escuchó una voz que<br />

parecía salir de los propios labios de la Virgen y al mismo tiempo de la bóveda celeste<br />

y de todos los contornos, que repetía una y otra vez: Mora si estoy conforme. S¡ estoy<br />

conforme. Si estoy conforme! y se iba extinguiendo lentamente; mientras que el pobre<br />

ejecutante, recibía la más grande de las emociones que viviente alguno hubiera<br />

recibido, y de ella moría, no sin antes revelarle el secreto que por mucho tiempo tuvo<br />

guardado en su corazón, únicamente a su mujer y a sus hijos.


LA NEBLINA DE GOTA EN MARGARITA<br />

Leyendo una de las últimas "Crónicas Margariteñas" de¡ maestro Jesús Manuel<br />

Subero, nos entramos de la sorpresa que llevó un "Cronista de Indias" cuando fue<br />

enterado en una Isla Caribeña o de¡ "Mundo Nuevo", por los propios nativos, "que allí<br />

vivían gracias al agua que les producía el "árbol de la lluvia".<br />

Para nosotros los que en esta Isla de Margarita hemos pasado la mayor parte<br />

de nuestra vida familiarizado con los montes, de manera muy especial con las<br />

arboledas de las montañas que circundan al Valle de Tacarigua, en nada nos ha<br />

sorprendido la información, porque en ese constante trajinar por dichos predios,<br />

hemos conocido muchos "árboles de la lluvia" que cumplían una misión muy parecida<br />

a la que observó el aludido cronista en al "Isla de Hierro", allá por la mitad de¡ siglo<br />

XVI.<br />

Resulta que cuando la "neblina" cubre la parte alta de las montañas, se enreda<br />

en el follaje de muchos de los árboles frondosos que allí existen y la da por<br />

descongelarse o "derretirse", como decimos los conuqueros, y empieza a caer al<br />

suelo en forma de lluvia fina y permanente. Esa agua que se detiene entre las hojas,<br />

en muchas ocasiones empieza a correr por las ramazones y a bajar por el tronco<br />

hasta el pie de¡ árbol. Los campesinos, antes más que ahora, para aprovecharla<br />

cavaban pequeños pozos donde la recogían, y la utilizaban para todos sus servicios.<br />

Claro que su cantidad no era suficiente para abastecer a todo un pueblo, pero si a las<br />

familias que frecuentaban tenían labranzas en dichas zonas, y las consideraban como<br />

agua de¡ cielo enviada por Dios y con más pureza todavía que la de la propia lluvia.<br />

Además, no se porque, aquella gente, nunca llamaban a esas nubecillas que<br />

corrían por los elementos como gigantescos copos de algodón y enturbiaban el<br />

espacio al extremo de impedir la visibilidad cercana y hacía bajar la temperatura<br />

considerablemente, neblina, sino “ñublina”, “enñubIináo” y “ñubIinaso” y consideraban<br />

que la de la "gota" era única y exclusivamente la que se pegaba del copo de los<br />

árboles y se convertía en agua que bajaba hacia la tierra.<br />

De allí que pensamos acá entre nos, que este pudo haber sido el fenómeno que<br />

observó el famoso viajero o del cual fue informado por los nativos, que quizás no eran<br />

muchos, de la Isla visitada.<br />

En los árboles que con más frecuencia se pega la neblina o "ñublina" son los de<br />

hojas anchas, como el copey, el copeycillo y el mameycillo, sin que esto quiera decir<br />

que no se pegan de otros árboles.


LOS TOQUES DE GUARURAS<br />

En el argot popular margariteño. GUARURA, equivale a decir: instrumento<br />

musical primitivo con una sonoridad de largo alcance, confeccionado con la concha o<br />

caparazón de un caracol o botuto marino.<br />

Había GUARLIRAS de diferentes especies y tamaños; se tocaban en cualquiera<br />

época de¡ año y con finalidades diversas. Con tres de ellas: la grande, la mediana y la<br />

pequeña, se acompañaban las danzas o bailes del barro, cuando en Margarita se<br />

hacían las casas de bahareque.<br />

La confección de la GUARURA, requería de mucha habilidad, porque el<br />

procedimiento era lento, paciente y minuciosos. Primero se empezaba por buscar y<br />

escoger el caracol o botuto, que fuera de los más vibrantes; luego se procedía a<br />

cortarle cuidadosamente la punta o maruto y a limárselo con un esmeril o con una<br />

piedra de las utilizadas para amolar los machetes conuqueros, hasta formarle bien<br />

formada la embocadura o boquilla, de manera que al apoyarla en lo labios, no se<br />

escapara el viento y se convirtiera en "peorra" o inservible, que era lo mismo. La<br />

embocadura o boquilla de la GUARURA, no podía ser ni demasiado grande ni<br />

extremadamente pequeña y la variedad de las tonalidades que desprendía, las<br />

lograban a merced de los labios y del movimiento de la mano que colocaban en la<br />

parte hueca o concavidad natural del caracol.<br />

Tanto los tocadores de GUARURA como la mayoría de la gente de¡ pueblo, se<br />

jactaban de conocer la infinidad de toques que se daban con el rústico instrumento:<br />

como la aparición de los cardúmenes, la calada de trenes, la entrada de piratas, las<br />

invitaciones a fajinas y a cayapas, las gravedades de personas, las muertes y hasta<br />

los jolgorios o parrandas.<br />

Se cuenta que cuando el Libertador arribó, por primera vez, al puerto de<br />

Juangriego, se tocaron las GUARURAS desde lo alto de los cerros de la localidad,<br />

que se fueron repitiendo por cumbres y hondonadas como clarinadas celestiales, y las<br />

cuales contribuyeron a que en un santiamén, acudieran gente de todos los rincones<br />

de la Isla a testimoniarle su afecto y reconocimiento al Padre de la Patria.<br />

El margariteño usa la GUARURA como llanero el "cacho despuntado", para<br />

comunicarse en las distancias con sus demás semejantes. En todo el Oriente de¡ país<br />

era conocida la GUARURA como instrumento de paz y de guerra, y al mayor de los<br />

caracoles terrestres se le denomina en estas tierras, "Cuácara" y no se usa como<br />

GUARURA.<br />

En margarita el toque de GUARURA se tenía como sagrado, porque según la<br />

creencia, los primeros que lo habían llevado a cabo fueron los guaicos: Guayamurí,<br />

Guayatamo, Guatamare, Guaitoroco, Guaruparo y Guainamal, por mandato de sus<br />

Dioses ancestrales, para que se continuara repitiendo de generación en generación.


