Zamora ha revivido por segunda vez en apenas un mes su peor pesadilla. Cinco días han pasado desde que se originó el incendio de Losacio, un fuego devastador que en tan solo un par de horas desde su inicio ya era declarado de nivel 2 de peligrosidad y las llamas avanzaban ávidas de destrucción. Aún así, nadie pensaba, ni quería pensar, que se iba a repetirá la tragedia, pero esta vez además llevándose por delante dos vidas y dejando varios heridos.
Antes de caer la noche del domingo, la población ya corría peligro y San Martín de Tábara se convertía en la primera localidad en ser desalojada por la proximidad del fuego y la gran columna de humo que se esparcía por la zona, algo que se extendía poco después a Ferreruela de Tábara y a Sesnández de Tábara. El miedo, la incertidumbre, la incredulidad y la tristeza volvían a ser los únicos sentimientos que predominaban entre la población zamorana.
Lo peor estaba por llegar y la tragedia no había hecho más que empezar. Pasadas las diez de la noche del mismo domingo se conocía como Daniel Gullón, un brigadista forestal de 63 años, perdía la vida luchando contra el fuego, así como dejaba varios heridos. A Zamora ya no solo le ardía el corazón, se estremecía y encogía sin consuelo. Solo quedaba el luto ante la larga y complicada noche que estaba por llegar.
Las llamas arrasaban todo a su paso con gran rapidez y Tábara era la siguiente localidad cuyos vecinos tenían que abandonar sus casas. Habían pasado apenas cinco horas desde que se inició el fuego y se comenzaba a organizar un gran dispositivo para trasladar a un gran número de personas a la capital para ponerlas a salvo.
A lo largo de la madrugada entre el domingo y el lunes, los vecinos de Escober de Tábara, Olmillos de Castro, Abejera y Riofrío de Aliste también tenían que ser desalojados. La oscuridad solo era vencida por el resplandor de las llamas. Una noche larga en la que también se procedió a cortar la línea convencional de tren, el AVE Madrid – Galicia, la N-631 y varias carreteras provinciales.
Pasaban las horas y las condiciones meteorológicas cada vez eran más adversas por lo que, a primera hora del lunes, la localidad de Litos revivía el desalojo del pueblo al igual que ya ocurriese hace un mes con el incendio de la Sierra de la Culebra. Comenzaba a prepararse un amplio dispositivo en el recinto ferial de IFEZA para albergar a los evacuados ante la posibilidad de más desalojos.
En esos momentos llenos de tensión, el dolor volvía a ser el protagonista al conocerse el hallazgo del cuerpo de un varón de 69 años fallecido en el paraje denominado "Raya de los Pozones", a unos cuatro kilómetros al oeste de Escober de Tábara. El hombre era un pastor de la zona que se encontraba junto a su ganado. Dos víctimas mortales en muy pocas horas, una situación dramática y catastrófica con la que, para muchos, eran inevitables las lágrimas.
Pero el fuego no entiende de dolor y sufrimiento de un pueblo y, con fuertes vientos y temperaturas extremas, avanzaba amenazando a más localidades y en la mañana del lunes se procedía a la evacuación de Villanueva de las Peras, Bercianos de Valverde, Santa María de Valverde, Morales de Valverde y Pueblica de Valverde.
Ya de cara al mediodía el fuego se recrudecía y obligaba a desalojar Ferreras de Abajo, a la que poco después se sumarían Pumarejo de Tera y Melgar de Tera y a lo largo de la tarde del lunes, con un fuerte viento, también era necesario evacuar a los vecinos de Santibáñez de Tera, Santa Marta de Tera, Santa Croya de Tera, Faramontanos de Tábara, Abraveses de Tera, Micereces de Tera, Aguilar de Tera y San Pedro de Zamudia.
Los vecinos de 25 localidades ya habían abandonado sus casas sin saber cuándo volverían ni qué es lo que se encontrarían, muchas personas mayores que se desorientaban, algunos con necesidades que eran derivados a residencias para una mejor atención, trabajo incansable de muchos e impotencia.
Entre los desalojos, esa tarde resultaba herido grave un vecino de Tábara al que engullían las llamas mientras trataba de realizar un cortafuegos con una excavadora y lograba salir por su propio pie. Con quemaduras en el 80% de su cuerpo, era trasladado a Valladolid, donde permanece ingresado. Las imágenes del que ya llaman el ‘héroe de Tábara’, conmocionaron no solo a todo el país, sino también fuera de nuestras fronteras.
Cuando parecía que este lunes negro ya había llegado a su fin, a última hora era necesario evacuar a los vecinos de Villaveza de Valverde, Friera de Valverde, Perilla de Castro, Navianos de Alba, Pozuelo de Tábara, Moreruela de Tábara y Santa Eulalia de Tábara.
Hasta 32 pueblos evacuados, nueve heridos, dos fallecidos y una estimación de más de 11.000 hectáreas arrasadas en menos de 24 horas y por delante, otra larga noche en la que se procedía a desalojar San Pedro de las Cuevas y la urbanización La Encomienda.
Ya el martes la situación comenzaba a dar un giro, comenzando los realojos en algunas poblaciones de cara a la tarde y la totalidad de los evacuados ya el miércoles en casa contemplando el desolador panorama.
El incendio sigue activo y hay que mantener las precauciones pero los peores momentos, o eso parece, ya han pasado. Ahora queda un largo camino.
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