Durante las grandes y prolongadas hambrunas que en los tiempos remotos se<br />

presentaban en la Isla de Margarita, no sólo el "gustosador" tenía el privilegio de<br />

actuar como paliativo de las necesidades de boca y estómago de los más<br />

empobrecidos mortales, sino que había otra parientica, humilde y picaresca, que<br />

disimuladamente le seguía los pasos, no sólo para acompañarla de buena fe en su<br />

singular apostolado, sino más bien con intenciones de ganarle la partida o de<br />

atropellarle la actuación.<br />

Esa fulana rival del "gustosador", si es que así se podía llamársele sin que se<br />

molestara, no era otra sino la señora ''templera'', que aunque se gastaba el nombre de<br />

femenina del ''templero'' o sea del primer cazaba de cada "tendida" y al cual así se le<br />

"buticaba" popularmente porque era el utilizado a manera de "templar", o lo que era lo<br />

mismo, de "acondicionar" el budare para continuar la faena y cuyo "templero" se<br />

comían a la calladita los ayudantes tan pronto como se daba una ligera reposadita, sin<br />

que nada tuviera que ver con la otra ni con sus actuaciones.<br />

La fulanita "templera" consistía en un "cuero o pellejo" de puerco, cochino, cerdo<br />

o marrano, como indistintamente se le decía por aquí a esos animalitos de Dios, el<br />

cual doblaban con mucha delicadeza bien dobladito o "enrrollaban" como una rueda y<br />

lo ponían al Sol con un poquito de sal, para que se secara bien séquito sin muestras<br />

de descomposición, y hecho esto lo amarraban con una cuerda limpia y fuerte y lo<br />

colgaban de una vara del techo de la cocina, precisamente en dirección al sitio del<br />

fogón donde montaban la cazuela, para cada vez que lo necesitaban bajarlo<br />

cuidadosamente y hervirlo con lo poco que conseguían y volverlo a llevar a su sitio tan<br />

pronto terminada su función de "gustosear" la ración diaria.<br />

La "templera" al igual que el "gustosador", la solicitaban mucho en préstamo los<br />

vecinos que carecían de ella, en la seguridad de que nadie o casi nadie, por nada del<br />

mundo, era capaz de negarla, porque se consideraba que era como negar la<br />

bendición de Dios; pero siempre con el preparo o la recomendación: "de que la<br />

cuidaran bien y la devolvieran sana y salva tan pronto como terminara su trabajo".<br />

Tanto el "gustosador" como la "templera", fueron desapareciendo de la Isla a<br />

medida que las hambrunas fueron tomando otros ritmos, aunque no otros caminos.<br />

Ya de ellos sólo quedan algunas ensombrecidos recuerdo en la mente de los más<br />

empecinados escudriñadores del pasado insular.


EL MES DE LAS LOMBRICES<br />

El título no es para un tratado de comicidad aunque aparentemente parezca<br />

serio. El título es simplemente para comentar, que en margarita se creía mucho o<br />

pueda que se siga creyendo, en los males de las lombrices, aunque no entre las<br />

familias pudientes o acomodadas pero si entre la pobrecía, entre la indigencia y entre<br />

los menesterosos. Es decir, entre los que siempre han sido o siguen siendo pobres de<br />

solemnidad.<br />

En muchisimas partes se escuchaba hablar de las lombrices. Se comentaban la<br />

cantidad de daños que ocasionaban. Se aseguraba que en el mes de Agosto las<br />

lombrices se "revolvían" más que en ningún otro mes, aunque no se llegaba a<br />

determinar el porque de esos decires. Se aseveraba que las lombrices se revolvían<br />

cuando las personas, incluyendo, niños, jóvenes y viejos, se hartaban de dulces<br />

empalagadores. Que las lombrices ponían a la gente, en especial a los muchachos,<br />

barrigones, buchones, maletudos, y amarillentos. Que las lombrices aguaban la<br />

sangre y enflaquecían las carnes.<br />

Que las fulanas lombrices acababan con las criaturas; que les hacían dar<br />

ataques, y en muchas ocasiones las expulsaban, no sólo por abajo sino por arriba,<br />

precisamente, por la boca y por la nariz, y que hasta se iban al cerebro y mataban a la<br />

gente en un momentico, sin que tuvieran escapatoria.<br />

Además, se hablaba de las tantas cosa utilizadas para contrarrestar los males<br />

de las lombrices, no sólo con los remedios de "botica" sino también con los<br />

preparados caseros. Se recomendaban collares de ajo, o sea granitos o uñitas de ajo<br />

ensartadas en cuerdas y puestas en el pescuezo de¡ enfermo, para que no se le<br />

fueran hacia arriba. Se les frotaba ajo machacado y querosén, en el maruto y en las<br />

plantas de los pies. Se les fregaba ceniza calientica y se les daba a oler el cebollín<br />

para que se les calmaran los dolores abdominales. Se les purgaba con pazote para<br />

que las expulsaran muertas o locas. Se les santiguaban y se les hacían muchas otras<br />

"guarandingas" que sólo formaban parte del formulario correspondiente a los llamados<br />

medicamentos populares.<br />

Pero lo más formidable o fenomenal de todas estas cosas, era el afeitado de las<br />

lombrices. Consistía el tratamiento de frotarle bien frotada la barriga al lombriciento<br />

con aceite de castilla y zumo de limón, hasta que la piel se le engranujara bien<br />

engranujada, y después se le iba pasando cuidadosamente, por la parte<br />

embadurnada, una navaja de afeitar o una hojilla, diz que para irle cortando las<br />

punticas de los rabos a las lombrices cuando se asomaran por lo poros. Terminado el<br />

procedimiento se le daba a tomar al paciente un poco de brebaje utilizado en la<br />

operación y guarapos de sen, para que con los rabos mochos se fueran saliendo por<br />

abajo muertas.<br />

Para estos procedimientos era necesario esperar los "pasos" de la Luna, que<br />

según la creencia, era cuando las lombrices estaban más revueltas.


De ninguna manera aseveramos la veracidad de estos decires, sino<br />

simplemente los relatamos tal y cual no los han contado.


LAS NOCHES Y LOS OFICIOS PROHIBIDOS<br />

Los oficios de lavar, planchar, barrer, pilar y moler en la Margarita del tiempo de<br />

antes, eran propios de las hembras y no de los varones, y si estos, por alguna<br />

circunstancia los hacían, se les consideraba como afeminados o "cholones".<br />

Con todo y estas obligaciones que cumplir, las mujeres, a quienes se les había<br />

muerto su madre o hijos pequeñitos, no lavaban los domingos, porque había la<br />

creencia, de que ese era el día que Dios tenía destinado para el baño de los angelitos<br />

y de las madres que se encontraban en su "santo reino", y en ese sentido, el cielo<br />

permanecía conectado con la tierra, y de gastar el agua aquí, en esos menesteres,<br />

era restársela a sus seres queridos que estaban en el más allá, quienes se resentían<br />

y lloraban desconsolados, y esperaban la hora del tránsito final, para vengarse de los<br />

suyos, negándoles la luz del camino celestial, ya que ese día, los muertos<br />

acompañarían a su familiar muerto para servirles de guía.<br />

Tampoco era permitido a ningún ser humano planchar durante las noches,<br />

porque aseguraban, que esa era la hora de la penitencia de los difuntos, quienes<br />

tenían el privilegio de visitar sus casas, aunque de una manera muy sutil e invisible,<br />

para enterarse de todo lo que estaba sucediendo y el ruido de la planchas y el fuego<br />

nocturno de la candela terrenal, les incomodaba tanto, que hasta llegaban, ofendidos<br />

y perturbados, a arrojar objetos duros sobre las profanadoras.<br />

Mucho menos estaba permitido barrer después de la "oración del Señor", o del<br />

"toque de ánimas", porque se presentía que era la hora del recogimiento, para los<br />

mortales y del libre transitar de los que habían pasado a la vida eterna, quienes se<br />

molestaban con el "rastrillar" de las escobas y lo más probable era que les causaran<br />

sustos desproporcionados a las barrenderas.


Menos aún se debía moler ni pilar, después que caía la sombra de la noche, porque<br />

las ánimas necesitaban las piedras y los pilones para sus quehaceres y de<br />

encontrarlos ocupados tenían que regresar tarde al sitio de donde habían venido,<br />

cosas que les contrariaba por las amonestaciones que recibía y eso no se lo<br />

perdonaban a los mortales.<br />

A las mujeres en Margarita les estaba permitido hacer lo que quisieran durante<br />

las noches, menos "oponerse a los mandatos del Señor", así decían los viejos y viejas<br />

del tiempo de antes.<br />

Todas estas creencias, con el andar del tiempo, han ido desapareciendo, al<br />

extremo, de que ya son poquísimos o muy contados, quienes las recuerdan.


LOS CASOS Y COSAS DE<br />

LA PREÑADAS<br />

En Margarita las jóvenes no podían empreñarse (entendiéndase embarazarse)<br />

ocultamente, porque la guáralas y los chaures al descubrirlas, se encargaban de<br />

denunciarlas públicamente con sus cantos agoreros.<br />

En Margarita las mujeres embarazadas no podían añingotarse (léase<br />

acuclillarse) con las piernas separadas, porque estaban expuestas a coger malos<br />

aires por sus partes y los hijos salirles pasmados o "patulecos".<br />

En Margarita, las mujeres embarazadas no podían antojarse de cosas<br />

imposibles de conseguir, porque al no encontrarlas para matar sus antojos, los hijos<br />

eran capaces de nacerles "con la boca abierta".<br />

En Margarita a las parejas de enamorados no les era recomendado bautizar<br />

niños, porque de hacerlo, no llegarían a casarse nunca y de lograr su unión lícita o<br />

ilícita, les sería estéril o con hijos "abobados" o "babiecos".<br />

En Margarita, a las mujeres embarazadas tampoco les estaba permitido<br />

bautizar, porque al convertirse en madrinas, el hijo que llevaban en su vientre se<br />

ponía celoso, se acongojaba y lo más probable era que se le muriera antes de nacer,<br />

y en caso de venir al mundo, no les serviría para nada bueno. Para contrarrestar<br />

estas cosas, la madrina embarazada, era acompañada hasta la pila bautismal de otra<br />

mujer que se encargaría de sostener al niño entre sus brazos, mientras duraba el acto<br />

del bautizo. A esta persona desde ese momento, se le denominaba "ayarnadrina" y el<br />

ahijado estaba en la obligación de pedirle la bendición, como a su propia madrina,<br />

donde quiera que la consiguiera.


En Margarita las mujeres embarazadas no podían mirar la luna eclipsada,<br />

porque se estaba casi seguro que los hijos le nacerían con una mancha roja en la<br />

cara o en cualquiera parte del cuerpo, por donde los agarraran los efluvios lumínicos<br />

del eclipse.<br />

En Margarita las mujeres recién embarazadas no les era aconsejable fijarse en<br />

animales, ni en cosas extremadamente feas, porque estaban expuestas que lo hijos<br />

de salieran anormales o mal parecidos.<br />

En Margarita las mujeres recién embarazadas no podían burlarse de los chingos<br />

y boquinetos, ni de los ñecos, patulecos y rebirecos, porque los hijos les nacerían<br />

iguales o parecidos a los buñados.<br />

En Margarita a las mujeres embarazadas les aconsejaban, que si el hijo le<br />

lloraba dentro de la barriga, que no se asustaran, pero que tampoco lo dijeran, porque<br />

era desgraciarlo quitándole el don de la "adivinación" con que Dios lo había dotado.<br />

En la Isla de Margarita, las mujeres embarazadas podían hacer todo lo demás que<br />

como hembras les correspondiera, sin ningún riego ni condenación...


LA LOMA DE LA GUARAGUÁ<br />

En el manantial del Portachuelo o de Tacarigüita, como también suele decírsele,<br />

y cuyo nombre quizás le viene por la cantidad de manantiales naturales que había en<br />

su perímetro desde tiempos inmemoriales, lo que le permitió que prosperaran sin<br />

inconvenientes las grandes plantaciones de coco , nísperos, mangos, aguacates y<br />

otras variedades que engalanaban la encañada Sur y de los cuales quedan todavía<br />

algunos ligeros vestigios, hay una loma que tradicionalmente se le ha conocido como<br />

"La Guaraguá. Loma que debido a su exuberante fertilidad, se hacían en ella buenas<br />

sementeras de maíz, de yuca amarga y dulce, cuando los tiempos bonancibles lo<br />

permitían y en Tacarigua todo el mundo se congraciaban con la "Diosa Agricultura".<br />

Acerca del apelativo de este pedazo de terreno se han tejido en el pueblo<br />

infinidad de hipótesis, entre las que se destacan tres de significativa curiosidad: una<br />

que se relaciona con su color negruzco, parecido al de la hembra del ave carroñera<br />

que también se le conoce como "olaya" o zamuro en otras latitudes; otra donde se<br />

asegura que era el sitio escogido por los primitivos pobladores de la región, cada vez<br />

que los manantiales tendían a agotarse por el furor y el castigo de¡ Padre Sol, para<br />

enviar sus mensajes suplicantes al Dios de las alturas, en alas de una guaraguá, por<br />

considerar que entre todos los animales de la tierra, era la más que se acercaba en su<br />

elevado vuelo al Tronco celestial; y otra, que se relacionaba con las apariciones<br />

periódicas de una guaraguá fantasmal, de gigantescas proporciones, que se<br />

presentaba con sus guaraguitos, presagiando tiempos calamitosos y de la que se<br />

creía que tenía su guarida en la cumbre o cabecera de esa loma. Según los decires<br />

de la gente vieja, a esa guaraguá endemoniada la acurrizaban llevando perros<br />

muertos hasta esa zona para que saciara sus necesidades; quemando, a la hora del<br />

véspero, gigantescos montones de ramas aromáticas y haciendo aspergeos de<br />

ensalmes y oraciones, a fin de que se fuera con sus infernales predicciones a otros<br />

sitios lejanos. Pero que con todo y eso, cada cuatro o cinco años la "bicha" regresaba<br />

cundiendo la desesperación en todo el vecindario, que creían ciegamente en ella y en<br />

sus predicciones.<br />

Han pasado los años, los viejos crédulos se fueron para la eternidad, los<br />

manantiales se han ido poco a poco extinguiéndo, las lluvias cada día alejándose<br />

más, las arboledas mermando, la gente olvidándose de trabajar la agricultura y hasta<br />

la guaraguá dejando de anunciar la pesadilla de los tiempos malos, quedando<br />

únicamente la loma, como testigo de aquellos aconteceres.


GUAY-ATAMO, LUGAR DE LAS YUCAS DULCES<br />

Guay-Atamo, lugar de las yucas dulces...<br />

Al primero que le oímos pronunciar esta expresión fue a Dn. José Lino Quijada.<br />

En su propia voz. Cuando éramos muy joven todavía. Cuando aún no pensábamos<br />

dedicarnos a estos menesteres de averiguar y escudriñar; de recoger tradiciones y<br />

traerlas a las letras de molde, para que duraran o perduraran un poco más entre las<br />

presentes y futuras generaciones; cuando se dilucidaba un problema entre el Concejo<br />

Municipal de Gómez y la Comunidad de Tacarigua, por el uso de sus cementerios;<br />

cuando le escuchaban decir también, que Tacarigua era "lugar de la abundancia de<br />

pastos o de los campos fértiles" y Acarigua era "el sitio de las mieles abundantes".<br />

Todo, absolutamente todo, de¡ puro lenguaje guaiquerí.<br />

Más tarde vimos el término GUAYATAMO escrito por el mismo Quijada en un<br />

trabajo publicado en la prensa nacional. Dn. José Lino Quijada fue persona digna de<br />

todo crédito. Versado, estudioso, amante de su Isla y de su gente. Margariteño a carta<br />

cabal. No de los que soñaban únicamente, sino el que urgaba, investigaba,<br />

escudriñaba, pergueñaba. Dedicado a la defensa de los pobres y desamparados. El<br />

mediador judicial, o sea, el "picapleito" de la gente humilde.<br />

Quizás, esas expresiones las había recibido como legado de sus antepasados.<br />

De los viejos con quienes se codeaba y entraba en confianza, para resolverle, a<br />

medias o totalmente, sus problemas. De los que tuvieron más cerca de los<br />

acontecimientos.<br />

Más tarde, lo hemos seguido escuchando en boca de otras personas también<br />

dignas de todo crédito, y lo hemos seguido repitiendo. No creemos estar haciendo<br />

ningún pecado o daño con esto. La historia no es sólo la que se arranca o se bebe en<br />

las fuentes escritas, sino la que se toma igualmente de las corrientes orales, de las<br />

que vienen traspasándose de generación en generación sin autoría. De las que traen<br />

las quebradas cuando se desbordan para seguir alimentando páginas reciennacidas.


Guay-Atamo, es el lugar de las yucas dulces. El lugar, donde según la tradición<br />

se producían las más variadas, más hermosas y mejores yucas dulces de Margarita.<br />

Guay-Atamo, era el nombre que los nativos guaiqueríes, guaicos o guaicoros, daban a<br />

toda la extensión de la actual Matasiete, de sus "piedemontes" y de sus laderas.<br />

Guay-Atamo, era el apelativo ostentado por la región poblada que se acurrucaba al<br />

pie de la "Montaña de la Gloria".<br />

Con el andar del tiempo, fue perdiendo el Guay y le fue quedando únicamente el<br />

Atamo, que exhibe horondo en los actuales momentos.


EL ESPIRITU DE BELICHAGUA<br />

Aunque no lo crean, Belichagua fue, nada más y nada menos, que la<br />

trastatarabuela de la tatarabuela de mi bisabuela Teodora Nuñez la portachuelera.<br />

Conocí a Belichagua una noche de insomnio, cuando mis ojos cansados de estar<br />

despabilados se negaron rotundamente a continuar abiertos mientras el cuerpo se<br />

oponía a entregarse a los designios de Morfeo. Belichagua era tan vieja que ya<br />

contaba sobre su existencia muchísimas y muchísimas puestas del Sol y apariciones<br />

de Luna. De lo viejo que era, se había ido arrugando tanto que casi parecía una<br />

"Cucarachita Martina", de esas que uno corrientemente denomina "carapachonas",<br />

pero conservaba intacta todas sus facultades mentales. Me dijo que su nombre era<br />

simplemente Belichagua, que no tenía apellido, porque ese remoquete lo habían<br />

traído los primeros invasores de su tierra y esclavizadores de su raza. Que ella en su<br />

tiempo de moza había sido también GUAICORA, que significaba princesa GUAICA en<br />

el lenguaje guaiquerí. Que era de la familia de los Tacariba o Tacarigua, asentados en<br />

la "cañaveta del Portachuelo grande", parte integrante del extenso Valle de Arimacoa<br />

en esta Paraguachoa de los cuatro Dioses: El Sol que todo lo iluminaba; la Luna que<br />

en todo se metía y se entremetía; el Viento que todo lo llevaba y lo traía, y el Agua<br />

que todo lo refrescaba. Me habló de la fertilidad de sus campos; de la benignidad de<br />

su clima, de la riqueza de sus mares y de la salud de los cuerpos, antes de las<br />

pestes, de las plagas, de los vicios, y de las malquerencias traídas de más allá de los<br />

mares, por los que los que adoraban a un Dios Trino y se expresaban en una forma<br />

desconocida. Me comunicó miles de secretos que tengo que reservarme todavía por<br />

convenio moral con ella.<br />

Se ocupó de enseñarme cada uno de los sitios donde fueron transcurriendo sus<br />

andanzas de carne y hueso y donde sigue morando en espiritualidad inmortal. Me dijo<br />

que el fin del mundo estaba muy lejos todavía aunque los sabios brutos tratan de<br />

acercarlo cada vez más. Me recomendó que tapara mis oídos ante los malos<br />

presagios de los "profetas del desastre" y cerrara mi boca ente las calumnias de los


"Sembradores de Sal sobre la piel de la esperanza". Me aseguró que había conocido<br />

a Cupey a Tamoco a Guayamurí a Guayamoto a Guatamare a Guaruparo y a<br />

Guaitoroco, los nobles Guaicos de la Guaica tierra, expertos ejecutores de coriocos,<br />

pífanos, silbatos y guaruras. Y me ofreció traerme mensajes de grandeza en platones<br />

de barro ungidos con santidad de niños. Y aunque no me lo crean, BELICHAGUA<br />

existió, existe y existirá, de trato, vista y comunicación, mientras exista un auténtico<br />

defensor de sus credos...


LOS AULLIDOS DEL LOBO INFERNAL<br />

En Margarita no existen lobos y por lo que se ve, parece que no han existido<br />

nunca. Si acaso los hubo en épocas remotas, ya nadie se acuerda de ellos. Ni<br />

siquiera reseñas escritas han quedado de sus existencias. Pero por todas partes se<br />

escuchaba hablar del Lobo Infernal. Se cree mucho en la existencia del Lobo Infernal.<br />

Se asegura a pies juntillas que el Lobo Infernal existe. Que el Lobo Infernal cada día<br />

está más hambriento. Que en cualquier momento saldrá y empezará a hacer estragos<br />

en la gente. Que comenzará por los niños, seguirá por los jóvenes y terminará por los<br />

viejos.


El Lobo Infernal o Lobo del Demonio, lo perciben como una fiera agigantada. De<br />

medidas desproporcionadas. Con unos colmillos que se le cruzan en su enorme boca,<br />

capaz de comerse a una persona en cada dentellada. Con unas extremidades tan<br />

inmensamente grandes, como puestas para dejar a cualquier persona sin sentido, de<br />

una sóla manotada. que no hay trampa ni arma inventada por los mortales que sea<br />

capaz de derribarlo, o cuando menos detenerlo.<br />

Algunos hasta llegan a hacer juramentos de que lo han escuchado en noches<br />

tétricas y silenciosas. Que su "eco" es tan escalofriante, que le pone los pelos de<br />

punta hasta al más embraguetado. Que quien lo ha escuchado una vez no le han<br />

quedado ganas de escucharlo más nunca. Que el aullido pareciera salir de los<br />

elementos o las profundidades de la tierra al mismo tiempo, pero siempre en lejanías.<br />

Se comenta, que cada vez que se ha escuchado el "eco" de¡ Lobo del Infierno,<br />

en Margarita, han habido sequías espantosas o tragedias horrorosas; "La Vaca", "La<br />

Maestra", "El Chiriguare", "Fabián", "La Loca", el Terremoto, el Ciclón y otras cosa<br />

más, fueron anunciadas, con mucha anticipación, por los aullidos del Lobo Infernal o<br />

del Demonio.<br />

Nadie, absolutamente nadie, asegura haber visto en realidad el Lobo Infernal o<br />

del Demonio, pero el reflejo de sus ojos como dos luminarias en la oscuridad de la<br />

noche, si hay quienes digan haberlas percibido y le ha causado la prendida de fiebre<br />

en el mismo momento. Lo del aullido del Lobo del Demonio empezó como una<br />

fantasía de niños, como un juego de muchachos, como una broma de mal gusto, pero<br />

ha ido tomando tanto cuerpo, que ya son muchas las casas que han provisto de<br />

grandes paredones y de rejas metálicas para prevenirlas, no de los aullidos, sino de<br />

los zarpazos del Lobo Infernal o del Demonio...<br />

Se dice que sólo el perro de San Lázaro podrá contrarrestar los efectos<br />

malignos del Lobo del Demonio.


EL PERRO DE SAN LAZARO<br />

El espíritu de San Lázaro se fue al cielo después de su segunda muerte, porque<br />

en la primera se le había quedado en la tierra y por eso nuestro Señor Jesucristo<br />

pudo resucitarlo a pesar de que tenía ya tres días y medio de fallecido.<br />

Cuando San Lázaro se fue al cielo Dios le permitió que se llevara su perro,<br />

porque San Lázaro no podía andar sin su perro, debido a que el animal era tan bueno<br />

y tan Santo como el mismo San Lázaro.<br />

San Lázaro tiene la virtud de recorrer con su perro, por mandato de Dios, todos<br />

los confines del mundo en una noche, dándose cuenta de todo lo que está pasando y<br />

de todo lo que está haciendo con sus trazas y sus mañas el Lobo Infernal o de¡<br />

Demonio.<br />

El perro de San Lázaro tiene el Don divino de cambiar su pelamen según la<br />

parte donde se encuentra. Cuando pasa por los Páramos el pelo se le pone largo y<br />

abundante como el de los carneros, para que pueda contrarrestar el frío y cuando se<br />

encuentra en el trópico, el pelo se le transforma en corto y ralo, para que el calor no lo<br />

sofoque.


El perro de San Lázaro es de color blanco intenso como el armiño, con una cruz<br />

grande en la frente, bastante negra como el azabache, que le puso el mismo Dios<br />

para que el Lobo Infernal o del Demonio le tenga pavor y salga despavorido cada vez<br />

que lo vislumbre.<br />

El ladrido del perro de San Lázaro es largo, profundo y melodioso como un<br />

canto celestial, y anuncia todo lo bueno para el mundo. La gente se alegra cuando<br />

escuchaba los comentarios de que han oído los ladridos del perro de San Lázaro.<br />

Todo el mundo no está en condiciones de percibir el ladrido de¡ perro de San<br />

Lázaro, porque eso está reservado por Dios, únicamente a la gente que están<br />

revestidos de fe y libres de todo pecado.<br />

Los que logran escuchar los ladridos del perro de San Lázaro, son premiados a<br />

la hora de su muerte, con un puesto de honor en la Santa Gloria, donde tiene su trono<br />

el Dios Padre. Mientras Dios exista y la gente crea en él, existirá el perro de San<br />

Lázaro, porque ese animal tiene el don de la inmortalidad.


El perro de San Lázaro, a la larga logrará vencer al Lobo Infernal o M Demonio<br />

por más trazas y mañas que le forme, y entonces se podrá vivir en paz, en concordia<br />

y en Santa armonía.<br />

El perro de San Lázaro representa todo lo bueno y el Lobo Infernal o M demonio<br />

todo lo malo...


EL TORITO BIRRIONGO<br />

En la Isla de Margarita, desde tiempos inmemoriales, se ha creído mucho y se<br />

sigue creyendo, en cosas de este Mundo y de¡ otro Mundo. Se cree en la existencia<br />

del Chivato del Cielo, del Caballo de Santiago, del Lobo Infernal o del Demonio, del<br />

Perro de San Lázaro y hasta del Burrito Negro de José Maria, que se hizo santo con<br />

la sagrada familia.<br />

Asimismo se creía ciegamente en los poderes sobrenaturales del Torito<br />

Birriongo, que en las noches de media luna o de luna entoldada, se veía en Macanao,<br />

en Manzanillo, en San Antonio, en San Juan, en el Valle de Pedrogonzález, en<br />

Tacarigua y en muchísimos sitios más. Pero que por las características y por las<br />

virtudes que tenía, daba la impresión de ser el mismo toro a pesar de las distancias<br />

donde se desenvolvía.<br />

Se decía que el Torito Birriongo era pequeño, de pelo oscuro y de poca carne,<br />

pero con unos cachos y unos testículos muy desarrollados y con una "birria" tan<br />

potente capaz de satisfacer a todas las vacas que se le presentaran y seguir<br />

buscando más; y que aún sabiéndose de que sus mugidos eran diferentes a los de los


demás toros y de que andaba suelto completamente, nadie le tenía miedo porque no<br />

era arisco ni embestidor, aunque muy receloso para dejarse tocar.<br />

Pero de lo más que se hablaba en relación al Torito Birriongo, era de la virtud<br />

que tenía, de transmitir la fuerza de su virilidad a los hombres despotenciados, con el<br />

sólo hecho de lograr ponerle las manos en los cachos, cosa que no resultaba muy<br />

fácil, debido a que, a pesar de su mansedumbre se mostraba muy escurridizo a la<br />

hora de enfrentarlo.<br />

Cuando se escuchaban los mugidos del torito Birriongo, eran muchos los<br />

hombres que salían en su búsqueda. Unos disimuladamente y otros manifestando<br />

públicamente el mal que padecían, pero todos con el único propósito de colocarle las<br />

manos en los cachos aunque fuera de "recachón".<br />

Algunos aseguraban haber logrado su intento y mejorado sus males; otros<br />

decían todo lo contrario y otros se lamentaban de no haber podido llegarle ni cerca.<br />

Pero todos coincidían en aseverar que el Torito Birriongo existía, y que el algunos<br />

momentos no parecía cosa natural o de este mundo, por las características que<br />

presentaba.<br />

Al fin el Torito Birriongo fue desapareciendo, al extremo de que ya nadie habla<br />

de haberlo visto en ningún sitio en las noches de media luna o de luna entoldada ni<br />

mucho menos, de haber escuchado sus mugidos como en los tiempos de antes.<br />

el Torito Birriongo es otro de los misterios del pasado, que como van las cosas,<br />

el día menos pensado volverá a aparecer.


EL POZO DE MACANAO<br />

Según los decires de las viejas creencias, la enorme "Boca de Pozo" abierta en<br />

los confines del legendario y mítico Macanao, no fue hecha por manos de mortales<br />

sino obra de los propios Dioses de la raza guaica, para la salvación de sus sedientas<br />

criaturas.<br />

Se dice que por la gracia divina de los propios Dioses, la enorme “Boca de<br />

Pozo” que más bien parecía un marcito interno o grandísima laguna, tenía la virtud de<br />

recoger las descargas de los aguaceros por torrenciales que fueran sin que se<br />

desbordara y de soportar las más largas sequías sin que en ningún momento<br />

mermara su caudal. También se dice que dentro de esas aguas moraban juntos y sin<br />

hacerse daño, una enorme culebra de cabeza desproporcionada y colmillos feroces,<br />

que se ocupaba de perforar hacia las profundidades del subsuelo para que brotara el<br />

agua necesaria en los casos extremos, y un gigantesco sábalo nunca visto en los<br />

mares por pupilas humanas, que mantenía libre de impurezas las aguas represadas<br />

para que fueran útiles en todos los sentidos.


Se comenta igualmente que a la enorme culebra y al gigantesco sábalo los<br />

llegaron a ver, ciertas y determinadas personas congraciados por dones celestiales,<br />

en las noches de luna, merodeándose por las orillas como en son de celada y que<br />

inocentes chivos y borregos que llegaron a abrevar en las tranquilas aguas fueron<br />

fáciles presas de sus hambrientas bocas, lo que hacía que la gente no se acercara a<br />

llenar sus envases en horas nocturnales.<br />

Se jura y se asegura, que con el andar del tiempo y la incursión de foráneos<br />

irreverentes que desacataron de las añejas creencias, hicieron que los Dioses se<br />

fueran ensoberbeciendo y negaran a la "Boca de Pozo" las virtudes divinas que le<br />

habían insuflado, lo que obligó a la enorme culebra y al gigante sábalo a buscar<br />

refugio en las profundidades del subsuelo de donde no volvieron a salir más nunca.<br />

Desde entonces las aguas se fueron enturbiando y mermando cada vez con<br />

mayor ligereza, al extremo de quedar del pozo misterioso, sólo simples recuerdos y<br />

una cuenca vacía, sin que le valiera nada de lo que se le pretendió hacer para que<br />

volviera por sus fueros de antaño, a repartir las bonanzas de los míticos Dioses de la<br />

ancestral creencia.


LA MUERTA DE CAYETANO<br />

Cayetano Alberto Gil fue todo un tacarigüero de pelo en pecho. De esos que<br />

nunca le tuvo miedo a nada ni a nadie. De los que jovencito mismo aventó la diáspora<br />

margariteña y se perdió en el tremedal de la selva guayanesa, tras la fama de la<br />

goma, el oro y los diamantes. De los que no se preocupó por formar una familia ni en<br />

acumular fortuna, sino simple y llanamente en gozar la vida a su manera y la de otros<br />

tantos como él.


Caripito, Mata Negra, El Furrial y el Venao, donde ya a mitad de su existencia ,<br />

consiguió colocación en una empresa de las aceiteras para continuar su derroche sin<br />

servirle de experiencia los primeros fracasos y desde donde enviaba a su parentela<br />

simplemente memoria con algún pacotillero que de vez en cuando lo veía.<br />

Un día cualquiera de los tantos días, amaneció en el pueblo de su nacimiento,<br />

con unos cuantos dientes de oro, unos lentes oscuros con montura platinada, la<br />

percha que pudo salvar de la hecatombe y unos pocos bolívares de los que le dio la<br />

última empresa donde prestó servicios cuando se percató que ya no tenía más jugo<br />

que sacarle a su envejecido cuerpo.<br />

Entre farras, sancochos y la narración de¡ anecdotario fantasioso de existencia<br />

dentro de las regiones donde había pasado lo más valioso su vida, se le pasaba días<br />

tras días, cambiando de sitios cuando el caso así lo requería y aupado por una cuerda<br />

de "ayayadores" que daban crédito a todo lo que le decía para tratar de convencer a<br />

los demás, hasta que agotado de todo, se dedicó al santiguao y a las conversaciones<br />

con los espíritus de los difuntos, lo que le hizo crear fama y renombre de hombre de<br />

valor, entre propios y extraños.<br />

En una de estas ocasiones contaba a una multitud que embelesado lo<br />

escuchaba, de la muerta trajeada de novia que había visto en la madrugada bajar de<br />

El Portachuelo, lo que dio motivo a que uno de los oyentes, algo molesto, le replicara:<br />

"mire viejote", déjese de esas pendejadas, que ya usted le tiene miedo hasta su<br />

propia sombre y con ese par de "antiparras" que se gasta, no es capaz de mirar ni su<br />

propia existencia, mucho menos difuntas, a lo que el viejo Cayetano, ni corto ni<br />

perezoso, sintiéndose herido en su amor propio, le contestó y besando la cruz natural<br />

que había formado con los dedos índice y pulgar de su mano derecha: "créamelo por<br />

los restos de mi madre que están bajo la santa tierra, que la vi ten bien vista, que<br />

hasta sus ojos verdecitos tenía"


EL ALMA MILENARIA DE CUPEY<br />

Cupey, el más agingantado de todos los mortales de la raza guaica, nació de¡<br />

vientre de una anciana virgen, engendrado en una noche de recogimiento por<br />

mandato de los cuatro Dioses: "El Sol iluminante"; el "Agua vivificante"; la "Luna<br />

entremetida", y el "Viento mensajeante".<br />

Creció sobre la montaña que le prestó su nombre, desde donde pretendía<br />

agarrar el cielo con sus propias manos para congraciar a su envejecida madre y<br />

desafiar a sus inmortales padres.<br />

Un inmenso frío lo pudo detener en su arrogancia, al escuchar las súplicas de<br />

su abatida madre, para que no irrespetara los poderes del altísimo techo y<br />

desagraciara para siempre a todos los de su raza que vivían en santa armonía, sin<br />

envidias, sin rencores y sin egoísmos.<br />

Pero a cambio de su apaciguamiento logró conseguir el dominio de los cuatro<br />

mayores manantiales: el Charaima, el Cupeicillo, el Tacariba y el Caranae; los cuales<br />

mucho tiempo después fueron bautizados por los representantes de otras razas y de<br />

otras creencias: como Espíritusanto, Asunción, Tacarigua y San Juan; y logró también<br />

la supremacía sobre los otros mortales de su estirpe: Guayamurí, Guayatamo,<br />

Guatamare, Guaitoroco, Guainamar, Guaruparo y Tamoco.


El prepotente Cupey difundía sus mensajes por medio de los copos neblinosos<br />

que estaban a su alcance y los toques vibrantísimos de su enorme guarura, que iban<br />

recibiendo y repitiendo sus subalternos desde las distintas posiciones que ocupan,<br />

cada vez que percibía las predicciones de sus míticos padres, por medio de los<br />

truenos, de los relámpagos, de los rayos, de las centellas y de las tempestades.<br />

Cupey era el mayor receptor y el mejor distribuidor de las aguas sagradas<br />

venidas de las lluvias, para enviarlas al mar a engordar los cardúmenes, después de<br />

regar y alimentar los campos labrantíos para que germinaran rozagantes las simientes<br />

y aumentaran los frutos y reverdecieran los pastizales y resultara más pródiga la vida<br />

humana.<br />

Cupey fue el eterno oteador de las lejanías y el guardián más celoso de la<br />

Paraguachoa desafiante de siglos, que más de cuatro veces había estado sumergida<br />

en el fondo del mar de los Caribes en plan de reconfortamiento.<br />

Cupey, el gigante cupey, se murió de congoja cuando el mensajero viento le<br />

susurró al oído, una noche de luna encapotada, que plantas extrañas posarían<br />

indebidamente sobre su tierra santa, irrespetando sus creencias, mancillando sus<br />

costumbres e irreverenciando a sus propios Dioses, en forma irremediable porque<br />

todo así estaba determinado.<br />

Desde entonces todo ha sido distinto sobre la tierra Guaica...


LA HISTORIA DE LA CABRA JOCA<br />

La Cabra Joca era una cabra como muchas de las demás cabras: mansa,<br />

ubrona, lechera y muy bien criada, pero presumidísima.<br />

Cuando el Niño Jesús vino al mundo, como por mandato de Dios, hubieron a su<br />

alrededor varios animales domésticos:<br />

La mula le prestó su pesebre y le acondicionó con su belfo, la cunita de pajas<br />

tostaditas.<br />

El gallo orgulloso sacudió sus alas, se empinó arrogante, afinó su garganta y<br />

anunció en su canto: "Cristo nacioooó".<br />

La vaca y el buey mugieron al mismo tiempo y en sus mugidos dijeron: "hum-jú",<br />

como asegurando que si era cierto.<br />

El borreguito, alegre y lleno de contento, dejó de pastar por un momento, para<br />

aclarar, que había sido: "en Belén".<br />

Pero la Cabra Joca, muy fantasiosa, refistolera y endemoniada como siempre,<br />

ripostó: "el Diablo fue".<br />

Desde entonces la Cabra Joca recibió el castigo de¡ cielo y el desprecio de la<br />

cristiandad, por impostora y mentirosa.<br />

A la Cabra Joca se le condenó a que se le pusiera la lengua negra; a que su<br />

berrido fuera menospreciado y a que anduviera por el mundo señalada con el dedo,<br />

como maldita.<br />

La maldición de la Cabra Joca, por no arrepentirse de lo dicho recayó en todas<br />

las de su especie, hembras y machos.<br />

A pesar de que han pasado generaciones y más generaciones, todavía todas<br />

las cabras, perpetuando a la Cabra Coja, siguen repitiendo: "el Diablo fue".<br />

Desde entonces se deduce, que la terquedad es la peor de las consejeras y la<br />

petulancia el más abominable de los pecados.<br />

Esta es la triste y universalizada historia de la Cabra Joca, que por su culpa<br />

fueron condenadas, de los siglos y por los siglos, todos los de su especie, a tener la<br />

lengua negra.<br />

!Cuántas Cabras Jocas habrá actualmente sobre la faz de la tierra...

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